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Redacción (Jueves, 01-03-2018, Gaudium Press) - Existían profundos designios de la Providencia

en la elección de Egipto como destino de la Sagrada Familia, que huía de la cólera criminal de
Herodes.

Conocimientos científicos transmitidos por Adán y Eva

Para mejor comprenderlos, resumiremos algunos comentarios del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira
acerca de ese fascinante pueblo.

Cada nación de la Antigüedad poseía una vocación específica con vistas a reparar el plan primero
de Dios roto con el pecado original. Si los griegos relucían por un llamado peculiar para la
Filosofía, los romanos para el Derecho, y los hebreos eran el pueblo depositario de la Revelación, a
los egipcios, por particular dilección divina, les tocó recibir la herencia de determinados
conocimientos científicos del Paraíso, transmitidos por Adán y Eva a sus descendientes.

El pueblo egipcio "nunca es considerado en estado de pre-historia. No se descubrió un estado


intermediario entre el hombre de la caverna y el Egipto organizado". Los egipcios, por tanto,
deberían "guardar todo cuanto sabían de sapiencial sobre el orden del universo, venido del tiempo
del Paraíso, y partir de eso para construir un orden temporal perfecto [...]

"Egipto conservaba una continuidad con la justicia primitiva y era llamado a ser el pueblo de la
gentilidad que abriría los brazos para Israel. Era la puerta de Israel para el mundo."

Explica Mons. João Clá: "Obviamente ese plan primitivo no se cumplió, dada la constante
infidelidad de ambos pueblos. Ya la providencial ida de José, hijo de Jacob, a Egipto había sido un
intento de reactivar ese proyecto divino, objetivo en parte alcanzado con la gran influencia
adquirida por el patriarca en la corte del faraón, lo que sin duda propició un influjo positivo sobre
toda la sociedad egipcia. Los acontecimientos posteriores, sin embargo, derrumbaron por tierra lo
que habría sido una interesante cooperación entre las dos naciones, mucho antes de la venida del
Redentor."

Ciertas realizaciones de los egipcios son hasta hoy enigmáticas para la Ciencia, en sus pormenores.
"La innegable atracción ejercida por los misterios de Egipto provenía del encanto natural de ese
pueblo, más tarde, infelizmente, muchísimo aprovechado por el demonio para conducir cierto filón
de almas hacia el ocultismo."

José de Egipto y San José

"A partir de esas consideraciones, no es irrazonable encontrar una ligación con José de Egipto en el
imprevisto viaje comandado por un varón de mismo nombre. El plan de Dios con esa fuga consistía
en hacer con el Niño Jesús lo mismo que se diera con el hijo de Jacob. Allí llegando, los egipcios no
demorarían en relacionar ese judío llamado José con el hebreo que, siglos antes, marcara la historia
de su pueblo. Si los descendientes de los súbditos del faraón correspondiesen a la gracia, San José y
Nuestra Señora ganarían la simpatía de todos, alcanzando, una vez más, la cúpula del reino [...]

"De ese modo, la expansión de la primitiva Iglesia se daría más a través de Egipto, debido al
encanto de este pueblo, que por medio de Roma, inicialmente llamada a un eficaz papel
organizativo."
El Profeta Isaías predijera: El Señor "viene a Egipto. Los ídolos de Egipto tiemblan delante de Él"
(Is 19, 1). "Cuando la Sagrada Familia ingresó a Egipto, se inició un impresionante fenómeno.
Luego que ellos llegaban a una ciudad, los dioses falsos, albergados en suntuosos templos,
colapsaban de forma inexplicable y los demonios que los sustentaban con prodigios eran expulsados
por acción de una imperiosa fuerza divina cuyo origen ignoraban, para su mayor humillación. Eso
ocurría a fin de inculcar en los habitantes de aquellas poblaciones respeto por la Sagrada Familia, y
así prepararlos para aceptar la gracia que Dios les daba con su paso.

La Sagrada Familia nuevamente residió en una gruta

"Entretanto, cuando el demonio percibió que la Sagrada Familia se aproximaba a un territorio tan
llamado, pero sobre el cual él tenía gran dominio, promovió antipatías contra ella antes incluso de
su entrada al país. Hacía creer a los gobernadores y personas influyentes que aquella Pareja de
judíos, siendo de estirpe real, deseaba una vez más alzarse al poder, como ocurriera con José y
Moisés, mas después lanzaría plagas y castigos contra la nación. La derrumbada de los ídolos
contribuía para acentuar esa sensación de inseguridad.

Se entiende, pues, por qué la Sagrada Familia fue extremamente maltratada en Egipto, soportando
atroces sufrimientos.

"Cuando llegó al país, la Santa Pareja estaba en completa pobreza. San José había llevado recursos
para enfrentar la nueva situación, es verdad, pero con tantas dificultades perdiera todo por el
camino. En la primera ciudad donde llegaron, se repitió la escena de Belén. Recorrieron los
hospedajes pidiendo auxilio, pero nadie los acogió, hasta que, por fin, se dirigieron nuevamente a
una gruta, donde residieron durante algún tiempo.

