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Facultad Franciscana

“Cardenal Echeverría”

Antropología cultural y religiosa

Prof.: Magister Raúl Asimbaya

Andrés Otero

Quito-Ecuador
22/04/18
El proceso de mestizaje en el Ecuador

En la sociedad ecuatoriana los mestizos constituyen un conjunto sumamente


heterogéneo. Tanto en términos culturales como raciales. “A dicho grupo se adscriben hombres
de descendencia indígena, española e hijos de inmigrantes recientes profundamente
occidentalizados, así como individuos de raza blanca, amerindia y mixta” (Espinoza, 2000, p.
13). No obstante, el grueso número de la población mestiza y el más representativo en términos
culturales lo constituyen los mestizos de ascendencia quichua, entre los cuales destacan
prototipos de mestizaje nacional como el Chagra, el montubio, la chola cuencana o el chulla
quiteño., portadores por excelencia de elementos culturales socialmente reconocidos como
genuinos, modelos que se han constituido en los máximos representantes de la llamada cultura
nacional popular. Por consiguiente, los mestizos de ascendencia quichua aparecen como el
componente central y primordial de la colectividad mestiza ecuatoriana.

En el ámbito indígena estos mestizos niegan u ocultan su procedencia indígena. “A estos


se los ha encasillado o etiquetado como “blancos-mestizos” esto evidencia una ruptura entre su
ser cultural y su conciencia” (Espinoza, 2000, pág. 14) dada por la no aceptación de sus raíces
culturales, convirtiéndose en el principal problema para encontrar una identidad cultural actual.
El dictador Guillermo Rodríguez Lara decía: “No hay más problema en relación con los
indígenas (...) todos nosotros pasamos a ser blancos cuando aceptamos las metas de la cultura
nacional” (Araki, 2011)

Esto lo consiguen construyendo una imagen pública con rasgos externos que los
diferencien de los indios, como lo es el castellano, la indumentaria occidental y la antroponimia
hispánica. Surge el mestizaje como una especie de aculturación, pues se niega las procedencias
indígenas y se asume una cultura española. “El mestizo, una vez que se integra a la sociedad
nacional, intenta diferenciarse de lo indígena ocultando su historia familiar, modificando su
apellido, “disimulando” sus orígenes (enmascarando incluso su gestualidad)” (Kingman,
2002)Esto surgió en el preciso momento de la conquista.

Surge así, un proceso, que comienza en el siglo XVI hasta el XVIII, llamado
peinadilización, para luego continuar hasta el siglo XX con el nombre de forasterismo,
culminando con el proceso de cholaje o cholificación. Las primeras denominaciones serán
otorgadas por las autoridades estatales coloniales. Mientras que la última es una
conceptualización que hoy en día utilizan los investigadores.

Entonces los indios llamados peinadillos y forasteros, son por tanto indios que se despojan
premeditadamente de los signos externos de la identidad india remplazándolos por signos
hispánicos, a la vez que empiezan a desempeñar oficios y labores no prescritas para los
“indios llactayos”…De esta manera se libran del mataje y del tributo al que estaban
obligados… De esta manera se configura el grupo mestizo como un grupo cultural intermedio,
transitorio o de paso, hacia una hispanizacion total, pretendido por los indios tránsfugas.
(Espinoza, 2000, pág. 22)

El fenómeno de cholificación se suscita, en cambio, una vez que el grupo mestizo se ha


convertido en meta del ascenso sociocultural en remplazo del grupo hispano-criollo. Así, los
indios, preferentemente indios serranos, adquirieron los rasgos exteriores de la identidad
mestiza; adquisición que es facilitada por los desplazamientos geográficos que los conducen a
otros espacios urbanos y rurales -por lo general lejanos a sus lugares de origen- como lo son las
grandes ciudades del país o las llamadas fronteras agrícolas ubicadas en la costa y en oriente.
“Así estos hechos son considerados como premeditados y voluntarios, en tanto, estrategias
asumidas para mejorar las condiciones sociales de vida.” (Espinoza, 2000, pág. 23)

Así, los grupos indígenas empezaran a diferenciarse y a considerarse como separado,


los indios tendrán que hacer su oficio como indios y los blancos como tales.

Aún cuando durante la colonia y buena parte del siglo XIX se producen grandes
extirpaciones culturales que afectan a los pueblos conquistados, existe,
paradójicamente, una tendencia favorable a la organización de la sociedad de manera
estamental y al desarrollo de corporaciones e identidades grupales. Esta situación se
expresa, ante todo, en la división de la República de Indios y de españoles y en la
organización de las castas, pero también en el funcionamiento de las diversas
localidades, ordenes, actividades. (Kingman, 2002, p. 3)

Desde la colonia, el status étnico del indio queda asociado con pobreza y marginalidad,
mientras que el español, criollo o posteriormente de blanco, se asocian con riqueza e influencia
política, constituyéndose en meta de movimiento y cambio social. Así, pasa de un mejor status
étnico a un mejor status económico. Ello incluye la mescla de la raza en pos de un
emblanquecimiento. Además se ven forzados a adoptar ciertos patrones culturales, como la
religión y la organización jurídica, como modo de supervivencia.

