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El rol del psicólogo en el síndrome de

Tourette

Oriele Montezuma del Castillo


Lima - Perú

El artículo tiene el propósito de dar a conocer las diferentes áreas de actuación


del psicólogo para el abordaje del Síndrome de Tourette. Se describe el síndrome
en sus diferentes grados y su relación con otros desórdenes generalmente asocia-
dos. Se presentan algunos datos estadísticos de 21 personas con Síndrome de
Tourette, los que son contrastados con otros estudios internacionales que
consideraron estas variables. Se describen algunas características y
consideraciones de importancia en el abordaje: a) individual de la persona con
ST; b) grupal; c) de la familia; d) del entorno educativo y/o sociolaboral.
Síndrome de Tourette / tics / rol del psicólogo / evaluación y terapia
cognitivo-conductual en el ST

The roll of the psychologist in the Tourette syndrome


The intention of this article is to present the different areas of psychologist
performance for dealing with Tourette Syndrome. The syndrome is described in its
varying degrees and its relationship with other generally associated disorders. Sta-
tistical data of 21 people with Tourette Syndrome, confronted with other
international studies that considered these variables. Some characteristics and
important considerations described in the treatment are: a) the individuality of the
person with TS; b) groups; c)family; d) educative and/or socio labor environment.
Tourette Syndrome / tics / Psychologist roll / Evaluation and
cognitive-behavioral therapy on TS

Correo electrónico: omontezu@correo.ulima.edu.pe

Persona 6, 2003, 151-178


Montezuma

El desarrollo humano hace referencia a aumentar en número, frecuencia, com-


un maravilloso proceso de crecimiento plejidad y severidad.
que comienza desde que somos conce- En su forma completa está acompa-
bidos y finaliza con la muerte. Este ñado de desórdenes que incluyen el
proceso presenta una serie de caracte- trastorno por déficit de atención con
rísticas, a las que respondemos princi- hiperactividad (TDA/H), el trastorno
palmente con admiración y luego con obsesivo compulsivo (TOC) (figura 1)
responsabilidad debido al reconoci- y una propensión a presentar proble-
miento de la influencia de nuestras ac- mas de conducta (PC), labilidad emo-
ciones en la formación de seres huma- cional, ansiedad, comportamiento
nos para que confíen en sí mismos y en oposicionista, depresión y, en ocasio-
su vida familiar y social, para que lo- nes, problemas de aprendizaje.
gren intervenir y responder funcional- Cuando el ST es incompleto o en un
mente en ese ambiente que ayudaron a grado de severidad muy leve, general-
crear, y se desempeñen de manera mente no requiere de tratamiento o
competente y disfruten plenamente de intervención psicológica alguna. Se
las aventuras que la vida les ofrece. estima que entre el 30% y 40% tienen
El síndrome de Tourette (ST), trastor- síntomas que desaparecen en la última
etapa de la adolescencia. Sin embargo,
no de la Tourette o de Gilles de la Tou-
cuando se presenta en su forma com-
rette, es un desorden neurológico con-
pleta y/o el grado de severidad es
siderado crónico (tabla 1). Su principal
mayor a leve, sus manifestaciones
característica es la ocurrencia de tics1
influyen de manera directa o indirecta
motores y vocales que pueden cambiar
en el desarrollo del niño, tiñendo y
en localización y tipo, disminuir y
moldeando su interacción con el medio
(King, 1999). En estos casos, un pro-
grama interdisciplinario y el esfuerzo
1 Tic: “una vocalización o movimiento súbito, rápi- coordinado de profesionales: médico,
do, recurrente, no rítmico y estereotipado” maestros, psicólogo, terapeutas del len-
(DSM-IV, 1995). “Sus componentes son: sínto-
mas premonitorios (señales internas, sensaciones
guaje y aprendizaje, entre otros, de la
corporales localizadas `tics sensitivos´ y fenóme- familia y de la propia persona con ST,
nos evidentes (tics vocales o fónicos y motores), según las necesidades, son cruciales
los que pueden ser simples o complejos. Concep-
para el futuro de ésta.
tualmente, pueden ser concebidos como trozos de
conductas preexistentes que pueden ser integra- El trabajo en equipo presenta una
das como hábitos u otros actos voluntarios. Al serie de retos y desafíos, pero se puede
igual que los hábitos, a menudo surgen de una afirmar que en nuestro país, para el
sensibilidad aumentada y selectiva a señales del
propio cuerpo o del exterior” (Leckman, J., abordaje de las personas que presentan
2002). el ST, es una realidad, que se traduce

152
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

Tabla Nº 1
Trastorno de la Tourette

A. En algún momento, a lo largo de la enfermedad, ha habido tics motores múltiples y uno o más
tics vocales, aunque no necesariamente al mismo tiempo.
B. Los tics aparecen varias veces al día (habitualmente en oleadas) casi todos los días o inter-
mitentemente por más de un año y durante este tiempo nunca hay un período libre de tics
superior a los tres meses consecutivos.
C. El trastorno provoca un notable malestar o deterioro significativo social y laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo.
D. El inicio es anterior a los 18 años.
E. La alteración no se debe a los efectos fisiológicos directos de un fármaco (por ejemplo esti-
mulantes) o de una enfermedad médica (por ejemplo Huntington o encefalitis posvírica).

Figura Nº 1
Espectro clínico del Síndrome de Tourette*

TICS
ST

TDA/H TOC

Problemas de conducta
Pobre control de impulsos,
y otros desórdenes
conductuales

* Filomeno, 1994; Leckman, 2002, modificado Montezuma, O. (ST = Síndrome de Tourette, TDA/H = trastorno por
déficit de atención con hiperactividad, TOC = trastorno obsesivo compulsivo).

153
Montezuma

en la participación abierta de los profe- importante conocer antes de la inter-


sionales, familiares y amigos que desde vención psicológica pertinente. En este
1992 conforman los diferentes grupos trabajo se presentan algunas estadísti-
de la Asociación Síndrome de Tourette cas de 21 casos de personas con ST
del Perú (ASTP). A ello se agrega la (tabla 2), de las 86 que han realizado
disposición de numerosos maestros algún contacto con la ASTP, las que
que se han interesado en el síndrome y serán contrastadas con otros estudios
que lo han asumido como una suerte de internacionales que consideraron las
reto en sus centros educativos, regula- variables analizadas. Es importante
res y especializados abriendo sus puer- señalar que el grupo trabajado presenta
tas y brindando sus recursos para su características particulares que debe-
abordaje integral. La participación del mos tomar en cuenta a la luz de los
psicólogo en los equipos así formados, resultados, principalmente porque los
puede reconocerse de suma importan- síntomas conductuales sufren cambios
cia, con frecuencia es gestor, promotor importantes a lo largo del desarrollo:
y soporte de éste. son niños entre los 4 y 15 años (tabla 3)
La labor del psicólogo tiene diferentes que llegaron al consultorio con un ST
áreas, etapas y formas de acción. de moderado a muy severo (80,95%) y
Participa activamente en la prevención, asociados a otros trastornos como el
evaluación, diagnóstico, tratamiento e TDA/H (76,19% de los casos) y/o al
integración de la persona con ST, así TOC (61,90%) (tablas 4 y 5).
como puede y debe aportar datos de in- Tabla Nº 2
vestigación; acciones que trataremos de Frecuencia (%) según el sexo de 21
revisar, no sin antes señalar que requie- personas con ST
re de una preparación especial, pro- Sexo Hombres Mujeres
funda y comprometida así como una f. 16 5
% 76,19 23,81
discusión periódica con la persona que
padece el ST y su familia sobre la acep-
tación y pertinencia de las diferentes
maneras utilizadas para abordar los pro- Tabla Nº 3
blemas, ya que cada persona con ST es Distribución por edades de
diferente, única, con una variedad de 21 personas con ST
factores singulares que determinan su Edad 4a5 5a7 8 a 11 12 a 15
comportamiento individual y el au- f. 1 4 10 6
mento y disminución de sus síntomas. % 4,76 19,05 47,62 28,57

