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La lógica en la vida cotidiana

Motivación en la enseñanza de la lógica

Rogelio Alonso Laguna García

*Como en toda materia que persigue un objetivo dentro de un plan de estudios o un

plan didáctico, todo maestro de lógica debería tener una meta: que sus alumnos sean

capaces de utilizar las herramientas de la lógica en la vida cotidiana. Que puedan

asegurar la validez de sus razonamientos, deducciones, inferencias y reflexiones y

sean capaces de comunicarlos de una manera clara, ordenada y bien fundamentada.

La docencia al igual que muchas otras disciplinas supone el seguimiento de

un método que permita la transmisión de la manera más adecuada y completa.

Contemporáneamente se busca una educación en la que los alumnos sean capaces de

construir el conocimiento, descubrirlo, inferirlo y utilizarlo, solo de esta manera

podemos considerar que el aprendizaje ha sido significativo.

Sin embargo la dificultad que aprender lógica resulta para algunos alumnos, y

la aparente falta de aplicación de muchos de estos conocimientos de manera práctica,

desembocan en la falta de motivación y de interés en los alumnos. Cuestión que los

afecta no sólo para aprobar la materia, sino para ser capaces de argumentar

razonablemente independientemente por el campo de estudio en el que se vayan

especializando y opten. Además si los alumnos tienen dificultades para aprobar un

curso de lógica será aún mucho más difícil que se interesen en profundizar y ampliar

su conocimiento en este campo de la filosofía.

Considero que esta aparente falta de habilidad o de interés en los alumnos

proviene de una gran carencia de motivación provocada por una especie de


sinsentido que estudiar lógica les provoca, es decir, de alguna manera sienten que

navegan sin rumbo y esto les causa desinterés y apatía. Es por esto que la motivación

por aprender lógica tiene que ser cuidada y reforzada durante las primeras etapas en

que el alumno se acerca a la lógica, pues esta motivación es lo que lo hará adentrarse

en el tema y querer conocer mucho más. La motivación en la propuesta de esta

ponencia sería algo así como una especia de mapa en la que los alumnos se

reconocen y reconocen diferentes situaciones, y en ese sentido deberán poner

atención ante lo que tienen que resolver a través de la herramienta que se les

transmite: la lógica, que a diferencia de otros campos de la filosofía que implican una

decisión o gusto personal como es el caso de la ética o la estética, puede ser

transmisible, revisable, comunitaria.

Por ello considero que la motivación es especialmente importante durante el

bachillerato y los primeros semestres a nivel universitario, donde las materias son

cursadas de manera obligatoria y la lógica es vista más como una imposición , algo

que no se puede disfrutar, que como un conocimiento que es útil y para muchos

puede ser incluso divertido y apasionante.

Por hablar de otros retos que habrá que enfrentar motivando es el nivel de

abstracción que el alumno requiere para comprender los principios y las reglas

lógicas, habilidad que no siempre ha sido suficientemente desarrollada con

anterioridad. La lógica de alguna manera hereda la fama que las matemáticas tienen

en los niveles básicos de estudios en la primaria, secundaria y preparatoria, mala

fama (en su mayoría) que restringe el interés y el ánimo de los educandos quienes

prejuzgan la materia de lógica como difícil y poco útil.

La propuesta de esta ponencia es que la motivación por aprender lógica se

genere a través de la vida cotidiana, pues a mi parecer esta es la única manera en que
los alumnos encuentren una motivación sólida acerca de la lógica, que si bien no

tendría que ser siempre cotidiana, en los niveles básicos necesita ser vista de este

modo para que los estudiantes se adentren en temas más complejos. ¿Pero por qué de

ésta manera la verían como útil?

Pues porque al usar ejemplos de la vida cotidiana los alumnos

experimentarían la aplicación de la lógica en la resolución de sus conflictos y por lo

tanto observarían que no están alejados de la lógica. De esta manera a nivel cognitivo

y de memoria, saber que algo nos serviría en un futuro y que somos capaces de

utilizarlo es una de las motivaciones más altas para aprender lógica. Por decir un

ejemplo, y por éstas razones que hemos mencionado (asociación mental, aplicación,

proyección hacia el futuro, memoria, etc…) es más fácil para los alumnos aprender la

regla de eliminación del condicional o la de eliminación de la conjunción al elegir el

menú de un restaurante que con letras de variables en el pizarrón, por supuesto que

en algún momento los alumnos tendrán que aprender a utilizar las variables, pero

esto no puede ser el primer paso.

[Si es necesario explicar más detalladamente]

* A mi parecer es necesario enseñar primero el para qué y después el cómo,

porque solo de esta manera a los alumnos se les enseña la aplicación de la lógica,

cómo llevarlo a sus vidas, cómo introducir el pensamiento racional en sus decisiones

y en sus creencias. Se les motiva, se les da un mapa, se les pone en un estado donde

se abren a la lógica, porque la lógica se ha abierto a sus vidas. Además enseñar

primero el para qué , ayudaría a que el docente recuerde la meta que tendría

propuesta : que sus alumnos utilicen realmente la lógica, que incorporen a su vida el

pensamiento válido como un habito y no como una mera herramienta que se puede

desechar cuando ya no se persigue un fin filosófico. El lógico pretende que sus


alumnos hablen y actúen con base en un razonamiento adecuado. Que se logren

comunicar de manera clara y en un lenguaje que nos seria común a todos: la razón.

