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La Orientación a Resultados

Margarita Machado Machado

Jhon Harold Ortiz Valencia

Docente

Resumen

En el contexto del presente ensayo, entendemos que la gestión pública ha evolucionado en los
últimos años, desde un modelo burocrático tradicional al enfoque por resultados. El nuevo
modelo no se centra exclusivamente en los insumos del proceso ni en el control externo, sino que
se enfoca en los indicadores de desempeño en el sector público y en los impactos de la acción
pública, donde lo relevante son los resultados, donde confluyen las dimensiones de eficiencia,
calidad y economía de los procesos que los generan.

Palabras Claves: Gestión pública, organización, acciones estratégicas, gobierno, alta


dirección.
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Introducción

La gestión por resultados (GpR) u orientación a resultados (OpR), implica una administración
de las organizaciones públicas focalizada en la evaluación del cumplimiento de acciones
estratégicas definidas en el plan de gobierno. Dada la débil coordinación que generalmente existe
entre la Alta Dirección y las gerencias operativas, es necesario que el esfuerzo modernizador
proponga una nueva forma de vinculación entre ambas en la que se definan responsabilidades y
compromisos mutuamente asumidos.

Así la gestión por resultados incentiva una fuerte descentralización en la toma de decisiones
de gestión para que la Administración Pública y, la misma responde a las demandas sociales
eficazmente, sin renunciar a la transparencia de la gestión. Esta descentralización ha de apoyarse
en un Plan Estratégico formulado en estrecha vinculación con el presupuesto del organismo y
precisa de conjunto de indicadores medibles y de un sistema de incentivos racional, donde se
procura el bienestar del Estado.

Por lo tanto, la función de gestión orientado a resultados, requiere de cambios relacionados


con la generación de mecanismos que permitan autonomía a la acción de los administradores
públicos, donde la antigua forma de entender la administración pública como un proceso sujeto a
minuciosos controles no resulta adecuada, y donde se requiere de una gestión que priorice el
resultado por sobre los procesos, identificando espacios de innovación efectivos. Surge así la
gestión por resultados u gestión orientada a resultados.
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ORIENTACION A RESULTADOS

Conceptualmente, la gestión por resultados u Orientación a Resultados, no goza aún de una


definición precisa, pero según los expertos es entendida como la herramienta adecuada para
responder a los retos impuestos por un entorno cada vez más turbulento y para mejorar la
calidad, eficiencia y eficacia de los servicios públicos en el contexto de los Estados.

Una revisión documental, respecto de la gestión por resultados (GpR) da cuenta de las
diferentes concepciones existentes así como de los esfuerzos realizados por diferentes
organismos por entregar claridad sobre el término. Según Sanín Ángel (1999.Pp.86), es común
encontrar el uso indistinto de conceptos como gestión del desempeño, gestión por resultados,
gestión para resultados, evaluación del desempeño, evaluación de resultados, sin una clara
diferenciación.

Se relacionan con la temática los términos: performance management, governing for results,
managament results, entre otros. Son muchas las definiciones, tenemos entonces r la entregada
por la OCDE (1995. Pp. 86), quien la define como la gestión por resultados (performance
management) que cubre la información empresarial de gestión, la información de rendimiento,
evaluación, monitoreo del desempeño, la evaluación y el rendimiento. En el contexto de la nueva
tendencia de desempeño, la definición más estricta es un ciclo de manejo bajo los que los
objetivos del programa y metas de desempeño se determinan, los administradores tienen la
flexibilidad para su realización, el rendimiento actual es evaluado y comunicado, y esta
información se alimenta en las decisiones sobre financiación de programas, diseño, operaciones
y recompensas o sanciones” (OCDE, 1995, Pp. 86).

El PNUD (2002, Pp. 87) define la gestión basada en resultados (results basedmanagement)
como “una estrategia de gestión o el enfoque de una organización que asegura que los procesos
excelente, productos y servicios contribuyen a la consecución de los resultados claramente.
Gestión basada en resultados proporciona un marco coherente para la planificación estratégica y
la gestión mediante la mejora de aprendizaje y rendición de cuentas. También es una estrategia
general de gestión encaminadas a lograr cambios importantes en la forma en que funcionan los
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organismos, con la mejora del rendimiento y los resultados de logro de la orientación de la


central, por la definición de resultados esperados realistas, monitorear el progreso hacia el logro
de resultados esperados, la integración de las lecciones aprendidas en las decisiones sobre los
informes de gestión y el rendimiento”.

