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El paso a paso de la técnica Fracking

Posted on 11 julio, 2016 by laverdaddelfrackingblog


La técnica Fracking, permite mejorar la extracción de los hidrocarburos almacenados en los poros
de las rocas que tienen una baja permeabilidad, es decir, en aquellas rocas cuyos poros están poco o
nada interconectados entre sí. Consiste en producir pequeñas fracturas en la roca, para favorecer y
aumentar esta interconexión, permitiendo que el gas fluya hacia el pozo y de ahí hasta la superficie.

Se trata, en definitiva, de generar las condiciones que, a veces y de un modo natural, se presentan en
ciertos yacimientos de hidrocarburos que tienen porosidad y permeabilidad mayores. A
continuación le contamos el paso a paso de este proceso de extracción de hidrocarburos.

1. Primero, se perfora un pozo vertical hasta el nivel donde se encuentra las rocas de baja
permeabilidad que contienen los hidrocarburos. Una vez alcanzado el nivel deseado, se continúa la
perforación horizontalmente.

2. Luego se introduce en el pozo una tubería de acero, desde la superficie hasta el final del pozo. A
continuación se inyecta cemento entre el espacio que queda entre la tubería y las paredes del pozo,
de tal manera que el pozo queda totalmente aislado de todas las rocas y acuíferos que
haya atravesado. Por dentro de la tubería se introducen una serie de dispositivos, que permiten
realizar selectivamente pequeñas y múltiples perforaciones a través de la tubería y el cemento hasta
la roca que contiene los hidrocarburos.

3. A través de estos pequeños orificios se inyecta agua a una presión suficiente que permita producir
grietas y pequeñas fisuras en la roca, para generar un aumento de la permeabilidad. El agua
inyectada va acompañada de arena que permite que estas grietas no se cierren una vez que han sido
abiertas por la fracturación. Al agua también se le añaden pequeñas cantidades de aditivos, para
favorecer la inyección y penetración en las rocas.

4. A lo largo del proceso de fracking, y para garantizar la total seguridad de las operaciones, las
operadoras controlan en tiempo real las presiones del fluido de fracturación y la extensión y
localización de la red de microfracturas que se van generando.

5. El proceso de fracturación dura entre tres y cinco días, y normalmente se hace una sola vez en la
vida del pozo.

6. Una vez terminado, el pozo devuelve parte del fluido inyectado, acompañado del hidrocarburo y
agua originalmente presente en la roca. Al cabo de unas horas o días, dependiendo de cada caso, el
pozo ya está listo para producir un flujo de hidrocarburo durante años o décadas.
Tomado de http://shalegasespana.es/el-fracking- o-la- fracturacion-hidraulica/1

¿Qué es el fracking?
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https://laverdaddelfrackingblog.wordpress.com/2016/07/11/el-paso-a-paso-de-la-tecnica-fracking/
JESSICA JARAMILLO*

CIENCIA UANL / AÑO 17, No. 67, MAYO – JUNIO 2014


Artículo completo en PDF
Los espectadores de una sala de cine a medio llenar observan con atención las imágenes del
documental del reconocido Lech Kowalsky: Holy Field, Holy War (Santo Campo, Guerra Santa,
en español): campesinos polacos frente a las modicaciones de su rutina habitual,
afectada primero por las granjas industriales y después por la llegada de las máquinas para
hacer perforaciones y buscar gas de esquisto, también conocido como shale gas.
De estas escenas hemos oído hablar en otras latitudes: agua potable que de pronto aparece
revuelta “con sedimentos o con resquebrajamientos” en las casas de los locatarios. La imagen
de campesinos que muestran las afectaciones en sus casas parece aún más cercana a lo que
hemos visto en los últimos meses en Nuevo León, donde se han hecho asociaciones del
proceso de fracturación hidráulica, o fracking (el cual se emplea para obtener el shale gas), con
los sismos que se han sentido en los últimos meses en la región. Así lo constata una nota del
diario La Jornada, del 16 de marzo de 2014, en la que se mostraba el testimonio de Álvaro
Cortez junto a su vivienda, afectada por los temblores, en el ejido Las Enramadas, en
el municipio Los Ramones, Nuevo León.