La investigación acerca del ST es


extensa y los datos que se han publica-
do señalan una serie de patrones que es

154
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

Tabla Nº 4
Frecuencia (%) del grado de severidad de 21 personas con ST
Muy leve Leve Moderado Fuerte Severo Muy severo
ƒ 2 2 7 4 5 1
% 9,52 9,52 33,33 19,05 23,8 4,76

80,95%

Tabla Nº 5
Frecuencias (%) de los problemas asociados en 21 personas con ST

TDA/H TOC Ansiedad Ansiedad de Problemas de Alteraciones


Predominio Hiperactivo Combinado separación aprendizaje del sueño
DA impulsivo
ƒ 9 1 6 13 17 9 4 11
% 42,86 4,76 28,57 61,9 80,95 42,86 19,05 52,38

DATOS DE IMPORTANCIA Tabla Nº 6


Frecuencia (%) de personas con ST,
según sexo, que contactaron con la
Frecuencia del ST y ASTP*
diferencias de género Hombres Mujeres Total
ƒ 72 14 86
Según los estudios se estima que la % 83,72 16,28 100
frecuencia del ST es de 1 entre 100 en Relación 5 hombres por 1 mujer
niños y de 1 entre 600 en niñas, (una
* Asociación Síndrome de Tourette del Perú
relación de 6 niños por 1 niña) si se
consideran las formas incompletas y en
sus formas completas 1 de cada 2.500 Edad de aparición de la
personas (Tourette Association, NY). sintomatología para el diagnóstico
En la tabla 6, que considera las 86 per- del ST
sonas que se contactaron con la ASTP, La aparición de la sintomatología que
la relación en frecuencia es de 5 (hom- permite diagnosticar a un niño con el
bres) a 1 (mujeres) según el género. ST, se presenta aproximadamente a los
6 años y medio de edad. Como se

155
Montezuma

puede observar en la tabla 7, la edad Antecedentes familiares identificados


media oscila entre los 5,8 y los 7 años.
Actualmente es claro que el ST es un
En nuestro grupo las cifras son simila-
desorden genético, que la vulnerabili-
res, en el 57,14% de los sujetos la edad
dad (el niño recibe la base genética o
de aparición se encuentra entre los 5 y
constitucional para desarrollar el de-
los 7 años (figura 2).
sorden) al ST es transmitida de genera-
Tabla Nº 7 ción en generación, y que hay diferen-
Edad media de inicio de los tics según tes formas en que se puede expresar esa
diversos autores (entre paréntesis,
número de casos). vulnerabilidad, las que incluyen el ST
completo, tics múltiples crónicos y úl-
Investigadores edad de inicio
timamente el reconocido TOC
Brunn (n: 350) 5,8
Erenberg y Rothner (n: 200) 6,3 (Dowling, 1995). Los estudios de fami-
Freeman et al. (n: 3,500) 6,4 lias señalan que el 44% de pacientes
Shapiro et al. (n: 661) 6,7
con tics presentan una historia familiar
Coming y Coming (n: 250) 6,9
Goldenberg et al. (n: 112) 6,9 positiva de tics, y el 30% de signos po-
Nee et al. (n: 50) 7,0 sitivos de TOC. En el grupo analizado
Lees et al (n: 53) 7,0 son, efectivamente, estos antecedentes
Fuente: Fernández, 2002.
los que se detectaron en algún miembro
de la familia. En la tabla 8 se observa
que en el 66,67% se encontró la pre-
Figura Nº 2
Histograma de edad de aparición de sencia de tics y en el 61,9% el TOC.
tics en 21 casos con ST
Tabla Nº 8
60 Frecuencias (%) de los principales
antecedentes familiares de
50
21 personas con ST
40
Tics TOC Otros
30
ƒ 14 13 7
20
% 66,67 61,09 33,33
10
0
0 a 4 años 5 a 7 años 8 a 9 años
4 sujetos 12 sujetos 5 sujetos Diagnósticos antes del ST
Se ha reportado que antes del diag-
nóstico del ST, los niños generalmente
recibieron otros diagnósticos, el más
común de los cuales es el TDA/H, pro-
blemas de conducta o TOC (Comings,
1990). En la tabla 9 se observa que el

156
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

19,05% de niños con los que se trabajó ñado de problemas de conducta (corre-
habían recibido el diagnóstico de lación positiva en la tabla 10) pero no
TDA/H, el 14,29% el de problemas de si éstos se presentan aislados (correla-
conducta (PC), el 38,10% como ción negativa, tablas 11 y 12).
TDA/H y problemas de conducta, el Como se anotó anteriormente, el ST
9,52% ningún diagnóstico, el 9,52% se encuentra asociado a otros trastor-
TDA/H, PC y otros trastornos asocia- nos, también conocidos como trastor-
dos, y el 4,76% TDA y otros. nos comórbidos. En la tabla 13 se pre-
sentan las frecuencias en términos de
Tabla Nº 9
Frecuencias (%) de los diagnósticos porcentajes de los principales estudios
recibidos por 21 personas antes realizados en relación con los hallaz-
del de ST gos en el grupo trabajado (Fernández-
f % Álvarez, 2002; 1992). En nuestro
TDA/H 4 19,05 grupo, el 76,19% presentó alguno de
Problema de
los tipos de TDA/H, de éstos el 42,86%
conducta (PC) 3 14,29
Otros 1 4,76 con predominio del déficit de atención,
Ninguno 2 9,52 el 4,76% con predominio hiperactivo-
TDA/H y PC 8 38,10 impulsivo y el 29,57% de tipo com-
TDA-PC y otros 2 9,52
TDA y otros 1 4,76
binado. El 61,9% presentó el TOC aso-
ciado, el 19,05% presentó problemas
de aprendizaje, el 80,95% ansiedad, el
Asimismo, se encuentra que el diag- 42,86% ansiedad de separación y el
nóstico más común emitido antes del 52,38% alteraciones del sueño. Las
de Tourette fue el de TDA/H, acompa- diferencias en relación con los hallaz-

Tabla Nº 10
Relación entre el diagnóstico inicial de TDA/H y PC con el diagnóstico de ST
Correlación

Síndrome de Diagnóstico
Tourette TDA/H y PC
antes de ST
Spearman’s Síndrome de Correlación 1.000 .469*
Tourette Sig. (2 colas) . .032
N 21 21

* La correlación es significativa en el nivel .05.

