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Índice Estandarizado de Precipitación (SPI)

De los índices que actualmente se utilizan para vigilar la sequía, el Índice Estandarizado de
Precipitación (SPI por sus siglas en inglés) también conocido como el Índice Normalizado
de Precipitación es uno de los más utilizados en más de 70 países. Este índice creado por
McKee en 1993 destaca por la sencillez, facilidad de cálculo y su significado desde el punto
de vista estadístico, además de la relación de los déficits de precipitación con los diferentes
impactos en las aguas subterráneas, el almacenamiento de agua en reservorios, en la
humedad del suelo, los bancos de nieve y los caudales fluviales que lo hacen altamente
aceptado en los estudios de la sequía.
La sencillez del SPI radica en que utiliza únicamente la precipitación para su cálculo y es
efectivo para analizar los períodos y ciclos húmedos y secos, a diferencia de otros como el
Índice de Palmer. Los registros de precipitación se ajustan a una distribución de
probabilidades y a continuación se transforman en una distribución normal. Los valores
positivos/negativos del SPI indican que la precipitación es mayor/menor que la mediana.
Idealmente se requiere de un mínimo de entre 20 y 30 años de valores mensuales de
precipitación para su cálculo, pero lo óptimo y preferible es utilizar 50 y 60 años o más de
acuerdo con la Guía del usuario sobre este índice de la Organización Meteorológica
Mundial (OMM)1. El SPI puede calcularse para distintas escalas temporales (1, 3, 6, 9, 12,
24 y 48 meses) lo cual permite evaluar la severidad de la sequía en el corto y largo período,
los inconvenientes es que únicamente puede cuantificar el déficit de precipitación.
El Servicio Meteorológico Nacional calcula el SPI a partir de un conjunto de estaciones de
su Base de Datos Climatológica, este conjunto puede variar debido a la pérdida de
estaciones de largo período o por la incorporación de aquellas que cumplen con los
siguientes requisitos.
Serie larga (mayor a 30 años).
Menos de 20% de datos faltantes en el período.
Que las estaciones climatológicas reporten información de manera operativa.
BIBLIOGRAFÍA
1
Organización Meteorológica Mundial, 2012: Guía del usuario sobre el Índice normalizado
de precipitación (OMM-Nº 1090) (M. Svoboda, M. Hayes y D. Wood), Ginebra.
https://smn.cna.gob.mx/es/climatologia/monitor-de-sequia/spi
Interpretación del Índice de Precipitación Estandarizado (SPI)

El índice SPI se define como un valor numérico que representa el número de


desviaciones estándar de la precipitación caída a lo largo del período de
acumulación de que se trate, respecto de la media, una vez que la distribución
original de la precipitación ha sido transformada a una distribución normal. De este
modo se define una escala de valores que se agrupa en tramos relacionados con
el carácter de la precipitación.
Este índice fue diseñado con objeto de dar cuenta de las distintas maneras en que
el déficit de precipitación afecta a los diferentes sistemas de recursos hídricos
(humedad del suelo, aguas superficiales, aguas subterráneas, etc.).
Concretamente, el SPI fue desarrollado por el investigador estadounidense Mc
Kee en 1993 para poder cuantificar el déficit de precipitación para diferentes
escalas temporales y, en base a ello, poder evaluar el impacto del déficit de
precipitación sobre la disponibilidad de los distintos tipos de recursos hídricos. Así,
por ejemplo, las condiciones de humedad de los suelos son sensibles a las
anomalías (positivas o negativas) de la precipitación a corto plazo, en tanto que
las reservas de aguas superficiales (embalses) y subterráneas (acuíferos), así
como los caudales fluviales, responden a anomalías pluviométricas a largo plazo.
A través del uso del índice SPI es posible cuantificar y comparar las intensidades
de los déficits de precipitación entre zonas con climas muy diferentes y tiene la
propiedad de que puede integrarse sobre un amplio rango de escalas temporales,
lo que hace que pueda ser utilizado como indicador de diferentes tipos de sequía,
tanto aquellas que son de corta duración y que producen efectos principalmente
sobre los sectores agrícola, forestal y pecuario, como para caracterizar sequías
climáticas de larga duración conducentes a sequías hidrológicas.
Para el cálculo del SPI para un lugar determinado, se parte de la serie histórica de
precipitaciones mensuales correspondiente al período requerido, serie que es
ajustada a la distribución teórica de probabilidad que se considere conveniente,
que se transforma, a continuación, en una distribución normal, de manera que el
valor medio del SPI para el lugar y el período elegidos sea 0 (Edwards y Mc Kee,
1997). Los valores positivos del SPI indican una precipitación superior a la media y
los valores negativos del mismo, una precipitación inferior a la media. Dado que el
SPI está normalizado, tanto los períodos húmedos como los secos se pueden
representar de la misma manera y aplicando este índice se puede hacer un
seguimiento de cualquier período, tenga éste un carácter u otro. Se puede
determinar el carácter de un período dado (normal, más o menos húmedo, más o
menos seco) en función del signo (positivo o negativo) y el valor absoluto del SPI
(por encima o por debajo de 0), habida cuenta de que los valores del índice
comprendidos entre -1 y +1 caracterizan un período como "normal" al indicar que
se está en la parte central de la distribución, la que se sitúa en torno a la media, a
una distancia de ella igual o menor que la desviación estándar.
Los mismos autores que diseñaron este índice establecieron también el criterio
para definir un período de sequía. Según el mismo, se dice que tiene lugar un
período seco siempre y cuando el SPI presente una secuencia continua de
valores negativos, tales que éstos sean iguales o inferiores a -1, si bien se
considera que este evento no llega a su fin hasta el momento en que dicho índice
vuelve a tomar un valor positivo. Esta definición permite caracterizar cada período
seco de acuerdo a su duración, intensidad y magnitud. La "duración" del evento la
determina la longitud del período en el que los valores del SPI cumplen las
condiciones requeridas por dicha definición. La "intensidad" del mismo viene
determinada por el máximo valor negativo, a partir de -1, que el SPI alcance
dentro del período seco analizado. Finalmente, su "magnitud" viene dada por la
suma de los valores del SPI correspondientes a todos los meses comprendidos
dentro del período seco considerado.
A modo de ejemplo se puede indicar que un valor de SPI para 3 meses de -2,3
indicaría que la cantidad de precipitación que se ha registrado a lo largo de ese
período se ha situado a 2,3 veces la desviación estándar por debajo del valor
medio.

http://www.aemet.es/es/serviciosclimaticos/vigilancia_clima/vigilancia_sequia/ayuda

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