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UNIDAD 2 – LA COMPOSICIÓN
MONÓDICA MEDIEVAL
Las fuentes escritas solo llegaron a ser puestas en notación cuando hubieron
alcanzado una difusión y celebridad que justificara su recopilación en forma de
cancionero. En algunos casos (por ejemplo, en el de los trovadores más antiguos)
pudo transcurrir hasta un siglo y medio entre la composición y la transcripción de
las canciones. En muchísimos otros casos lo único que se transcribió fue la letra,
en cuyo caso estas composiciones se habrían perdido para siempre.
Música y poesía
En la tradición oral, la poesía es inconcebible sin la música. Es decir, la poesía
es siempre canción. Este fenómeno se ha mostrado con una insistente continuidad
entre los mundos antiguo y medieval, con ramificaciones que alcanzan incluso a
nuestros días. Las razones que explican este maridaje son muy semejantes a las
apuntadas en la Unidad 1en relación con el canto llano (memoria, amplificación,
expresión), y los ejemplos abundantísimos:
La poesía lírica medieval (de la cual las Cántigas de Santa María son un
ejemplo) se caracteriza por las formas estróficas y una versificación variada y a
veces sofisticada. En muchos casos las poesías contaron con una melodía a
medida, pero en muchos otros casos eran cantadas utilizando melodías ya
existentes o intercambiables (contrafactum).
Algunos dramas litúrgicos medievales han seguido representándose de forma
ininterrumpida hasta nuestros días, como es el caso del Misterio de Elche, ejemplo
que incluye fragmentos en polifonía incorporados en el siglo XV. La tradición oral
resulta en estos casos poco fiable en cuanto al contenido musical, adulterado con
el paso de los siglos pese a la existencia de fuentes originales escritas.
Romance del Conde Olinos. El texto del Conde Olinos del romance interpretado
aquí por el folclorista Joaquín Díaz data del s.XV. La melodía utilizada, recogida
en Mojados (Valladolid), así como la armonización guitarrística son ejemplos de un
gusto musical que en ningún caso podemos atribuir al siglo XV.
HISTORIA DE LA MÚSIC A
Las Tres Edades de la Música Occidental
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UNIDAD 2 – LA COMPOSICIÓN
MONÓDICA MEDIEVAL
Las fuentes escritas solo llegaron a ser puestas en notación cuando hubieron
alcanzado una difusión y celebridad que justificara su recopilación en forma de
cancionero. En algunos casos (por ejemplo, en el de los trovadores más antiguos)
pudo transcurrir hasta un siglo y medio entre la composición y la transcripción de
las canciones. En muchísimos otros casos lo único que se transcribió fue la letra,
en cuyo caso estas composiciones se habrían perdido para siempre.
Música y poesía
En la tradición oral, la poesía es inconcebible sin la música. Es decir, la poesía
es siempre canción. Este fenómeno se ha mostrado con una insistente continuidad
entre los mundos antiguo y medieval, con ramificaciones que alcanzan incluso a
nuestros días. Las razones que explican este maridaje son muy semejantes a las
apuntadas en la Unidad 1en relación con el canto llano (memoria, amplificación,
expresión), y los ejemplos abundantísimos:
La poesía lírica medieval (de la cual las Cántigas de Santa María son un
ejemplo) se caracteriza por las formas estróficas y una versificación variada y a
veces sofisticada. En muchos casos las poesías contaron con una melodía a
medida, pero en muchos otros casos eran cantadas utilizando melodías ya
existentes o intercambiables (contrafactum).
Romance del Conde Olinos. El texto del Conde Olinos del romance interpretado
aquí por el folclorista Joaquín Díaz data del s.XV. La melodía utilizada, recogida
en Mojados (Valladolid), así como la armonización guitarrística son ejemplos de un
gusto musical que en ningún caso podemos atribuir al siglo XV.
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alfonso x el sabio, recopilador de las cantigas de santa maríaLa composición musical medieval se
expresó principalmente a través de la monodia (composición a una sola voz). Pese a la existencia
desde el siglo XI de técnicas de notación musical bastante precisas con respecto a las alturas (no
así con respecto al ritmo), en muy pocas ocasiones estas creaciones fueron escritas en el momento
mismo de su concepción, entre otras razones, porque la tradición oral constituyó siendo el
principal mecanismo de transmisión musical.