157
Montezuma

Tabla Nº 11
Relación entre el diagnóstico inicial de TDA/H con el diagnóstico de ST
Correlación

Síndrome de Diagnóstico
Tourette TDA/H y PC
antes de ST
Spearman’s Diagnóstico Correlación 1.000 -.538*
TDA/h antes de Sig. (2-tailed) . .012
ST N 21 21

* La correlación es significativa en el nivel .05.

Tabla Nº 12
Relación entre el diagnóstico inicial de problemas de conducta con el diagnóstico de
ST trastornos conductuales asociados al ST
Correlación

Síndrome de Diagnóstico
Tourette TDA/H y PC
antes de ST
Spearman’s Síndrome de Correlación 1.000 -.209
Tourette Sig. (2 colas) . .363
N 21 21

gos en otros reportes pueden ser expli- etc., que las lleva a realizar movimien-
cadas por las características de los su- tos o sonidos (Kurlan, 1989). Algunas
jetos analizados, ya que éstos asisten a personas con ST presentan una hi-
consulta debido a la presencia interfe- persensibilidad no sólo táctil (no so-
rente de los trastornos asociados y por portan la presión sobre la piel, como
el número de sujetos trabajados. ropa ajustada) sino olfativa (son capa-
ces, en algunos casos, de identificar
Hipersensibilidad muy finamente los olores), y esta agu-
Las personas con ST presentan no deza los perturba. También refieren
sólo tics motores y vocales sino tam- ocasionalmente hipersensibilidad a los
bién lo que se ha venido a llamar tics sonidos. En la tabla 14 se presenta la
sensitivos, muy difíciles de reconocer y frecuencia en que ésta aparece en las
que son descritos por ellos mismos co- 21 personas analizadas (el 71% mani-
mo una sensación incómoda e impreci- festó una hipersensibilidad táctil y el
sa de presión, irritación, calor, frío, 42% olfativa).

158
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

Tabla Nº 13
Frecuencia (%) de algunos trastornos asociados en sujetos con ST

Commins Freeman Fdes-Alvarez Chee,Ky Robertson, Coffey Montezuma*


1995 et al 2002 et al et al et al 2003
(n: 353) (n: 3,500) (n: 219) 1992 1988 1992
(n:84) (n:21)

TDA/H 60.9 60 42 32 76.19


TOC 57.5 59 45 40 30 61.9
Problemas de
aprendizaje 37.4 23 19.05
Ansiedad 30 80.95
Ansiedad de
separación 36 42.86
Alteraciones
del sueño 56.1 25 52.38

* Datos encontrados en 21 sujetos con ST estudiados en Lima.

Tabla Nº 14 cación especializada, de los cuales el


Frecuencias (%) de personas que 9,52% se incorporaron a esta moda-
presentan hipersensibilidad táctil y/u
olfativa en 21 personas con ST lidad de educación desde el tercer
grado, el 9,52% desde secundaria,
Táctil Olfativa
mientras que el 80,95% permanecieron
ƒ 15 9
% 71,43 42,86 recibiendo educación regular.
Los sujetos de nuestro grupo recibie-
ron terapia desde la aparición de la pri-
mera sintomatología, lo que puede ha-
Requerimientos de educación
ber tenido un efecto beneficioso sobre el
especializada
rendimiento escolar. De los ocho sujetos
Se afirma que sólo el 30% de los que se presentaron a la educación supe-
niños con ST tienen serios problemas rior el 75% ingresaron; se mantienen es-
escolares y requieren de educación tudiando el 50% de ellos. El bajo rendi-
especializada. (Asociación Americana miento escolar o la necesidad de educa-
del Síndrome de Tourette) aunque en el ción especializada se ha vinculado a las
estudio de Abwender et al., 1996, (cita- manifestaciones del TDA/H; del TOC u
do en Leckman, 1999), el 46% de las otras dificultades neuropsicológicas a
personas con ST sufrían dificultades las que los niños con ST presentan ma-
relacionadas con la escolaridad. En la yores riesgos (Schultz et al., 1998).
tabla 15 observamos que en los sujetos
analizados el 19,04% requirieron edu-

159
Montezuma

Tabla Nº 15
Frecuencias (%) de personas con ST
en relación con el tipo de
educación recibida

Etapa Escolar Superior

Educación Regular Especializada Especializada Ingresó de 8 Se


desde 3º desde mantiene
ƒ 17 2 2 6 4
% 80,95 9,52 9,52 75 50
Total % EE 19,04

Cocientes de inteligencia con las diferentes escales del Wechsler–


se ajustan a una distribución normal,
Se afirma que el cociente de inteligen- tanto en los subtests como los puntajes
cia de los niños con ST no es diferente verbal (PTV), ejecutivo (PTE) y total
al resto de la población, y esto se com- (PTG). En este caso se trabajaron sólo
prueba en los sujetos estudiados. Como con 18 de los sujetos debido a que no se
se aprecia en la tabla 16, todas las pun-
contaban con todos los datos requeridos
tuaciones –obtenidas de la evaluación
para los tres sujetos restantes.

Tabla Nº 16
Prueba de Bondad de Ajuste de Kolmogorov-Smirnov para la distribución de
subtests y puntajes del Wechsler en 21 personas con ST
I S A V C RD CF AF DB EO PTV PTE PTG
N 18 18 18 18 18 18 18 18 18 18 18 18 18

Media 16.0 16.11 14.72 29.89 18.06 11.61 17.94 23.00 31.72 25.56 106.39 98.22 204.61
D.E. 5.98 5.82 4.25 11.58 5.79 3.31 4.73 14.02 13.35 6.97 32.73 33.75 63.41
K-S .517 .632 .582 .691 .625 .905 .491 .595 .456 .610 .359 .608 .405
Z
Sig. .952 .820 .887 .726 .830 .385 .969 .871 .985 .850 1.000 .854 .997

p.<.05

a: La distribución del test es normal


b: Cálculo de los datos

I = Información, S = Semejanzas, A = aritmética, V = vocabulario, C = comprensión, RT = retención de dígitos, CF


= completamiento de figuras, AF = arreglo de figuras, DB = diseño con bloques, EO = ensamblaje de objetos, PTV
= puntaje verbal, PTE = puntaje ejecutivo, PTG = puntaje global.

