Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Muchos son los términos nuevos que han llegado al mundo de la educación
desde la segunda mitad del siglo XX. Es natural, la pedagogía evoluciona
y lo hace al ritmo de las disciplinas de las que se nutre, que hoy por hoy
es vertiginoso. El conocimiento científico se multiplica por dos cada 15
años y han transcurrido más de 20 desde que los currículos y sus enfoques
se modificaron radicalmente en la mayoría de países del mundo.
Cada una de estas seis capacidades posee indicios concretos que permiten
verificar su logro y que en el Currículo Nacional están descritos en los
llamados «desempeños de grado».
Pero, mucha atención. Cuando un niño habla con otro niño o con un
adulto, demuestra competencia de comunicación oral solo cuando pone
en juego no una o dos sino las seis capacidades, porque se expresa y
escucha al mismo tiempo. Esto le exige combinar todas ellas de la manera
más apropiada posible. Que pueda hacer eso es el propósito final de la
enseñanza de la comunicación oral.
La nube negra
Las sesiones pueden ser útiles como parte de un repertorio más amplio
de instrumentos didácticos que abran posibilidades al desarrollo de la
competencia misma; y solo a manera de ejemplo, no como plantilla
universal de uso forzoso. Los docentes requieren repertorios amplios pues
la enseñanza de las competencias es un desafío complejo. Creo
sinceramente de que estamos a tiempo de corregir el rumbo y el plan de
implementación del Currículo Nacional es una excelente oportunidad.
Sé perfectamente que la escuela nos educa la mente para repetir las ideas
de otros, no para que podamos conectarlas unas con otras de manera
lógica, para asociarlas en función de sus semejanzas o diferencias, de su
oposición o su complementariedad, menos aún para reflexionarlas y
relacionarlas con hechos. Lo que nunca ha dejado de sorprenderme es la
manera como hemos naturalizado esta visión fragmentada y disociada de
las cosas, al punto que nos puede llegar a parecer estrafalario, absurdo e
innecesario cualquier intento de articularlas.
Peter Senge piensa lo mismo: «Desde muy temprana edad nos enseñan
a analizar los problemas, a fragmentar el mundo. Al parecer esto facilita
las tareas complejas, pero sin saberlo pagamos un precio enorme. Ya no
vemos las consecuencias de nuestros actos: perdemos nuestra sensación
intrínseca de conexión con una totalidad más vasta. Cuando intentamos
ver la “imagen general”, tratamos de ensamblar nuevamente los
fragmentos, enumerar y organizar todas las piezas. Pero, como dice el
físico David Bohm, esta tarea es fútil: es como ensamblar los fragmentos
de un espejo roto para ver un reflejo fiel» (Senge, 2011).
Esta dificultad nos afecta a todos, aunque a veces nos topamos con
excepciones inesperadas. Le ocurrió una vez a la psicóloga de un jardín
infantil privado, que tenía a su hijo de 5 años en el mismo nido y que se
hallaba sumamente confundida por el reiterado mal comportamiento del
niño. Se había habituado a molestar a diario a sus compañeritos y a desoír
las advertencias de su maestra, a consecuencia de lo cual terminaba
enviado a la dirección para que la madre se acercara a llamarle la
atención. Como la mamá solía estar ocupada, una manera de evitar que
la impaciencia de la espera ocasionara incidentes, entretenían al niño con
un paquete de galletas. Pero era inútil. La escena se empezó a repetir
cada día y este itinerario se fue convirtiendo en un rito invariable. Cuando
me hicieron la consulta, no pude dejar de expresar mi admiración por el
niño. A diferencia de su maestra y de su propia madre, que aislaban su
conducta del contexto y de las demás intervenciones concurrentes sin
hallar respuestas, el hijito de la psicóloga había percibido con gran lucidez
la conexión de los hechos y a utilizarla para obtener su propósito. Si quería
exonerarse de una clase aburrida, gozar del privilegio de ver a su madre
y disfrutar además de unas galletas extras, solo tenía que molestar a un
amiguito. El efecto dominó era instantáneo y el éxito estaba asegurado.
El telescopio de Galileo