El problema para quien aprende o enseña lógica, sin preocuparse por esta

utilidad radicaría en ver la lógica como algo separado de la vida cotidiana y no como

algo que ya esta inmerso en ella. Pues de alguna manera podemos rastrear las

nociones de validez en el lenguaje y las intuiciones comunes a todos. Y es

importante que el docente encuentre las relaciones entre lo que enseña y la vida

cotidiana, pues los alumnos dependen de ello para encontrar motivación al ver a la

lógica una herramienta importante en su vida.

Quien separa la lógica de la vida cotidiana está pasando por alto la fuente de

lógica más importante y el medio en el que desarrolla. La filosofía, la lógica, surge

para explicar el mundo y a nosotros mismos (nuestro mundo interior: los

pensamientos), creer que se puede entender a la lógica sin el mundo y sin nuestro

sentir, o al menos actuar como si se creyera así, no permite relacionar a la lógica

como una herramienta significativa. Las lógicas a pesar de sus diferencias y las

distintas visiones del mundo de las que parten, surgen como una necesidad de

protección humana ante el dogma, ante las creencias irracionales que evitan la

comunicación y el actuar en comunidad. *La lógica actúa como esta especie de

puente normativo que une lo interior y lo exterior y evita que comerciemos con

monedas falsas en nuestros pensamientos. Dos ejemplos de ello serían la teoría de la

decisión racional y el diálogo en los que la aplicación de la lógica en la vida

cotidiana es evidente. En el caso de la teoría de la decisión racional, el alumno

aplica la lógica para buscar la mayor utilidad en sus decisiones.

Esta teoría me parecería una de los puentes más importantes entre la lógica y

la vida cotidiana, pues aunque es un proceso de probabilidades, habrá que


argumentar, discutir, seguir un método para identificar las incertidumbres con un

valor numérico. El alumno aprende a usar información y además a buscar el valor de

dicha información y a mantener siempre un análisis crítico ante las consecuencias

probables. La lógica de alguna manera entra a la vitalidad del mundo, a sus

relaciones inciertas y sorpresivas entre los sucesos, pero esto lo hace racionalmente,

a través de un método que persigue la validez como un fin y no la mera satisfacción

de deseos.

Por otra parte, el diálogo resulta otro de los puentes más cercanos entre la

lógica y la vida cotidiana, pues todos los días necesitamos comunicarnos, todos los

días necesitamos llegar a acuerdos, tener una comunicación real y auténtica con los

demás. El diálogo aún no siendo de temas filosóficos requiere de una mente

habituada al razonamiento, a la argumentación clara y precisa que sea capaz de

expresar y rebatir en términos coherentes, cuidando los pasos del razonamiento.

Cuidando la verdad y el conocimiento.

Los fines que persigue la lógica como parte de la filosofía no deben ser

olvidados aunque profundicemos en conocimientos específicos. Pues si algo

diferencia a la filosofía de las demás ciencias y disciplinas es su capacidad de

mantener la mirada en el todo cuando mira una parte.

¿Pero como hacer esto en una clase? ¿Cómo enseñar temas que no están tan

cercanos a la vida cotidiana como lo están la teoría de la decisión y el dialogo? Las

dificultades de esta propuesta son evidentes, pues independientemente de la utilidad

de lógica, el maestro tiene que asegurarse que el alumno ejercite la lógica de manera

rigurosa y sistemática, buscando la exactitud en la medida de lo posible y usando los

conocimientos lógicos con precisión. Retomo para responder a esta pregunta algunos
procedimientos de la enseñanza de idiomas que permiten al docente incorporar la

precisión que necesita la lógica junto a la relación que tiene con la vida cotidiana.

*La propuesta que traigo para enseñar lógica con un nivel de motivación alta

se centra en tres fases: presentación del tema , práctica y producción.

La presentación es la primera fase de la clase, en ella el profesor hace la

exposición del tema nuevo dentro de un contexto, es decir introduce una situación en

la que se utiliza el tema de la clase: el menú de un restaurante, organizar un viaje,

una discusión, un debate, alguna prueba científica. Después explica detalladamente

los procedimientos y da ejemplos de cómo se usar la herramienta. Para dar un

ejemplo digamos que un profesor de lógica quiere enseñar teoría de conjuntos, para

ello puede crear una situación por ejemplo organizar una biblioteca, hacer un equipo

de fútbol y un juego de fútbol o contar, o en sistemas lógicos más complejos en la

programación de computadoras, lavadoras, y máquinas en general.

