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El Concubinato.

Por William C. Headrick. Consultado desde


http://www.enj.org/headrick/index.php5?title=Concubinato

Jurisprudencia
No es posible jurídicamente asimilar el concubinato al matrimonio celebrado bajo el
régimen de la comunidad, en el cual, al disolverse, los bienes pertenecen a ambos
esposos.[1]

El hecho de haber vivido en concubinato, no importa la duración del mismo, no basta para
crear una sociedad de hecho. Permitir que los hermanos de uno de los concubinos haga la
prueba de que se creó una sociedad de hecho, para fines de partición y liquidación, sería
reconocer la existencia de una protección jurídica a una situación contraria a la institución
del matrimonio.[2]

La existencia de relaciones de concubinato no significa necesariamente que la liberalidad


tenga una causa inmoral e ilícita, pues sólo están afectadas de ese vicio aquéllas que han
sido inspiradas por el deseo de asegurar, ya sea la formación, la continuación o la
reanudación de relaciones inmorales, ya sea su remuneración. En la especie, para instituir a
su concubina como legataria universal, el testador se inspiró en el deseo de testimoniar su
gratitud a la persona que lo había cuidado durante los últimos años de su vida.[3] [4]

Si a la muerte del arrendatario se efectúa un desalojo en forma irregular, perdiéndose


muchos efectos personales de la sucesión, la concubina puede pedir los daños y perjuicios,
no en su condición de concubina del de cujus, sino apreciando el daño que a ella le
ocasionó el desalojo ilegal.[5]

Bien de familia

Para la aplicación de la Ley No. 339 de fecha 22 de agosto de 1968 basta que exista un
núcleo familiar con hijos procreados por el beneficiario, aunque no exista una filiación
legítima. No. 9, Pr., Oct. 2001, B. J. 1091.

Características

Las uniones no matrimoniales, uniones consensuales, libres o de hecho, constituyen en la


actualidad una manifestación innegable de las posibilidades de constitución de un grupo
familiar con trascendencia jurídica. Aunque el matrimonio y la convivencia
extramatrimonial no son a todos los efectos realidades equivalentes, no puede excluirse de
amparo legal a quienes conviven establemente en unión de hecho, porque esto sería
incompatible con la igualdad jurídica. Asimismo, el art. 1382 del C. Civ., ordena reparar,
sin hacer distinciones, todo hecho del hombre que cause a otro un daño, no limitando la
naturaleza del daño que se haya experimentado, ni discriminando el lazo de parentesco que
pudiera unir a la víctima con sus causahabientes. La unión consensual del concubinato ya
se encuentra prevista, considerada o aceptada por el legislador en el ordenamiento legal
como una modalidad familiar, criterio que debe ser admitido, siempre y cuando reúna las
siguientes características: a) una convivencia “more uxorio”, lo que se traduce en una
relación pública y notoria, quedando excluidas las basadas en relaciones ocultas y secretas;
b) ausencia de formalidad legal en la unión; c) una comunidad de vida familiar estable y
duradera, con profundos lazos de afectividad; d) que la unión presente condiciones de
singularidad, es decir, que no existan de parte de los dos convivientes iguales lazos de
afectos o nexos formales de matrimonio con otros terceros en forma simultánea; e) que esa
unión familiar de hecho esté integrada por dos personas de distintos sexos que vivan como
marido y mujer sin estar casados entre sí. No. 44, Seg., Oct. 2001, B.J. 1091;No. 140, Seg.,
Feb. 2006, B.J. 1143

Si bien es cierto que las concubinas en ciertos casos tienen un derecho jurídico protegido,
es a condición de que reúnan los requisitos exigidos por sentencia de la Cámara Penal del
18 de Octubre del 2001, sobre todo que el concubino haya sido víctima de un evento
mortal, lo que no es el caso de la especie, ya que el mismo sobrevivió el accidente y está
formulando la reparación de las lesiones sufridas por él. No. 41, Seg., Oct. 2002, B.J. 1103.

Sociedad de hecho

Cuando durante una unión consensual los concubinos han aportado recursos de índole
material o intelectual en el fomento de un patrimonio común, lo que se forma entre ellos es
una sociedad de hecho, la cual puede ser establecida por cualquier medio de prueba, y
sujeta a las reglas de partición que establecen los artículos 823 y siguientes del C. Civ. No.
16, Pr., Jun. 2005, B. J. 1135
El régimen de la comunidad legal pertenece exclusivamente a la institución del matrimonio;
la relación de hecho no disfruta de la presunción legal señalada, ya que el legislador no ha
establecido ninguna regulación respecto a los bienes fomentados por los concubinos, y su
unión no cuenta con el carácter contractual que caracteriza el régimen legal de la
comunidad. No. 6, Pr., Abr. 2005, B. J. 1140.

El concubinato es una situación irregular que no puede generar por sí sola, y en principio,
una comunidad de bienes protegida por la ley. Admitir que la concubina y su compañero
crearon durante su unión extramatrimonial una sociedad de hecho, con patrimonio común,
para fines de partición y liquidación, sería reconocer la existencia de una protección
jurídica expresa a una situación contraria a la institución del matrimonio, que es el
fundamento legal de la familia. No. 22, Ter., Abr. 2011, B.J. 1205.

Si los concubinos permanecen conviviendo por largo tiempo y luego deciden casarse, los
inmuebles adquiridos por uno de ellos durante el concubinato no entran en la comunidad
legal. No. 22, Ter., Abr. 2011, B.J. 1205.
Del art. 55, numerales 5 y 11 de la Constitución se deduce que también se contribuye con la
sociedad de hecho cuando se trabaja en las labores propias del hogar. Cuando los
concubinos combinan sus esfuerzos personales, buscando facilitar la satisfacción de
obligaciones familiares comunes o para lo que exija la crianza, educación y sustento de los
hijos comunes, en tales fines va implícito el propósito de repartirse eventualmente los
bienes de la sociedad de hecho fomentada por ellos. No. 28, Pr., Dic. 2011, B. J. 1213.

Referencia
1. ↑ Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana. Boletín Judicial No. 752.
Año 2084º
2. ↑ Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana. Boletín Judicial No. 765.
Año 2364º (Nota: Compárese esta sentencia con la reproducida en Boletín Judicial
767. Año 2630º, resumida bajo el título de “Separación de bienes”).
3. ↑ Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana. Boletín Judicial No. 887.
Año 2681º
4. ↑ Discurso, Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana. Boletín
Judicial No. 890. Año 7º
5. ↑ Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana. Boletín Judicial No. 942.
Año 652º

Bibliográfica

 SOSA P., Rosalía. El concubinato y el amparo legal de hijos naturales. En: Gaceta Judicial,
2(27): 16-18. Santo Domingo: Editora Judicial, S.A.

 MOYA P., Frank; FLORÉN R., Marisol. Bibliografía del Derecho Dominicano
1844-1998. Santo Domingo: Amigo del Hogar, 1999. 327p.

 HEADRICK, William C. Compendio Jurídico Dominicano: Jurisprudencia de


la Suprema Corte de Justicia durante el período 1970-1998 e índice de la
legislación vigente en la República Dominicana. 2 ed. Santo Domingo: Editora
Taller, 2000. 503p

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