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La Falla de San Andrés

La tierra ruge y los rascacielos del distrito financiero de Los Ángeles se desmoronan,
atrapando a miles de personas bajo sus escombros.

Un tsunami de proporciones bíblicas se adentra en la bahía de San Francisco, engullendo


a su paso el icónico puente Golden Gate, antes de arrasar la ciudad californiana.

Estos son dos de los terroríficos escenarios que presentaba "San Andrés", película
protagonizada por Dwayne "la Roca" Johnson que se estrenó en 2015 en los cines de todo
el mundo.

Su argumento gira en torno a las devastadoras consecuencias de un potente terremoto en


la famosa falla que da nombre al filme y que lleva el caos y la destrucción de la costa
oeste estadounidense.

Se trata de una premisa pensada para el disfrute de los amantes del cine de catástrofes,
aunque cuando se habla de terremotos, la línea que separa realidad de ficción es
demasiado delgada.

Esta misma semana se produjeron varios temblores en el sur de la falla de San Andrés,
varios de ellos de magnitud superior a 4.

La Red Sísmica del Sur de California anticipó que los movimientos se pueden prolongar
durante los próximos días y emitió una alerta para los condados del sur del estado.

Aunque los expertos no creen que este enjambre sísmico vaya a ser detonante del temido
sismo de gran magnitud conocido como Big One, las autoridades recordaron a la
población que debe estar preparada para los temblores.

Esto se une a los hallazgos de los científicos que asistieron a la Confenrencia Nacional de
Terremotos el pasado mes de junio y que advirtieron que la sección sur de la falla de
San Andrés está "cargada y lista" para provocar un gran temblor.

Además, un estudio realizado por la Universidad de Hawái señaló que la falla de San
Andrés se está moviendo verticalmente.

Según la investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, se trata de un


movimiento constante y a gran escala, aunque muy sutil, de tan solo unos 2 milímetros
al año.

Lo interesante de dicho informe es que es la primera vez que se han podido detectar
movimientos verticales.

La sección sur
La falla de San Andrés, que recorre California de norte a sur a lo largo de 1.300 kilómetros
y que delimita la placa norteamericana de la placa del Pacífico, es una de las más
estudiadas del planeta, ya que en su práctica totalidad se encuentra sobre la
superficie terrestre.

Fue la causante del devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó gran parte de San
Francisco en 1906, provocando la muerte de más de 3.000 personas.

Aunque la extrema premisa de "San Andrés" tiene más de ciencia ficción que de
escenario real, lo cierto es que esta superproducción de Hollywood fue un recordatorio
de que, tarde o pronto, la falla volverá a quebrarse y los más de 38 millones de
personas que viven en sus inmediaciones tienen que estar preparadas. La que más
preocupa a los científicos es la sección sur de la falla, en la que no se ha producido un
sismo en cerca de 300 años, pese a que los registros geológicos indican que es la
causante de un gran terremoto con una periodicidad de unos 150 años.

Los cálculos más conservadores apuntan a que, de producirse un temblor de magnitud


7,8 en la escala de Richter en esa sección -que tendría un impacto directo en Los
Ángeles, la segunda ciudad más poblada de EE.UU.- cerca de 2.000 personas morirían y
habría más de 50.000 heridos. Los daños materiales superarían los US$200.000
millones.

"La información con la que trabajamos los científicos indica que el extremo sur de la
falla de San Andrés es en la que es más probable que se produzca un gran terremoto en
los próximo 30 años", señala en conversación con BBC Mundo Jennifer Andrews,
sismóloga del Instituto de Tecnología de California (Caltech).

Según explica Andrews, "la parte media de la falla se rompió hace unos 160 años y
la parte norte en 1906, provocando el terremotos de San Francisco".

"La parte sur de la falla no se ha quebrado en cerca de tres siglos y sabemos que durante
este tiempo la tensión se ha ido acumulando".

Un gran impacto
La experta del Caltech señala que "en el pasado los terremotos en California tuvieron un
impacto limitado porque la densidad de población de ese territorio era muy baja".

"Hoy en día las cosas serían muy diferentes ya que en zonas como el sur de California
viven millones de personas".

