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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES

HERNANDO ARIAS DE SAAVEDRA

TECNICATURA EN HIGIENE Y SEGURIDAD LABORAL

MATERIA

Anatomía y Fisiología Humana

TEMA 3: SISTEMA CIRCULATORIO

Prof.: Dra. Jesica Lucciarini


SISTEMA CIRCULATORIO
El sistema o aparato circulatorio, se ocupa de la circulación o transporte de todas las
sustancias (Ej.: hormonas, desechos, minerales, nutrientes y gases) que componen al
organismo, hacia dentro o fuera de la célula, según sea necesario. Principalmente
cumple las siguientes funciones: retirar los desechos de las células, ayudar en la
respiración celular, distribuir nutrientes, mantener constante la temperatura, y
transportar proteínas y células.
Es un sistema que se encuentra constituido por el corazón y los vasos sanguíneos
(arterias, venas y capilares).

CORAZON
Es una masa muscular hueca (miocardio), de color rojo, que pesa unos 260-270 grs.
(aproximadamente del tamaño de un puño cerrado). Late unas 70 veces por minuto y
bombea unos 10.000 litros de sangre por día.
Su forma se asemeja a un triángulo con la base hacia arriba y el vértice hacia abajo y a
la izquierda.
Está ubicado en la zona centro-izquierda de la caja torácica, exactamente por encima
del músculo diafragma, por delante de la columna vertebral, detrás del esternón,
entre los pulmones. Recubierto por unas serosas llamadas pericardio que lo separa de
las pleuras pulmonares y del diafragma.
La región anatómica en su totalidad recibe el nombre de mediastino (figura 1).
Del corazón salen y a él llegan los grandes vasos arteriales y venosos.
Presenta cuatro cavidades distintas, dos superiores llamadas Aurículas y dos
inferiores llamadas Ventrículos.

Figura 1

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Para un mejor entendimiento anatomofisiológico, lo podemos dividir en (Figura 2):
 Corazón derecho (aurícula y ventrículo derecho)
 Corazón izquierdo (aurícula y ventrículo izquierdo)
Recibe esta denominación ya que interiormente se divide por un tabique vertical que
recibe el nombre de tabique Interauricular e Interventricular, respectivamente.

Figura 2

Entre la aurícula y el ventrículo derecho hay una conexión de paso llamada válvula
Tricúspide y entre la aurícula y ventrículo izquierdo también hay una conexión de paso
llamada válvula Mitral.
Las válvulas que separan a los ventrículos de sus respectivas arterias reciben el
nombre de válvulas Sigmoideas y se encuentran entre el ventrículo izquierdo y la
arteria aorta (también recibe el nombre de válvula aortica) y la otra válvula entre el
ventrículo derecho y la arteria pulmonar (llamada también válvula semilunar)
Las aurículas tienen además orificios desprovistos de válvulas que las comunican con
sus correspondientes venas y troncos venosos que a ellas llegan.

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La aurícula derecha posee dos orificios que corresponde a la entrada de las venas
cavas, mientras que la aurícula izquierda posee cuatro que corresponden a las venas
pulmonares (Figura 3).

Figura 3

La sangre es un tejido líquido constituido por agua, sustancias disueltas y células


sanguíneas. Entre ellas destacamos los eritrocitos, hematíes o glóbulos rojos que por
su porción Hem (hemoglobina) se encargan de transportar el oxigeno.
Los glóbulos blancos, leucocitos y fagotitos que cumplen la función de defensa y las
plaquetas que intervienen en la coagulación de la sangre.
Una gota de sangre contiene 5 millones de glóbulos rojos, de 5 a 10 millones de
glóbulos blancos y alrededor de 250.000 plaquetas.
Corazón izquierdo
La aurícula izquierda recibe la sangre oxigenada proveniente del sistema circulatorio
pulmonar a través de cuatro venas pulmonares.

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Esta sangre pasa de la aurícula al ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral, ésta
es capaz de permitir el paso de la sangre y luego cerrarse para impedir el reflujo o
regreso hacia la aurícula.
El ventrículo izquierdo de paredes mucho más gruesas que el ventrículo derecho,
cumple la función es bombear la sangre oxigenada a toda la economía del cuerpo
humano, venciendo la resistencia de la válvula sigmoidea o aortica que impide el
reflujo de sangre desde la aorta hacia el ventrículo izquierdo.

Corazón derecho
Una vez que la sangre cumple su función de oxigenar los tejidos de toda la economía
periférica, es recogida y trasladada al corazón por un sistema venoso, que se va
reuniendo en dos grandes venas llamadas cavas, que llegan a la aurícula derecha con
sangre desoxigenada o carboxigenada
La sangre pasa desde la aurícula derecha al ventrículo derecho a través de la válvula
Tricúspide, que impiden e reflujo de sangre desde la aurícula al ventrículo.
Desde el ventrículo derecho la sangre es enviada a través de la válvula semilunar
derecha o pulmonar, hacia las arterias pulmonares, que distribuyen la sangre en todo
el sistema pulmonar.
VASOS SANGUINEOS
Son las arterias, venas y capilares; es decir, los conductos por donde circula la sangre
(figura 4)

 Arterias: Son vasos de paredes gruesas. Nacen de los ventrículos y llevan sangre
desde el corazón al resto del cuerpo. Del ventrículo izquierdo nace la arteria aorta,
que se ramifica en dos coronarias, y del derecho nace la pulmonar.