"San José volvió a trabajar como carpintero [...] y Nuestra Señora también se dedicaba a labores
manuales a fin de ayudar a su esposo en la manutención del hogar. De a poco, con mucho esfuerzo,
sus posesiones fueron aumentando hasta serles posible llevar una vida normal en una casa retirada y
humilde.

"Con el tiempo ellos ganaron la estima de los más próximos, sobre todo de la comunidad judaica de
la región", que era bastante numerosa. En esa época, aproximadamente "un millón de judíos vivía
en Egipto."

Siete años después la fuga de la Sagrada Familia para Egipto, el impío Herodes Idumeo falleció,
después de pasar por sufrimientos terribles: un apetito insaciable lo forzaba a tragar sin cesar
alimentos que no lo satisfacían; úlceras purulentas le corroían las entrañas y le arrancaban gritos de
dolor. Gusanos devoraban su abdomen, exhalando un olor fétido e insoportable. "En semejante
estado, sufriendo las penas de un Infierno anticipado, sin indicio alguno de arrepentimiento vino a
morir."

Entonces, obedeciendo al Ángel que le apareció en sueños, San José tomó a Jesús y Nuestra Señora
y regresaron a Israel (cf. Mt 2, 19-21). La Sagrada Familia se estableció en Nazaret, en la misma
casa en que residía anteriormente.

Por Paulo Francisco Martos

(in "Noções de História Sagrada" - 141)


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Bibliografía

CLÁ DIAS, João Scognamiglio, EP. São José: quem o conhece?... São Paulo: Instituto Lumen
Sapientiae. Arautos do Evangelho. 2017.

TUYA, OP, Manuel de. Biblia comentada. Evangelios. Madrid: BAC, 1964.

DARRAS, Joseph Epiphane. Histoire Génerale de l'Église depuis la Création jusqu'à nos jours.
Paris : Louis Vivès. 1869. v. IV.

SÃO JOÃO BOSCO. História Sagrada. 10 ed. São Paulo: Salesiana, 1949.

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La Madre del Hombre de los Dolores

Redacción (Miércoles, 07-03-2018, Gaudium Press) ¿Por qué os presentáis así, Señora, revestida de un delicado,
al mismo tiempo serio, velo púrpura, cubriendo vuestro santísimo rostro - más bella que la Luna, más esplendorosa
que todas las bellezas del universo?

¿Por qué este velo púrpura, símbolo de la penitencia y del luto? ¿Por qué vuestra tan dulce fisionomía se presenta
tomada de perplejidad, de angustia? ¿Qué meditáis en vuestro inmaculado y sapiencial Corazón?

Oh mi Madre, poneos delante del misterio de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Es Vuestro divino Hijo que
está, en su bondad infinita, presto a rescatar el género humano, abriendo las puertas del Cielo con su muerte de
Cruz. ¡Tal es su entrega para nuestra salvación que Él, Hombre-Dios, se vela a sí mismo, escondiendo su divinidad
en su humanidad santísima, y haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en cruz, por amor a nosotros!

Estáis, oh Señora, inmersa en la agonía de alma, al contemplar al Hombre de los Dolores: "Ni la Tierra, ni el mar, ni
todo el firmamento podrían servir de término de comparación a vuestro dolor". ¹

Entretanto, al cubriros con el manto de la agonía y el dolor, más hermosa quedáis. ¿De dónde viene tanto
esplendor? Vos sois la Madre Dolorosa del Hombre de los Dolores, que durante la Pasión, "compensaba, por su
cántico de fidelidad, todas las injurias y ofensas sufridas por Jesús [...] He aquí, en la noche de la desolación, el
canto del alma más virtuosa en toda la Tierra elevándose hasta el Cielo...".²

Os pedimos, Señora, para cada uno de nosotros, con las palabras del Prof. Plinio Corrêa de Oliveira: "Dadme, mi
Madre, un poco, por lo menos, de este dolor... Sufrís en unión a Jesús. Dadme la gracia de sufrir como Vos y como
Él". ³

Y en esta unión con Él y con la Madre dolorosa, entonaremos nuestro cántico de fidelidad y de gratitud a Dios que
nos recibirá, a par de los sufrimientos en la Tierra, con el alma "esplendorificada" por la gracia de Jesús a ruegos de
María, en el Cielo, por toda la eternidad.

Por Adilson Costa da Costa

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FOTO: Imagen del Inmaculado Corazón de María, venerada en la Capilla de la Sede de los Heraldos del Evangelio
Nova Campo Grande, Cariacica-Brasil).
¹ Plinio Corrêa de Oliveira. IV Estação - Via-Sacra In Catolicismo n° 3, março de 1951.
² Plínio Corrêa de Oliveira. Cântico de fidelidade. In Dr. Plinio, São Paulo, Ano VIII. N. 84 (mar. 2005); p. 36.
³ Plinio Corrêa de Oliveira. IV Estação - Via-Sacra In Catolicismo n° 3, março de 1951.

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