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abr14 r Márcio
Uno de los artículos en portugués más leídos en este blog es el que enseña como rezar
el rosario en latín. Probablemente esta traducción al castellano que ahora les
presentamos será provechosa a los lectores de habla hispana. Así lo esperamos. El
rosario es una de las oraciones más tradicionales de la Iglesia Católica y uno de los
medios más importantes de salvación.
Primeramente, para rezar el rosario, debemos conocer cada una de las oraciones que en
él son rezadas. A continuación las presentamos en latín al lado de su tradución al
castellano:
Señal de la Cruz
Per signum crucis, de inimicis nostris libera Por la señal de la santa cruz de nuestros
nos Deus noster. enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.
In nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. En el nombre del Padre, y del Hijo y del
Amen. Espíritu Santo. Amén.
Padre Nuestro
Pater Noster, qui es in coelis. Sanctificetur Padre Nuestro, que estás en los
nomen tuuum. Adveniat regnum tuum. Fiat cielos santificado sea tu nombre. Venga a
voluntas tua, sicut in coelo et in terra. nosotros tu reino. Hágase tu voluntad así
Panem nostrum quotidianum da nobis en la tierra como en el cielo. El pan nuestro
hodie. Dimitte nobis debita nostra, sicut et de cada día dánosle hoy. Y perdónanos
nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nuestras deudas, así como nosotros
nos inducas in tentationem, sed libera nos perdonamos a nostros deudores. Y no nos
a malo. Amen. dejes caer en tentación, mas líbranos del
mal. Amén
Ave Maria
Ave Maria, gratia plena, Dominus tecum. Dios te salve María, llena eres de gracia, el
Benedicta tu in mulieribus, et benedictus Señor es contigo. Bendita tú eres entre
fructus ventris tui, Jesus. Sancta Maria, todas las mujeres, y bendito es el fruto de
Mater Dei, ora pro nobis peccatoribus, tu vientre Jesús. Santa María, madre de
nunc et in hora mortis nostrae. Amen. Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto. Sicut Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
erat in principio, et nunc et semper, et in Como era en un principio, ahora y siempre,
saecula saeculorum. Amen. y por los siglos de los siglos. Amén.
Oración de Fátima
O pie Jesus, dimitte nobis debita nostra, Oh, Jesús mío, perdona nuestros pecados,
libera nos ab igne inferni, perduc in caelum líbranos del fuego del infierno, lleva todas
omnes animas, praesertim eas, quae las almas al cielo, y socorre especialmente
misericordiae tuae maxime indigent. a las más necesitadas de Tu misericordia.
Salve Regina
Ya conocemos las oraciones básicas, debemos ahora conocer los misterios en los cuales
meditamos durante el rezo del rosario:
5. La coronación de la Santísima
Virgen María.
Conocemos ahora todas las oraciones necesarias. La secuencia en que las rezamos es la
siguiente:
1. Señal de la Cruz
6. Gloria al Padre
7. Oración de Fátima
Así continuamos con los otros misterios. Al final, rezamos la ‘Salve Regina’.
Con esto se encierra el rezo del Rosario.
2) La oración de Fátima ha sido enseñada por Nuestra Señora a los niños de Fátima
originalmente en portugués:
“O meu bom Jesus, perdoai-nos, livrai-nos do fogo do inferno, levai as almas todas para
o Céu, e socorrei principalmente as que mais precisarem.”
Hay algunas variaciones para la traducción al latín, pero preferimos traducir ‘levai’
(castellano “lleva”) por ‘perduc’ y no ‘conduc’ pues el verbo perduco, -ere tiene un
sentido mas fuerte que conduco,-ere, significando conducir hasta el fin. El término ‘
misericordiae tuae’ a veces se encuentra como ‘misericordia tua’. Las dos formas son
correctas, pues el verbo indigeo,-ere puede regir tanto el ablativo como el genitivo.
Aquí hemos presentado solamente los misterios tradicionales que, por tantos siglos, han
alimentado la piedad cristiana. El católico debe rechazar, con vehemencia,
las innovaciones que intentaron introducir por medio de los “nuevos misterios” dichos
luminosos. La sed de innovaciones desde el latrocinio Vaticano II solo hace mal a la
Iglesia. Necesitamos respeto a las Tradiciones, y no esta ansia de novedades. Se han
cambiado todo: la teología, la liturgia, el catecismo, el código de derecho canónico…
Todo es inestable, todo cambia, en la “iglesia” conciliar. Esto es la religión del hombre,
evolutiva, cambiante. Y, por supuesto, estos cambios sirven bien para disminuir la
noción de estabilidad y perennidad de la religión católica. Por todo eso, nosostros
quedamos con la Tradición, en contra de la innovación sin fin.