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ROMERO, José Luis Situaciones e ideologías en América Latina,


Editorial Universitaria de Antioquía, Colombia, 2001.

¡libro de José Luis Romero sobre las ideologías en Latinoamérica plantea de forma

E clara y estimulante varios problemas de primer orden cuya discusión no puede me-
nos que beneficiar la comprensión del proceso histórico como la de la historia de las
ideas en cuanto marco metodológico para estudiarlo. En esta cuidada edición se incluyen
a lgunos artículos como así también pequeños volúmenes escritos y publ icados en años
muy diversos: Latinoamérica: situaciones e ideologías, 1967; El pensamiento político de
la emancipación, 1977; El pensamiento conservador, 1978; El ensayo reformista, 1978; El
Pensamiento político de la derecha, 1970; y se deben destacar, además, distintos ensayos
sobre la ciudad latinoamericana, 1969. El autor confiesa que desde su libro Las ideas políti-
cas en Argentina, se propuso hacer un estudio comparativo del desarrollo de las ideas en
Latinoamérica o al menos un ensayo en busca de las categorías que pudieran permitir la
comparación. Representaba un experimento demasiado tentador, nos dice el historiador de
la burguesía europea, puesto que supon ía indagar de qué modo el sistema de ideas elabora-
do en Europa desde la Edad Media, al compás de un largo y complejo proceso
socioeconómico, se proyectó hacia América, donde la europeización se desarrolló de mane-
ra radical. En este sentido, destaca que para ello necesita, por otro lado, no sólo de una larga
frecuencia de fuentes sino, además, de una vigorosa crítica para descartar los esquemas
insostenibles y, cierta imaginación, para proponer nuevas hipótesis (p. 3).
Es de notar, dentro de esta estrategia de trabajo, su permanente preocupación por vincu-
lar dos zonas que considera muy distintas: el campo y la ciudad. Clave histórica, por otro
lado, muy poderosa en la historiografía europea como lo recuerda más de una vez Romero y,
que tiene, sin duda, una fuerte raíz en la abundante historiografia nacional del siglo XIX, sin
embargo, ésta no tuvo con posterioridad, como quizás algunos así lo esperaban, demasiado
eco en e l mundo de los historiadores y ensayistas. El autor percibe aquella relación como
una tensión, se trata de dos espacios, de dos formas de vida diferentes, las cuáles, al mismo
tiempo, constituyen dos ideologías que, de manera general, \legan a enfrentarse o rechazarse
(pp. 236 Y237). Este no es un problema nuevo. Por ello, como advertimos ya, Romero vuelve
sobre la trama histórica europea para encontrar ese largo hilo que, en parte y al mismo
tiempo, una y explique dicha experiencia. Así, concluye que se trata de un problema hereda-
do, existía en el Portugal y la España de la conquista, como también aparecía aquí y allá en
toda la Europa occidental. Es decir, la trajeron los conquistadores aunque también tiene su
trama autóctona. En este nuevo encuentro, entonces, aparecen los problemas que luego
seilalaremos con mas detalle y que tienen que ver cómo percibe Romero la historia de las
ideas. Antes de seguir avanzando, quisiera señalar que ese intento de integrar ambos espa-
cios no aparece entre los objetos de los estudios más recientes. Pienso en dos excelentes
libros de historia argentina, uno esta inscripto en la ciudad y el otro en la campaña. Me

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RESEÑAS BIBLIOGRÁ FI CAS p,ohi,lo,io b - Ion

refiero al trabajo de Hilda Sábato,l centrado en las elecciones y las múltiples movilizaciones
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políticas en la ciudad de Buenos Aires y al volumen de Juan Carlos Garavaglia, focal izado
en distintos aspectos de la vida de la campaña de esta provincia.
Retomo ahora lo que dejé por un momento al margen más arriba. ¿Cómo aborda sus
trabajos Rome ro? Sustancia lmente, intenta vincular la historia soc ial con la historia de las
ideas. ¿Qué entiende por ésta última? Las expresiones sistemáticas de un pensamiento
metódicamente ordenado, pero también, y sobre todo, a aque llas que aún no han alcanzado
una formulación rigurosa, y no sólo a las que emergen de una reflex ión teórica sino también
a las que se van constituyendo lentamente co mo una interpretación de la realidad y de sus
posibles cambios. En verdad, son ex presiones de ciertas formas de mentalidad, y suponen
una act ividad frente a la rea lidad y un esqu ema de las formas qu e se quisiera que la realidad
adoptara. Todo esto no suele ser engendrado en las mentes de las elites. Suele ser el fruto de
un movimiento espontáneo de vastos grupos soc iales que se enfrentan con una situación
dada y piensan en ella como en su constrictiva circunstancia, sin perju icio de que de las
elites salga quien provea la fonna rigurosa, la expresión conceptual y, acaso, la divisa
rotunda capaz de polarizar a las mul titudes y enfrentar a ami gos y enemigos (p. 5).
En esta forma de abordar los documentos, llama la atención cómo Romero no pone
demasiado énfasis en el plano de las ideas. Por ejemplo, cuando anal iza el pensamiento de la
emancipación o el federalismo, no examina de manera particular estos núcleos ideológicos
que const ituyen el centro de su trabajo. Sin embargo, en este punto, Romero tiene a lgo para
decirnos. Sería una abstracción peligrosa reali zar un examen en términos exclusivamente
teóricos, evitando la puntualización de las correlaciones entre las doctrinas y los grupos
sociales, o sorteando el anál isis de las relaciones entre el pensamiento que se analiza y el de
las demás corrientes políticas (p. 28 1). En este marco, se trataría de un buen intento de ir más
allá en el proceso ideológico, al unir la historia soc ial con la historia de las ideas, pero
también por tratar de captar esas zonas co nfusas de las mentalidades. Un ejemplo puede
ilustrarnos al respecto, aunque también nos puede indicar sus dificultades, así, una muestra
de ello nos rem ite a su ex plicac ión de la disp uta constante entre los federales y los liberales
durante la primera mitad del siglo XIX. El error de los liberales de Buenos Aires consistió en
creer que el conflicto que amenazaba provenía de la oposición entre dos doctrinas: "era
mucho más grave, porque consistía en una lucha entre una doctrina y un sentimiento, y la
posibilidad de conciliac ión sola podia darla el ti empo."J No veo co n excesiva claridad qu é
es lo que se supone que abarca ese sentimiento. Noción que, a juicio del autor, aparece
como un factor tan cruc ial para dirimir el conflicto entre facciones y que los li berales no
pudieron captar, el cual es percib ido como el motivo esencial para entender la derrota de