160
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

Mejor rendimiento en el área verbal Relaciones entre otros


que en la ejecutiva y su relación con trastornos asociados
los trastornos asociados Otros hallazgos en los 21 sujetos tra-
Se ha encontrado que los sujetos con bajados son: existe una relación signi-
ST rinden mejor en el área verbal ficativa entre la presencia de episodios
(PTV) que en la ejecutiva (PTE). Tam- de ansiedad de separación en la historia
bién se afirma que el rendimiento alte- de los sujetos con ST, con la presenta-
ción de alteraciones del sueño (tabla
rado en el puntaje ejecutivo se correla-
19). Igualmente, una relación significa-
ciona con la presencia de síntomas del
tiva entre estos episodios de ansiedad
TOC más el TDA/H y el TOC solo, pe-
de separación con el TOC mas no con
ro no cuando se presenta el TDA/H so-
el TDA/H; en este último caso la corre-
lo. En los sujetos trabajados compro-
lación es negativa, esto es, las personas
bamos que hay diferencia en el rendi- con ST que han presentado ansiedad de
miento entre el PTV y el PTE, la que es separación no son precisamente las que
una diferencia significativa (tabla 17), tienen el TDA/H (tablas 20 y 21) y que
y que en los sujetos que presentan TOC la presencia de trastornos de ansiedad
esta diferencia también es significativa se asocia al grado de severidad del ST
(tabla 18). (figura 3).

Tabla Nº 17
Diferencia de medias entre el puntaje verbal y el ejecutivo en los
sujetos con ST
Media D.E t Sig
PTV 106.39 32.73 13.790 .000**
PTE 98.22 33.75 12.348 .000**

**p. < .01

Tabla Nº 18
Diferencia de medias entre el puntaje verbal y el ejecutivo en los sujetos con ST y
TOC
Media D.E t Sig
PTV 107.00 36.49 10.571 .000**
PTE 100.38 37.38 9.684 .000**

**p. < .01

161
Montezuma

Tabla Nº 19
Relación entre alteraciones del sueño y ansiedad de separación en 21 personas con
ST
Alteraciones Presentó
del sueño ansiedad de
separación

Spearman’s Alteraciones Correlación 1.000 .440*


del sueño Sig. (2 colas) . .046
n 21 21

* La correlación es significativa en el nivel .05.

Tabla Nº 20
Relación entre ansiedad de separación y ST con TOC en 21 personas con ST
Presentó ST
ansiedad de asociado a
separación TOC

Spearman’s Presentó Correlación 1.000 .548*


ansiedad de Sig. (2 colas) . .010
separación n 21 21

* La correlación es significativa en el nivel .05.

Tabla Nº 21
Relación entre ansiedad de separación y ST con TDA/H
Presentó ST
ansiedad de asociado a
separación TDA/H

Spearman’s Presentó Correlación 1.000 -.084


ansiedad de Sig. (2 colas) . .718
separación n 21 21

162
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

Figura Nº 3
Grados de severidad del síndrome con relación a los trastornos
de ansiedad en 21 personas con ST

100

80
% con trastornos de
60 ansiedad, según
40 grado de severidad
del síndrome
20

0
Muy leve Leve Moderado Fuerte Severo Muy
severo

EVALUACIÓN Y TERAPIA PSICOLÓGICA psicólogo puede influir de manera


DEL PACIENTE CON ST determinante.
A pesar de que el ST tiene una etio- La acción del psicólogo, así como de
logía primaria neurobiológica, los fac- los otros profesionales, se ve influen-
tores psicosociales pueden influenciar, ciada por el momento de evolución en
de manera decisiva, en el curso del la que se encuentra la presentación del
desarrollo, la severidad y la manifesta- síndrome. Podemos diferenciar tres
ción del trastorno. Hay abundante evi- etapas: a) el inicio o momento de emer-
dencia de que estresores no específi- gencia, con síntomas que pueden co-
cos, así como factores psicológicos fa- rresponder o no al síndrome; b) el in-
miliares e individuales, pueden amino- termedio, en el que aparece más clara-
rar o exacerbar los síntomas y producir mente la sintomatología, con sus movi-
cambios mensurables (King et al., mientos, cambios, inestabilidades y las
1999). Hay factores individuales, fami- diferentes trayectorias que éstas si-
liares y culturales que moldean la ma- guen, y c) el final, o el establecimiento
nera en que las personas con ST, su fa- del grado de severidad real del síndro-
milia, los padres y profesores perciben, me (Bliss, 1980).
dan significado y responden a los sínto- Reconocer el inicio del trastorno,
mas. Factores psicosociales que influ- analizarlo y estudiarlo, compartir los
yen en la manera como la persona con cuestionamientos con el equipo, man-
ST y su familia se aproxima a los dife- tenerse en espera y, si es posible, deste-
rentes tipos de intervención, incluyen- rrarlo, son momentos terriblemente di-
do la medicación. Es aquí, en los nive- fíciles para el psicólogo; y, lo más im-
les individual y relacional, donde el portante, los esfuerzos son sólo exito-

163
Montezuma

sos intermitentemente, por lo que tene- En cuanto a la evaluación y trata-


mos que elegir entre dejar todo “colga- miento de la persona con ST y su fami-
do”, evadir el tema o seguir investigan- lia el abordaje puede ser individual y
do de manera compartida para llegar a grupal, como se puede apreciar en la
una conclusión. figura 4.
Es importante resaltar que la descrip-
ción de los primeros síntomas es reali- 1.1 Abordaje individual
zada por los padres y que con cierta
frecuencia, cuando se cuenta con una
1.1.1 Evaluación psicológica general
información masiva, como la que trata
de realizar en nuestro país la ASTP, es Consiste en realizar un análisis des-
la propia familia o sus allegados los criptivo (o topográfico) y un análisis
que diagnostican el síndrome. En la funcional (proceso continuo y constan-
tabla 22 se aprecia que en nuestro te de investigación, con su debida for-
medio el 19,05% de los casos fueron mulación y contrastación de hipótesis)
identificados por algún miembro de la donde se debe poner atención al medio
familia, el 9,52% por sus maestros, y el externo y al mundo interno que circun-
71,43% por médicos especializados dan la conducta, en todos sus aspectos:
(neurólogos o psiquiatras) o psicólo- físicos, fisiológicos, cognitivos, socia-
gos. Esto podría explicarse porque la les y emocionales, entre otros, que per-
ASTP tiene sólo cinco años de consti- mita el posterior diseño de interven-
tuida, a diferencia de la Asociación ción y el seguimiento pertinente.
Americana, que contribuye con fondos En esta evaluación podemos distin-
para investigaciones importantes en guir los siguientes objetivos:
diversas áreas relevantes desde 1984, y • Análisis funcional de conductas.-
que ha difundido las características del Discriminar, analizar y describir
síndrome de manera masiva hace más operativamente conductas que pue-
de tres décadas. den ser categorizadas como excesos
Tabla Nº 22 o déficits, y si es preciso evaluar el
Frecuencia (%) de los que identificaron peso, y establecer la línea base de
el trastorno, en 21 personas con ST cada componente del síndrome, así
Familia Maestros Médico como los efectos colaterales que los
Neurólogo fármacos pudieran estar producien-
Psicólogo
4 2 15
do en los diferentes momentos del
proceso, en cada caso.
% 19,05 9,52 71,43 • Monitorear las fluctuaciones de los
síntomas en los contextos específi-
cos de su emergencia, en situacio-