Existen diversas opiniones acerca del fracking y sus implicaciones tanto económicas como
medioambientales, pero ¿de qué se trata?

Shale gas
El fracking es el método de extracción del shale gas. Para entender el desarrollo de este
combustible, es necesario comprender el proceso de formación del gas natural.

En el documento “Desarrollo del gas lutita (shale gas) y su impacto en el mercado energético de
México: reflexiones para Centroamérica”, Javier Estrada explica que el gas natural se produce
dentro de rocas orgánicas o lutitas, es decir, en fragmentos sólidos compactados. Dicha
compactación puede convertir a las lutitas en pizarras o en filitas (rocas brillosas
compuestas por cristales).

La presión sedimentaria expulsa la mayor cantidad de gas hasta la parte más porosa de la roca.
El gas que no puede salir se denomina shale gas, gas de lutita, gas de esquisto o gas de pizarra.
El shale gas es metano producido por depósitos de lutitas y otras rocas de grano fino.

Shale gas en México


La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) posiciona a México en el
cuarto lugar a nivel mundial en términos de recursos potenciales de shale gas, con 681 billones
de pies cúbicos técnicamente recuperables, detrás de China (1,275 billones de pies cúbicos),
Estados Unidos (862 billones de pies cúbicos) y Argentina (774 billones de pies cúbicos).

El organismo estima que al noreste y centro-este de México existen yacimientos con edad
geológica similar a los de Estados Unidos (Eagle Ford, Haynesville, Bossier y Pearsall). México
se encuentra en la etapa inicial para identificar y estimar los recursos latentes.
Las regiones potencialmente productoras de shale gas son Chihuahua, Sabinas-Burro-Picachos,
Burgos, Tampico-Misantla y Veracruz. En Nuevo León, la Cuenca de Burgos (la reserva más
importante de gas natural del país) abarca diez municipios y comprende 402 pozos de los 652
perforados por Petróleos Mexicanos (Pemex).

¿La gallina de los huevos de oro?


Uno de los motivos principales para la extracción del shale gas sin duda alguna es el
económico, pues este hidrocarburo se considera el gas más barato de Norteamérica. Se espera,
además, que la Cuenca de Burgos se convierta en un foco de atracción de inversiones. Así lo
expresaba una nota publicada en El Economista, en la que se informaba que Nuevo León
esperaba replicar lo que sucedió en Texas en la zona de Eagle Ford, donde se crearon alrededor
de 116,000 empleos en 2012. Aunado a lo anterior, se espera que el estado se convierta en un
destino natural de inversiones y que las micro, pequeñas y medianas empresas tengan la
oportunidad de capitalizar nuevos negocios.

Por otro lado, Javier Estrada explica en su texto que el costo de extracción depende del tipo de
yacimiento y volumen, aunque su rango oscila entre 3.5 y 5 dólares/Mpc (mil pies cúbicos)
antes de 2017. Pemex ha anunciado que proyecta invertir 200 millones de pesos en estudios y
tres nuevos pozos antes de 2013. El plan busca completar 20 pozos exploratorios para localizar
rocas que contengan shale gas, así como evaluar los recursos prospectivos. La evaluación
requerirá análisis de laboratorio para identificar la madurez y porcentaje de contenido
orgánico, la porosidad, las características mecánicas de las rocas y el volumen de gas libre y
almacenado, por lo que deberán realizarse nuevos estudios y perforarse más pozos para reducir
la incertidumbre.

Por su parte, la Secretaría de Energía (Sener) considera que para atender todos los posibles
proyectos, incluyendo los de shale gas, Pemex tendría que incrementar su presupuesto de
proyectos en más de 300%. Sin embargo, concluye que en un escenario de alta producción de
shale gas, México podría tener una balanza comercial positiva de este combustible.

