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23 13O Jovenesruralesyaccioncolectiva PDF
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ACCIÓN COLECTIVA EN
COLOMBIA nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 122-131
El texto explora algunas prácticas de acción colectiva de jóvenes rurales en diversas regiones de Colombia. En medio
de condiciones muy adversas del sector rural, las y los jóvenes del campo generan y construyen experiencias de diferente
orden en el campo político y socio-cultural. Sus percepciones sobre sí mismos, su presente y devenir, se inscriben en el
marco marginal al cual se ha relegado el sector rural. Pero, a la vez, buscan superarlo generando cambios que rompen
las fronteras rural-urbanas y que los hace visibles en sus contextos locales y regionales.
Palabras clave: Jóvenes rurales, Colombia, acción colectiva, juventud, representaciones.
O texto explora algumas práticas de ação coletiva de jovens rurais em diversas regiões da Colômbia. No meio de
condições muito adversas do setor rural, as e os jovens do campo geram e constroem experiências de diferente ordem no
campo político e sócio-cultural. Suas percepções sobre si mesmos, seu presente e devenir, inscrevem-se no marco mar-
ginal ao qual se tem relegado o setor rural. Mas, por sua vez, buscam superá-lo gerando mudanças que rompem as
fronteiras rural-urbanas e que os faz visíveis em seus contextos locais e regionais.
Palavras-chaves: Jovens rurais, Colômbia, ação coletiva, juventude, representações.
This article explores some practices of collective action carried out for rural young people from diverse Colombian
regions. In the midst of strongly adverse conditions of the rural sector, young people from the countryside generate and
build experiences within the political and socio-cultural areas. Perceptions of themselves, of their present and future time
emerge out the marginality in which the Colombian rural sector is inscribed. However, and at the same time, they are
looking for overcome this situation of marginality generating changes that break rural-urban borders and make themselves
visible in their local and regional contexts.
Key words: Rural young people, Colombia, collective action, youth, representations.
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de progreso, comienza a pensar bres jóvenes y foráneos como las Las y los jóvenes en el campo
para luego practicar. En cambio mayores amenazas para las buenas son valorados fundamentalmente
aquí no hay eso. A aprender a tra- costumbres y la tranquilidad de los como mano de obra, pero son
bajar porque no hay más que ha- residentes. Desde el consumo de invisibilizados como actores socia-
cer” (Ferro et al., 1999: 153). alcohol, las peleas y asesinatos, la les capaces de comprender, opinar
delincuencia común y la organiza- y participar. Las reducidas ofertas
La segunda respuesta en impor- da en el ambiente de los negocios de servicios se hacen en tanto pro-
tancia, en la mencionada encues- ilícitos, pasando por las trabajado- ductores potenciales, dejando de
ta, tiene que ver con la utilidad, la ras sexuales visitantes semanales los lado las otras dimensiones funda-
responsabilidad y la preparación días de mercado, son problemas mentales, como sujetos sociales y
para el futuro, la cual está muy pre- asignados de manera muy directa a políticos. La invisibilidad se tradu-
sente en el sector rural: “Es estar en los jóvenes, aunque haya compor- ce también en la homogeneización,
el campo, que se preocupe por su tamientos similares de muchos que oculta la diversidad de proble-
tierra, ayudar a la comunidad, sa- adultos. Podríamos leer esto como máticas, potencialidades, sueños y
car los proyectos que se realicen en parte de la discriminación “anti- expectativas.
la vereda” (Arcila, 2004: 37). In- jóvenes” que implica una descalifi-
cluso se afirma como una reivindi- cación estructural de la generación
cación frente a la exclusión: anterior a la nueva (Bourdieu, El escenario rural:
1984: 172). convergencia de
“Es la persona que vive en el condiciones adversas
campo pero que tiene los mis-
mos derechos y deberes que Las y los jóvenes rurales en
tienen los jóvenes ur- ALTOS DE CAZUCÁ
Colombia viven y so-
banos, aún más por-
breviven en condicio-
que el desarrollo de
una organización o nes generales de gran
grupo o vereda la tie- adversidad, que ca-
ne el campo. Entonces racterizaremos rápi-
si trabajamos, si saca- damente a partir de
mos proyectos, si de- cinco aspectos rela-
jamos a un lado la cionados entre sí: la
violencia, yo creo que concentración de la
el mundo sería mejor propiedad, la crisis del
y todos, tanto los jó-
sector agropecuario,
venes rurales como los
urbanos, tendríamos
la agudización del
un mayor futuro y una empobrecimiento ru-
comunidad en paz y ral, los cultivos de uso
en convivencia” ilícito y el conflicto
(Ibíd., 2004: 37). armado.
