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ABORTO: UN PECADO GRAVE

La sexualidad, recordemos se encuentra presente durante la existencia


humana, pues en la adolescencia se manifiesta y se vive de una manera más
clara, ya que en este periodo tenemos impulsos y sensaciones sexuales.

Actualmente muchos adolescentes viven una


sexualidad muy alocada y es por ello que se
inician a tan temprana edad, por lo que algunas
jóvenes salen embarazadas y muchas de ellas
recuren al aborto, este método va en contra del
mandamiento de la ley de Dios, pues está
matando a un ser indefenso y sin culpa.

Dios, nuestro Padre creador, nos ha dado un


regalo muy maravilloso al ser humano de
procrear un nuevo ser, de engendrar, y por
medio del matrimonio, la cual la pareja totalmente consiente, decide no solo
firmar un frio contrato sino una alianza de amor, apoyo, armonía conyugal y así
formar una familia integra y de amor, pues todos saben que la familia es el
núcleo, la pieza fundamental en la sociedad.

La persona que practica este método, el aborto, pues comete un delito y un


pecado muy grave ante Dios, incumpliendo el quinto mandamiento “no matar”,
la persona queda excomulgado, es decir privado de recibir los sacramentos, no
se pueda confesarse válidamente, comulgar y desempeñar cargos en la
organización de la iglesia.

Todos los católicos estamos llamados a una vida plena y a contribuir


activamente con la extensión del reino de Dios en la tierra, pues cada miembro
de la iglesia debe defender la vida y dignidad humana.

Los médicos, mayormente son los que por un poco de dinero realizan esta
mala acción, nuestro padre celestial les proporcionado sabiduría divina para
salvar, curar a los demás, pero no le dio la autoridad para decidir si quitar la
vida o no aun ser indefenso.
Estos profesionales ya formados moral y éticamente e incluso con el juramento
de servir y ayudar a la humanidad y de sus principios aun así cometen y
practican el aborto.

Dios es el único que decide en nuestras vidas si nos la quitas o no. Él es el


único capitán, el que va en el timón de nuestras vidas.

Para concluir, chicos y chicas tomen conciencia de sus actos, para que
después no se arrepientan y cometan tal crimen, pecado que va ofender
rotundamente a Dios. Recuerden siempre estar informados sobre la sexualidad
y tener fe en Dios que todo lo puede.

Piminchumo Olivos, Gustavo

4º “A”

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