De acuerdo al documento “Getting It Right. Una agenda estratégica para las reformas en
México”, publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), las estimaciones de recursos recuperables varían entre 4.24 billones de metros
cúbicos (estimación baja de Pemex) y 19 billones de metros cúbicos (IEA). El shale gas podría
ser una aportación significativa para cubrir las necesidades de gas en México a largo plazo.
Por otro lado, de acuerdo a lo publicado por Javier Estrada, a pesar de que el margen de
utilidad de corto plazo del gas seco extraído de la lutita ha llegado a ser muy bajo, la extracción
de componentes como etano, propano, butano y “gasolina natural” (designados NGL), ha
justificado las operaciones.

Sin embargo, otras opiniones apuntan a que se está especulando demasiado y que las cifras del
potencial económico se inflaron a raíz del informe de la IEA. Tal es el caso de la Alianza
Mexicana contra el Fracking, cuyo sitio web expone que la industria gasífera de Estados Unidos
ha reconocido que 80% de los pozos perforados puede resultar inviable
económicamente, debido a complejidades técnicas de la explotación, lo que hace que el costo
por pozo en México se sitúe entre los 12 y los 15 millones de dólares.

Beatriz Olivera, integrante de esta organización, explica que para ellos es un negocio inviable y
que incluso la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) ha sacado un par de informes en los
que expresa que se requieren mayores estudios para definir con exactitud el potencial de gas de
lutitas en México.

“Hay algunos estudios, como el de Deborah Rogers, donde se especifica que al menos en
Estados Unidos no es totalmente viable la explotación del gas de esquisto, hay baja
productividad. Aquí en México, de los seis pozos que ha perforado el gobierno, tres
han resultado no comerciables y otros con baja productividad”, expresa Olivera.

Estrada también reconoce que la viabilidad económica suele ser incierta, debido al bajo
contenido de gas o aceite en las rocas fuente. El volumen extraído por pozo es muy inferior al
de yacimientos convencionales, por lo que, a fin de que alcancen viabilidad económica, es
necesario que la extracción se realice por medio de “fracturación hidráulica” o fracking,
hasta exponer la mayor parte del yacimiento.

Fracking
La fracturación hidráulica o fracking consiste en una perforación en vertical, de
aproximadamente 3 Km de profundidad, en el caso de México, en la que se inyecta agua, arena
y aditivos químicos. Una vez perforado, se pone un caño de acero llamado casing, hasta el
fondo del pozo. Entre ese caño y la pared del reservorio hay un espacio en el que se agregan
cementos especiales que evitan la comunicación de la parte superior con la parte inferior.

Gustavo Bianchi, director general de la empresa argentina Y-Tec, explica que la técnica de
fracturación hidráulica existe desde hace aproximadamente 80 años y que es el mismo
procedimiento de los pozos convencionales. “¿Sabes cómo sería un fracking?, es como si a
la supercie que vos tenés; si yo pongo una bolita acá, la bolita queda ahí. Si yo pongo una
hendidura, ¿qué hacé? Se viene para acá; bueno, cuando yo fracturo es como hacer un
sumidero, que todo venga para ahí”, explica.

Para sacar el gas, es necesario agregar una cantidad de fluido, cuya composición es 99.5% agua
y arena y el restante son sustancias químicas. Bianchi explica que se realiza de este modo
porque cuando uno rompe hidráulicamente, el sistema se abre, pero al quitarle la presión de
superficie, se vuelve a cerrar. “Para que quede abierto necesito ponerle arena, algún agente de
sostén, como le llamamos. Ese agente de sostén tiene que estar en la fractura abierta, para
cuando yo saque la presión de superficie, esto se cierra y la arena evita que no se cierre
completamente, y que drene el petróleo. Pero para que la arena llegue con el agua sola no la
puedo drenar, porque la arena es muy pesada; y si yo tiro agua no llega, entonces
necesito densificar el agua y ponerle algunas condiciones, es decir, que 0.5% restante son
productos químicos”.

