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CAPITULO 6

LA DIVERSIDAD ÉTNICA Y LOS NUEVOS DESAFÍOS


CULTURALES EN CHILE

LA IMPORTANCIA DE LAS ETNIAS EN EL IMAGINARIO DE


LOS CHILENOS
En el imaginario colectivo de los chile- do chileno es justa”. Por su parte, el 88% de la
nos, los pueblos originarios aparecen población capitalina estima que los mapuches son
como una base de la raíz cultural de la discriminados por los chilenos. Un 79% cree que no
nacionalidad, y no se consideran como un peso disuadiría a su hijo/a si deseara casarse con un/a jo-
para el desarrollo del país. Al contrario, se obser- ven mapuche (PubliMetro, 2001).
va una actitud positiva a sus reivindicaciones y una
oposición a su discriminación. En una encuesta Es interesante observar en este estudio de opinión
realizada por una entidad particular en el Gran que el 70% cree que “tras las acciones de violencia
Santiago se entregan antecedentes, que apuntan a en La Araucanía hay intereses ajenos al pueblo
ello. En un 73%, los santiaguinos consideran que mapuche”. Pero, al mismo tiempo, el 63%, si fuera
los esfuerzos de los mapuches por “reconquistar mapuche, “estaría en las barricadas luchando por sus
sus tierras y obtener una cierta autonomía del esta- derechos”. Mayoritariamente, los santiaguinos creen

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que los mapuches debieran tener un grado de auto- CUADRO 27
Todos sabemos que los chilenos somos una mezcla de distintas culturas,
nomía, dependiente del estado de Chile, lo que in- unas indígenas y otras extranjeras, usted se siente más cerca de…(porcentaje)
cluye educación, justicia, y otros.
La herencia cultural de los pueblos indígenas 71
En la Encuesta Nacional del PNUD 2001 exis-
La herencia cultural de los pueblos extranjeros 25
ten tendencias muy significativas que respaldan la
NS-NR 4
hipótesis de que la sociedad chilena valora la im-
Total 100
portancia cultural de los pueblos originarios. Ello
se aprecia en el cuadro 27. Fuente: Encuesta Nacional PNUD, 2001.

Esta distribución nacional es significativamente CUADRO 28


Chile es un país más avanzado que sus vecinos porque hay menos indíge-
más acentuada hacia la herencia cultural extranjera
nas (porcentaje)
en la Región Metropolitana (36% de los santiaguinos
entrevistados) y en la Región de Valparaíso (32%). De acuerdo 27
Es necesario subrayar que la Región de La Araucanía En desacuerdo 69
se mantiene en el promedio nacional. La Región de NS-NR 4
Coquimbo, en tanto, es la que más se considera he-
Total 100
redera de las culturas originarias (88%).
Fuente: Encuesta Nacional PNUD, 2001.
Al mismo tiempo, se puede señalar que los chi-
lenos no consideran que el nivel de desarrollo del genas. La opinión, ampliamente mayoritaria, está
país comparado con sus vecinos dependa de la en desacuerdo con una afirmación como la plan-
menor importancia relativa de los pueblos indí- teada en la pregunta del cuadro 28.

LA POBLACIÓN INDÍGENA EN CHILE


El Censo de Población de 1992 estableció la Producto de la migración, la mayoría de los indí-
existencia, en Chile, de casi un millón de perso- genas (79,2%) vive en las ciudades. Sólo en Santia-
nas (998.385) mayores de 14 años que se declara- go, se autoidentifican como mapuches 433.035 per-
ban como pertenecientes o cercanas a una agru- sonas, representando el 10,6% de la población de la
pación, cultura o pueblo indígena. De ellos, 928.060 Región Metropolitana. Los estudios posteriores al
declararon su pertenencia mapuche y, contando a Censo han mostrado que estas personas se concen-
los niños, se tendría una población de 1.282.111 tran en ciertas partes de la ciudad, por lo general en
personas relacionadas o pertenecientes a esa etnia. las comunas pobres de la capital. Es así que en Cerro
En definitiva, el 9,6% de la población del país decla- Navia habitan 14.646 mapuches, el 12,5% de la
ra pertenecer a algún pueblo indígena. población de esa comuna.