 Venas: Son vasos de paredes delgadas. Nacen en las aurículas y llevan sangre del
cuerpo hacia el corazón.

 Capilares: Son vasos muy finos y de paredes muy delgadas, que unen venas con
arterias. Su única función es la de favorecer el intercambio gaseoso

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Figura 4
Por como se conforman las cámaras del corazón y esta red de vasos podemos
distinguir dos circuitos en la circulación sanguínea (Figura 5):
 Circulación Mayor
Comienza en el Ventrículo izquierdo, sale a través de la válvula aórtica o sigmoidea a la
aorta, de allí pasa a todos los órganos y sistemas, posteriormente regresa a través de
las venas cavas superior e inferior a la aurícula derecha en donde termina.

 Circulación Menor (pulmonar)


Comienza en el ventrículo derecho, sale a través de la válvula pulmonar hacia las
arterias pulmonares, posteriormente llega al pulmón y regresa a la aurícula izquierda
a través de las 4 venas pulmonares.

Figura 5

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Ramificaciones (figura 6)

La aorta se divide en una serie de ramas principales que a su vez se ramifican en otras
más pequeñas, de modo que todo el organismo recibe la sangre a través de un
proceso complicado de múltiples derivaciones.

Las arterias menores se dividen en una fina red de vasos aún más pequeños, los
llamados capilares. De esta manera la sangre entra en estrecho contacto con los
líquidos y los tejidos del organismo.

En los vasos capilares la sangre desempeña tres funciones: libera el oxígeno hacia los
tejidos, proporciona a las células del organismo de nutrientes y otras sustancias
esenciales que transporta, y capta los productos de desecho de los tejidos.

Después los capilares se unen para formar venas pequeñas. A su vez, las venas se
unen para formar venas mayores, hasta que, por último, la sangre se reúne en la vena
cava superior e inferior y confluye en el corazón completando el circuito.

Figura 6

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Algunas de las principales arterias son las arterias Carótidas (aportan sangre
oxigenada a la cabeza) Subclavias (oxigenan los brazos) Hepáticas (oxigena al hígado)
Esplénica (aporta oxigeno al bazo) Mesentéricas (oxigenan al intestino) Renales (los
riñones) Iliacas (oxigenan a las piernas)

FUNCIONAMIENTO DEL CORAZON


Los movimientos que caracterizan el funcionamiento cardíaco son la sístole
(contracción) y la diástole (relajación).
Para desempeñar su función, estos movimientos se dividen en tres tiempos:
1. Sístole auricular, las aurículas se contraen expulsando la sangre que contiene a los
ventrículos a través de los orificio auriculoventriculares. En este momento el
ventrículo se encuentra en la fase de relajación, conocida como diástole.
2. Sístole ventricular, aquí los ventrículos se encuentran llenos de sangre que han
enviado las aurículas en la fase anterior, produciéndose ahora la impulsión de esa
sangre desde los ventrículos hacia las arterias. De esta manera la sangre circula desde
el ventrículo izquierdo a la arteria aórtica y a las arterias pulmonares desde el
ventrículo derecho.
3. Diástole general, es la última fase y en ella las cuatro cavidades se dilatan y
descansan en espera de una nueva llegada sanguínea que proviene de las venas cavas
a la aurícula derecha y de las venas pulmonares a la aurícula izquierda.

Durante la sístole ventricular o fase de contracción de los ventrículos, el vértice del


corazón se endurece y empuja en su movimiento a las partes blandas del tórax,
produciendo un efecto de choques sucesivos conocidos como latidos cardíacos.
En cada latido el corazón emite dos sonidos, que se continúan después de una breve
pausa. El primer tono, que coincide con el cierre de las válvulas tricúspide y mitral y el
inicio de la sístole ventricular, es sordo y prolongado. El segundo tono, que se debe al
cierre brusco de las válvulas semilunares o sigmoideas, es más corto y agudo.

La frecuencia e intensidad de los latidos cardiacos están sujetos a un control nervioso


a través de una serie de reflejos que los aceleran o disminuyen. Sin embargo, el
impulso de la contracción no depende de estímulos nerviosos externos, sino que se
origina en el propio músculo cardiaco.

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El responsable de iniciar el latido cardiaco es una pequeña fracción de tejido
especializado inmerso en la pared de la aurícula derecha, el nodo sinusal. Después, la
contracción se propaga a la parte inferior de la aurícula derecha por los llamados
fascículos intermodales llegando a un nodo denominado auriculoventricular. Los
haces auriculoventriculares, agrupados en el llamado fascículo o haz de His, conducen
el impulso desde este nodo a los músculos de los ventrículos, y de esta forma se
coordina la contracción y relajación del corazón.

Cada fase del ciclo cardiaco está asociada con la producción de un potencial eléctrico
detectable con instrumentos eléctricos configurando un registro denominado
electrocardiograma.

Pulso

Cuando la sangre es impulsada hacia las arterias por la contracción ventricular, su


pared se distiende. Durante la diástole, las arterias recuperan su diámetro normal,
debido en gran medida a la elasticidad del tejido conjuntivo y a la contracción de las
fibras musculares de las paredes de las arterias.

Esta recuperación del tamaño normal es importante para mantener el flujo continuo
de sangre a través de los capilares durante el periodo de reposo del corazón. La
dilatación y contracción de las paredes arteriales que se puede percibir cerca de la
superficie cutánea en todas las arterias y recibe el nombre de pulso.

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