164
Figura Nº 4
Evaluación y tratamiento de la persona con ST

I De la persona con ST II Del entorno

1.1 Abordaje individual 2.2 Educativo /


1.2 Abordaje grupal 2.1 Familia
social / laboral

1.1.1 Evaluación 1.2.1 Entre personas 2.1.1 Orientación 2.2.1 Adaptaciones 2.2.1 Adaptaciones
psicológica con ST y educación al medio escolar al medio laboral

1.1.2 Orientación y 1.2.2 Con otras 2.1.2 Grupos


educación sobre el ST personas de soporte Educación a Acomodamiento
profesional y pares al trabajo

2.1.3 Terapia familiar


Modificaciones Acomodamiento
1.1.3 Terapia según
ambientales Reorganización del
componentes del ST
trabajo

Modificaciones
académicas
Servicios de apoyo
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

165
Montezuma

nes estresantes o en la vida diaria.- área verbal que en el área ejecu-


Los síntomas del ST pueden ser ca- tiva.
talogados de muy leves, leves, mo- – Las características de la aten-
derados, fuertes, severos y muy se- ción, tanto en la sostenida como
veros, por su frecuencia, su comple- en la dividida. Se pueden apre-
jidad y el grado en que ellos causan ciar dificultades y una gran in-
interferencia en las actividades de la fluencia en las otras áreas de de-
vida diaria y las actividades básicas sarrollo, como la interferencia
cotidianas de la persona con ST. Lo en el proceso enseñanza-apren-
que puede ser medido por varias es- dizaje.
calas, entre las cuales de encuentra – El rendimiento en el aspecto psi-
la escala de severidad del ST de comotor, en algunos casos se de-
Shapiro y sus colaboradores, 1989 tectan dificultades en la coordi-
(Bados, 1999). Es conocido que los nación motora fina, organización
pacientes pueden inhibir los sínto- espacial, disociación del movi-
mas, o como ellos mismos mencio- miento, disturbios en el esquema
nan, no sentir la urgencia de emitir- e integración del control motor.
los mientras están en el consultorio En la tabla 23 se encuentra que
médico, el colegio o el trabajo. Sin el 71,43% de los sujetos con ST
embargo, en otros ambientes, como presentaron bajo rendimiento en
el hogar o el consultorio psicológi- coordinación motora fina y el
co, emergen, se disparan con vio- 38% en coordinación motora
lencia y cambian en intensidad y gruesa.
ubicación, presentando oscilacio- Tabla Nº 23
nes, es por eso necesario el registro Frecuencia (%) con bajo rendimiento en
de estas conductas a través de méto- coordinación motora fina y gruesa en
21 personas con ST
dos de evaluación conductual en
ambientes naturales. CMF* CMG**

• La descripción y evaluación de las ƒ 15 8


% 71,43 38,1
fortalezas y debilidades de las per-
sonas que presentan el ST.- En los * CMF = coordinación motora fina, **CMG = coordi-
nación motora gruesa
aspectos cognitivos y socioemocio-
nales, la evaluación debe incluir: – El estado de alerta. Se encuentra
– El cociente de inteligencia, que, con frecuencia un estado que
como hemos visto, no es diferen- puede ser excesivo y que se ma-
te al del resto de la población; nifiesta con irritabilidad, agresi-
sin embargo, generalmente pre- vidad, baja tolerancia a la frus-
sentan mejor rendimiento en el tración, ansiedad, exabruptos,

166
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

hipersensibilidad, dificultad para comportamiento en la escuela o


planear, incapacidad para termi- ambientes laborales. Aunque es ne-
nar el trabajo, bajo autocontrol, cesario recordar que los niños con
invasión de tiempo y espacio o ST, que exhiben dificultades en la
bajo, que se manifiesta con una escuela a menudo no presentan
disminución de la motivación; desórdenes en el aprendizaje, como
un locus de control generalmen- vimos anteriormente.
te externo, dificultades para eva- Los métodos son los regulares: histo-
luar y solucionar problemas, ba- ria detallada, entrevistas, cuestionarios
jo procesamiento de la informa- generales, pruebas y escalas de evalua-
ción, estrategias de aprendizaje ción, métodos y sistemas de registro.
globales, holísticas, dependencia
de campo. Este estado de alerta 1.1.2 Orientación y educación
en las personas con ST varía de sobre el síndrome
un extremo al otro de manera
El foco de la terapia está dirigido a
muy inestable.
capacitar a la persona con ST, para que
Estos hallazgos son datos de lí-
cuente con las herramientas necesarias
nea base que pueden servir para
que le permita:
evaluar el efecto de algunos fár-
• Enfrentar las dificultades causadas
macos y aclarar la presencia de
por cada uno de los componentes
otros problemas asociados, para
del trastorno y monitorear el efecto
la programación de una terapia
de las terapias.
correctiva y/o prever los ajustes
• Reducir y compensar las desventa-
ambientales escolares y/o labo-
jas que pueden traer los síntomas
rales necesarios.
del ST, para su adaptación al medio
• Identificar las características fun-
escolar y laboral, según sus reales
cionales y dinámica familiar (mode-
posibilidades de desempeño,
los, detección de líderes, niveles de
• Acceder a los diferentes medios de
aceptación entre los miembros,
información actualizada sobre el
incluyendo las culpas por el origen
diagnóstico, evolución, tratamiento,
genético del síndrome, las respues-
pronóstico e investigación del ST;
tas que los padres dan a “sus rare-
el acceso a bibliografía actualizada
zas”...). La secuela emocional de la
sobre distintos temas –“bibliotera-
acción de la familia puede afectar al
pia”– ha sido de suma importancia.
paciente más allá de su niñez.
• Participar de manera activa para
• Analizar la ubicación escolar y eva-
identificar los efectos que la medi-
luar cuidadosamente las adquisicio-
cación tiene en su caso, según la
nes académicas, su rendimiento y

