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Lima, 08 de Abril del 2002.

Señor

JUAN ALBERTO GONZÁLEZ

Gerente General de Microsoft del Perú

Presente.-

Estimado Señor.

Ante todo, agradezco su carta del 25 de Marzo del 2002 donde manifiesta la posición oficial de Microsoft respecto
al c 
    c, que sin duda se halla inspirada en el deseo
de que el Perú logre situarse adecuadamente en el contexto tecnológico global. Animado de ese mismo espíritu y convencido
de que a través del intercambio de ideas claras y abiertas hemos de encontrar las mejores soluciones, me permito contestar
mediante la presente los comentarios incluidos en su carta.

Sin dejar de reconocer que opiniones como la suya constituyen un aporte significativo, me hubiese resultado aun mas
valioso si, además de formular objeciones de índole general (que luego analizaremos en detalle) hubiera agregado
argumentos sólidos sobre las ventajas que el software propietario puede reportar al Estado Peruano y a sus ciudadanos en
general, pues ello habría permitido un intercambio a todas luces más esclarecedor respecto de cada una nuestras
posiciones.

Con el objetivo de ordenar el debate, asumiremos que lo que Ud. llama "software de código abierto" es lo que el Proyecto
define como "software libre", puesto que existe software cuyo código es distribuido junto con los programas, pero no encaja
en la definición establecida en el Proyecto; y lo que Ud. llama "software comercial" es lo que el Proyecto define como
"propietario" o "no libre", puesto que existe software libre que se comercializa en el mercado por un precio como cualquier
otro bien o servicio.

También es preciso dejar en claro que el propósito del Proyecto al que nos referimos no está directamente relacionado con
la cantidad de ahorro directo que pueda obtenerse por el empleo de software libre en las instituciones estatales. Este es en
todo caso, un valor agregado marginal, pero de ninguna manera el foco del objetivo del Proyecto. Los principios elementales
que animan al Proyecto se vinculan a las garantías básicas de un Estado democrático de derecho, como:

º Libre acceso del ciudadano a la información pública.


º Perennidad de los datos públicos.
º Seguridad del Estado y de los ciudadanos.

Para garantizar el libre acceso de los ciudadanos a la información pública, resulta indispensable que la codificación de los
datos no esté ligada a un único proveedor. El uso de formatos estándar y abiertos permite garantizar este libre acceso,
logrando si fuera necesario la creación de software libre compatible.

Para garantizar la perennidad de los datos públicos, es indispensable que la utilización y el mantenimiento del software no
dependan de la buena voluntad de los proveedores, ni de las condiciones monopólicas impuestas por éstos. Por ello el
Estado necesita sistemas cuya evolución pueda ser garantizada gracias a la disponibilidad del código fuente.

Para garantizar la seguridad del Estado o seguridad nacional, resulta indispensable contar con sistemas desprovistos de
elementos que permitan el control a distancia o la transmisión no deseada de información a terceros. Por lo tanto, se
requieren sistemas cuyo código fuente sea libremente accesible al público para permitir su examen por el propio Estado, los
ciudadanos, y un gran número de expertos independientes en el mundo. Nuestra propuesta aporta mayor seguridad, pues el
conocimiento del código fuente eliminará el creciente número de programas con *código espía*.

Asimismo, nuestra propuesta refuerza la seguridad de los ciudadanos, tanto en su condición de titulares legítimos de la
información manejada por el estado, cuanto en su condición de consumidores. En este ultimo caso, al permitir el
surgimiento de una oferta extensa de software libre desprovisto de potencial *código espía* susceptible de poner en riesgo
la vida privada y las libertades individuales.

En este sentido, el Proyecto de Ley se limita a establecer las condiciones en que los organismos estatales adquirirán
software en el futuro, es decir, de un modo compatible con la garantía de esos principios básicos.