En cuanto se saca la presión y los componentes fluidos, la superficie se vuelve a cerrar y a


acomodar como estaba.
“En Argentina los pozos los tenemos a 5 mil metros de profundidad. El acuífero se encuentra a
100-150 metros de diferencia de la superficie y a 5 mil metros tengo el petróleo, así que tengo
casi cuatro mil metros de diferencia de donde está el acuífero y esto. Aparte, el yacimiento
tiene fracturas naturales, por millones de años. Si vos hacés una sísmica, vas a ver que está todo
fracturado, no es que nosotros hicimos la fractura, lo que hacemos es conectarlas”, agrega
el también doctor en ciencias de materiales.

Aunque la técnica sea la misma, es necesario hacer adaptaciones de acuerdo al lugar en el que
se aplique, pues las características varían y no se puede aplicar la misma “fórmula” en todos
lados.

“No se puede trasladar automáticamente un conocimiento en un lugar y traspasarlo de forma


automática a otro. En Estados Unidos hacés un pozo vertical y después se va en horizontal
sobre el espesor de la capa. Y acá (en Argentina) lo que hemos visto hasta ahora, porque
estamos aprendiendo, es que son mejores los pozos verticales, porque tienen mejor
producción que un pozo horizontal”, explica Bianchi.

Esta técnica tiene gran potencial de desarrollo, pero se requiere más investigación básica del
gas de arenas compactas y el de lutitas. Las técnicas al uso se han basado en conocimientos
empíricos hasta ahora, de acuerdo a Estrada.

Riesgos ambientales: opiniones encontradas


El tema del medio ambiente es preponderante al hablar de este tipo de extracción y hay
opiniones que se contraponen. Por un lado, en términos de emisiones de carbono y ahorros en
el costo de combustibles, es preferible el uso del gas natural al de otros hidrocarburos. De
acuerdo al doctor Macario Schettino Yáñez, ingeniero químico y de sistemas y actual profesor
del Tecnológico de Monterrey, en un artículo publicado el 26 de enero de 2012 en El Universal,
la combinación del fracking y la perforación direccional permite reducir la producción de gases
de invernadero, pues la cantidad de bióxido de carbono que genera el gas es menor a la de
cualquier otro combustible de este tipo.

De manera similar lo ratifica el documento “Getting It Right. Una agenda estratégica para las
reformas en México”, publicado por la OCDE. Sin embargo, este documento enfatiza que es
igualmente importante evitar los impactos ambientales relacionados con la producción del gas
no convencional, en particular en cuanto al uso y reciclaje de agua para la fracturación
hidráulica.
El tema del uso del agua es una de las principales críticas a la técnica. De acuerdo a dicho
documento, la perforación de un solo pozo de shale gas requiere, en promedio, entre 230 y
3000 metros cúbicos de agua (entre 230 mil y 3 millones de litros), dependiendo de las
condiciones geológicas. El proceso de fracking consume otros 8,700 a 14,400 metros cúbicos de
agua por cada pozo (8 millones 700 mil a 14 millones 400 mil litros de agua). Además, hay que
tomar en cuenta que los recursos de shale gas en México se ubican en la región del norte, que es
más árida y donde la precipitación se concentra durante cuatro meses (de junio a septiembre)
al año.

Por su parte, la Alianza Mexicana contra el Fracking expresa en su página web que se requieren
9 mil a 29 mil metros cúbicos de agua (9 a 29 millones de litros) para la fractura de un solo
pozo, y que la explotación de los 20,000 pozos anuales que se están planteando supondría un
volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo doméstico de entre 4.9 y 15.9
millones de personas en un año.

Otro de los riesgos que expresa la asociación es la contaminación de las fuentes de agua, y
argumentan que en Estados Unidos existen más de 1,000 casos documentados de este tipo.
Arguyen también que se han identificado más de 2,500 productos y 750 tipos diferentes de
químicos en el fluido de perforación. En este punto, dan cifras de que más de 25% de
estas sustancias causan cáncer y mutaciones: 37% afecta al sistema endocrino; 50%, al sistema
nervioso y 40% provoca alergias.

También indican que la explotación de shale gas contribuye al calentamiento global, debido a
las emisiones de gas metano producidas por ineficiencias en la extracción, procesamiento,
almacenamiento, traslado y distribución.