En la segunda fase, la práctica, habrá que diferenciar dos etapas: la practica

de precisión (accuracy practice ) y la practica ágil (fluency practice). En la primera

de ellas la práctica de precisión, el maestro debe cuidar paso por paso cómo se

desarrollan los ejercicios propuestos que deberán ir de menor a mayor dificultad. De

esta manera, intentando que los ejercicios vayan de la mano con situaciones de la

vida cotidiana, el docente puede corregir errores que puedan obstaculizar futuro

aprendizaje. Esto fase del ejercicio se puede lograr con programas como Twotie o

Bertie que le exigen al alumno precisión en cada paso del ejercicio, (al ser ejercicios

de tipo formal, ya se debió de haber introducido, la utilidad, al menos general de lo

que se está haciendo). Después de esta primera parte de la práctica de precisión,

sigue una práctica que se llama “de agilidad”, en lo que lo importante no es la

corrección inmediata de errores, sino permitir que los alumnos desarrollen un


ejercicio, se sientan capaces de terminarlo y al final se hace una evaluación de

errores. Un ejemplo de ello lo podemos encontrar en la evaluación en equipo, grupo,

o en el pizarrón, donde los alumnos pueden revisar sus errores sin que sean frenados

en cada paso. Lo que se busca es que puedan resolver los ejercicios con agilidad y

correctamente.

La última parte de la clase sería la producción, esta para mí es la parte

fundamental en que la lógica es adoptada por el alumno como una manera de

razonamiento y no sólo como una herramienta más. Esto es fundamental si se

entiende la filosofía como una forma de vida y la lógica como el método

fundamental a seguir en ella. En esta fase de la clase se les debe a pedir a los

alumnos que den ejemplos, argumentos o situaciones donde puedan usar lo que se les

dio, y que lo desarrollen. Por ejemplo si se les está enseñando las reglas de

derivación básicas, tendrán que dar argumentos o una serie de razonamientos

cotidianos que se puedan formalizar y seguir ese procedimiento. Pero es muy

importante que se desarrollen en estos dos niveles: cotidiano y formal, o no está

habiendo una verdadera producción de parte del alumno. La ventaja de esta parte es

que se puede realizar fuera del salón de clases, como tarea por ejemplo, y así no

reducir el tiempo de las clases que de por si es reducido por el numero de alumnos o

por la carga de temas en los planes de estudio.

Me parece que este modelo puede se aplicado a cualquier clase de lógica,

pues las lógicas pueden ser vistas como una explicación y una solución de las

acciones de la vida. Los diferentes tipos de lógica clásicos, extensivos de los

clásicos u opuestos pueden hacer uso de una multiplicidad de ejemplos cotidianos,

por lo que el tipo de lógica que se esté enseñando, no será una limitación para este

tipo de enseñanza.
A manera de conclusión quisiera repetir que motivar en la filosofía,

especialmente en la lógica no es una actividad casual, o un lujo que otorgarles a los

alumnos, sino que es una actividad tan necesaria como la transmisión del

conocimiento. De igual manera que no se puede esperar que una semilla germine sin

agua no podemos esperar que los alumnos se interesen por la lógica sin que ésta

resulte un conocimiento significativo y real para ellos. Los maestros no pueden

olvidar que su meta es difundir y transmitir uno de los conocimientos más humanos

en el sentido de que el pensamiento lógico permite un acercamiento y una

comunicación más precisa entre nuestras sociedades.

La mayor motivación que propuesto es precisamente relacionar la vida

cotidiana de la lógica, pues no son cosas distintas, y si lo son no deberían de serlo.

Pues la lógica responde a necesidades concretas de los seres humanos que

desarrollándola y perfeccionándola han fundamentado esa nueva visión

revolucionaria del mundo que es la filosofía.

He señalado los puentes entre la lógica como ciencia “pura” y la realidad que

a mi consideración son la teoría de la decisión racional y el diálogo, y he propuesto

una manera de crear nuevos puentes: la educación contextual que ya se lleva a cabo

en la educación de los idiomas, en tres diferentes fases que buscan que el alumno

incorpore el conocimiento a su vida para aplicarlo, pero no como una aplicación de

servicio o capitalista, sino como una aplicación vital, de forma de vida, de coherencia

entre lo que se dice, se piensa y hace.

*Yo creo en la filosofía como una unidad, y también como una forma de vida,

creo que la lógica es un área que no esta separada de la elección y de la forma de

vida, si la lógica pierde de vista que cubre una necesidad de existencia y se queda
únicamente en la solución de problemas no se incorpora al gran proyecto nacido

desde la cultura griega: la filosofía.

A través de esta ponencia me gustaría invitar a todos los lógicos

presentes a que se esfuercen en sus clases por mantener a la lógica como el

fundamente de un tipo de vida y no sólo como una herramienta. Si bien esto

representa más esfuerzo para el docente y podría sonar a utopía y una labor

imposible, estoy seguro que podemos hacer lo posible de lo imposible y hacer que

nuestros alumnos sean mejores humanos.

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