De la lectura del Proyecto quedará claro que una vez aprobada:

º la ley no prohibe la producción de software propietario


º la ley no prohibe el comercio de software propietario
º la ley no dicta cuál software concreto usar
º la ley no dicta a que proveedor se compra el software
º la ley no limita los términos en que se puede licenciar un producto de software.

Lo que el proyecto expresa claramente es que, el software para ser aceptable para el Estado, no basta con que sea
técnicamente suficiente para llevar a cabo una tarea, sino que además las condiciones de contratación deben satisfacer una
serie de requisitos en materia de licencia, sin los cuales el Estado no puede garantizar al ciudadano el procesamiento
adecuado de sus datos, velando por su integridad, confidencialidad y accesibilidad a lo largo del tiempo, porque son
aspectos muy críticos para su normal desempeño.

Estamos de acuerdo Sr. González, en el hecho de que la tecnología de información y comunicaciones tiene un impacto en la
calidad de vida de los ciudadanos significativo (sin que por ello sea siempre positivo o de efecto neutro). También
coincidiremos seguramente, en que los valores básicos que he señalado arriba son fundamentales en una nación
democrática como el Perú. Desde luego estamos muy interesados en conocer cualquier forma alternativa de garantizar estos
principios, que no sea la de recurrir al empleo de software libre en los términos definidos en el Proyecto de Ley.

En cuanto a las observaciones que Ud. formula, pasaremos ahora a analizarlas en detalle:

En primer lugar, señala que: å 


 
         
    

          
 
   
       
           


  
    
         
 
    
  
å

Esta apreciación constituye un error. De ningún modo el proyecto afecta los derechos que Ud. enumera; sólo se limita a
establecer condiciones para el empleo del software por parte de las instituciones estatales, sin inmiscuirse en modo alguno
en las transacciones del sector privado. Es un principio bien establecido que el Estado no tiene el amplio espectro de libertad
contractual del sector privado, pues precisamente esta limitado en su accionar por el deber de transparencia de los actos
públicos; y en ese sentido, la preservación del mejor interés común debe prevalecer cuando se legisla sobre la materia.

El Proyecto protege la igualdad ante la Ley, pues ninguna persona natural o jurídica esta excluida del derecho de ofrecer
estos bienes al Estado en las condiciones fijadas en el Proyecto y sin más limitaciones que las establecidas en la Ley de
Contrataciones y Adquisiciones del Estado (T.U.O. por Decreto Supremo No. 012-2001-PCM).

El Proyecto no introduce discriminación alguna, pues sólo establece *como* han de proveerse estos bienes (lo cual es una
potestad estatal) y no *quien* ha de proveerlos (lo que en efecto resultaría discriminatorio si se impusieran restricciones
basadas en origen nacional, raza, religión, ideología, preferencia sexual, etc.) Por el contrario, el Proyecto es decididamente
antidiscriminatorio. Es así porque al determinar sin lugar a dudas las condiciones de provisión del software, impide a los
organismos estatales el uso de programas cuyo licenciamiento incluya condiciones discriminatorias.
Resulta obvio por lo expuesto en los dos párrafos previos, que el Proyecto no atenta contra la libre iniciativa privada, pues
esta puede elegir siempre bajo que condiciones producirá el software; algunas de estas serán aceptables para el Estado, y
otras no lo serán porque contrarían la garantía de los principios básicos enumerados arriba. Esta libre iniciativa es desde
luego, compatible con la libertad de industria y con la libertad de contratación (en los términos acotados en que el Estado
puede ejercer esta última). Cualquier sujeto privado puede producir software en las condiciones que el Estado lo requiere, o
puede abstenerse de hacerlo. Nadie esta forzado a adoptar un modelo de producción, pero si desea proveer software al
Estado, deberá proporcionar los mecanismos que garantizan los principios básicos, y que son los manifestados en el
Proyecto.

A manera de ejemplo: nada en el texto del Proyecto impediría a su empresa ofrecer a los organismos del Estado su "suite"
de oficina, en las condiciones definidas en el Proyecto y fijando el precio que ustedes consideren conveniente. Si no lo
hiciera, no se deberá a restricciones impuestas por la ley, sino a decisiones empresariales respecto al modo de comercializar
sus productos, decisiones, en que el Estado no tiene participación.