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Pero la desruralización es fruto, 14 y 24 años, lo cual significa que una guerrilla joven, incluso la
además, de otras dinámicas. El con- cerca de 24.000 jóvenes están vin- mayoría de los mandos que con-
flicto armado que tiene como es- culados a las filas de los grupos ile- forman la línea de mando de los
cenario privilegiado, aunque no gales11, de los cuales el 79 por ciento diferentes frentes, son jóvenes de
20, 22, 25 años, que hayan teni-
exclusivo, al campo y a sus pobla- tiene origen rural (Gómez, 2003).
do alguna experiencia dentro de
dores, ha provocado el desplaza- El ingreso masivo, en el caso de los la organización. Además hay
miento forzado de más de tres paramilitares, incluye tanto labores otro tema y es que en muchas
millones de personas 10 de las cua- de inteligencia, como trabajo mili- regiones donde opera el movi-
les, en promedio, el 70 por ciento tar y labores en las fincas de los je- miento guerrillero, las posibili-
eran pobladores con vínculo rural, fes, algunas de ellas relacionadas con dades de los jóvenes son muy
en razón de su empleo, su residen- cultivos de coca 12 . Pero ¿cómo pocas. El trabajo esclavizante, la
cia y la tenencia de tierra. Se cal- autoperciben esta vinculación las y pérdida afectiva, la imposibili-
cula que el 55 por ciento del total los jóvenes rurales? Veamos algunas dad de tener porvenir, de mane-
de desplazados es menor de 18 respuestas desde ellas y ellos mismos: ra tajante los obliga a asumir una
actitud de vinculación al movi-
años. Esta estrategia político-mili-
miento guerrillero” (Ferro y
tar de homogeneización de la po- “Hay un elemento que es clási-
Uribe, 2002: 72).
blación para controlar el territorio, co y eso es intrínseco a ser jo-
que se articula con intereses eco- ven, la juventud es propicia a la
“Como la mayoría de mucha-
nómicos locales y regionales, los acción, a la acción contestata-
chas vienen del campo, la mu-
ria (...), por eso las FARC son
cuales imponen su hegemonía por chacha del campo tiene muy
la vía del terror y la muerte, ha poco. Si es de extracción popu-
significado más de cuatro millo- lar, ha tenido muy pocas como-
ALTOS DE CAZUCÁ didades. Cuando se
nes de hectáreas ‘aban-
donadas’, de las cuales viene para acá, el mo-
vimiento da todo: co-
el 57 por ciento son
mida, ropa, y lo que
parcelas de menos de necesitamos nosotras
20 hectáreas (Osorio, como mujeres: toa-
2002). llas, protectores. La
muchacha que viene
El conflicto arma- del campo no tenía
do tiene a las y los esas cosas y, dentro de
jóvenes como sus prin- nuestro sacrificio, nos
cipales víctimas y da una cierta como-
victimarios. Las defun- didad, no la tenemos
que pagar”... (Ferro y
ciones por homicidios
Uribe, 2002: 73).
son mayoritariamente
de hombres de menos “Mis hermanos sí fue-
de 30 años. Una esti- ron al colegio, el úni-
mación conservadora de los me- co que no estudió fui yo (...)