Un estudio posterior muestra que 234.541 per- Junto a los mapuches, que forman el grupo étnico
sonas viven en comunidades indígenas mapuches más numeroso en Chile, se encuentran los aimaras
en el sur de Chile. La cifra no es menor, si se toma del extremo norte del país, que viven tanto en el al-
en cuenta que esas comunidades mantienen vivas tiplano como en las quebradas y, mayoritariamente,
su cultura, su lengua, su religiosidad y sus formas en Arica e Iquique; los atacameños de los oasis del
tradicionales de vida. Son 53.508 hogares Salar de Atacama en la Región de Antofagasta, y tam-
mapuches situados en el campo, en comunidades bién pequeños grupos de quechuas y coyas. En el
homogéneas, esto es, agrupaciones indígenas don- extremo sur, existen agrupaciones de kawashkar y
de se reproduce día a día su cultura. yámanas, descendientes de los pueblos originarios

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del extremo sur de América. En el Pacífico se en- de tres mil personas, descendientes de la ancestral
cuentra la Isla de Pascua con una población de cerca cultura polinésica de ese territorio insular.

REIVINDICACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE LAS ETNIAS


COMO PRODUCTOR CULTURAL
A fines de la década de 1980 se inició un movi- que les cabe a los indígenas a reproducir su cultu-
miento general de reivindicación de la personali- ra y gestionar sus recursos y sistemas de vida. Esta
dad étnica de los pueblos indígenas de Chile. A tra- modificación fue rechazada por el Congreso y
vés de numerosas organizaciones, todas las etnias vuelta a rechazar (por falta de quórum) el año
comenzaron a señalar al país la necesidad de reco- 2001. El Convenio 169 de la Organización Inter-
nocer su existencia, aceptar sus características cul- nacional del Trabajo (OIT), considerado el docu-
turales, y promover un entendimiento basado en la mento internacional de mayor importancia en esta
construcción de una sociedad multicultural. Se pro- materia, fue enviado en 1991 al Congreso para su
dujo un cambio en la orientación de las reivindica- ratificación pero no fue aprobado y se mantiene
ciones, coherente con lo que ha ocurrido en mu- hasta hoy su tramitación. Algunos parlamentarios,
chas partes del mundo y en América Latina. Los en ambos casos, alegan que no se puede otorgar a
indígenas ya no demandan sólo el control de sus los indígenas la categoría de “pueblos”, esto es,
recursos, tierra por ejemplo, sino también el dere- sujetos de derechos colectivos.
cho a coexistir en la sociedad de acuerdo a sus pro-
Sin embargo, en 1993 se aprobó la Ley Indíge-
pias pautas culturales. Surge, por lo tanto, el desa-
na que, si bien no implica un reconocimiento cons-
fío de la diversidad.
titucional, otorga personería a las comunidades,
La nueva regulación entre la sociedad chilena y protege sus tierras, establece sistemas para su am-
los pueblos indígenas se puso a prueba al comien- pliación, fomenta la cultura indígena y establece
zo de la década de 1990, cuando el Ejecutivo en- un mecanismo institucional para el desarrollo de
vió al Congreso un conjunto de reformas jurídi- políticas públicas hacia este sector. La Ley, cuyo
cas que afectarían positivamente las relaciones avance frente a anteriores legislaciones es eviden-
interétnicas en Chile. La reforma constitucional te, no satisface sin embargo las aspiraciones de
tenía por objeto el reconocimiento, al nivel jurí- plurietnicidad y multiculturalidad planteadas por
dico más alto, de la plurietnicidad y del derecho la creciente demanda indígena.

UNA NUEVA AGENDA EN RELACIÓN CON LOS PUEBLOS


INDÍGENAS
En el ámbito de la educación y la cultura, según estereotipada del estado chileno, menospreciándose
los dirigentes consultados (PNUD, 2000b) el desa- las historias particulares, regionales o de los grupos
fío de la diversidad plantea a la sociedad chilena la sociales que no han sido dirigentes y hegemónicos
construcción de una nueva agenda. Ésta debería pro- en el Estado Nacional. El respeto y fomento a la di-
poner dos transformaciones profundas. La primera versidad pasaría por la transformación de esos pro-
tiene relación con la educación general y la segunda gramas de estudio y contenidos educacionales y por
con la educación de las comunidades indígenas. La la comprensión de la multiculturalidad, tanto de la
educación general en Chile habría sido culturalmente historia como de los contenidos más variados de las
homogeneizante. Se habría enseñado la historia ciencias y humanidades.
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En cuanto a la educación de los indígenas, ésta
tuvo un carácter absolutamente homogeneizante,
destinada –según los dirigentes consultados– a
chilenizar y castellanizar a las poblaciones. Tanto
en el norte de Chile como en el sur del país, se
habría empleado la escuela pública como un ins-
trumento de construcción de una ciudadanía ho-
mogénea en términos culturales. En los últimos años
se han realizado pequeñas experiencias piloto en el
ámbito de la educación intercultural bilingüe. La
expansión de estos programas, su difusión genera-
lizada y la capacidad de transformar la escuela en
una entidad intercultural serían algunos de los de-
safíos más importantes que presenta la diversidad
étnica del país.