La política en las calles. Lil1re el voto y la movilización, Buenos Aires, 1862- 1880, Sudamericana, 1998.
Pastores y labradores de Buenos A ¡res. Una lris/oria agraria de la campaña bonaerense 1700-
1830, Ediciones De La Ftor, 1999.
Las ideas políticas en Argentina. Fondo de Cultura Económica, p. 101 .

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RESEÑAS BIB LIOGRÁFICAS p,ohi,lo,io (, - '100'1

éstos últimos. Nada se explica, no es riguroso; tiene más el tono de ensayo. Sin embargo,
más allá de este reparo, hay algo que me parece im portante no pasar en silencio, que es el
intento de comprender que ex isten más cosas que ideas. No se trata de entender las repre-
sentaciones solamente, sino que pone en ev ide ncia otras cuestiones. Se trata de otra fo rm a
de hacer historia de las ideas. Ese carácter confuso y vago también puede verse en diversas
corrientes de ideas estud iadas por Romero (pp. 52 y 55).
Este tipo de preocupac iones no ha mantenido el inte rés de los historiadores. Sin embar-
go, hay estudios que sí lo hace n. José Barran, en un trabajo muy ambicioso sobre la sensi-
bi lidad de Uruguay, trató de analizar la evolución de la facu ltad de sentir, de percibir placer
y do lor que cada cul tura tiene y con re lación a qué la tiene. En definit iva, pretende ser una
historia que pueda describir el sentir colectivo al que nadie escapa, desde el doctor de la
Defensa montevideana y el caudillo Fructuoso Rivera, hasta el gaucho contrabandista de
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ganado, el agricultor de CaneJones y el sirviente negro de la pud iente familia montevideana.
Aqui ha llamos no sólo esa búsqueda por esas fonnas de sentimiento, sino la historia global
que incl uye a la ciudad y la campaña en un lapso de tiempo largo. Es un trabajo que, como
pedía el maestro Romero, asume riesgos y uti liza la imaginación.
Es pertinente aclarar, fina lmente, que los trabajos sobre la emancipación y el pensamiento
conservador tuvieron como objetivo inicial explicar algunos aspectos a manera de prólogo
de un abundante conjunto de documentos sobre aquellas ideo logias, pero al ser incluidos
en este nuevo volumen como textos independientes pierden su fuerza inicial, y pueden
resultar para el lector que se enfrenta a ellos por primera vez como poco iluminadores. Los
distintos estudios aquí reunidos son un excelente material para comprender las diversas
corrientes de ideas que fluyen desde fi nes del siglo XVIII hasta el siglo XX, pero además, un
intento por abordarlos con imaginación que no ahorra riesgos en esa tarea y, así, como en un
espejo nos interroga sobre nuestra manera de p lantear nuestros propios objetos de inves-
tigación. De este modo, luego de revisar gratamente estos textos escritos varias décadas
atrás, creo que quizás sea ese punto uno de sus aspectos más im portantes.

FABlÁN HERRERO
(CONICEl)

BARRAN, José Pedro Historia de la sensibilidad en el Uruguay, tomo 1, La Cu ltura «bárbara»


( 1800- 1860), Ed iciones de la Banda Oriental, 1994, p. 11. Quisiera menc ionar tamb ién el breve
pero fu lgurante ensayo de Carlos Mayo sobre los caudillos y la estructura agraria, all í intenta
mostrar cómo determinadas fo rmas de mentalidad "gaucha'" deben ser ten idas en cuenta por parte
de aquellos que pretend en ser sus caudillos, como Juan Manuel de Rosas, quienes deben hacerse
los gauchos para ganar Su adhesión. En '"Estructura agraria, revo luc ión de independencia y
caudillismo en e l Río de la Plata, 1750-1820 (algunas reflexiones preliminares)"". en Anuario del
IEHS, núm. 12, Tandi1 , 1997.

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