Esto es mejor observado con los cholos de Guayaquil que perdieron completamente
todo su expresión cultural, vistiendo incluso a la española. A diferencia de los indígenas de la
sierra que lograron mantener ciertos caracteres aborígenes vernaculares. A pesar de ello es
erróneo pensar que los indios serranos actuales constituyen tipos puros e iguales a los indígenas
anteriores a la presencia española, pues la forzada aculturación obligo a un cambio incluso a
su fisonomía. (Espinoza, 2000, pág. 25)
Sin embargo, nos damos cuenta que al contrario de ser una solución al problema,
produce un vacío aún mucho mayor, pues surge una ignorancia al tratarnos de definirnos
culturalmente

El mestizaje, así asumido, no elimina el conflicto étnico y racial, no sólo porque el mundo
indígena y negro continúan reproduciéndose, sino porque el mestizo, o más precisamente el
cholo y el mulato, no deja de ocupar una posición de inferioridad frente al blanco. (Kingman,
2002, p. 4)

Al convertirse en un problema complejo que abarca años de humillacion y desprecio,


parece imposible cambiar esta concepcion y como vimos anteriormente imposible de aceptar.

Actualmente, al interior de la sociedad nacional, hay un auto reconocimiento como mestizos y


una defensa del mestizaje como posibilidad; pero curiosamente los aspectos positivos del mismo
provienen de lo blanco, o si se quiere de lo “blanco-mestizo”, mientras que los factores de
“identidad negativa”, tienen muchos elementos en común con los que los publicistas del siglo
XIX e inicios del XX atribuían a los indios. Así los ecuatorianos somos vagos, incumplidos,
indisciplinados, irracionales, poco sistemáticos, desorganizados, botarates, melancólicos,
traicioneros. Si queremos cambiar debemos desechar nuestras viejas costumbres,
“racionalizarnos”, cambiar los hábitos de vida, civilizarnos. (Kingman, 2002, p. 5)

No solo por la concepcion pesimista que se tiene del mestizo sino por la concepcion
misma que tiene el ecuatoriano y que tambien comparte con otros paises. Si queremos cambiar
esa concepcion negativa de nosotros mismo, debemos comenzarpor la aceptacion de nuestra
identidad cultural y luego del orgullo por esas caracteristicas culturales.

El ecuador ha hecho muchos avances en cuanto a su cosntitucion Durante las décadas


de 1940 a 1960 se afirmó el mestizaje como identidad estatal. En la Asamblea Constituyente
del 2008 reunida en Montecristi aprobó una nueva Constitución Política del Ecuador, con varias
reformas importantes. Veamos sus principales novedades relacionadas con los pueblos étnicos.
Sin duda, la novedad mayor son los artículos sobre plurinacionalidad, interculturalidad y
derechos de los pueblos. El principio fundamental del Estado se define en el artículo 1 como
“El Ecuador es un Estado...intercultural, plurinacional...”. (Araki, 2011)

Conclusión
No solo se considera el mestizaje como mescla de razas o culturas sino incluso la
aculturación de las etnias indígenas, sean para los fines que sean. Con el tiempo nos damos
cuenta que se pierde identidad y sentido.

La hispanización de los indígenas no necesariamente son una deculturación o extinción


cultural; sino, que más bien resulta un aprovechamiento de los elementos de la cultura del
dominador en beneficio de la cultura vernácula. Lo que le ha permitido a su vez la supervivencia
de elementos autóctonos y la perdida de otros.

También constatamos la injusta manera de adaptación que tuvieron pasar los indígenas
para mantenerse en un sistema desigualitario e injusto.

Al parecer hoy existe una mayor asimilación de nuestro mestizaje; sin embargo, con una
imagen negativa sobre sí misma. Nos aceptamos negativamente y nos acomodamos a ello. Así,
si el ecuatoriano se consideró ocioso, entonces en honor al título no trabaja. Y lo mismo sucede
con la impuntualidad, por ello es importante quitar esa imagen negativa de lo que significa ser
mestizo.

Con respecto a los indígenas, se sigue un desprecio racial, aunque ya no se los considere
necesariamente pobres, son inferiores en raza. Existe un complejo del mestizo de sentirse
superior a un indígena. En la actualidad, también ocurre a la inversa la inferioridad, pues
muchos indígenas se consideran superiores sobre los mestizos.

Bibliografía
Araki, H. (7 de septiembre de 2011). alainet. Obtenido de America latina en movimiento :
https://www.alainet.org/es/active/49233

Espinoza, M. (2000). Los mestizos ecuatorianos y las señas de identidad cultural (3º ed.). Quito:
TRAMASOCIAL. Obtenido de
https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=WE4JhpX7Os4C&oi=fnd&pg=PA9&dq=mestizaj
e+identidad&ots=3EARgEDJ9M&sig=xbU3z98KRezH2djI5kXbjxTCwiQ#v=onepage&q=mestizaj
e%20identidad&f=true

Kingman, E. (2002). IDENTIDAD, MESTIZAJE, HIBRIDACIÓN: SUS USOS AMBIGUOS . PROPOSICIONES,


34, Ediciones, 8.

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