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Unidad 1 – Forma B
Tentén-Vilú y Caicai-Vilú
Hace muchos años, en tierras del pueblo mapuche, dos jóvenes, hijos de pillanes o
espíritus muy importantes, pero enemigos entre sí, vieron a sus hijos transformados
en Tentén-Vilú, la serpiente gigante encargada de cuidar la tierra con sus montes y
volcanes, y Caicai-Vilú, la serpiente que velaría los mares.
Sin embargo, sucedió que un día Caicai-Vilú se puso furiosa con los humanos
porque no cuidaban ni respetaban los mares, así que con su gran cola comenzó a
agitar las aguas hasta desencadenar uno de los más gigantescos maremotos de los
que se tenga recuerdo.
Al ver lo que ocurría, Tentén-Vilú quiso ayudar a las personas y animales, que
estaban desesperados, porque las aguas seguían subiendo incontenibles hasta
alcanzar las cumbres de los cerros. Por eso Tentén-Vilú tuvo que ordenarles a los
cerros que crecieran y crecieran para que todos pudieran salvarse. Los hombres
corrían desesperados con los niños en brazos, en tanto las mujeres iban cargadas
con los objetos que lograron salvar de la inundación de sus hogares.
Esa actitud de Tentén-Vilú enfureció de tal manera a Caicai-Vilú que comenzó una
lucha muy, muy larga, que solo pudo detenerse cuando ambas serpientes ya
estaban tan agotadas que apenas podían moverse.
Anónimo
Los hombres del Sol aparecen como pequeños hombres que despiden un
resplandor dorado —como el oro— y bajan del Sol a la Tierra a través del bejuco
del yagé, cantando hermosas canciones con flautas y tambores.
Sobre ellos cuenta el mito que en el tiempo primigenio toda la Tierra estuvo a
oscuras, y que ya estaba poblada de todos los seres incluyendo al hombre, pero
este carecía de inteligencia y andaba a tientas buscando alimentos. Realizando esta
tarea tropezó con el bejuco del yagé.
Desde entonces los curacas usan el yagé porque así se ve el mundo como es y la
inteligencia se expande haciéndose todo claro y armónico en el espíritu del curaca.
Fundación de Roma
Anónimo
Pero aquel día, se desencadenó una gran tormenta y el río Tíber se desbordó. La
canasta fue arrastrada por las aguas hasta quedar detenida al pie de una higuera.
Atraída por los llantos de los dos hermanos, una loba descubrió la canasta. La loba
se compadeció y alimentó a los niños, amamantándolos como si fueran sus propios
cachorros. Finalmente, un pastor que cuidaba de sus ovejas encontró a los dos
hermanos, los recogió, los llevó a su casa y los crió junto a sus hijos.
Cuando los dos hermanos fueron mayores, Remo fue apresado por los soldados
del rey.
El pastor llamó entonces a Rómulo y le hizo una gran revelación:
—Rómulo —le dijo—, has de saber que yo no soy tu padre. Tú y tu hermano son
nietos de Numitor, el verdadero rey de estas tierras. El hombre que ocupa el trono
es un usurpador que destronó a vuestro abuelo, mató a vuestra madre y ordenó que
los arrojaran a las aguas del Tíber para que muriesen ahogados; pero los dioses
quisieron salvarles la vida y una loba los recogió y los amamantó. Ahora, este mismo
tirano ha encarcelado a tu hermano y piensa matarlo. ¡Acude pronto y libéralo!
Rómulo organizó un ejército de jóvenes pastores y se encaminó hacia el palacio del
tirano. Tras una cruel batalla, consiguió derrotar al tirano y liberar a Remo. A
continuación, los dos hermanos buscaron a su abuelo Numitor y lo restituyeron en
el trono perdido. En agradecimiento, Numitor dijo a sus nietos:
—Tomen el territorio que más les guste y dispongan de él como si fuera suyo.
Rómulo tomó dos bueyes, los unció a un arado y trazó un extenso círculo en torno
al monte.
Después, proclamó:
13. ¿Qué sentimiento tuvo Numitor cuando fue liberado por Rómulo y Remo?
A. Esperanza.
B. Ambición.
C. Agradecimiento.
D. Obligatoriedad.
De Villena: “La moral de los antiguos era más moderna que la nuestra”
Gafas de sol, corbata verde, camisa amarilla, bufanda cachemir y pelo rubio: es
difícil que Luis Antonio de Villena (Madrid, 1951) pase inadvertido en el lujoso
salón del Hotel Intercontinental de Madrid. Ante unos pequeños croissants, el
poeta y escritor explica que se ha recuperado de “las interminables y feas fiestas
navideñas. Una vez un amigo me dijo: 'Navidad es el Corte Inglés'. Acertaba”. El
excéntrico autor acaba de publicar Diccionario de mitos clásicos para uso de
modernos, un manual "didáctico y, espero, ameno" sobre dioses y héroes de la
Grecia y la Roma antiguas. Una mitología muy lejana en el tiempo, pero muy
actual, al menos según él.
Koch, T. (27 enero de 2011). De Villena: “La moral de los antiguos era más
moderna que la nuestra”. En Elpais.com. (Fragmento).
18. ¿Qué tipo de texto es el que acabas de leer?
A. Argumentativo, puesto que de De Villena opina sobre la moral.
B. Narrativo, ya que pretende contar lo que le sucede a De Villena.
C. Descriptivo, ya que relata características de los mitos y las leyendas.
D. Informativo, puesto que pretende dar a conocer el análisis de De Villena.
22. En el texto, ¿qué significa la frase “acabas estrellándote contra las rocas”?
A. Creer en los políticos permite ser estrellas.
B. Creer en los políticos puede desilusionarte.
C. Creer en los políticos puede mover hasta las rocas.
D. Creer en los políticos puede ser duro pero esperanzador.
23. ¿Cuál es el tema del texto?
A. El libro sobre mitología de De Villena.
B. La historia de 88 héroes clásicos.
C. La vida de Luis Antonio de Villena.
D. La función de los mitos en la actualidad.
Los primeros anzuelos Mangai Ivi Tangata que usaron los antepasados pascuenses
eran de piedra y no traían a la superficie más que a los grandes atunes, los únicos
que se atrevían a morderlos. Los peces pequeños daban vueltas alrededor del cebo
sin arriesgarse a tocarlo. La pesca era escasa y los pescadores no sabían a qué
atribuir su mala suerte.
Un extraño héroe mítico, de gran fantasía, llamado Ure Avai, tuvo un sueño, su alma
fue a dar a una choza en Tira-Koka, donde vio colgado del muro un anzuelo de
hueso. El alma volvió al cuerpo que había abandonado provisoriamente, y cuando
Ure Avai se despertó por la mañana, fue en busca de osamentas humanas, de las
que hizo un anzuelo.
Se reunió con los pescadores, que desde el alba lanzaban en vano sus anzuelos de
piedra. El éxito de Ure fue inmediato. A cada golpe, atrapaba un pez con tal facilidad,
que los demás pescadores, sorprendidos y celosos, lo abrumaron a preguntas para
conocer su secreto.