Es importante, comprender que la incorporación de la Orientación a Resultados, es eficaz en


evaluación de la gestión del aparato público, lo cual conlleva una serie de desafíos estratégicos
que es preciso tener en cuenta, tanto en la fase de diseño como en la fase de implementación y
evaluación de los mismos. En la etapa de diseño e implementación y en términos muy generales,
es necesario que las instituciones a nivel central que demandan la evaluación de gestión a través
de indicadores, tengan claridad respecto del mandato (Estado). Esto implica clarificar los niveles
de la administración pública que serán evaluados, y el uso que tendrá la información proveniente
de los indicadores, el diseño de la metodología para la evaluación, los apoyos técnicos que se
requieren, así como el establecimiento de un proceso de retroalimentación entre la autoridad que
demanda los indicadores y las instituciones que elaboran.

La Nueva Gestión Pública como marco de la GpR. (BID y CLAD, 2007, Pp. 7-8). En los
últimos tiempos, la Gestión Pública, como disciplina, se ha planteado enfrentar estos nuevos
retos mediante el refuerzo de la lógica gerencial, es decir, de la racionalidad económica que
busca conseguir eficacia y eficiencia. Esta lógica comparte, más o menos explícitamente, tres
objetivos principales: ‚

 Asegurar la constante optimización del uso de los recursos públicos en la producción y


distribución de bienes públicos como respuesta a las exigencias de más servicios, menos
impuestos, más eficacia, más eficiencia, más equidad y más calidad. ‚

 Asegurar que el proceso de producción de bienes y servicios públicos, incluidas las fases
de asignación y distribución, así como las medidas para mejorar la productividad, sean
transparentes, equitativas y controlables. ‚
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 Promover y desarrollar mecanismos internos para mejorar el desempeño de los dirigentes


y trabajadores públicos, y con ello promover la efectividad de los organismos públicos, en miras
a posibilitar los dos objetivos anteriores.

Por lo tanto, la GpR, junto con la democracia, es la base principal de legitimidad del
Estado actual. De esta forma, la Nueva Gestión Pública aporta los elementos necesarios para
mejorar la capacidad de gestión de la administración pública, así como para elevar el grado de
gobernabilidad del sistema político.

Tabla 1. El Estado y la GpR

Fuente. Modelo Abierto de Gestión para Resultados en el Sector Público. Recuperado de: BID y CLAD, 2007.

Entonces, la gestión pública observa que los beneficios que el enfoque de la GpR, traer a este
nuevo escenario, según Emery (2005), son de tres tipos de consideraciones para la
administración del sector público. ‚ Constitucionales: la mayoría de las constituciones regula el
uso de los fondos públicos por parte de las autoridades en el cumplimiento de su mandato. ‚
Políticas: las autoridades deben responder sobre sus acciones y sobre los contenidos de sus
programas electorales, de acuerdo al principio de la responsabilidad en el cargo. ‚ Ciudadanas:
de acuerdo al principio de delegación democrática, los ciudadanos confían en las autoridades
electas y les delegan la gestión de los fondos públicos, producto del pago de sus impuestos.
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Conclusiones

Tras la lectura realizada para el desarrollo de este trabajo, puedo concluir que:

La gestión pública orientada a resultados, no clarifica la diferencia entre los términos


“gestión” y “resultados”. Es común encontrar el uso indistinto de conceptos como control de
gestión, evaluación de gestión, evaluación del desempeño, evaluación de resultados. Entonces,
gerencialmente debe establecerse una distinción entre la acción y sus efectos, dado que los
niveles de responsabilidad, la dinámica de los procesos, la trascendencia del impacto y la
naturaleza del control son diferentes, según nos focalicemos en “lo que se hace” o en “los efectos
esperados de lo que se hace.

No cabe duda, que la responsabilidad por la orientación a resultados está en manos de la


administración pública, la cual se sustenta en la evaluación expost de las políticas y programas, como
medio para medir su desempeño y ejercer la rendición de cuentas de los funcionarios públicos
responsables, tanto de su ejecución como de los resultados obtenidos.

La gestión orientada a resultados, emplea los indicadores de desempeño relacionados directamente con
la evaluación de los resultados en varios campos de acción de las intervenciones públicas. En la
administración pública el desempeño es un concepto relativamente nuevo.
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Referencias Bibliográficas

Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Centro Latinoamericano de Administración para el


Desarrollo (PRODEV CLAD): Modelo Abierto de Gestión para Resultados en el Sector
Público.

Emery, Y. (2005), “La gestion par les résultats dans les organisations publiques: de l’idée aux
défis de la réalisation”, en Télescope, Vol. 12 N° 3, Québec, automne,
http://www.observatoire.enap.ca/observatoire/docs/Telescope/Volumes12-
15/Telv12n3resultats.pdf

PNUD (2002). Handbook on Monitoring and Evaluating for Results. New York: Evaluation
Office, United Nations Development Programme.

Sanin Angel, Héctor (1999). “Control de gestión y evaluación de resultados en la gerencia


pública (metaevaluación-mesoevaluación)”. Serie Manuales. Instituto Latinoamericano y
del Caribe de Planificación Económica y Social. Santiago: ILPES.

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