nores de 18 años vinculados a los Estuve con la familia hasta los
grupos armados como combatien- nueve años. Luego comencé a
tes menciona la escalofriante ci- andar con los vecinos que tra-
fra de 11.000 personas (Human bajaban la amapola y me lleva-
Rigths Watch. 2003: 6). En su ban a sembrarla. Les ayudaba y
me daban cualquier cosa (...) Un
mayoría son hombres, si bien la
día llegó la guerrilla y comenzó
incorporación de las mujeres es a quemar casas cerca de donde
cada vez mayor. El 64 por ciento vivíamos nosotros, y uno con
de los desvinculados de grupos ar- miedo. Yo no estaba metido en
FUNDACIÓN DISPARANDO CÁMARAS PARA LA PAZ
mados hasta el 2003 tenían entre nada, ni mi familia: simplemen-
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En la misma región, vale la El tercer grado en la vereda (...) Le mezclado actividades de tipo forma-
pena mencionar una experiencia tocaba a uno madrugar, muchas tivo, productivo y cultural, de or-
colectiva liderada por un joven que veces aguantar hambre, llegaba uno den local, regional, nacional y
decidió retirarse de la cadena del de la escuela a hacer tareas y corra también internacional. La oportu-
narcotráfico a nivel local. La diná- a llevar las vacas (...) Mi papá fue nidad política del movimiento y la
mica funcionó alrededor de una 18 años concejal (...) armaron un confluencia de intereses con el sec-
emisora comunitaria que animaba movimiento de líderes campesinos tor gubernamental, alimentado por
un proceso de encuentro alrededor (...) y empezaron a trabajar” (San- los jóvenes “híbridos”, que eran tan-
de la cultura, lo deportivo y la ca- tos, 2003: 119). Con jóvenes pro- to miembros de la Red como fun-
pacitación de jóvenes. Al igual que cedentes de municipios rurales de cionarios de la Gobernación, son
en otros casos, la visibilidad de los quince provincias del departamen- factores que han permitido un
jóvenes por esta vía se constituyó to, la Red de jóvenes Constructo- avance sostenido y un protago-
en un puente, no siempre premedi- res de Paz de Cundinamarca ha nismo importante.
tado, para vincularse al Concejo avanzado en un proceso que co-
Municipal en representación de los mienza en 1998. En su génesis es- Esa misma articulación ha sido
jóvenes del pueblo (Ferro et al., tuvo muy relacionado con la fuente de crisis y de rupturas, en la
1999). Gobernación, pero adquiriendo su medida en que se han mezclado in-
propia dinámica, en la cual se han tereses y compromisos que han me-
Otra dimensión colectiva se noscabado la autonomía de la
encontró entre los raspachines a Red. Según una muestra, las eda-
través de formas de ALTOS DE CAZUCÁ des de sus miembros,
solidaridad entre pa- cuyo número es fluc-
res, equivalentes quizá tuante, están entre los
a los parches urbanos. 17 y los 38 años, en su
Se trata de grupos de mayor parte hombres
jóvenes que se van (73 por ciento), con
consolidando en su educación universita-
paso por los plantes de ria en un 52 por cien-
coca. Este es un espa- to, y un 42 por ciento
cio de socialización im- de bachillerato. El 55
portante, que incluye por ciento provienen
actividades lúdicas, de de municipios emi-
información, de protec- nentemente rurales,
ción, de presión frente apartados de los gran-
a los incumplimientos des centros urbanos.
del patrón y de cons- Estas ventajas compa-
trucción de una jerga. Estos rativas que influyen en sus posi-
grupos son informales y, con fre- bilidades le dan un carácter de
cuencia, sus miembros tienen al- elite local que ha asumido un
gún parentesco (Ferro et al., compromiso con sus lugares de
1999: 206). origen y que en varios casos tie-
ne claras ambiciones de entrar
Pasando a otra región, el de- activamente en la política local
partamento de Cundinamarca, y regional.
en el centro del país, una expe-
riencia distinta llama la atención: En Colombia es frecuente
“Mi papá es campesino, igual que tropezar con grupos de jóvenes
mi mamá (...) Los dos primeros FUNDACIÓN DISPARANDO CÁMARAS PARA LA PAZ
que buscan desarrollar activida-
años los estudié en el pueblo... des de orden cultural, desde las
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regional y nacional, más allá de la color a ese caleidoscopio que es la derechos en su artículo 45. La ley 375 de
1997 o ley de la Juventud, que desarrolla
mirada funcional para el mercado juventud rural. En esa diversidad ha este artículo, establece que, para los fines
de trabajo, de los límites de la edad jugado el acceso cada vez mayor, pertinentes de participación y derechos
y de las connotaciones negativas pero no masivo, de los jóvenes ru- sociales, se entiende por joven toda per-
sona entre los 14 y 26 años.
derivadas de un contexto de gue- rales a nuevas tecnologías en comu-
rra creciente. Pese a las múltiples nicación e información, que aporta 2 El cálculo es hecho con base en un total
de población proyectado a 2005 de
condiciones adversas, o quizá a la en la fluidez y conexión con recur- 45’325.260 y una proporción de una cuar-
par con éstas, jóvenes en diversas sos y aprendizajes de otros espacios ta parte que, según el Departamento Ad-
zonas rurales reinventan, transgre- rurales y urbanos, nacionales e in- ministrativo Nacional de Estadísticas,
DANE, está entre los 14 y 26 años.
