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Universidad del Atlántico

Facultad de Ciencias Básicas


Programa de Química
Ciencia y Ética

La Eutanasia

Presentado por:
Esther Ceballos Portillo

Presentado a:
Andres López Martínez
16 – 03 – 2017
Barranquilla – Atlántico

La Eutanasia

La palabra eutanasia procede del griego eu= bueno y thanatos= muerte Ysu significado
etimológico es el de “buena muerte”. En la Real Academia Española se define a la
eutanasia como “Acortamiento voluntario de la vida de quien sufre una enfermedad
incurable, para poner fin a sus sufrimientos” y muchas veces utilizamos de forma errónea o
confundimos el término de eutanasia.
Desde tiempos antiguos distintas culturas de pueblos primitivos han tenido manifestaciones
sobre la eutanasia y desde entonces había corrientes que estaban a favor de esta práctica.
La eutanasia surge como hecho y palabra ya en la antigüedad. Con la expresión griega
"Euthanasia", el emperador romano Augusto, según Suetonio, designa su ideal de muerte,
que él, a la edad de 76 años, también ha experimentado.
En la cultura griega, que estaba centrada en lo bello y sano, Platón dijo que “quien no es
capaz de vivir desempeñando las funciones que le son propias, no debe recibir cuidados,
por ser una persona inútil tanto para sí mismo como para la sociedad”. Los pueblos
primitivos practicaban diversos medios para ayudar a morir, por ejemplo, el remate de los
heridos a muerte en la guerra.
Desde entonces parte fundamental de la ética médica es el Juramento de Hipócrates, en
donde es evidente la negación de la eutanasia activa y la ayuda al suicidio con la siguiente
frase: “no le daré a nadie un remedio que pudiera causar la muerte, aunque se me pida, ni
tampoco daré un consejo en esa dirección", aunque según otro sentido filosófico, el médico
tiene el permiso para ayudar a morir cuando el sufrimiento físico o mental amenazan las
cuestiones morales. En la modernidad la perspectiva cristiana se abandona y se vuelve al
pensamiento de las corrientes filosóficas de la Antigüedad, quedando en primer lugar este
mundo, la naturaleza y el hombre. La salud, la juventud y la vida eterna deben ser objetivos
alcanzables con la ayuda de las ciencias naturales y de la medicina. La eutanasia cambia,
del concepto de vida y de la comprensión de la ciencia, de la relación médico – paciente así
como también de la solidaridad entre los hombres. Este hecho no ha experimentado
cambios hasta nuestros días. El conocimiento de la vida humana nos permite formular una
idea esencial: que cada ser humano es único e irrepetible, valioso por el hecho de serlo y de
vivir.
Una sociedad que acepta la terminación de la vida de algunas personas, en razón al estado
de su salud y por la participación de terceros, se inflige a sí misma la ofensa que supone
considerar indigna la vida de algunas personas enfermas. Al ignorar algo tan humano como
es la lucha por la supervivencia, la voluntad de superar las limitaciones, la posibilidad de
recuperar la salud gracias al avance de la Medicina, se fuerza a aceptar una derrota que casi
siempre encubre el deseo de librar a los vivos del "problema" que representa atender al
disminuido. Desde la perspectiva de la autonomía personal, no es equiparable el derecho a
vivir, que alienta en todos casi siempre, con el supuesto derecho a terminar la propia vida.
Sin embargo, la eutanasia supone un acto social, una actividad que requiere la actuación de
otros, dirigida deliberadamente a dar fin a la vida de una persona. Según mis propias
convicciones, aunque independientemente del conflicto moral o ético que surge al poner en
práctica la eutanasia o el decidir sobre la vida o muerte de una persona no se puede dejar de
lado el aspecto social, jurídico y moral de la vida.

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