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NOMBRE: SANTIAGO AGUIAR

FECHA: 04/05/18

HISTORIA DE LA BIOTECNOLOGIA INDUSTRIAL.

En 1957, los virólogos ingleses Alick Isaacs y Jean Lindenmann descubrieron que las células del
embrión de pollo infectadas con el virus de la influenza liberaban una sustancia que protegía a las
células sanas de este virus. Dado que la sustancia interfería la acción del virus, la denominaron
interferón (IFN). Había nacido "la penicilina" de los virus, un antiviral general que despertó no sólo
gran interés entre los científicos, sino en la industria, los gobiernos, los medios y el público en
general. Cincuenta años más tarde había permitido lograr beneficios médicos, formación de nuevas
empresas de biotecnología, un mercado global de entre 5 y 6 mil millones de dólares y,
fundamentalmente, enormes avances en la investigación "básica" y clínica.

Como todo científico formado, Isaacs no era un investigador improvisado: venía estudiando el
fenómeno de la interferencia viral desde hacía muchos años. Él y Lindenmann, afortunado e
inteligente becario de origen suizo, tuvieron la audacia intelectual de "ver" el nuevo fenómeno y
describirlo.

El nuevo desafío era producirlo en escala para poder estudiar sus mecanismos de acción, su
estructura, sus funciones y su potencial actividad clínica como antiviral. Por aquel entonces, había
que trabajar varios días o meses para lograr unos pocos miligramos con un muy bajo grado de
pureza. En Paris, los Drs. Gresser, Chany y Ernesto Falcoff encararon el problema. Falcoff, argentino
nacido y educado en Rosario, hacía unos años que estaba radicado en Francia y fue quien
sistematizó las primeras producciones del IFN a partir de glóbulos blancos humanos en 1966.

Pero sin lugar a dudas fue el finlandés Kari Cantell quien con meticulosidad excesiva llegó a montar
un proceso de producción para toda Finlandia a partir de glóbulos blancos humanos. Así se pudo
comenzar a hacer los primeros estudios clínicos. A su vez, las investigaciones con las nuevas
moléculas permitieron demostrar que sumado a los efectos antivirales, el IFN también presentaba
una actividad que inhibía el crecimiento celular, o sea, un potencial agente antineoplásico. La
capacidad y el esfuerzo del Dr. Cantell permitieron obtener con ese método tradicional unos 50
millones de unidades de IFN (o 250 microgramos de proteína parcialmente purificada) por litro de
cultivo de leucocitos. Es decir, se necesitaban unos 100.000 dadores de sangre para obtener casi
45.000 litros de sangre y así producir unos 250.000 millones de unidades de IFN: esto representaba
un gramo de Interferón. Esta producción permitía tratar unas 100.000 personas con enfermedades
virales "suaves" (herpes simple, resfríos), 2.000 pacientes con enfermedades virales crónicas y unos
500 con cáncer. El costo en 1980 de un gramo de IFN oscilaba entre 5 y 20 millones de dólares ¡Y
esto era sólo el costo de la materia prima!

Un día de marzo de 1978, Cantell estaba en su oficina del Instituto Nacional de Salud Pública en
Finlandia, cuando recibió una llamada telefónica de una persona que él desconocía hasta ese
momento: el Dr. Charles Weissmann del Instituto de Biología Molecular de la Universidad de Zurich,
Suiza. Weissmann le pidió su colaboración para identificar y aislar el gen (o los genes) responsables
de producir el IFN en los cultivos de glóbulos blancos. En aproximadamente 18 meses, las primeras
células de la bacteria Escherichia Coli producían moléculas de IFN humano. Los resultados fueron
publicados en marzo de 1980 en la famosa revista "Nature" de Inglaterra. Era el comienzo de la
nueva era para llevar el Interferón a la clínica y al mercado, donde llegó en 1986. La aparición de la
ingeniería genética en la producción industrial modificó todo el panorama de la producción de
medicamentos.

Este es el origen de la biotecnología actual: la llegada de la biología molecular a la industria. En el


caso del Interferón, al igual que para la hormona de crecimiento, la carrera por clonar bacterias que
produjeran esta proteína, patentar el método y la proteína recombinante, se hizo en dos lugares
casi simultáneamente: en Estados Unidos, en intensa colaboración entre la recientemente creada
empresa de biotecnología Genentech y Roche, empresa farmacéutica Suiza; y en Europa también
entre la "biotech" Biogen, creada en 1978 por varios e importantes investigadores, y Schering de
Estados Unidos.