den y resisten la negación o indife- ternacionales. Así mismo, su mayor
rencia social de que son objeto, y movilidad rural-urbana ofrece po- 3 Categorización hecha por el DANE en
1989 y que identifica 14 categorías con
siguen ensayando alternativas indi- sibilidades que pueden activar, de dos grandes grupos: el rural con once ca-
viduales y colectivas que les permi- manera impensada y en diversas tegorías y el urbano con tres. Cfr. Funda-
tan un mayor bienestar. Desde direcciones, su papel en los entor- ción Social, 1998.
diferentes acciones colectivas, ha- nos locales. 4 Categorización hecha por el Fondo DRI,
cen visible su papel en el ámbito en donde uno de los índices empleados
para identificar prioridades de inversión
político y sociocultural, dan mues- Redescubrir y posicionar a los fue el índice de ruralidad que es el por-
tras de ir más allá del presente jóvenes rurales exige avanzar en la centaje de población rural respecto de la
inmediato y de sus propias necesi- comprensión de su quehacer, sus población total. Cfr. Fundación So-
cial,1998.
dades, para participar y dinamizar búsquedas y representaciones. Pero
su comunidad. Con el referente ello es inútil si no va de la mano 5 Recientemente el Banco Mundial afir-
mó que los “sectores rurales de América
identitario de “grupo juvenil”, con una reflexión crítica y una de- Latina y el Caribe en promedio resultan
acompañado por la pertenencia te- cisión, como sociedad nacional, de dos veces mayores que el tamaño de las
rritorial, se va definiendo un “no- cifras oficiales”. Cfr. Perry y Lederman,
redimensionar la importancia del 2005.
sotros” desde el cual se intentan sector rural en el país. El ineludible
varias iniciativas. Algunas más au- 6 El índice de Gini mide el grado de con-
proceso de reconciliación, que centración de la propiedad rural al com-
tónomas y otras más influenciadas tenemos que construir desde un parar el porcentaje de área acumulada por
por las “oportunidades políticas” presente histórico de violencia es- un determinado número de propietarios.
(Tarrow, 1997), se ven acompaña- Cfr. Machado, 1998: 81.
tructural marcado por la violencia
das con frecuencia por el cliente- política, pasa de manera sustancial 7 Las cifras son muy diversas pues para la
lismo y son tocadas, en mayor o misma época, por ejemplo, el Ministerio
por hacer efectivo el papel de los de Agricultura aseguraba haber un au-
menor grado, por la maraña de in- jóvenes rurales, hombres y mujeres, mento del empleo del 8 por ciento en el
tereses y presiones propias de la y de la sociedad rural en su con- 99 y del 3 por ciento en el 2000. Cfr.
guerra. Contraloría.
junto, en tanto protagonistas del
8 Que son el 77 por ciento de los jóvenes
hoy y del mañana. Quizá, por esa según Colombia Joven.
Ser joven exige enfrentarse a vía, encontremos claves para ges-
la homogenización y funcionalidad 9 Cálculos de Lora y Herrera citados por
tar espacios de mayor equidad y Perfetti, 2004.
de la categoría para buscar ser pluralismo. Quizá, en esa búsque-
reconocido en su diversidad de ex- 10 Cálculos de la Consultoría para los De-
da, sea posible romper con los ci- rechos Humanos y el Desplazamiento,
periencias, intereses, alcances, clos de exclusión y dominación que CODHES, entre 1985 y el 2003.
condicionamientos y prácticas. Fac- acompañan nuestra memoria per- 11 Bajo el cálculo de que hay cerca de 38.000
tores de diferenciación como el gé- sonal y colectiva. combatientes. Gómez, 2003.
nero, los subgrupos de edad, las
12 Observación recogida en trabajo de cam-
actividades laborales, su vincula- po en el Bajo Sinú, 1997-2000.
ción o no al sector educativo, su 13 Ferro y Uribe retoman estas afirmacio-
situación familiar, las característi- Citas nes de un estudio de once casos hecho
cas y dinámicas del territorio rural por el Instituto Colombiano de Bienes-
tar Familiar de Florencia, a partir de la
que habita, así como la pertenen- 1 En Colombia la Constitución Nacional denuncia del reclutamiento de menores
cia étnica, entre otros, dan forma y reconoce a los jóvenes como sujetos de en el Caquetá.
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