Beatriz Olivera expresó que también repercute en los impactos sociales, ya que el proceso de
fractura hidráulica está violentando los derechos humanos, porque tampoco hay una consulta
previa libre e informada para que la población tenga conocimiento de que se realizará este tipo
de técnica, y el derecho al acceso al agua.

Gustavo Bianchi, en cambio, mantiene una postura contraria al explicar los efectos del
fracking. Para empezar, indica que los químicos que se usan son los mismos que emplea la
industria para productos de uso doméstico, como la goma guar, un polímero que es un
producto natural biodegradable que se disuelve en agua y que se utiliza en cremas cosméticas y
en algunos caramelos, “es decir, si fuera cancerígeno estaríamos mal”.
También se usan poliaquilamidas, polímeros empleados para tratamientos de aguas de
consumo, para fuentes cloacales, en las mismas concentraciones que usan en el tratamiento de
agua. “No se puede poner más porque no cumple la función. Y estás hablando de
concentraciones bajas, de partes por millón y estos compuestos son biodegradables, se
degradan con el tiempo”.

Para evitar que se degraden, se les agregan los bactericidas que se utilizan para evitar que el
agua de las piscinas se ponga verde. En ocasiones se agrega un buffer para mantener el pH
(medida de acidez o alcalinidad) en el sistema, generalmente bicarbonatos de sodio. “Las
concentraciones son iguales, no es que vaya a usar una concentración mayor, porque
tampoco tiene sentido gastar dinero de más; se usan volúmenes mayores, pero la concentración
es la misma”, aclara.

Otras sustancias empleadas son los surfactantes, que se usan para que el agua que se ingresa en
el yacimiento vuelva a salir. “Si el agua no vuelve, llamamos a ese proceso daño de formación.
Qué quiere decir, que el agua por tensión supercial queda entrampada y no viene, pero
tampoco viene el petróleo. Nosotros queremos que el agua que entre, vuelva. ¿Qué surfactantes
le agregamos?, los que se utilizan en la cocina para lavar platos, para el lavarropas
(lavadora). Esos compuestos también los usamos en las mismas concentraciones. Si yo supero
las concentración del surfactante, no (se) cumple la función como tal, entonces gasto dinero”.

En cuanto a la cantidad de agua empleada para la fracturación, Bianchi indica que se requieren
19 mil metros cúbicos (19 millones de litros). “¡Pero eso no es nada!, porque inyectás el agua
con este producto y después el agua vuelve. Si inyectás agua de río el agua vuelve salitrosa, esa
agua así como está hay que tratarla. Se centrifuga, y esa agua se vuelve a reusar, porque lo que
vuelve es 40 a 60% más o menos de lo que vos inyectaste. Sacás, limpiás, mezclás, vuelves a
usarlo”.
El investigador explica que siempre que se saca petróleo, éste viene con agua, la cual se
reinyecta a los pozos (principio de recuperación secundaria). Esta agua no es potable, “así que
si hubiera un exceso de agua de fractura que te vuelve, lo que nosotros hacemos es insertarlo en
el circuito de petróleo para que vuelva otra vez al campo”.

Bianchi explica, además, que para las empresas el tema ambiental tiene un peso económico
importante, pues si se llega a multar a alguna empresa que cotiza en la Bolsa de Valores de
Nueva York, sus acciones en Wall Street disminuyen.

“De alguna forma cualquier industria nueva que se genere, modifica el medio ambiente. Es
cuestión nuestra, de los profesionales que estamos haciendo investigación y desarrollo,
minimizar ese impacto ambiental y es cuestión de los estados correspondientes el tener el
control de todo eso”.

En cuanto a los casos de contaminación de las fuentes de agua, expresa que es posible que esto
suceda si no se tienen las precauciones suficientes. “Qué pasó en Estados Unidos, que tienes a
mil metros más o menos el no convencional, y es probable que la capa no convencional se
encuentre cerca de la capa acuífera. Puede haber una comunicación, pero para eso están los
geofísicos y los geólogos que estudian ese tipo de fenómenos y cuidan que eso no pase”.

Por otro lado, Estrada explica en su documento que, dado lo novedoso de la explotación del
shale gas, no existe historial suficientemente largo para sacar conclusiones sobre procesos de
exploración, picos, declives de producción y técnicas de recuperación de los recursos.

