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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS

CENTRO PSICOPEDAGÓGICO Y DE INVESTIGACIÓN EN


EDUCACIÓN SUPERIOR
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN SUPERIOR
“DIDÁCTICA UNIVERSITARIA”

ANÁLISIS
MÚSICA Y OBSESIÓN (Whiplash)

DOCENTE : MG. SC. SERGIO CALDERÓN

ESTUDIANTE : JOEL ANDRES CHACON HUARICALLO

LA PAZ, 04 DE MAYO DE 2018


ANÁLISIS

MÚSICA Y OBSESIÓN (Whiplash)

INTRODUCCIÓN:

La película Whiplash nos muestra la historia de un joven, Andrew Neiman, de 19


años, que busca convertirse en uno de los mejores bateristas de la historia. Para
lograr su objetivo asiste a estudiar Jazz al conservatorio Shaffer, de New York, que
es considerado el de mayor prestigio, y consigue captar la atención del maestro
Terence Flechter, quien dirige, con métodos de enseñanza muy cuestionables, la
más premiada orquesta que representa a la institución.

Los aportes teóricos de autores como Bourdieu, Becker, y otros nos permitirán
analizar la trayectoria de este personaje y las peculiaridades de las relaciones que
se establecen en el campo del conservatorio, y los ámbitos ligados a la carrera
musical.

ANÁLISIS

Los campos sociales, tal como los concibió Bourdieu, son los espacios de juego que
van conformándose históricamente, con sus instituciones específicas y sus leyes de
funcionamiento propias (Bourdieu, P. 1987, citado en Gutiérrez, A., 2014: 11). El
Conservatorio de Música de la Costa Este es presentado como el lugar donde son
formados los músicos que representan la elite del Jazz a nivel mundial. En el campo
del conservatorio de música Shaffer todos parecen aceptar la máxima jerarquía en
la formación musical encarnada en la persona de Fletcher, y no cuestionar, en
consecuencia, sus métodos. Tocar en su orquesta representa la posibilidad de
obtener prestigio y el acceso a puestos de trabajo de alto nivel, un capital simbólico
altamente valorado por estos estudiantes. En torno al valor que se le da a la
posibilidad de formar parte de dicha orquesta gira en gran medida la illusio propia
de este campo. Bourdieu emplea el término illusio para referirse al interés que
alimenta la participación en un determinado “juego” social. El estar dentro del juego,
acordar con lo que es aceptado como valioso dentro del ámbito en cuestión, y
apostar a ello, forma parte de la illusio. Los beneficios que pueden conseguirse
tocando en la orquesta de Fletcher no tienen que ver sólo con lo económico, pues
el reconocimiento juega un papel central. Quienes participan de esta illusio admiten
que aspiran a ser parte de una selecta y reducida elite, y que no cualquier persona
sabrá valorar esta pertenencia. Por ello el reconocimiento otorgado por los jurados
en las competencias, o por auditorios conformados por entendidos y representantes
de importantes instituciones ligadas a la música de Jazz implica mucho más que la
aceptación de un gran público (lo que en términos económicos podría significar un
rédito mayor).

Andrew parece desde el comienzo tener muy claras sus metas, quiere ser el mejor
baterista, y anhela ser tenido en cuenta por Fletcher para formar parte de su
orquesta, como podemos ver desde la primera escena, se reafirma en la
conversación con su padre en el cine, y en los comentarios entre sus compañeros
de clase, quienes mantienen el mismo anhelo. Podríamos decir que reconoce y
acepta las reglas que el campo del conservatorio propone, (o impone) para llegar a
ser exitoso. Para ello es necesario que adquiera una disciplina extrema de estudio,
y, aparentemente, poseer “el don” que lo convertirá en uno de los grandes, y que
espera ser despertado mediante los métodos provocativos y de extrema exigencia
del profesor Fletcher. El capital cultural y simbólico que es reconocido por los
estudiantes en este profesor, ubicándolo como autoridad indiscutida, es usado con
suma arbitrariedad para decidir a quién va a aceptar en su orquesta y a quién no.
Alternativamente dispensa elogios, estimulando y dando esperanzas de éxitos, y
rebaja a los músicos; los coloca como titulares, luego los pasa a suplentes; les da
un papel protagónico, luego secundario; los incluye, los excluye, o los expulsa de la
orquesta, y de esta forma los mantiene en una tensión y exigencia permanente y
extrema. En el momento en que el padre de Andrew sugiere que si este profesor
no lo incluye en su orquesta, podría pensar en otras opciones, ampliar la
perspectiva, él rechaza esa posibilidad. Su padre es escritor, pero no ha logrado
mucho éxito con esta profesión, y se dedica a dar clases en un secundario. Andrew
mantiene una buena relación con él, quien a su vez lo apoya incondicionalmente,
pero aspira a alcanzar mayores logros.

