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CLÁUSULAS

I.- FRONTERAS CON LOS PADRES.


Muchas de las crisis en el matrimonio o la relación de pareja se originan por
no poner los límites en la familia, por lo que la resolución debe ser: Matrimonio
implica darse uno al otro el primer lugar. Esto no implica abandonar a los padres
sino vivir lo suficientemente separados que no afecte ninguna de las dos relaciones.

Una mujer que se cría sin figura paterna en la casa, va a tener problemas en
darle a su marido el lugar que le corresponde. De la misma manera, un hombre
demasiado apegado a sus padres, va a tener dificultad en brindar a su esposa el
lugar debido.

Nada más importante que mi pareja. Ni los amigos, ni los hijos, ni la familia
extendida, ni el trabajo. Un buen esposo da la primacía a su esposa y viceversa. Se
afana por agradar y hacer sentir amado/a a su compañero/a.

La idea es que nadie va antes que la pareja. La prioridad antes del matrimonio
es obedecer a los padres. La nueva prioridad después del matrimonio es la relación
de la pareja. Un apego excesivo a la familia de origen es dañino para el patrimonio,
debe haber equilibrio.

II.- FRONTERAS CON LOS HIJOS.


Los hijos no deberían ser un obstáculo para la buena convivencia en las
parejas, pero el mal manejo de esta situación lleva aun al divorcio, por lo que la
segunda resolución es: Los hijos deben ir creciendo hasta asumir su propia
individualidad. Por no tener en cuenta el principio de separar a los hijos para que
sean entes que crecen y se superan hay muchos problemas en el matrimonio.
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Gabriel García Márquez afirmó en una entrevista: “En América Latina, el


matrimonio termina después que llegan los hijos, a partir de allí, la mujer se casa
con sus hijos, y adiós matrimonio”.

Inconscientemente la madre sustituye a su pareja por el hijo, y le brinda a


este las atenciones que antes eran exclusivas de su pareja.

Trampas en el matrimonio:
1. Traer hijos a dormir a la cama con sus padres (crear límites y
fronteras).
2. La idea de que no se puede salir sin los hijos.

III.- MOMENTOS EXCLUSIVOS:


Una pareja que no busque tener momentos únicos con su pareja hará que la
relación sea monótona y vacía, por lo que la resolución debe ser: La pareja requiere
con frecuencia momento de exclusividad. Busque sus momentos de exclusividad
que incluyen su habitación, salida juntos, tomar tiempo cada año para revivir la luna
de miel mejorándola cada vez.

El matrimonio se debe ver como un espacio para el disfrute y durante el cual


la pareja puede tener un romance literalmente “mejor que cuando novios”.

Dios mismo al crear el matrimonio lo justificó diciendo: “no es bueno que el


hombre esté solo”. Lástima que, una vez casados, tantas parejas se descuiden uno
del otro.

IV.- EXCLUSIVIDAD SEXUAL.


La exclusividad sexual implica un hombre para una mujer, y una mujer para
un hombre en amor y respeto mutuo, disfrutando el acto sexual tal y como Dios lo
diseñó para la procreación y el disfrute. La resolución debe ser: Matrimonio implica
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exclusividad en lo sexual. Un punto en extremo importante es aprender a conocerse


mutuamente en las partes erógenas de su cuerpo para el mayor disfrute sexual.

Ésta cláusula trata las zonas erógenas, tanto del hombre como de la mujer.
Afirmando, que la mujer tiene tantas formas de excitarse y provocar placer que el
hombre tiene la oportunidad de “un todo incluido”. La diferencia es que la mujer ve
el sexo como una relación amorosa más que como desahogo sexual.

La mujer de su parte, tiene que tomar en cuenta la naturaleza delo varón. Si


el hombre no tiene su ración de sexo, con la frecuencia requerida, y con la diversidad
necesaria, se torna irritable y se desmotiva para dar a su mujer el trato que ella
merece.

V.- RECIPROCIDAD:
Es importante anotar en este caso que en el matrimonio no se puede buscar
héroes ni mártires, sino de qué manera contribuye cada cual con los resultados
finales de la relación, por lo que la resolución debe ser: La suerte del matrimonio
depende de parte y parte. En una relación no hay solos ganadores, somos un solo
cuerpo y por lo tanto buscamos el bienestar mutuo.