167
Montezuma

severidad de los síntomas y su dis- – Las técnicas cognitivo-conduc-


cusión con el médico tratante. tuales utilizables no han re-
• Intervenir en la educación a la sultado muy exitosas pero pue-
comunidad sobre el ST, su preven- den ofrecer un soporte realista
ción y control. en los períodos críticos de exa-
cerbación de los tics (King et al.,
1.1.3 Terapias dirigidas al abordaje 1999). Éstas son:
de los diferentes componentes del – La extinción, basada en el reco-
síndrome y trastornos asociados nocimiento de las señales senso-
• Terapia conductual de los tics. En riales emergentes (la señal es
muchos casos, son sólo los tics de ti- una sensación, un signo extre-
po motor y vocal los síntomas que se madamente sutil), las que si son
presentan como evidencia del sín- detectadas y rechazadas de
drome. Tics que pueden ser leves o manera suficientemente rápida,
potencialmente muy aversivos y dis- pueden ser extinguidas sin que
trayentes para el niño y su entorno se produzca la tensión que ame-
social. No obstante, es importante re- naza. Lograr el reconocimiento
cordar que la cantidad de ruido que instantáneo de aquel estado no
pueden causar no son totalmente vo- es fácil de alcanzar y requiere de
luntarios y que el niño no tiene total un entrenamiento prolongado e
control sobre la manifestación de los intensivo. La motivación y la
movimientos y vocalizaciones. persistencia son aliadas indis-
Los tics, como hemos visto, fluctúan pensables. Cuando se logra la
en frecuencia, intensidad, duración, extinción aparente de los sínto-
localización y modalidad a lo largo mas, éstos reaparecerán constan-
del año y tienden a intensificarse temente, por lo que necesitan ser
conforme la persona se enfrenta a confrontados y extinguidos hasta
los estresores que se van pre- el fin. Aunque el resultado es
sentando durante el día. La forma en una clase de “media vida” de
que el paciente y su familia usan y vigilancia constante y atención
manejan el lenguaje para referirse a dividida.
los tics, difiere y depende de las con- – La práctica negativa masiva:
notaciones familiares y sociales que ejecutar deliberadamente el
éstos tengan. En todo caso, siempre movimiento por períodos especí-
es de importancia crucial el saber ficos, intercalando por breves
diferenciar la conducta de la perso- momentos períodos de descanso
na. Es la conducta la que describi- (por ejemplo, cuatro minutos de
mos y enfrentamos, no la persona. práctica por uno de descanso).

168
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

Azrin reporta efectividad en la claros, que facilita la conviven-


mitad de los estudios en cuanto a cia y evita la creación de interfe-
la frecuencia, pero no están cla- rentes.
ros los beneficios a largo plazo. – Automonitoreo o autoobserva-
Tuipin revisó 22 estudios y notó ción, con el objetivo real de
que sólo tres mantuvieron el identificar los estresores, situa-
éxito luego de seis meses de se- ciones, etapas, contextos. Es re-
guimiento (King et al., 1999). portado como exitoso (Azrin y
Muchos otros estudios no repor- Peterson, 1988), principalmente
tan cambios en los tics y algunos porque el efecto del record in-
reportan su incremento. Esta téc- mediato proporciona conciencia
nica tiene un uso terapéutico de los tics y sus señales.
limitado. – Reversión del hábito, que inclu-
– Otras técnicas en las que esta- ye: a) técnicas de registro; b)
mos bastante familiarizados los entrenamiento en el conocimien-
psicólogos son las de manejo de to de las respuestas (descripción
contingencias, en particular las de las respuestas, advertencia,
técnicas operantes para el desa- identificación de los signos tem-
rrollo, y para la reducción de pranos y situaciones de genera-
conductas en ambientes natura- ción); c) práctica de respuestas
les, las técnicas de autocontrol, competitivas, como tensar los
de entrenamiento en asertividad músculos incompatibles con el
o habilidades sociales. Si bien es movimiento habitual (el que
cierto que es difícil generalizar debe sostenerse por varios minu-
el control a todos los ambientes, tos); d) motivación para el con-
es importante señalar los benefi- trol del hábito, con la revisión de
cios que trae el uso adecuado de las inconveniencias de ejecutarlo
los reforzadores positivos y/o y el reforzamiento positivo por
negativos dentro de un plan la no ejecución; y e) entrena-
especialmente elaborado para miento en la generalización. Los
cada paciente y su familia. No estudios de Azrin y Nunn (1973)
actúan directamente en el au- señalan la eficacia de las res-
mento o disminución de la fre- puestas competitivas, aun cuan-
cuencia de los tics pero ayudan a do éstas no sean similares; por
la motivación y, muy especial- ejemplo, ante el tic de girar el
mente, a la generación de un am- cuello, el contraer la pantorrilla
biente coherente, distensionante, puede resultar exitoso. Milten-
sistemático, con metas y límites berger y Fuqua (1985) señalan

169
Montezuma

que la efectividad está en el cas- miembro de la familia; por ejemplo:


tigo (la práctica competitiva es lavarse las manos se relaciona con
experimentada por el sujeto prevenir la contaminación; tocar las
como desagradable). La investi- cosas o personas se vincula con el
gación ha demostrado que los objetivo de prevenir que ocurra algo
tics son mantenidos por múl- terrible, como la muerte de algún
tiples factores neurobiológicos, familiar. El trastorno con tics es
como por influencias ambienta- señalado como la urgencia de repe-
les y contingencias de reforza- tir una actividad hasta que “se sien-
miento (Carr, Taylor, Walander y ta suficiente”, hasta llegar al “nivel”
Reiss, 1996). Esta aproximación o a “un arreglo simétrico”. Estas
sugiere que si ejecutar el tic pue- urgencias compulsivas no están pre-
de suprimir o reducir el fenóme- cedidas típicamente por un temor o
no sensorial, esta reducción dolor, pero pueden estar precedidas
puede servir para reforzar el tic por un sentimiento de que algo no
(Evers y Van de Wetering, está bien o está “incompleto”,
1994). “como si me estuviera olvidando de
• Tratamiento conductual del algo”. Los niños manifiestan expe-
Trastorno Obsesivo Compulsivo. rimentar frustración y agitación en
Entre los trastornos más vinculados su esfuerzo por sentirse bien. Otro
al ST se encuentra el TOC que, se problema al que también nos
reporta, puede afectar entre el 30% enfrentamos es el de la dificultad
y 60% de las personas que presen- para una clara distinción entre com-
tan el síndrome. Al margen de los pulsión y tics complejos, por lo que
fármacos que ayudan notablemente hay que definir el síntoma incluyen-
a los que padecen este trastorno, do los disparadores internos y exter-
también pueden ser utilizadas las nos (estímulos discriminativos)
técnicas del comportamiento, las para las conductas repetitivas y las
cuales ayudan a manejar la ansiedad urgencias.
y la inquietud, que son resultado de En cuanto a las técnicas, la eficacia
las obsesiones e incluso pueden, en relativa de la exposición y la preven-
algunos casos, eliminar los compor- ción de respuesta versus el paradig-
tamientos ritualísticos. ma de reversión del hábito, necesitan
Hay una diferencia entre el desor- ser estudiadas. Hasta el momento las
den obsesivo compulsivo asociado investigaciones indican que ambas
con tics o sin tics. El trastorno sin técnicas son deseables.
tics está caracterizado por temores a Los componentes de las técnicas
hacerse daño o hacer daño a algún que aparecen como más exitosas