A continuación señala Ud. que: "!


 
         
    
 
   
 
    
 
  
     
 å

Esta afirmación no es sino una reiteración de la anterior, y por ende se encuentra contestada lineas arriba. Pero
detengámonos un instante en su apreciación sobre el å    
  å

Por cierto, al definir cualquier tipo de adquisición, el comprador fija condiciones que se relacionan con el uso propuesto del
bien o servicio. Desde luego ello excluye a ciertos fabricantes de la posibilidad de competir, pero no los excluye "a priori",
sino en base a una serie de principios decididos por la voluntad autónoma del comprador, en tanto el proceso se lleve a cabo
conforme a la ley. Y en el Proyecto se estable que *nadie* esta excluido de competir en tanto garantice el cumplimiento de
los principios básicos.

Además el Proyecto *estimula* la competencia, pues alienta a generar oferta de software con mejores condiciones de
usabilidad, y a optimizar trabajos ya establecidos, en un modelo de mejora constante.

De otro lado, el aspecto central de la competitividad es la oportunidad de proporcionar al consumidor mejores opciones.
Ahora bien, es imposible desconocer que el marketing no juega un papel neutral a la hora de presentar la oferta al mercado
(pues admitir lo contrario habilitaría a suponer que las inversiones que las empresas realizan en marketing carecen de
sentido), y por consiguiente un gasto significativo en este rubro puede influir las decisiones del comprador. Esta influencia
del marketing queda en buena medida mitigada por el proyecto que propulsamos, pues la elección dentro del marco
propuesto recae en el *mérito técnico* del producto y no en el esfuerzo de comercialización del productor; en este sentido,
la competitividad se acentúa, pues el más pequeño productor de software puede competir en un pie de igualdad con la más
poderosa de las corporaciones.

Es necesario recalcar que no hay posición más anti-competitiva que la de los grandes productores de software propietario,
que frecuentemente abusan de su posición dominante, porque en innumerables casos proponen como soluciones a
problemas planteados por los usuarios: "actualice su software a la nueva versión" (con cargo para el usuario, por supuesto);
además, son comunes las interrupciones arbitrarias de asistencia técnica para productos que al sólo juicio del proveedor,
son "antiguos"; luego para recibir algún grado de asistencia técnica, el usuario se ve obligado a migrar (con costo no trivial,
especialmente porque suele involucrar cambios de la plataforma de hardware) a nuevas versiones. Y como toda la
infraestructura esta consolidada en formatos de datos propietarios, el usuario queda "atrapado" en la necesidad de
continuar empleando los productos del mismo proveedor, o realizar el enorme esfuerzo de cambiar a otro ambiente
(también probablemente propietario).

Agrega Ud.: å       


   
      
          

    


        
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   #  
  $%& '       
          




  "    
 
        
å
No estoy de acuerdo con lo que Ud. afirma. En parte por lo que Ud. mismo señala en el párrafo 6 de su carta, respecto del
peso relativo de los servicios en el contexto del uso de software. Esta contradicción, de por sí, invalidaría su postura. El
modelo de servicios, adoptado por gran número de corporaciones en la industria informática, es mucho más significativo, en
términos económicos y con tendencia creciente, que el licenciamiento de programas.

Por otra parte, el sector privado de la economía tiene la más amplia libertad para elegir el modelo económico que mas
convenga a sus intereses, aunque esta libertad de elección quede muchas veces oscurecida de manera subliminal por las
desproporcionadas inversiones en marketing de los productores de software propietario.