Las fuentes escritas solo llegaron a ser puestas en notación cuando hubieron alcanzado una
difusión y celebridad que justificara su recopilación en forma de cancionero. En algunos casos (por
ejemplo, en el de los trovadores más antiguos) pudo transcurrir hasta un siglo y medio entre la
composición y la transcripción de las canciones. En muchísimos otros casos lo único que se
transcribió fue la letra, en cuyo caso estas composiciones se habrían perdido para siempre.
Música y poesía
En la tradición oral, la poesía es inconcebible sin la música. Es decir, la poesía es siempre canción.
Este fenómeno se ha mostrado con una insistente continuidad entre los mundos antiguo y
medieval, con ramificaciones que alcanzan incluso a nuestros días. Las razones que explican este
maridaje son muy semejantes a las apuntadas en la Unidad 1 en relación con el canto llano
(memoria, amplificación, expresión), y los ejemplos abundantísimos:
La poesía narrativa (o épica), cuya presencia en Occidente se extiende desde Homero hasta la
balada inglesa y balcánica, el romance castellano o el corrido mexicano. Las grandes poesías épicas
medievales se denominan, de forma significativa “cantares de gesta”, como es el caso del Cantar
de Roldán francés (s.XI), el Cantar del mío Cid castellano (ca.1200) o el Cantar de los nibelungos
alemán (s.XIII).
La poesía lírica, cuya presencia en Occidente se extiende desde la poesía lírica griega (“lírico”
derivado de “lira”, el instrumento con el que se acompañaba el canto de esta poesía) hasta la
canción de autor contemporánea. La poesía lírica medieval ofrece numerosos ejemplos de este
arte en los trovadores occitanos, los troveros franceses, las cántigas galaico-portuguesas y los
Minnesänger germanos, entre otros.
La poesía dramática o teatro, cuya presencia en Occidente se extiende desde la tragedia griega
(que era parcialmente cantada) hasta la ópera moderna. En el mundo medieval encontramos el
drama litúrgico (en latín) y los misterios medievales.
La idea de poesía (y teatro) como forma exclusivamente literaria -es decir, concebida para ser
recitada o leída, pero no cantada- supone un concepto relativamente moderno cuyo origen se
remonta al Renacimiento. La poesía medieval pertenece principalmente al ámbito de la memoria
(tradición oral) y de la música (canto).
La poesía narrativa (de la cual el romance castellano es un ejemplo) se caracteriza por los largos
textos y la versificación sencilla. Las melodías de la poesía épica suelen tener forma de letanía, una
o dos breves frases musicales que se repiten una y otra vez. La melodías medievales nos son
desconocidas porque no se transcribieron y la tradición oral se encarga de remplazarlas según el
gusto de cada época y lugar.
La poesía lírica medieval (de la cual las Cántigas de Santa María son un ejemplo) se caracteriza por
las formas estróficas y una versificación variada y a veces sofisticada. En muchos casos las poesías
contaron con una melodía a medida, pero en muchos otros casos eran cantadas utilizando
melodías ya existentes o intercambiables (contrafactum).
Romance del Conde Olinos. El texto del Conde Olinos del romance interpretado aquí por el
folclorista Joaquín Díaz data del s.XV. La melodía utilizada, recogida en Mojados (Valladolid), así
como la armonización guitarrística son ejemplos de un gusto musical que en ningún caso podemos
atribuir al siglo XV.
Cántiga de Santa María nº149 – “Fol é a desmesura” [s.XIII]. Pese a que la poesía lírica medieval es
monódica y las fuentes medievales insisten en que eran cantadas sin ninguna clase de
acompañamiento, los intérpretes modernos (como el grupo alemán Triskilian) rara vez resisten la
tentación de añadir arreglos y armonizaciones con “sabor medieval” para hacerlas más atractivas
al oyente moderno.
Misterio de Elche [s.XV]. Fragmento polifónico inserto en el drama litúrgico medieval. Resulta
evidente que tanto el estilo interpretativo como el acompañamiento de guitarras que adorna las
interpretaciones actuales (por no hablar de las pelucas y los disfraces) son totalmente
extemporáneos.
