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Por estos días también se habla de otro caso emblemático, en el que Osmán Morote habría
tenido participación. El 2 de diciembre de 1990, el número 2 de Sendero Lumisnoso, fue
capturado y sentenciado a 15 años de prisión por el juez del Octavo Juzgado de
Instrucción de Lima, César Ruiz Trigoso; dos años después de su captura. Durante el
juicio, Morote se mostró desafiante y se negó a divulgar alguna información sobre su
organización, profiriendo insultos a los magistrados presentes.
Dos días después, el mencionado juez fue asesinado de 14 disparos de bala, junto a un
policía que lo protegía. Su vehículo fue emboscado con metralletas en la quinta cuadra de
la avenida La Paz de Miraflores, cuando se dirigía a su domicilio. ¿Morote habría
cumplido sus amenazas? Lo cierto es que los asesinos se dieron a la fuga.
Por otro lado, la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema señaló en la sentencia del
12 de marzo de 2008 (Exp. 003132-2006) que la muerte debe ser atribuida, entonces, al
MRTA:
“El MRTA ha desarrollado algunas acciones de fusilamiento en casos muy
especiales y estos han sido acordados por el denominado tribunal revolucionario,
como el caso del doctor Alberto Ruiz Trigoso”.
1. Alexis de Tocqueville
3. Rudolf Smend
Carl Schmitt, uno de los principales juristas del siglo XX, nació el 11 de julio
de 1888 en Plettenberg (Imperio Alemán). En 1917, iniciaba una prometedora
carrera como profesor de derecho en Estrasburgo (Francia), enseñando
Teoría del Estado. En 1927, Schmitt publica su trabajo más
polémico: El concepto de lo político. El eje por el que Schmitt construyó su teoría,
fue la crítica al liberalismo y a la democracia burguesa. Señala que tanto el
parlamentarismo, el liberalismo y la democracia constitucional han marchado
siempre juntos. La burocracia estatal ha resultado, hasta el momento,
completamente inútil y ha alejado a la sociedad de la política. Los partidos
políticos deciden sobre la vida de los ciudadanos en reuniones cerradas que no
poseen ninguna garantía de transparencia. Es cierto que Schmitt se veía seducido
por algunas ideas del nacionalsocialismo, pero imaginaba su realización dentro de
un Estado constitucional.
5. Karl Loewenstein
7. Ronald Dworkin