De esta manera también comenzaba una novedosa relación entre las universidades y las compañías
que resulta esencial para la biotecnología a pesar de los riesgos y conflictos que todavía continúan.
Habría resultado imposible realizar el proyecto completo del IFN sólo en los laboratorios de la
universidad: aislar genes y clonarlos hubiese sido posible, pero no completar los desarrollos de
mejorar la expresión, producción y purificación, sobre todo para aquellos primeros momentos
donde todavía había grandes dudas acerca de la utilidad clínica y comercial del IFN. La historia de la
producción del Interferón alfa para llevarlo a la clínica y estudiar si tenía aplicación ilustra el gran
desafío que significa el desarrollo de proteínas terapéuticas. Finalmente, se demostró la eficacia del
IFN en el tratamiento de la tricoleucemia (una leucemia de baja incidencia), y se abrió un gran
panorama para seguir adelante en la investigación clínica y obtener más resultados en hepatitis C y
otros procesos neoplásicos.

También en América Latina el IFN impulsó el desarrollo de la biotecnología industrial, y en algunos


países, como Argentina y Cuba, aparecieron las primeras empresas del sector. En Cuba, fue
inmediata la utilización del IFN como medicamento y en Argentina se creó la primera empresa de
biotecnología del país: BioSidus.

Saltamos al siglo XXI. El 14 de mayo de 2007, Nautilus Biotech, una compañía norteamericana líder
en biotecnología, recibió la aprobación por la FDA (Food and Drug Administration) para realizar la
Fase I de la prueba clínica para su Beleferon oral (Interferón por vía oral de liberación controlada).
La Fase I se realiza para comprobar su seguridad, su tolerancia y la farmacocinética del producto.
Cabe destacar que el presidente y la directora científica de la empresa son dos argentinos, Manuel
Vega y Lila Drittanti. "Final de juego" o de la historia, por ahora, Vega y Drittanti han continuado en
la línea de los trabajos pioneros de Ernesto Falcoff (argentino y rosarino) en la producción de IFN a
partir de leucocitos y de la escuela de la Dra. Sacerdote de Lustig y sus investigadores en el Instituto
de Oncología Angel Roffo de la Universidad de Buenos Aires. ¿Casualidad o causalidad?

El Interferón ilustra todo el camino para llegar del laboratorio al mercado y la necesidad de una
nueva tecnología basada en el conocimiento: la biotecnología. Hace 50 años, mientras en Londres
se producía este sorprendente descubrimiento, en nuestro país nacían los organismos de ciencia y
técnica, como el INTI, buscando fomentar la investigación e instalar una herramienta de apoyo
tecnológico a la industria.
APLICACIONES DE LA BIOTECNOLOGIA INDUSTRIAL.

La biotecnología industrial es una disciplina de carácter horizontal que combina amplios


conocimientos científicos y tecnológicos e implica la utilización de diversas técnicas: ADN
recombinante, bioprocesos, cultivo de células y tejidos, etc. en la intervención en la solución de
problemas asociados a productos y procesos de múltiples sectores de actividad: agropecuario,
alimentos, textil, salud, celulosa y papel, medio ambiente, entre otros. Para ello es necesario contar
con conocimientos específicos de los diferentes procesos tecnológicos y los problemas asociados
que atañen a los sectores productivos en materia biotecnológica. La utilización de las biotecnologías
reporta múltiples beneficios en simplificación de procesos, mejoras en la calidad de los productos,
menor impacto ambiental, y ahorro de costos. También han permitido el desarrollo de nuevos
productos. Por ejemplo, las tecnologías de ADN recombinante han permitido la producción de
proteínas terapéuticas, que serían económicamente inviables de obtener por métodos extractivos.

• La biotecnología y los alimentos

• La biotecnología y la industria textil

• La biotecnología y la salud

• La biotecnología y la industria del papel

• La biotecnología y el medio ambiente

• La biotecnología y la energía

• La biotecnología y la química

• La biotecnología y el agro

• La biotecnología y los animales

BIBLIOGRAFIA:
Savón, R. C. B., Fernández, C. D., Manrique, C. E. M., Sevilla, E. I. R., & Quevedo, H. J. M. (2002).
Efecto de la luz en la concentración de micosteroles de Pleurotus ostreatus Var. Florida. Revista
Cubana de Alimentación y Nutrición, 16(1), 13-18.

Franco Castaño, A. (2017). La intervención económica del Estado sobre el acceso y mercado de
los recursos genéticos y biológicos (Master's thesis, Universidad Andina Simón Bolívar, Sede
Ecuador).

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