Anónimo – Romance del Conde Olinos (s.XV). Interpretación de Joaquín Díaz a partir de una
versión recogida en Mojados (Valladolid).
Misterio de Elche – “Esposa e mare de Deu” [s.XV]. El fragmento seleccionado es el mismo que has
podido ver en el vídeo situado más arriba, aunque aquí está interpretado según criterios
históricos.
Estampa del siglo XIII de un trovador.El repertorio más antiguo de poesía lírica medieval no latina
documentada musicalmente la constituyen los trovadores. Se trata de un arte cultivado en
Provenza (sur de la Francia actual) desde el siglo XI y que llegó a convertirse en un fenómeno
internacional al extenderse por toda Europa, especialmente por la Occitania francesa, Navarra, el
reino de Aragón y el norte de Italia.
El trovadoresco es un género aristocrático -la mayoría de los trovadores fueron nobles; algunos,
como Guillermo IX de Aquitania o Ricardo Corazón de León, reyes; y también hubo mujeres, como
la Condesa de Día– y su lengua es la lengua d’Oc u occitano, próxima al catalán actual. El arte de
los trovadores se desarrolló a través de torneos poéticos llevados a cabo en las cortes provenzales
y se divulgó por toda Europa gracias a los juglares, artistas populares ambulantes de baja
extracción social que lo mismo cantaban que realizaban acrobacias o tocaban instrumentos.
La temática de las canciones giraba principalmente en torno al amor cortés, aunque incluyó temas
muy variados, incluso de tipo político, satírico, religioso o popular. Las melodías son estróficas y
tienen estructuras muy variadas, aunque la más recurrente es la denominada forma cansó (aab). El
arte de los trovadores decayó durante el siglo XIII debido a la decadencia política de Occitania,
sacudida por uno de los conflictos más sanguinarios de la época: la Cruzada albigense.
Como hemos dicho al principio de la unidad, los trovadores componían según la tradición oral, y
las melodías y poemas debieron esperar hasta un siglo y medio antes de ser transcritos en
notación. Conservamos unos 2600 poemas y cerca de 300 melodías. Aparte, conocemos la autoría
de la mayoría de los poemas (unos 450 trovadores distintos), sus nombres, e incluso sus vidas, lo
cual pone de manifiesto un reconocimiento artístico y social que fue negado, sin ir más lejos, a los
anónimos constructores de las catedrales góticas.
El arte de los trovadores se trasladó pronto a otras latitudes y lenguas. Es el caso de los troveros,
poetas líricos en lengua d’oïl (francés antiguo) que desarrollaron su actividad en el norte de
Francia entre el siglo XII y principios del XIV. Los troveros acuñaron las denominadas formas fijas,
como la ballade, el rondeau y el virelai, las cuales mantuvieron su primacía entre las formas
profanas hasta bien entrado el siglo XV. Conservamos unos 2300 poemas troveros, unos 1300
aproximadamente con su melodía.
Las dos manifestaciones de lírica medieval en lengua no latina más importantes tras los trovadores
y troveros son la lírica galaico-portuguesa y los Minnesänger alemanes. La lírica galaico portuguesa
se conserva principalmente a través de las 427 Cántigas de Santa María (textos y melodías)
recopiladas por Alfonso X El Sabio (siglo XIII).
Por su parte, los Minnesänger (trovadores alemanes) desarrollaron una intensa actividad en las
cortes germánicas durante los siglos XII y XIII pero de ellos apenas se conservan unas pocas
melodías desperdigadas en varios manuscritos del siglo XV.
Trovadores, troveros y juglares. En este vídeo, dos especialistas resumen algunos aspectos que
rodearon la actividad de los trovadores, los troveros y los juglares. Abordan cuestiones como la
lengua, la política, la sociedad, las fuentes o la interpretación.
Guillaume de Machaut – Virelai “Douce dame jolie” [s.XIV]. El virelai es una forma poética con
estribillo, la más cultivada entre todas las formas troveras. Este virelai en tres estrofas trata un
tema arquetípico del amor cortés, en el que el poeta adopta el rol de amante suplicante
(precador), que solicita a su dama que se compadezca de él o le dé muerte para acabar con su
penar. LEER ANÁLISIS COMPLETO.