Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
F. J. Fraile Peláez
2. Desarrollo-1
Sólo usaremos las siguientes suposiciones:
El tiempo es homogéneo. Idem. Las leyes físicas en 1957 eran las mismas que ahora.
→ ( r) (1)
r → r( r) (2)
Por supuesto, las relaciones (1)—(2) tienen que ser invertibles, pues ha de ser posible también
obtener y r a partir de y r. (Porque si no, habría una asimetría entre ( r) y ( r) lo que
no sería aceptable).
1
El tiempo no cambia –es “universal”– en el modelo de Galileo (y Newton), pero sí en el modelo de Lorentz
(y Einstein).
1
Figura 1: El maquinista (sistema de referencia rojo ̄ ̄ ̄), que va a una velocidad respecto
al suelo, observa que la luz emitida por su foco se propaga hacia adelante a velocidad Sor-
prendentemente, un observador en tierra (sistema de referencia azul , , ), por ejemplo, un
guardaagujas, también ve la misma luz propagarse hacia adelante a una velocidad respecto
a él, y no a velocidad + que es lo que probablemente esperaría si se ha imaginado que los
fotones son como pelotas de ping-pong que se lanzan desde la lámpara del foco. Otra opción es
que el guardaagujas hubiera imaginado que la luz es una vibración de un medio elástico en el que
está inmerso la Tierra –algo similar a la atmósfera–, y que las ondas se propagan en el mismo
siempre a velocidad que es lo que él percibe... Pero, entonces, el maquinista debería haber
observado esa luz propagándose hacia adelante a velocidad − y no es así, pues también la ve
viajar a velocidad El hecho “inexplicable” es que todo el mundo mide siempre la misma
velocidad de la luz sea cual sea su velocidad relativa respecto al faro de la locomotora. Si hay
varias locomotoras corriendo en paralelo a distintas velocidades, todos las haces luminosos gene-
rados desde cualesquiera focos (incluyendo el de la linterna del guardaagujas parado en tierra)
serán percibidas por todos los observadores, independientemente de su estado de movimiento,
“moviéndose” a velocidad
2
= + (3)
= + (4)
Las relaciones (3)—(4) son lineales, como postulamos, y los coeficientes y son real-
mente constantes, es decir, no dependen de ni de tal como demandamos para preservar la
homogeneidad del espacio. Obsérvese que en (3)—(4) aparecen algunas simplificaciones adiciona-
les. Primero, hemos decidido que la dirección del desplazamiento (de un sistema inercial respecto
al otro) sea la del eje Esto no resta generalidad ninguna a los resultados que obtengamos, por-
que, siendo todas las direcciones del espacio isótropo equivalentes, las ecuaciones para cualquier
otra dirección arbitraria se obtendrían de (3)—(4) sin más que aplicar la rotación geométrica
correspondiente.
Segundo, siendo el desplazamiento en la dirección las transformaciones sólo pueden in-
volucrar a y (posiblemente) al tiempo; no a ni a , porque no pasa “nada” distinguible
en ningún punto del plano respecto a otro. (No puede ser, por ejemplo, (4) de la forma
= + + 3 + 4 porque entonces un intervalo de longitud ∆ en el eje de O se
transformaría, en el otro sistema inercial, en una longitud cuyo valor ∆ dependería de en qué
coordenadas está situado ∆, lo que no tiene sentido por la homogeneidad general del espa-
cio).
Tercero, en realidad hay que complementar (3)—(4) con otras dos ecuaciones más:
= (5)
= (6)
3. Desarrollo-2
Como los coeficientes y de la transformación (3)—(4) no pueden depender de la
posición ni del tiempo, sólo pueden depender, a priori, de la magnitud de la velocidad relativa,
entre O y O: = () = () = (), = ()
Si consideramos un punto fijo en O por ejemplo el origen, su coordenada espacial es 0 = 0;
mientras que, desde el sistema O, el origen de O se mueve a velocidad . Es decir, 0 = .
Sustituyendo esto en (4),
0 = + (7)
de donde
3
= − (8)
con lo cual reducimos las constantes desconocidas a tres:
= + (9)
= ( − ) (10)
Ahora bien, la transformación inversa (de O a O) supone pasar de un sistema “en reposo”
(respecto a él mismo, claro) a otro que se mueve con velocidad relativa − en la dirección La
transformación inversa correspondiente a (10) será
1 ³ ´
= p − 2 (16)
1 − 2 2
1
= p ( − ) (17)
1 − 2 2
4
4. Comentarios
1. Para una velocidad de la luz infinita, = ∞ las relaciones (16)—(17) se reducen a las
“normales” de Galileo, utilizadas en mecánica newtoniana:
= (18)
= − (19)
4. Hay otras formas de presentar las transformaciones de Lorentz en la literatura, pero ésta es
la más didáctica y razonable, créanme. (Y, de teoría de grupos, por ahora ni mencionarlo).
µ ¶
1
= p + 2 (20)
1 − 2 2
1
= p ( + ) (21)
1 − 2 2
c MMVIII
° F. J. Fraile Peláez, Universidad de Vigo.
Este documento se puede distribuir libremente sin modificaciones.
Este documento ha sido escrito en LaTeX 2 mediante Scientific Workplace 5.5
↑ http://www.com.uvigo.es/fot/jfraile/sci/
↑↑ http://www.com.uvigo.es/fot/jfraile/
↑↑↑ http://www.com.uvigo.es/fot/