Adicionalmente, de la lectura de su opinión se desprendería que el mercado Estatal es crucial e imprescindible para la
industria del software propietario, a tal punto que la opción que el Estado establece en este proyecto, eliminaría
completamente del mercado a estas empresas. Si es así, deducimos que el Estado estaría subsidiando a la industria del
software propietario. En el supuesto negado que esto fuese cierto, entonces el Estado tendría el derecho en aplicar los
subsidios al área que considere de mayor valor social; resultaría innegable, en esta improbable hipótesis, que si el Estado
decide subsidiar software debería hacerlo escogiendo el libre por encima del propietario, atendiendo a su efecto social y al
uso racional de los dineros de los contribuyentes.

Respecto de los puestos de trabajo generados por el software propietario en países como el nuestro, estos tratan
mayoritariamente tareas técnicas de poco valor agregado; a nivel local, los técnicos que prestan soporte a software
propietario producido por empresas transnacionales no están en condiciones de solucionar un bug, no necesariamente por
falta capacidad técnica o talento, sino porque no disponen del código fuente a reparar. Con software libre se crea empleo
técnicamente más calificado y se genera un marco de libre competencia donde el éxito esta sólo vinculado a la capacidad de
brindar buen soporte técnico y calidad de servicio, se estimula el mercado y se incrementa el patrimonio común del
conocimiento, abriendo alternativas para generar servicios de mayor valor agregado y mejor perfil de calidad beneficiando a
todos los actores: productores, prestadores de servicios y consumidores.

Es un fenómeno común en los países en vías de desarrollo que las industrias locales de software obtienen la mayoría de sus
ingresos en el área de servicios, o en la construcción de software "ad hoc". Por lo tanto, cualquier impacto negativo que la
aplicación del Proyecto pueda tener en este sector se verá compensado con creces por un aumento de la demanda de
servicios (a condición de que estos sean prestados conforme a altos estándares de calidad). Desde luego, es probable que
las empresas transnacionales de software si deciden no competir conforme a estas reglas de juego, sufran alguna
disminución de ingresos en términos de facturación por licenciamiento; pero considerando, que estas empresas alegan
sostenidamente que mucho del software empleado por el Estado fueron copiados ilegalmente, se verá que el impacto no ha
de ser extremadamente serio. Ciertamente, en todo caso su fortuna estará determinada por leyes del mercado, cuyos
cambios no es posible evitar; muchas empresas tradicionalmente asociadas con el software propietario ya han emprendido
un camino firme (apoyado por cuantiosas inversiones) para prestar servicios asociados con el software libre, lo cual
demuestra que los modelos no son mutuamente excluyentes.

Con este Proyecto el Estado está decidiendo que requiere preservar ciertos valores fundamentales. Y lo decide en base a sus
potestades soberanas, sin afectar con ello ninguna de las garantías constitucionales. Si estos valores pueden ser
garantizados sin tener que escoger un modelo económico dado, los efectos de la ley serían aun más beneficiosos. En todo
caso debe quedar claro que el Estado no elige un modelo económico; si sucediera que existe un sólo modelo económico
capaz de proveer software tal que satisfaga la garantía básicas de estos principios, se trataría de una circunstancia histórica
y no de una decisión arbitraria en favor de un modelo dado.

Prosigue su carta: å(


           
    
        
  
                 
   
     
 
  
 å

Aludir de forma abstracta å      


  å sin especificar siquiera una sola instancia de esos supuestos
peligros, denota cuando menos un desconocimiento del tema. Así, pues, permítame ilustrarlo sobre estos puntos.

Sobre seguridad:
En términos generales respecto la seguridad nacional, ya se mencionó inicialmente en los principios básicos del Proyecto. En
términos más puntuales respecto de la seguridad del software en sí, es bien sabido que el software (propietario o libre)
contiene errores de programación o "bugs" (en la jerga informática) en sus lineas de código. Pero también es público y
notorio que los bugs en el software libre son menos, y se reparan mucho mas rápidamente, que en el software propietario.
No en vano numerosas organismos públicos responsables por la seguridad informática de los sistemas estatales en países
desarrollados prescriben el uso de software libre a iguales condiciones de seguridad y eficiencia.

