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ALUMNAS:
Convalidación:
La convalidación es validar, es decir dar validez a alguna cosa. Confirmar,
revalidar lo ya aprobado.
La Nulidad:
Es en el Derecho, una situación genérica de invalidez del acto jurídico, que
provoca que una norma, acto jurídico, acto administrativo o acto judicial deje de
desplegar sus efectos jurídicos, retrotrayéndose al momento de su celebración.
Para que una norma o acto sean nulos se requiere de una declaración de nulidad,
expresa o tácita y que el vicio que lo afecta sea coexistente a la celebración del
mismo.
La Nulidad:
Es una sanción jurídica, que le resta la eficacia que puede tener un acto
jurídico, que ha nacido con algún vicio o que simplemente no ha nacido
formalmente al mundo del derecho. No obstante que los actos puedan ser
sancionados con la nulidad, mientras ella no haya sido declarada por el juez que
conoce de la causa, no será nulo.
Nulidad Relativa:
La nulidad relativa es aquella que puede ser saneada por la voluntad de las
partes. La nulidad relativa, es la que se produce por cualquier otra especie de vicio
y da derecho a la rescisión del acto o contrato. La nulidad relativa es convalidable,
porque ésta se dicta para proteger a un sujeto determinado y, si dicho sujeto no
ejerce su acción de nulidad el acto queda convalidado.
Sólo los contratantes están ligados por el contrato; sólo respecto de ellos
tiene el contrato fuerza obligatoria; y sólo a ellos perjudican y aprovechan sus
efectos. Esto importa decir que el contrato no daña ni beneficia a los que no han
figurado en él como partes contratantes, porque el contrato no es para ellos una
ley con fuerza obligatoria, en efecto, una regla de toda evidencia que en el
Derecho Romano constituía un axioma: res inter alios acta aliis nec nocet nec
prodest”. Este axioma, en palabras de Pothier implica que “una convención no
tiene efecto sino respecto de las cosas que han sido objeto de la convención y
solamente entre las partes contratantes”, y agrega que “. La razón de este
principio es evidente. La obligación que nace de las convenciones, y el derecho
que de ellas resulta, estando formados por el consentimiento y el concurso de las
voluntades de las partes, no pueden obligar a un tercero, ni dar derecho a un
tercero, cuya voluntad no ha concurrido a formar la convención”.
La eficacia del contrato se despliega entre las partes que lo celebran y sus
herederos. Los contratos solo producen efectos entre las partes que los otorgan y
sus herederos; salvo, en cuanto a estos, el caso en que los derechos y
obligaciones que procedan del contrato no sean transmisibles o por su naturaleza
o por pacto, o por disposiciones de la ley". No hay por tanto eficacia para terceros
ni para los causahabientes a título particular.
La voluntad, es el substrato del acto jurídico, ya que sólo el hombre por sus
facultades intelectuales y espirituales es susceptible a ser sujeto de Derecho,
preside la totalidad de los actos jurídicos y la generalidad de los humanos; esa
voluntad consta de dos momentos: la voluntad de querer realizar o efectuar
determinado negocio o acto y la voluntad de declarar o expresar, por medio de una
conducta externa, lo que el sujeto quiere.
Los contratantes se promulgan su ley, por esta causa se dice que en esta
materia predomina la autonomía privada. La libertad contractual es, por tanto, el
signo más característico de todo el Derecho de Obligaciones.
Las partes son libres de establecer su ley contractual. Pero las partes no
pueden derogar las cuestiones que tienen que ver con el orden público y las
buenas costumbres. Para todos los casos de este tipo las partes no pueden
derogarlas. “El orden público es el conjunto de instituciones y reglas destinadas a
mantener en un país o una nación el buen funcionamiento de los servicios
públicos, la seguridad, y la moralidad en las relaciones entre particulares sin que
esos particulares puedan excluir esas normas.”
Finalmente, se debe señalar que el fin último del Estado Social de Derecho
y de Justicia, tal y como lo señala la jurisprudencia analizada, es la construcción
de un Estado constitucional y democrático de derecho donde la Constitución como
norma fundamental sea el instrumento que sirva para frenar la acumulación de
poderes y propicie un régimen legal donde sean respetados y tutelados tanto los
derechos humanos y fundamentales como las libertades individuales y los
derechos sociales; asimismo, se busque la transformación de la realidad social,
generando en todos sus habitantes sentido de solidaridad y responsabilidad social
en donde actúen activa y responsablemente no sólo los poderes públicos sino
también los propios actores sociales y la sociedad civil organizada como garantes
y custodios del propio régimen implantado para lograr el llamado Estado Social de
Derecho y de Justicia.
Dentro del grupo de los que sustentan esta doctrina, se encuentra los
Códigos Civiles de Alemania, Suiza, Brasil, Perú y Venezuela. Los doctrinarios del
derecho que sostienen esta teoría son Danz, Ennecerus, Polock y Dassen, los
cuales otorgan un sentido objetivo a la declaración de voluntad de los
contratantes.
Esta doctrina sostiene entre otras cosas que el intérprete en vez de ver sólo
a las partes en su intención, debe colocar en su lugar a dos hombres razonables,
preguntándose el juzgador cómo éstos habrían comprendido e interpretado la
conducta que constituye la declaración de la voluntad, es decir: ¿qué prestación
habrían realizado esos hombres en aquel caso?, quedando de esta manera
objetivizada la llamada declaración de voluntad.
Así, el intérprete, partiendo de la declaración y las demás circunstancias
que interesan para la interpretación, ha de investigar la voluntad objetiva, debido a
que el proceso de interpretación no debe buscar la intención supuesta de las
partes sino la intención manifiesta de estas.
a) Una cláusula aparentemente clara, debe ser vista y entendida como una
parte integral del conjunto que forma el contrato.
b) Una cláusula aparentemente dudosa, debe ser contrastada con las
restantes cláusulas del contrato, a fin de eliminar dicha duda, evitando que una
cláusula pueda ser interpretada de manera independiente mostrando un sentido
que no es acorde con el conjunto del contrato.