En cuanto a los derechos políticos indígenas, el


sistema institucional tendría que establecer for-
mas de participación y representación hoy
inexistentes. Las diversas etnias tienen derechos
ciudadanos y políticos en cuanto chilenos, pero no
en cuanto indígenas. En el país se desarrolla un de-
bate, aún no resuelto, sobre el reconocimiento en vertido es el otorgamiento de especificidades ad-
el sistema político institucional de la diversidad ministrativas a los entes políticos locales de áreas
étnica en sus estructuras normativas y administra- de alta densidad indígena, como los municipios.
tivas. La conformación de un ente político que otor- La redefinición, por último, del sistema de ordena-
gue representatividad a los pueblos indígenas es aún miento administrativo del país tomando en cuenta
un proceso que no logra compatibilizarse con la su caracterización étnica es otro aspecto planteado
tradición unitaria e integrada de la nacionalidad, por algunos dirigentes de las etnias originarias para
ni con la teoría democrática. Igualmente contro- el futuro mediato.

MODERNIZACIÓN, POBREZA Y CULTURAS AUTÓCTONAS


Una mirada más adecuada que la anterior indi- ción existe, empero, tanto para las comunidades
caría que un fuerte sentido de pertenencia a las como para el resto del país.
culturas tradicionales, a sus identidades, costum-
bres e incluso ritualidades, no se contradice con La pobreza es característica de las comunidades
la participación en sistemas modernos y indígenas tanto rurales como urbanas. Todas las
globalizados de comunicaciones, productivos y estadísticas sociales y sanitarias muestran que las
técnicos. Las experiencias, por cierto de carácter áreas de alta concentración indígena poseen índi-
selectivo, en muchos sectores indígenas estarían ces negativos a la media del país. La pobreza tiene
mostrando la capacidad que tienen estas comuni- que ver con numerosos factores; en primer lugar,
dades de combinar ambos aspectos de la vida so- en la visión de algunos, las comunidades indíge-
cial: una fuerte reivindicación étnica y a la vez una nas y en particular las mapuches sufrieron un pro-
intensa participación en procesos de alta comple- ceso de reducción de sus tierras por parte del esta-
jidad y modernidad. El desafío de la moderniza- do a fines del siglo XIX y comienzos del XX, que
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los constituyó como una población potencialmen- De este modo, el desafío más complejo para la
te pobre. En segundo lugar, se habría producido sociedad chilena, en la versión más indigenista, es
una pérdida de recursos, tanto por pérdida de tie- comprender la relación entre superar la discrimi-
rras como por la degradación de los recursos na- nación y la pobreza, y abrir cauces a la
turales. En tercer lugar, la pobreza rural indígena representatividad y a la participación, en digni-
tendría relación con la crisis de la agricultura tra- dad y derecho, de las comunidades y pueblos in-
dicional producto de la globalización y apertura dígenas. La mirada del problema indígena como
de los mercados. Los campesinos productores, un problema exclusivamente político pecaría de
mapuches y no mapuches, han visto caer los pre- idealismo y sería siempre un asunto abstracto, fren-
cios relativos en todos los bienes que tradicional- te a una realidad apremiante en la que viven miles
mente producían, tales como trigo, papas, legum- de personas. La visión, asimismo, de la cuestión
bres, carne. En cuarto lugar, las comunidades indígena como un asunto exclusivamente de po-
mapuches, principalmente, se habrían encontra- breza reduciría un complejo tema a una sola de
do cercadas por la expansión forestal del sur de sus variantes y, por lo tanto, no lograría superar la
Chile, con graves consecuencias para su medio am- pobreza ni el carácter subordinado y discrimina-
biente por la desaparición de fuentes de agua, se- do de los indígenas en el seno de la sociedad chi-
quía permanente de los suelos y dificultades para lena. Este es un debate abierto que el país deberá
el ejercicio de la agricultura. ir procesando en el futuro.

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