El tabaquismo aumenta la presión arterial al estrechar los vasos sanguíneos,
obliga al corazón a trabajar arduamente para entregar suficiente oxígeno. En los hombres fumadores el infarto agudo de miocardio (IAM) aparece, en promedio, diez años antes que en los no fumadores y, si el consumo es mayor de 20 cigarrillos por día, puede anticiparse unos 20 años. Las mujeres no fumadoras suelen padecer el primer infarto 10 años después que los hombres, pero las fumadoras lo tienen a edades similares. El riesgo de padecer infarto es el doble en los hombres fumadores y el triple en las mujeres fumadoras respecto a los no fumadores de ambos sexos.
Sistema respiratorio:
Bronquitis crónica: los bronquios se inflaman y se observa mucosidad.
Fumar incluso un número moderado de cigarros de manera regular puede producir bronquitis crónica. Existen tratamientos para controlar síntomas pero, no hay cura.
Enfisema: El tabaquismo a lago plazo puede provocarlo, es la perdida de
elasticidad y final desintegración del tejido pulmonar. Esta enfermedad dificulta la respiración. Las personas que lo padecen no pueden llevar suficiente oxígeno a los tejidos corporales o deshacerse del exceso del dióxido de carbono en el cuerpo. No existe cura.
Cáncer pulmonar: es mortal, ya que cuando se detecta, por lo general ya
se ha extendido a otras áreas del cuerpo. Aproximadamente 87 por ciento de las muertes por este tipo de cáncer se debe al tabaquismo. Sistema nervioso: Las drogas que causan adicción tienen distintos efectos en la sinapsis de la dopamina. La metanfetamina libera un torrente de dopamina que provoca un estado de ‘‘bienestar al instante’’ instantáneo. El encéfalo responde a los niveles excesivos de dopamina reduciendo la cantidad de receptores disponibles al neurotransmisor. En consecuencia, las actividades normales dejan de producir la sensación de placer que antes provocaba. Como hay menos receptores disponibles, cada vez se necesitan cantidades de droga para producir la misma sensación de bienestar. La cocaína prolonga el tiempo en que la dopamina permanece en la región sináptica, intensificando el placer e inhibiendo el dolor. La nicotina, sustancia adictiva del tabaco, así como el alcohol y drogas ilegales provocan una mayor cantidad de dopamina.