Lo que resulta imposible probar es que el software propietario sea más seguro que el libre, salvo mediante el escrutinio
publico y abierto de la comunidad científica y los usuarios en general. Esta demostración es imposible porque el propio
modelo del software propietario impide este análisis, con lo que la garantía de seguridad se basa en la palabra
bienintencionada (pero a todas luces parcial) del propio productor o sus contratistas.

Corresponde recordar que, en numerosos casos, las condiciones de licenciamiento incluyen cláusulas de Non-Disclosure que
impiden a los usuarios revelar abiertamente las fallas de seguridad halladas en el producto propietario licenciado.

Respecto a garantía:

Como Ud. sabe perfectamente, o podrá determinar leyendo el "End User License Agreement" de los productos que licencia,
en la amplísima mayoría de los casos, las garantías están limitadas a la reposición del medio de almacenamiento si este
fuera defectuoso, pero en ningún caso se prevén compensaciones por daños directos o indirectos, lucro cesante, etc.. Si
como consecuencia de un bug de seguridad en alguno de sus productos, no oportunamente reparado por Uds., un atacante
comprometiera sistemas cruciales para el Estado: ¿que garantías, reparaciones y compensaciones proporcionaría su
empresa de acuerdo con sus condiciones de licenciamiento? Las garantías del software propietario, en tanto los programas
se entregan ``AS IS'', es decir, en el estado en que se encuentran, sin ninguna responsabilidad adicional para el proveedor
respecto a su funcionalidad, no difieren en modo alguno de las habituales en el software libre.

Sobre la propiedad intelectual:

Las cuestiones de propiedad intelectual están fuera del ámbito en este proyecto, pues se encuentran amparadas por otras
leyes específicas. El modelo de software libre no implica en modo alguno desconocer estas leyes y de hecho, la amplísima
mayoría del software libre está amparado por el copyright. En realidad, la sola inclusión de esta cuestión en sus
observaciones demuestra su confusión respecto del marco legal en que se desenvuelve el software libre. La incorporación de
propiedad intelectual ajena en obras que luego se atribuyen como propias no es una práctica de la que se tenga registro en
la comunidad del software libre; si lo es, lamentablemente, en el terreno del software propietario. Valga a titulo de ejemplo
la condena de la Corte Comercial de Nanterre, Francia, del pasado 27 de septiembre de 2001 a Microsoft Corp., por 3
millones de francos en concepto de daños e intereses, por violación de la propiedad intelectual (piratería, según el
desafortunado término que su empresa suele usar en su publicidad).

Prosigue diciendo que: å)


  *        

        
    

   
        
 
    " 

   
    
        
   
     
å

Esta observación no es así, en principio la gratuidad y la libertad son conceptos ortogonales: hay software propietario y
oneroso (por ejemplo, MS Office), software propietario y gratuito (MS Internet Explorer), software libre y oneroso
(distribuciones RedHat, SuSE, etc. del sistema GNU/Linux), software libre y gratuito (Apache, OpenOffice, Mozilla), y aun
software que se licencia bajo diferentes modalidades (MySQL).

Ciertamente que el software libre no es necesariamente gratuito. Y tampoco se desprende del texto del Proyecto que deba
serlo como bien habrá notado después de leer la norma propuesta. Las definiciones incluidas en el Proyecto determinan
claramente *que* debe considerarse software libre, en ningún momento se refieren a la gratuidad. Si bien se mencionan las
posibilidades de ahorro en términos de lo pagado por licencias de software propietario, los fundamentos del proyecto hacen
clara mención a las garantías fundamentales que se pretende preservar y al estimulo del desarrollo tecnológico local. Puesto
que un Estado democrático debe sostener estos principios, no le queda otra solución que emplear software cuyo código
fuente está públicamente disponible e intercambiar información sólo en formatos standares.
Si el Estado no empleara software con esas características, estaría vulnerando principios republicanos básicos. Por fortuna,
además, el software libre implica menores costos totales; pero aun en la hipótesis (fácilmente negada) de que costara más
que el propietario, la sola existencia de una herramienta de software libre eficaz para una determinada función informática
obligaría al Estado a usarla; no por imperio de este Proyecto de Ley, sino por los principios elementales que enumeramos al
comienzo y que surgen de la esencia misma del Estado democrático de derecho.