Derechos de autor de la imagen Getty Image caption Un gran terremoto en el sur de


California destruiría servicios básicos como el agua, la electricidad o el transporte.

"El impacto de un gran terremotos sería importante. Destruiría muchos edificios y


provocaría la pérdida de servicios básicos como el agua, la electricidad o el
transporte".

"En las últimas décadas se ha trabajado para hacer que una ciudad como Los Ángeles
sea más segura para enfrentar un gran terremoto, pero hay muchas construcciones que
se levantaron antes de los años 70, cuando se introdujeron nuevas regulaciones
sísmicas".
Derechos de autor de la imagen AP Image caption Los científicos creen que un gran
terremoto en la falla de San Andrés ocurrirá en los próximos 30 años.

Andrews señala además que en el sur de California hay más de 300 fallas y existe el
temor de que un gran terremoto en la falla San Andrés haga que estas también se
quiebren, provocando un daño todavía mayor.

La experta de Caltech cree que películas como "San Andrés" sirven para recordarle a los
habitantes de la costa oeste de EE.UU. que se trata de un área de alta actividad sísmica,
"por lo que deben prepararse para la inevitabilidad de un terremoto".

Los últimos grandes sismos que sacudieron California fueron el de Northridge (6,7
grados), en 1994, que dejó 57 muertos en el área de Los Ángeles, y el de Loma Prieta
(6,9 grados), que se cobró la vida de 67 personas en San Francisco en 1989.

Este último hizo que en el norte de California se introdujeran nuevas regulaciones,


obligando a que se reforzaran estructuras construidas con concreto, muchas de las
cuales albergan escuelas y hospitales.

No fue hasta fines de 2014 que la alcaldía de Los Ángeles propuso una normativa
similar, que conllevará la inversión de centenares de millones de dólares.

Sistema de alerta
Para los expertos ahora es fundamental que las autoridades se tomen en serio la
puesta en marcha de un sistema de alerta temprana de terremotos.

Derechos de autor de la imagen Getty Image caption Cada año los californianos
participan en un simulacro de terremoto.

El sistema -que hace años ya se instaló con éxito en países como Japón y México y que
en California se enfrenta a la falta de inversión pública- consiste en una red de sensores
que permitirá detectar el inicio de un temblor hasta con 40 segundos de antelación, lo
que ayudará a alertar a las autoridades y a la población.

"Desafortunadamente en este país muchas veces la voluntad de mejorar las cosas sólo
llega después de que ocurra un desastre", le dijo a BBC Mundo Peggy Hellweg,
responsable de operaciones del Laboratorio Sismológico de Berkeley, en el norte de
California.

"Un sistema de alerta temprana sería muy útil. Se podrían detener los trenes para que no
descarrilen y el tráfico de automóviles en los puentes. Se podría alertar a los hospitales.
También ayudaría a que la gente se pudiera proteger, metiéndose debajo de un escritorio
o, si hubiera tiempo suficiente, abandonando los edificios", señala la experta.

Según Hellweg, los sismólogos en California llevan a cabo sus investigaciones con
pocos recursos y para que pudieran hacer bien su trabajo "se tendría que invertir
mucho más dinero".
"Nuestros sistemas de alerta de terremotos deberían ser mejores. No tenemos sensores
en todos los sitios en los que son necesarios. No tenemos una infraestructura robusta".

Derechos de autor de la imagen AP Image caption El devastador terremoto de 7,8


grados que destruyó gran parte de San Francisco en 1906, causó la muerte de más de
3.000 personas.

Hellweg cree que en California hay partes del sistema de prevención de sismos que
están funcionando moderadamente bien y otras que no tanto.

"Los servicios de emergencia -la gente que responde a los desastres naturales como
los bomberos o la policía- están relativamente bien preparados".

"Los que no están preparados son los ciudadanos y los negocios privados", señala la
experta, quien atribuye este hecho a que hace tiempo que no ocurre un terremoto de
importancia en California, "lo que ha vuelto a la gente complaciente".

Este artículo se publicó originalmente en BBC Mundo en mayo de 2015

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