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ANÁLISIS
MÚSICA Y OBSESIÓN (Whiplash)
INTRODUCCIÓN:
Los aportes teóricos de autores como Bourdieu, Becker, y otros nos permitirán
analizar la trayectoria de este personaje y las peculiaridades de las relaciones que
se establecen en el campo del conservatorio, y los ámbitos ligados a la carrera
musical.
ANÁLISIS
Los campos sociales, tal como los concibió Bourdieu, son los espacios de juego que
van conformándose históricamente, con sus instituciones específicas y sus leyes de
funcionamiento propias (Bourdieu, P. 1987, citado en Gutiérrez, A., 2014: 11). El
Conservatorio de Música de la Costa Este es presentado como el lugar donde son
formados los músicos que representan la elite del Jazz a nivel mundial. En el campo
del conservatorio de música Shaffer todos parecen aceptar la máxima jerarquía en
la formación musical encarnada en la persona de Fletcher, y no cuestionar, en
consecuencia, sus métodos. Tocar en su orquesta representa la posibilidad de
obtener prestigio y el acceso a puestos de trabajo de alto nivel, un capital simbólico
altamente valorado por estos estudiantes. En torno al valor que se le da a la
posibilidad de formar parte de dicha orquesta gira en gran medida la illusio propia
de este campo. Bourdieu emplea el término illusio para referirse al interés que
alimenta la participación en un determinado “juego” social. El estar dentro del juego,
acordar con lo que es aceptado como valioso dentro del ámbito en cuestión, y
apostar a ello, forma parte de la illusio. Los beneficios que pueden conseguirse
tocando en la orquesta de Fletcher no tienen que ver sólo con lo económico, pues
el reconocimiento juega un papel central. Quienes participan de esta illusio admiten
que aspiran a ser parte de una selecta y reducida elite, y que no cualquier persona
sabrá valorar esta pertenencia. Por ello el reconocimiento otorgado por los jurados
en las competencias, o por auditorios conformados por entendidos y representantes
de importantes instituciones ligadas a la música de Jazz implica mucho más que la
aceptación de un gran público (lo que en términos económicos podría significar un
rédito mayor).
Andrew parece desde el comienzo tener muy claras sus metas, quiere ser el mejor
baterista, y anhela ser tenido en cuenta por Fletcher para formar parte de su
orquesta, como podemos ver desde la primera escena, se reafirma en la
conversación con su padre en el cine, y en los comentarios entre sus compañeros
de clase, quienes mantienen el mismo anhelo. Podríamos decir que reconoce y
acepta las reglas que el campo del conservatorio propone, (o impone) para llegar a
ser exitoso. Para ello es necesario que adquiera una disciplina extrema de estudio,
y, aparentemente, poseer “el don” que lo convertirá en uno de los grandes, y que
espera ser despertado mediante los métodos provocativos y de extrema exigencia
del profesor Fletcher. El capital cultural y simbólico que es reconocido por los
estudiantes en este profesor, ubicándolo como autoridad indiscutida, es usado con
suma arbitrariedad para decidir a quién va a aceptar en su orquesta y a quién no.
Alternativamente dispensa elogios, estimulando y dando esperanzas de éxitos, y
rebaja a los músicos; los coloca como titulares, luego los pasa a suplentes; les da
un papel protagónico, luego secundario; los incluye, los excluye, o los expulsa de la
orquesta, y de esta forma los mantiene en una tensión y exigencia permanente y
extrema. En el momento en que el padre de Andrew sugiere que si este profesor
no lo incluye en su orquesta, podría pensar en otras opciones, ampliar la
perspectiva, él rechaza esa posibilidad. Su padre es escritor, pero no ha logrado
mucho éxito con esta profesión, y se dedica a dar clases en un secundario. Andrew
mantiene una buena relación con él, quien a su vez lo apoya incondicionalmente,
pero aspira a alcanzar mayores logros.
CONCLUSIÓN