Sigue Ud.: å+  


    ,    -      & 
  "  .   
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     /      

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  12    
       
  
    


 
   
    
   
  3!2

   4
    



        
    å

Este argumento repite lo ya señalado en el párrafo 5 y en parte se contradice con el párrafo 3. Por lo tanto nos remitiremos
a lo allí dicho en homenaje a la brevedad. No obstante, permítame señalarle que incurre en una conclusión falsa en el plano
lógico: que el costo de software según Gartner Group sea sólo el 8% en promedio del costo total de utilización, no invalida
en forma alguna la existencia de software gratuito, esto es, aquel cuyo costo de licenciamiento es cero.

Además en este párrafo Ud. indica acertadamente que los componentes de servicio y las pérdidas por indisponibilidad
conforman la parte sustancial del costo total de utilización de software; lo que, advertirá, entra en contradicción con su
afirmación del valor mínimo de los servicios sugerido en el párrafo 3. Ahora bien, el empleo de software libre contribuye
significativamente a disminuir los restantes costos del ciclo de vida. Esta reducción del impacto económico de despliegue,
soporte, etc. se registra en varios campos; por un lado, el modelo competitivo de servicios del software libre, cuyo soporte y
mantenimiento es posible contratar libremente entre una oferta variada que compite en función de la calidad y el menor
costo. Esto es válido para la implantación, la capacitación y el soporte, y en buena medida para el mantenimiento. En
segundo lugar, por la característica reproductiva del modelo, hace que el mantenimiento que se realizó en una aplicación
sea replicable muy fácilmente, sin incurrir en mayores costos (es decir, sin pagar más de una vez por lo mismo) pues las
modificaciones, si así se desea, quedan incorporadas al patrimonio común del conocimiento. En tercero, porque el enorme
costo causado por la inoperatividad ("pantallas azules de la muerte", código malicioso como virus, worms y troyanos,
excepciones, fallas generales de protección y otros tantos males conocidos) se reduce significativamente al emplear
software mas estable; y es bien sabido que una de las virtudes mas destacables del software libre es su estabilidad.

Afirma luego que: å5'           


              

   
  
 
       
 
     
         


              *      
        å

He puntualizado ya que lo que está en cuestión no es el costo del software, sino los principios de libertad de información,
accesibilidad y seguridad. Estos argumentos se han tratado de manera extensa en párrafos anteriores, por lo que estimaré
remitirse a ellos.

Por otra parte, ciertamente existen modalidades de licenciamiento por volumen (aunque infortunadamente, el software
propietario no satisface los principios básicos). Pero, como Ud. acaba de señalarlo acertadamente en el párrafo
inmediatamente anterior de su carta, sólo apuntan a reducir el impacto de un componente que importa no más del 8% del
costo total.

Prosigue: å1 
            
/0 
    # 
      
   
  
/0    
             
# 
          
    
              
 
    

el mercado."
Analicemos su afirmación en dos partes. Su primer argumento, el de que la migración supone altos costos es en realidad un
argumento en favor del Proyecto. Porque cuanto más tiempo transcurra la migración a otra tecnología esta se tornará mas
onerosa; y al mismo tiempo se irán incrementando los riesgos de seguridad asociados con el software propietario. De esta
manera, el uso de sistemas y formatos propietarios va haciendo que el Estado se vuelva cada vez más dependiente de
proveedores determinados. Por el contrario, una vez implantada la política de uso de software libre (implantación que, es
cierto, implica un costo), la migración de un sistema a otro se hace muy sencilla, ya que todos los datos están almacenados
en formatos abiertos. Por otra parte, la migración a un entorno de software abierto no implica más costos que la misma
entre entornos distintos de software propietario, con lo que su argumento se invalida totalmente.