170
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

son la exposición (confrontar el primidos, tienen pensamiento delu-


objeto temido) y la prevención de la sivo acerca de sus obsesiones, y/o la
respuesta (autoinstrucción de no familia es conflictiva. Las técnicas
llevar a cabo el ritual o no evitar el cognitivo-conductuales de los tras-
estímulo temido). El tratamiento in- tornos obsesivo-compulsivos, en
cluye: a) automonitorear e identifi- combinación con la medicación, en
car los eventos o situaciones que algunos casos, producen una mayor
provocan la urgencia que se va a ri- respuesta que cuando se da la medi-
tualizar; esto permite al terapeuta y cación sola, hay estudios que repor-
al niño redefinir el vocabulario co- tan una sustancial mejoría e incluso
mún sobre los síntomas obsesivo- las dos terceras partes de las perso-
compulsivos; b) evaluar, de acuerdo nas con ST tratadas con técnicas
con la severidad, los estímulos dis- cognitivo-conductuales eran capa-
paradores para ser usados en los ces de mantenerse sin medicación
ejercicios de exposición y de pre- dos años después de descontinuarla.
vención de la respuesta. Se hacen
las gráficas correspondientes. Los 1.2 Abordaje grupal
instrumentos para realizar esta tarea
incluyen la capacitación en el uso
1. 2.1 Con personas que presentan el
de registros narrativos, con los res-
mismo síndrome
pectivos análisis funcionales de las
conductas y el entrenamiento previo De esta manera las personas que pade-
en relajación. cen el síndrome conocen a otras con
Otro conjunto de técnicas lo consti- problemas similares, comparten expe-
tuye el manejo de contingencias, riencias, se enteran acerca de los sínto-
que sí se usa como parte de un plan mas asociados con los trastornos que pa-
general de tratamiento, definitiva- decen, y aprenden otras maneras de en-
mente mejora la confianza y la tole- frentar sus reacciones. El grupo puede
rancia a la ansiedad. proporcionarle una sensación de norma-
Las técnicas de reestructuración lidad y brindarle un ambiente adecuado
cognitiva y solución de problemas a la práctica de conductas sociales apro-
son exitosas cuando los pacientes piadas a su condición. El paciente reci-
asumen un rol activo, se encuentran be un feedback realístico de sus pares.
motivados y han logrado habilidad Los terapeutas pueden monitorear los
para reportar abiertamente la pre- problemas a fin de intervenir antes de
sencia de rituales y compulsiones que la situación se salga de control.
(King, 1999). No son recomenda- Si bien hemos intentado realizar este
bles cuando ellos se encuentran de- tipo de terapia, brindándoles a las per-

171
Montezuma

sonas con ST un ambiente propicio tos, comprender y responder adecuada-


para el intercambio de opiniones y sen- mente a los sentimientos e ideas de
saciones, nos hemos visto frente a difi- otros, reconocer el efecto y consecuen-
cultades como el denominado “conta- cia de su conducta y resolver situacio-
gio de síntomas”, debido principalmen- nes de conflicto. Frente a esto, el entre-
te a que muchas personas presentan la namiento en habilidades sociales (aser-
tendencia a imitar lo que ven en otros tividad), puede ser dado en el hogar, en
(ecopraxia), lo que oyen de otros (eco- sesiones terapéuticas y en el propio
lalia) o lo que ellos mismos dicen (pa- colegio. La inclusión de este tipo de
lilalia). Tales repeticiones modeladas acción se viene generalizando en las
pueden llevar a la puesta en marcha de escuelas regulares del medio, lo que
nuevos síntomas específicos que van y favorece la integración de las personas
vienen, y que algunas personas con ST con ST.
describen como “gatillos” que disparan
un tic; por lo que nos estamos limitan- TERAPIA Y ORIENTACIÓN EN EL
do a sesiones de dos en dos, en especial ENTORNO
en etapas de estabilidad de uno de
ellos, de manera que uno sirva de
2. Abordaje de la familia
apoyo al otro; ocasionalmente confor-
mamos grupos más amplios. En todo
caso la descripción de sus estrategias 2.1 Orientación y educación familiar
para el control de sus comporta-
La familia que tiene un miembro que
mientos, la expresión de sus logros y
presenta los síntomas del ST, como
dificultades sí han sido efectivas y han
frente a cualquier otro trastorno cróni-
influido para la terapia individual. Po-
co, ya viene estresada, frustrada. Los
demos agregar aquí que las reuniones
padres pasan por un período “duro”
de carácter social de las familias que
para aceptar los síntomas del síndrome,
conforman los grupos de la Asociación
lo que es propicio para oír su historia y
Síndrome de Tourette del Perú, han
brindarles un espacio crucial para el so-
sido también de mucha ayuda.
porte, el antídoto para la soledad y la
desesperación, y también para la culpa
que viene asociada por la naturaleza
1.2.2 Con otras personas sin
genética del desorden.
el síndrome
Es posible trabajar aquí por reformu-
Algunas personas con ST fallan en su lar la apreciación que se tiene sobre los
intento de obtener éxito para iniciar y confusos y emergentes síntomas en el
mantener relaciones sociales, les es contexto del desorden. Antes del diag-
difícil expresar sus ideas y sentimien- nóstico los síntomas son visualizados

172
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

como voluntarios, deliberados, desa- En todo caso es de suma importancia


fiantes, efectos de un escaso control cooperar con la familia y la persona
por parte de la persona que los presen- con ST, para tal fin es necesario tener
ta, y la respuesta de la familia es, en en cuenta los siguientes pasos:
general, de recriminación y, en muchos • Comprender y familiarizarse con
casos, violenta. las manifestaciones y episodios del
Ubicar los síntomas como parte de un trastorno, brindándoles asistencia
trastorno ayuda a discriminarlos, y per- para que enfrenten de manera rea-
mite iniciar una discusión más infor- lista sus expectativas.
mada sobre el grado de control que • Orientar sus reacciones ante las
puede ser razonablemente esperado manifestaciones del síndrome, a fin
respecto de los distintos comporta- de organizar un ambiente coherente,
mientos y situaciones. Este diálogo sistemático, con metas claras, dis-
puede romper el círculo vicioso de re- tensionante. En este sentido, será
criminación-exacerbación de los tics. conveniente ayudarlos a:
Ayuda a los padres a focalizarse en la – Rescatar la visualización de con-
solución del problema antes que en la ductas adecuadas antes que las
culpa. Sin embargo, hay que tener cui- inadecuadas, controlando la diná-
dado de que esta ubicación de los sín- mica de entrega de los reforzado-
tomas no se estigmatice y se conviertan res condicionados generalizados
en “parte” de la persona misma. (atención, aprobación, afecto y
Son las conductas a las que describi- reforzadores concretos); y dife-
mos y enfrentamos, no a la persona. La renciar las conductas inadecuadas
forma en que la familia y el paciente van voluntarias de las involuntarias.
a manejar el lenguaje, al referirse a los – Hacer un uso óptimo de registros
síntomas, es una parte importante en la y figuras que visualicen los
exploración, clarificación, comprensión avances.
y enfrentamiento del trastorno. No – Especificar los efectos o conse-
importa cómo se les llame, muchos pue- cuencias de las conductas,
den preferir hablar de hábitos, ruidos, haciendo uso de contratos, prio-
movimientos, manías, rarezas y no usar ridades y reglas participativas.
términos técnicos; eso depende de las – Que apliquen las técnicas ope-
connotaciones que cada término tenga rantes, con organización, consis-
para la familia o la comunidad cercana. tencia y sistematización.
Inicialmente, en algunas circunstancias – Enfrentar positivamente su rela-
no será necesario hablar del término ción con los médicos, otros
Tourette frente al niño. miembros de la familia, profeso-
res y amigos.

