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JACINTO OLIVERA Y PARDO (1713-1733)

Nacido en la ciudad de Antequera, en Oaxaca, realizó sus estudios en la ciudad de México


y alcanzó el grado de doctor canonista en la Real y Pontificia Universidad. En la ciudad de
Guadalajara fue nombrado canónigo doctoral y vicario general de dicha diócesis. En 1712
fue presentado para ocupar la mitra en el obispado de Chiapas y Soconusco, donde falleció.
Escribió Informe de justicia al rey en su Consejo Supremo de las Indias sobre los
adelantamientos hechos por los padres jesuitas en las Californias.

Algo de lo que podemos decir de este obispo es su preocupación por que los clérigos
seculares ocuparan las doctrinas dominicas, para ello se necesitaba que los clérigos
dominaran algunas de las lenguas, que por lo que se sabe, expidió tres licencias para
predicar en lenguas originarias de donde se conoce que su interés por ocupar las doctrinas
dominicas fue alcanzando éxito. Esto se encuentra en la obra “Los legítimos hombres”.

“Se habla de que durante el periodo de su obispado expidió tres licencias para predicar y
confesar en lengua coxoh, y otras dos para chanabal (mas una renovación en esta misma)
pero ninguna para hacerla en ambas .

A parte de los registros de las licencias otorgadas a los frailes existe otro tipo de
documentos de este periodo en los cuales se mencionan asuntos de lenguas. Se trata de
informes sobre los clérigos seculares de la diócesis. Tales documentos forman parte de la
discusión sobre la secularización de los curatos, problema que resurgió porque Don Jacinto,
tal vez por ser eclesiástico secular, era partidario de quitar las doctrinas a los dominicos. A
su parecer existían suficientes clérigos, probablemente gracias a la instrucción en el
seminario. El obispo envió varias cartas al rey pidiendo que se ejecutase la cedula de 1682
las acompañaba con lista de todos los clérigos y curatos de la diócesis, las que mando hacer
en 1716, 1720 y 1727.

Don Jacinto enumero en su primera carta (1716) a diez presbíteros seculares con sus
respectivos méritos, “todos los respectivos sujetos juzgo ser aptos y dignos”. Sorprende la
cantidad de lenguas de las que los eclesiásticos se dicen sabedores. El licenciado Antonio
Bermudo, apuntado en primer lugar, “se dice perito en el idioma mexicano, zendal, zozil,
zoque y chol”, mientras el segundo, el licenciado Nicolas de Ancheta, se reporta serlo “en
los idiomas de naval, tzendal, zozil y mexicano”. Suponemos que naval es una mutilación
de chanaval. Ancheta es el único del cual se afirma que sabe esta ultima lengua.

En 1720 el obispo Don Jacinto Olivera y Pardo pide a Nicolas Ancheta realizar “un informe
<<del estado de la provincia de los tzendales, una lista de los clérigos y una de los curatos
de los dominicos >>” .

El siguiente escrito del obispo (1720) fue acompañado por los autos que Ancheta redactó.
Se informó que “hoy hay cuarenta y cinco clérigos presbíteros y tres subdiáconos…saben
algunas de las lenguas que se hablan en este obispado, de la tzeltal muchos son peritos en
ella”. En esta lista ya no se apunto cuales lenguas conocía cada uno; información que
tampoco se dio en la tercera lista de clérigos, la que data de 1727.

En ninguna de las cartas de Olivera se menciona la lengua Coxoh.”1

Un rasgo de este pastor que da muestras de su conocimiento de la grey que le fue


encomendada es la de eximir a las cofradías del subsidio que se daba para el mantenimiento
del Hospital de Caridad de Ciudad real Chiapas, además que tenía otra finalidad que era la
de prevenir los excesos de que se daban a la hora de pedir el apoyo del mantenimiento de
este Hospital. Con lo que da también referencia de su buena administración y de la atención
de estar enterado de las irregularidades que sucedían en el territorio que pastoreaba. Se
habla en la obra de Gabriela Vargas, que lleva por nombre “De lo privado a lo público:
organizaciones de Chipas”, al pie de página donde se exime al pueblo de Yajalón de dar
limosna con el fin de regular la administración de estas realizadas por la cofradía.

“En este caso sobresalió la limosna con la que debía contribuir todas las cofradías de
Chiapas al mantenimiento del Hospital de Caridad de Ciudad Real de Chiapa, que se hizo
obligatoria tras los trámites realizados por el obispo Juan Bautista Álvarez de Toledo.
Aunque esta obligación estaba instruida en la recopilación de las Leyes de Indias, no se
había hecho efectiva hasta este momento. Sobre estas limosnas que se pedían
periódicamente a las cofradías hubo intentos de regulación para evitar excesos, a veces
incluso prohibiéndola, como es el caso de la visita realizada al pueblo de Yajalón en el año
de 1724 por el Obispo Jacinto Olivera Pardo donde se ordena <<…que no diese limosna
(las cofradías) demandante alguno. >>AHD, Libro de la cofradía de las Benditas Ánimas de
Yajalón, 1713-1805”2

Otro testimonio sobre su administración y acercamiento a las cofradías la encontramos en


los libros de la cofradía de Santo Agustín, en Tapalapa; lugar al que visito tres veces
durante su administración, una en el año 1714, después a dos años y una última en 17203.

“En el pueblo de Pantepeque, a veintidós días del mes de mayo, de mil setecientos catorce
años, su santa merced Dr. Don Jacinto Olivera y Pardo, de Candelaria Santa y la catedral de
Guaxaca en la nueva Galicia; obispo electo, y gobernados de este obispado de Chiapa
Soconusco, el consejo de magestad, etc. Mi Señor, estando en su general y actual visita de
esta provincia de los zoques; hizo comparecer a los mayordomos de la cofradía del Señor
San Agustín, fundada en la iglesia del pueblo de Tapalapa, para visitar dicha cofradía y
tomarle cuentas; que formadas vea yo estar su principal en los mismos, setentaisiete pesos y
un tostón, que quedaron en poder de los mayordomos actuales; lo cual, visto por su
1
RUZ Mario Humberto. Los legítimos hombres, una aproximación antropológica al grupo tojolabal, volumen
IV. UNAM. México. 1986. 54-56
2
VARGAS C. GABRIELA. De lo privado a lo público, Organizaciones en Chiapas. CIESAS. México. 2002. 52
3
Villasana B. Susana. Visitas Eclesiásticas a la cofradía de San Agustín, Tapalapa, 1691-1838.
ilustrísima dijo, que dio para visita a esta cofradía y aprobando gastos, confirmo la elección
hecha en dichos mayordomos actuales, a quienes dándoles las gracias de su devoción y
cuidado, les encargo la perseverancia en el mayor aumento, y la puntual observancia de los
autos de visita, así lo proveyó su señoría ilustrísima. Mando y firmo.”4

4
VILLASANA B. SUSANA. Visitas Eclesiásticas a la cofradía de San Agustín, Tapalapa, 1691-1838. 270-272

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