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Paz |28 Jul 2013 - 9:00 pm
Con marcadas diferencias en el discurso, el Gobierno y las Farc iniciaron un nuevo ciclo
de conversaciones de paz en La Habana (Cuba). A la luz de las declaraciones concedidas
ayer, existen al menos dos temas que distancian al Ejecutivo y la guerrilla y que se han
convertido en puntos de honor. Para el Gobierno se trata de la petición de perdón a las
víctimas de la guerra por parte de las Farc, y para la guerrilla, del reconocimiento de las
zonas de reserva campesina, como la del Catatumbo (Norte de Santander), y otros
asuntos agrarios que son centro de la discusión nacional por cuenta de la iniciativa del
Gobierno de cambiar el modelo agrario.
El proceso de paz arrancó en noviembre de 2012 con una agenda de cinco puntos, que
incluye el desarrollo rural (ya consensuado), la participación política, las drogas ilícitas, el
abandono de las armas y la reparación a las víctimas.
Paz |29 Jul 2013 - 4:47 pm
Proceso de paz
Durante el foro "Marco Legal para la Paz", organizado por la Revista Semana y la Fiscalía
General de la Nación, el Ministro del Interior, Fernando Carrillo Flórez, presentó los 10
puntos que condensan lo que significa para el Gobierno Nacional el Marco Legal
para la Paz.
5. El Marco Legal para la Paz debe tener un control político, debe ir al Congreso
de la República ya que es una Ley Estatutaria. No se le puede negar al Congreso
de la República la facultad de fijar los alcances, valores y principios del Marco
Legal para la Paz.
6. El control previo de la Corte Constitucional es fundamental para garantizar
que el Marco Legal para la Paz no sea el resultado de la arbitrariedad sino de una
decisión de exequibilidad proferida por la Corte Constitucional.
8. Algo que debe resultar claro son los derechos de las víctimas. Las víctimas
son el epicentro, la columna vertebral de todo lo que ha sido la política de este
Gobierno. Para las víctimas debemos diseñar unos escenarios donde haya voz,
representatividad y participación. Las víctimas son el termómetro, el calibre y la
posibilidad de tener escenarios de paz.
26 julio 2013
Desmemoria histórica
Por Alfredo Rangel
Empecemos por lo útil. El alud de cifras de actos bárbaros que contiene el informe
sirve para respaldar la exigencia de la inmensa mayoría del pueblo colombiano de
que no puede haber paz con impunidad. Guerrilleros, paramilitares y miembros de
la fuerza pública involucrados en tantos crímenes atroces deben contar la verdad y
saldar sus cuentas con la justicia. La paz y la reconciliación nacional no se pueden
lograr sobre la base del olvido, de la carencia de verdad y de la falta de justicia.
Las heridas quedarían abiertas y se propiciaría un ambiente nefasto para el
surgimiento de nuevas formas de violencia, de venganzas y de justicia por mano
propia. La justicia es la condición de la paz, sin ella habrá más violencia.
Pero el Marco Jurídico para la Paz establece que solo unos pocos de esos
crímenes se van a investigar, que solo unos pocos de los responsables de esos
crímenes van a ser juzgados y que al final del día los pocos condenados por los
pocos crímenes juzgados serán perdonados mediante la suspensión de la
aplicación de la pena. Impunidad total.
26 julio 2013
Dice el Grupo de Memoria Histórica en su informe ¡Basta ya! que desde 1958
hasta el año pasado, los muertos fuimos 220.000, casi todos civiles, y que a
150.000 nos mataron de manera selectiva, para que no se notara demasiado que
la suma iba creciendo. Que en los últimos 30 años sufrimos casi 2.000 masacres,
más de la mitad de ellas cometidas por paramilitares, y casi todas desconocidas
para nosotros porque eran pequeñas y los periodistas nunca íbamos a
registrarlas.
Dice también el Grupo de Memoria Histórica que somos 25.007 los desparecidos,
pero que a esta hora que escribo, ya esa cifra debe haber crecido porque todos
los días los colombianos seguimos siendo desaparecidos a la fuerza. Y que la
nuestra es una cifra tres veces peor que la que tuvo Argentina durante la
dictadura. Y que la desaparición se ha hecho en fosas, en ríos y hasta en hornos
crematorios que construyeron artesanalmente los paramilitares para no dejar
huella.
Dice el Grupo de Memoria Histórica que casi todos los que sufrimos la guerra
somos civiles. Y que eso no es un accidente sino una maraña de estrategias e
intereses económicos, políticos y militares auspiciados y ejecutados por
colombianos como usted y yo. Dice que en el fondo se trata de los viejos conflictos
de la tierra que nunca hemos resuelto y que le tenemos un gran miedo a la
democracia. Tanto los que tienen el poder y no quieren ceder ni un pedacito como
quienes quieren tomárselo por asalto, expulsando a los demás. Y que unos y
otros han saboteado, por la ley o por la fuerza, las reformas que hemos intentado
como país.
Porque en un país fragmentado como el nuestro, las peores cosas les pasan a
otros –y los compadecemos– y la peor gente son los demás –y nos da asco–. Así
nos hemos bandeado por décadas, entre la lástima, la condescendencia, el asco y
la indiferencia, y finalmente, el acomodamiento a un estatus quo: el de la guerra.
La memoria de la violencia y su
papel en la paz
Por Wilson López-López
27 julio 2013
El Congreso deberá decidir también cuáles de los delitos cometidos podrán ser
considerados conexos al delito político, con el fin de que los desmovilizados participen en
política. Los crímenes de lesa humanidad y el genocidio cometidos de manera sistemática
no podrán ser considerados conexos.