A diferencia de lo que ocurre en otros casos analizados por sociólogos como


Becker, H. (1963) y Perkins, R (2013), en el campo del conservatorio de Shaffer
pareciera que el único capital social valorado es el que puede adquirirse
vinculándose con, y por mediación de, Fletcher, que es quien lleva a los músicos a
tocar frente a los más selectos públicos y en las más importantes competencias.
Bourdieu, en diálogo con los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de Nîmes,
abre este interrogante: ¿quién será juez de la legitimidad de los jueces? (2014: 23).
Pero ese interrogante no se formula entre los estudiantes del conservatorio de
Shaffer (al menos los protagonistas principales de la película), que aspiran a triunfar
en las más importantes competencias y audiciones. El director de la orquesta
acapara un poder excesivo que utiliza a su criterio. En lugar de fortalecer los lazos
de unión entre los músicos fomenta la competencia agresiva, y los músicos tienden
a querer humillar o ver humillados a sus compañeros, y ser ellos ponderados. Bajo
esta influencia, Andrew, que no ha hecho muchas amistades, se aísla cada vez
más, adoptando progresivamente actitudes hostiles hacia los demás, e intentando
colocarse por encima de sus compañeros bateristas. Incluso resigna su relación
amorosa con Nicole creyendo que es necesario hacerlo para poder dedicarse de
lleno a su vocación. Ella cuestiona los razonamientos de Andrew, pone en duda
que él no sea ya un buen baterista. Pero al igual que su primo, cuando en la mesa
plantea la pregunta: “¿Cómo sabes quién gana en un concurso musical? ¿No es
subjetivo?”, ellos están hablando desde fuera del campo de la música, carecen de
autoridad para establecer un canon estético, y sus cuestionamientos son
inmediatamente desechados.

CONCLUSIÓN

Andrew experimenta un momento de crisis cuando llegado al extremo de querer


tocar luego de haber sufrido un accidente, producto del anhelo de mantener el lugar
de baterista titular en el concierto, (que había ganado literalmente a fuerza de
sangre, sudor y lágrimas), y del despotismo de Fletcher que le impone exigencias
llevándolo al límite, ataca al profesor, descargando toda su furia. Esto marca el
comienzo de una ruptura con las reglas de juego que habían sido aceptadas hasta
ese instante. La ruptura es gradual, y no es total: en un primer momento reúsa
declarar contra su profesor, luego accede, y cuando se reencuentra con él termina
aceptando la propuesta de tocar en su nueva orquesta. En la conversación del bar
demuestra ya una mirada más crítica hacia la posición del docente, aunque
mantiene, a pesar de todo, cierto respeto. Toma conciencia de la fragmentación a
la cual lo condujo un método tan obsesivo, intenta reparar el daño con Nicole, y
choca con las consecuencias de sus decisiones, pero mantiene su fe en la illusio
que lo anima a seguir creyendo en el valor del juego. El habitus, además de ser el
resultado de condiciones objetivas, es también capital incorporado, principio a partir
del cual el sujeto define su acción, y podríamos decir que Andrew finalmente logra
capitalizar lo mejor de sus experiencias para alcanzar su máximo potencial, y
demostrarlo en el concierto de JVC. De esta forma el relato concluye dejando abierta
la posibilidad de considerar una controvertida e inquietante conclusión: tal vez el
agresivo método de Fletcher finalmente dio resultado. Sin embargo me inclino por
pensar que en todo caso Andrew logra sobreponerse y sacar lo mejor de sí como
baterista, pese a los pésimos recursos (anti) pedagógicos de Fletcher, con los que
consiguió desalentar a muchos músicos, y conducir al suicidio a uno de sus mejores
ex alumnos. La desvalorización pone en tensión la identidad de los alumnos, en
lugar de promover una adecuada integración y auto superación.

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