173
Montezuma

2.1.2 Grupos de soporte Tabla 24


Participación en grupos de soporte de
Conformar estos grupos requiere del la ASTP
análisis de variables que son de suma Iniciaron Se mantienen
importancia para que se genere la 17 14
empatía necesaria en ellos y cumplan % 80,95 66,67
su verdadera función. Así, se deberá to-
mar en cuenta la edad de las personas
que presentan el síndrome, la severidad 2.1.3 Terapia familiar
del caso y de los trastornos asociados,
y como condición secundaria, los nive- Ayuda a comprender y evaluar las in-
les culturales y la ubicación geográfica teracciones entre los miembros de la
de los miembros que los integran. familia y el impacto de aquellas inte-
Los grupos están dirigidos a manejar racciones, en particular de aquellas que
el estrés, brindar un espacio para ser se dan como producto de las manifesta-
escuchados (por personas que com- ciones de los síntomas. Así, ayudarán a
prendan sus frustraciones, temores, identificar la “condición” y el “rol” de
molestias y pesares), disminuir sus fan- la persona con ST en el seno familiar:
tasías o visualizaciones erróneas sobre si es sobreprotegida, tratada punitiva-
el síndrome, valorar y visualizar las mente, incomprendida, fuente de ver-
características de otros miembros del güenza, o si, tal vez, el trastorno domi-
grupo familiar sin ST y analizar la poca na la interacción familiar. Con fines te-
atención que generalmente se les da. Es rapéuticos se pueden detectar los mo-
conveniente que estos grupos se reúnan delos y líderes que operan en el grupo,
una vez al mes. Existe en internet un y evaluar los niveles de aceptación de
grupo de soporte, el que al parecer cada miembro de él.
tiene cierto éxito. Todos los miembros aprenden a crear
Como se aprecia en la tabla 24, el un ambiente familiar más positivo y
81% de las familias de los sujetos estu- efectivo para sostener a la persona con
diados iniciaron su participación en los ST y a ellos mismos, y a aceptar al
grupos de soporte y se mantienen el miembro con ST con sus síntomas, no
66% (el 82% de los que lo iniciaron). “a pesar de ellos”; esto proveerá a la
persona con ST de un sentido de segu-
ridad para su aproximación saludable
al mundo externo. Las esposas de las
personas con ST no se percatan del
complejo problema del síndrome y sus
efectos en las relaciones amorosas
hasta después de un tiempo de casados;

174
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

estas reuniones pueden servir para lución de conflictos, que son accio-
enfrentar estos problemas. nes de suma importancia para el
alumno con ST.
2.2 Abordaje del entorno social, esco- • Modificaciones ambientales y aca-
lar y/o laboral démicas. La flexibilidad, compren-
sión y productividad en el lugar de
2.2.1 Medio ambiente escolar estudio son de suma importancia.
Los estudiantes con ST general-
• Educación a maestros y compañe- mente tienen los mismos potencia-
ros.Ya que el síndrome no es tan les intelectuales que sus compañe-
conocido2, una de las funciones de ros; sin embargo, como hemos
los psicólogos tratantes es la de
visto, un buen porcentaje de perso-
informar a los maestros, colegas y
nas con TDAH TDA, TOC y/o ST
público en general, sobre la natura-
presentan problemas grafomotores.
leza del síndrome y las maneras
Los tics pueden interferir la escritu-
como éste afecta la conducta, aten-
ra; las personas con TOC pueden
ción y aprendizaje de las personas
presentar compulsiones para escri-
con ST, tratando de generar un
bir, borrar, reescribir palabras, y or-
ambiente propicio de aceptación,
denar las cosas; por lo tanto, puede
sin ridiculización, ya que los sínto-
ser necesario realizar algunas modi-
mas del síndrome pueden ser vistos
ficaciones en relación con el am-
por los maestros y compañeros
biente académico: instrucción per-
como reacciones contra las perso-
sonalizada, tiempo fuera voluntario
nas (lo que puede crear consterna-
ción, mucha angustia en las perso- (para expresar sus tics), exámenes
nas con ST y sus familias). Los orales, mayor tiempo para los traba-
maestros y todo el personal de la jos y exámenes escritos, uso de gra-
escuela pueden reducir el estrés y badora, computadora, calculadora;
ayudar a consolidar un ambiente empleo de apoyos visuales (papel
cada vez más positivo. Es de señalar cuadriculado o previamente raya-
que los maestros van involucrándo- do), ubicación especial en el aula,
se con éxito en el manejo de técni- tutoría para el manejo de la agenda
cas para la creación y fortalecimien- o cuaderno de control por el mismo
to de habilidades sociales y reso- profesor o un compañero, apoyo de
compañeros monitores, evaluación
de los efectos colaterales de la me-
2 A pesar de los esfuerzos la Asociación Síndrome dicación: somnolencia, tonicidad,
de Tourette del Perú hace para difundir sus carac- entre otros, y según las necesidades.
terísticas.

175
Montezuma

• Modificaciones académicas.- Apro- asumir a plenitud su rol de gestor, pro-


ximadamente el 25% de los estu- motor y de soporte del equipo profesio-
diantes con TDAH, TDA y ST pre- nal, del entorno familiar (brindándoles
senta problemas de aprendizaje, un orientación y formación, grupos de so-
porcentaje mayor que el de 4 a 5% porte y terapia familiar), educativo, so-
de la población en general. Otro cial y laboral, responsabilidad que se
25% presenta problemas significati- disfruta cuando se acompaña a la per-
vos relacionados con el trabajo es- sona con ST a crecer, a que desarrollen
colar. Los estudiantes con TOC son sus potencialidades, optimicen su am-
impactados por las perseveraciones biente y actúen de manera competente,
y el estrés. Esta población requiere confiada en sí misma, en su familia, en
de educación especializada, entre- la sociedad, buscando alcanzar su ple-
namiento y fortalecimiento de las na realización.
habilidades sociales.

2.2.2 Medio ambiente laboral


En ciertos casos es necesario realizar
algunas adaptaciones, como acomoda-
miento al trabajo, acomodamiento de la
organización del trabajo, y servicios de
apoyo, los que deben ser planteados
por la propia persona con ST. La actua-
ción de los terapeutas ocupacionales en
este aspecto es de suma importancia.
El psicólogo que asuma la responsa-
bilidad de trabajar con la persona con
ST requiere de una preparación espe-
cial, profunda, sostenida y comprome-
tida. Su acción requiere de un abordaje
integral, no sólo debe dirigirse a la
misma persona con ST de manera indi-
vidual (realizando una evaluación psi-
cológica diferencial y continua, brin-
dando la orientación y educación sobre
el síndrome, y aplicando los procedi-
mientos y técnicas de intervención per-
tinentes según los componentes del
síndrome) y en grupos; sino que debe

176
El rol del psicólogo en el síndrome de Tourette

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