En este juego, a cada confrontación que nos hacen, respondemos con un


mecanismo de defensa. Es como dice el proverbio: “la blanda respuesta quita la ira,
más la palabra áspera hace subir el furor”. (Prov.). Según sea mi respuesta, quito la
ira, o hago subir el furor de mi pareja. Lo mismo sucede con mi pareja, pero, como
yo no tengo control sobre ella, mi mejor alternativa de cambio es que CAMBIE YO.

La poca comunicación es un factor predominante, debe reestablecerse. La


comunicación es un proceso circular, de modo que lo que cada uno hace repercute
en su contraparte, y cualquiera que tome la iniciativa para cambiar, termina
cambiando a su pareja. La otra parte del problema es que uno tiene su propio
defecto, y este se corresponde con el de la pareja.
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VI.- BUENA COMUNICACIÓN.


Hay un gran porcentaje de parejas que tienen problemas maritales a causa
de la mala comunicación y por no tener una actitud positiva en resolver los conflictos
que se dan en el mismo por no haber actuado correctamente en este arte de
comunicar, la resolución entonces es: La clave para comunicarse bien es tener una
actitud positiva. La buena comunicación tiene también su momento para hacer una
confrontación franca, también es importante aprender los lados buenos y malos de
su pareja.

La buena comunicación tiene también su momento para hacer una


confrontación franca. La clave de todo, sin embargo, es una actitud positiva, y
aprender a ver los lados buenos de nuestra pareja. Celebrar las cosas positivas no
solo fomenta la autoestima de nuestra pareja, sino que la motiva para cumplir
espontáneamente su mejor rol espontáneamente.

VII.- ECONOMIA DOMESTICA.


La mejor manera para vivir en paz controlado las finanzas en el hogar y
sabiendo que somos una sola carne las posesiones materiales deben formar una
verdadera comunidad de bienes, sin ser nada de uno o del otro sino mutuo, la
resolución es: La economía doméstica se maneja en único presupuesto. En el
matrimonio es importante organizarse con presupuesto, comunicarse, incluir a los
hijos en las finanzas dentro de sus posibilidades y capacidades, todo esto ayuda a
que el dinero sea buen administrado y halla mayor unidad familiar.

Si somos una sola carne, las posesiones materiales deben formar una
verdadera comunidad de bienes. Lo nuestro debe sustituir a lo mío y lo tuyo.

VII.- REY Y REINA.


Las parejas deben entender que como hombres y mujeres son diferentes
externa e internamente en la parte física y fisiológica, pero que en la relación se
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unen como una sola carne, por lo que la resolución es: En la casa el hombre es el
rey, y la mujer es la reina. Para mantener el equilibrio natural es necesario reconocer
que son iguales en dignidad y jerarquía, pero diferentes en cuanto a roles.

El hombre y la mujer, cuando funcionan como Dios manda, constituyen el


mejor equipo. La especialización entre ellos les sirve para complementarse.

El conjunto de la relación de pareja es que el hombre trate a la mujer como


una reina y que la mujer lo trate como un rey. Esto significa hacer del otro la persona
más importante y apoyarle para realizarse como persona y cumplir el propósito de
Dios para su vida.

IX.- CONSENSO ESPIRITUAL.


Las parejas sabias eligen cónyuges que practican la misma fe, porque la fe
representa una escala de valores al momento de tomar una decisión, por lo que la
resolución es: Tener una misma fe facilita todo lo demás. La mayoría de nuestras
decisiones están influidas por lo que creemos. Si dos personas comparten la misma
fe, su relación será mucho más profunda y tendrán más coincidencias en las cosas
que hagan.

La fe no se trata de vivir de apariencias, un verdadero compromiso de fe


gobierna nuestras decisiones más profundas.

Si los cónyuges tienen prácticas diferentes se deben el mismo respeto, solo


tienen que aprender a negociar, cuando esto sucede la parte cristiana tiene que
reducir sus compromisos eclesiásticos.

X.- INDISOLUBILIDAD.
El divorcio no debería ser una opción tan fácil como se presenta hoy, sino
que deben verse con cuidado las consecuencias de este para cada una de las
parejas individualmente y para los hijos si lo tuvieran, esta resolución es: La
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intención de este contrato es que dure para toda la vida. En el plan de Dios desde
el principio no estuvo el divorcio, pero si así ocurriera hay cláusulas muy bien
definidas que el cristiano deben tomar en cuenta.

Está comprobado que los niños sufren más con el divorcio de sus padres que
con la muerte de uno de ellos.

En esta cláusula nos queda claro que: una pareja siempre tendrá la
posibilidad de volver a enamorarse.

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