El segundo argumento refiere a å


           # 
       
  
 å. Esta afirmación implica un cierto desconocimiento de los mecanismos de construcción de
software libre, en el que no se maximiza la dependencia del usuario respecto de una plataforma determinada, como sucede
habitualmente en el campo del software propietario. Aun cuando existen múltiples distribuciones de software libre, y
numerosos programas susceptibles de ser empleados para una misma función, la interoperabilidad queda garantizada tanto
por el empleo de formatos estándar, exigido en el proyecto, como por la posibilidad de construir software interoperable a
partir de la disponibilidad del código fuente.

Dice luego que: å3     


       
     
 
        
 
 

     
        
        
   
   
  
    
      
     
   
 "     
 
    å

Esta observación es infundada. Respecto de la garantía su argumento ha sido rebatido respondiendo el párrafo 4. Respecto
de los servicios de soporte, es posible usar software libre sin ellos (así como sucede también con el software propietario)
pero quienes los requieran pueden adquirir soporte por separado, tanto de empresas locales cuanto de corporaciones
internacionales, también como en el caso de software propietario.

Por otra parte, contribuiría en mucho a nuestro análisis que nos informase acerca de proyectos de software libre
*implantados* en entidades públicas, que a la fecha hayan sido abandonados en favor del software propietario. Conocemos
un buen número de casos en el sentido inverso, pero carecemos de información respecto de casos en el sentido que Ud.
expone.

Continua observando que: å 6


 
   
               
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(6 8 !  ',7( / 6  9
   
  
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- :  
          
    
             
     
  
     
å

Esta claro por demás que nadie esta obligado a comercializar su código como software libre. Tan sólo deberá tener en
cuenta que, si no lo hace, no podrá venderle al sector público. Este, por otra parte, no constituye el principal mercado para
la industria nacional de software. Lineas arriba hemos abordado algunas cuestiones referidas a la influencia del Proyecto en
la generación de empleo técnico altamente calificado y en mejores condiciones de competitividad, por lo que parece
innecesario insistir aquí en el punto.

Lo que sigue en su afirmación es erróneo. Por un lado, ningún autor de software libre pierde sus derechos de propiedad
intelectual, a menos que por su expresa voluntad desee colocar su obra en el dominio público. El movimiento del software
libre siempre ha sido extremadamente respetuoso de la propiedad intelectual, y ha generado reconocimiento público
extenso a los autores. Nombres como el de Richard Stallman, Linus Torvalds, Guido van Rossum, Larry Wall, Miguel de
Icaza, Andrew Tridgell, Theo de Raadt, Andrea Arcangeli, Bruce Perens, Darren Reed, Alan Cox, Eric Raymond, y muchos
otros, son mundialmente reconocidos por sus contribuciones en el desarrollo de software que hoy es utilizado por millones
de personas en todo el mundo, en tanto los nombres de los autores materiales de excelentes piezas de software propietario,
permanecen en el anonimato. Por otra parte, afirmar que las regalías por derechos de autor constituyen la principal fuente
de retribución de los programadores Peruanos es en todo caso aventurado, en particular porque no se ha aportado ninguna
prueba al efecto ni una demostración de como el empleo de software libre por el Estado influiría en esta retribuciones.
Prosigue Ud. diciendo que: å      
            
  
                
;        
 
 
                

      
 
        
.        
å

Esta afirmación demuestra nuevamente un desconocimiento total de los mecanismos y el mercado del software libre.
Intenta aseverar que el mercado de cesión de derechos no exclusivos de uso a titulo oneroso (venta de licencias) es el único
posible para la industria informática cuando, como Ud. mismo lo ha señalado párrafos arriba, ni siquiera es el más
importante. El incentivo que el proyecto presenta al surgimiento de una oferta de profesionales más calificados, en conjunto
con el incremento de experiencia que resultará para los técnicos nacionales el trabajar a gran escala con software libre en el
Estado, los colocan en una posición altamente competitiva para brindar sus servicios al extranjero.

Señala luego que å ! < 


     
         
      

 

    
  
     
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 " *      
   
 
    


  
       
 
        
 
  
     
          

  å

Efectivamente, en México se dio marcha atrás con el proyecto Red Escolar. Eso se debió, precisamente a que los impulsores
del proyecto mexicano tuvieron al costo de las licencias como principal argumento, en vez de las otras razones estipuladas
en nuestro proyecto y que son mucho más esenciales. Debido a este error conceptual, y como consecuencia de la falta de
apoyo efectivo por parte de la SEP (Secretaria de Educación Publica) se asumió que para implementar software libre en las
escuelas, bastaba con quitarle a éstas el presupuesto para software y en cambio enviarles un CD ROM con GNU/Linux. Por
cierto, esto falló y no podía ser de otro modo, tal como fallan los laboratorios escolares en los que se usa software
propietario si no hay presupuesto para implementación y mantenimiento. Es precisamente por eso que nuestro proyecto de
ley no se limita a indicar la mandatoriedad del uso de software libre, sino que reconoce la necesidad y ordena la creación de
un plan de migración viable, en el que el Estado encamine ordenadamente la transición técnica para lograr disfrutar de las
ventajas del software libre.

Finaliza Ud. con una pregunta retórica: å ,      


     
         
     ?       :     @?A      
  
    

#   


    #   
  @å

Estamos de acuerdo que en el sector privado de la economía, es el mercado quien debe decidir que productos usar y allí no
sería admisible ninguna intromisión estatal. Pero en el caso del sector público, el razonamiento no es el mismo: Como ya
establecimos el Estado almacena, manipula y transforma información que no le pertenece, sino que la ha sido confiada por
los ciudadanos que, por imperio de la ley, no tienen más alternativa que hacerlo. Como contraparte a esa imposición legal,
el Estado debe extremar las medidas para salvaguardar la integridad, confidencialidad y accesibilidad de esa informaciones.
El empleo de software propietario arroja serias dudas sobre el cumplimiento de estos atributos, a falta de evidencia
concluyente al respecto y por lo tanto no es apto para ser usado en el sector público.

La necesidad de una ley estriba, por un lado, en la materialización de los principios fundamentales antes enunciados en el
campo específico del software. Por otro, en el hecho de que el Estado no es una entidad ideal homogénea, sino que esta
compuesto de múltiples organismos con diversos grados de autonomía de decisiones. Dado que el software propietario es
inapropiado para ser empleado, el hecho de establecer estas reglas en la ley impediría que la decisión discrecional de
cualquier funcionario ponga en riesgo la información que pertenece a los ciudadanos. Y, sobre todo, porque constituye una
reafirmación actualizada en relación con los medios de tratamiento y comunicación de información empleados hoy en día,
sobre el principio republicano de publicidad.

Conforme a este principio universalmente aceptado, el ciudadano tiene derecho a conocer toda información en poder del
Estado que no esté amparada en una declaración fundada de secreto conforme a la ley. Ahora bien, el software trata
información y es en sí mismo información. Información en formato especial, susceptible de ser interpretada por una
máquina para ejecutar acciones, pero sin duda información crucial porque el ciudadano tiene legítimo derecho a saber, por
ejemplo, como se computa su voto o se calculan sus impuestos. Y para ello, debe poder acceder libremente al código fuente
y probar a su satisfacción los programas que se utilizan para el cómputo electoral o para el cálculo de sus impuestos.

Saludo a Ud. con las expresiones de mi mayor consideración, reiterando que mi despacho siempre estará abierto a que
expongan sus puntos de vista al detalle que Ud. crea conveniente.

Atentamente,

DR. EDGAR DAVID VILLANUEVA NUÑEZ

Congresista de la República del Perú.

Fuente: http://www.opensource.org/docs/peru_to_ms_spanish.php

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