¿Causantes de sismos?
A raíz del trabajo de investigación de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL)
titulado “Sismicidad en el estado de Nuevo León, México”, a cargo del doctor en ciencias
geológicas Juan Manuel Rodríguez Martínez, diversos medios de comunicación
han relacionado la actividad sísmica de los últimos meses en la entidad con la extracción de gas
de lutita. Sin embargo, este hecho no se ha comprobado plenamente hasta el momento.

Además, dicha investigación expresa que otras actividades podrían ser las causantes de los
sismos: la sobreexplotación de acuíferos en las zonas de cultivo de papa, en la zona limítrofe
entre los estados de Coahuila y Nuevo León; la explotación de minerales de barita; la disolución
de domos salinos en el Cañón de Villa de García, así como las detonaciones realizadas en las
pedreras al no estar controladas las cargas explosivas.
“Esto de los sismos está fuera de toda escala”, opina el investigador argentino. “Ese tipo de
cosas es imposible. Yo con presión hidráulica arriba, agua y arena, lo que hago es abrir. Pero si
yo saco la presión, esto se cerró de nuevo. No tiene nada que ver. Ahora, si alguna vez
lográramos con un sistema de éstos, hacer un movimiento tectónico, que le den el
Premio Nobel, porque tenemos una energía impresionante”.

SDP noticias.com publicó una nota el 31 de marzo de este año, en la que Juan Carlos Montalvo,
responsable de los sismógrafos de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UANL, dijo que
desde 2006 hasta el 18 de marzo todos los sismos tienen una “firma” relacionada con sismos de
carácter tectónico, y que el registro de temblores en Nuevo León es anterior a la existencia de
pozos de Pemex.

Otras alternativas energéticas


Por otro lado, México no sólo cuenta con recursos petroleros o gas no convencional, sino que
también tiene un enorme potencial para desarrollar energías renovables, en especial eólica y
solar, de acuerdo a lo que expresa el documento de la OCDE.

Sin embargo, se requieren inversiones cuantiosas dirigidas a modernizar el sector energético e


introducir tecnologías de punta para alcanzar ese potencial. De los 34 países de la OCDE,
México ocupa el número 19 en términos de aprovechamiento de energías renovables, y el
número 26 en términos de energías renovables no hidráulicas. Por ser un país con muy altos
niveles de luz solar y algunos de los vientos más fuertes del mundo, debería formar parte de los
líderes de esta clasicación.

“El tema de la energía solar está cobrando cada vez mayor impacto, sobre todo en el norte del
país. Inclusive se dice que bastaría con equipar un área de 625 km2 con páneles fotovoltáicos
en los desiertos de Chihuahua o Sonora para generar toda la electricidad que requiere este
país”, expresa Olivera.

Además explica que la energía solar en México es un negocio altamente rentable y que existe
una gran viabilidad económica para impulsarla; sin embargo, no ha logrado penetrar en el
mercado de una manera fuerte y ambiciosa. El potencial de radiación solar del país es de
alrededor de 7 kilowatts hora por metro cuadrado. Supera el potencial que existe en
Alemania. “Podríamos generar tanto energía solar proveniente de sistemas fotovoltaicos como
energía solar térmica de concentración, para generar calor y para impulsar procesos
industriales”.
Mientras que en el sur del país, en Juchitán, Oaxaca, se cuenta con energía eólica, en Puebla
predomina la energía geotérmica.

“Lo que hace falta es que se comience a pensar en las energías renovables como fuentes seguras
que pueden hacer frente a los retos energéticos que tiene este país. Como fuentes serias que van
a propiciar una transición energética ante un panorama en el que los combustibles fósiles en
todo el mundo se están agotando”, explica.

Sin embargo, hace falta una mayor inversión, en especial en cuestión de energía solar en el
norte del país. Pero también falta regular toda la parte de la energía eólica en el sur, pues en el
caso de Oaxaca se ha violentado el derecho de las comunidades, detonando un conflicto social y
de rechazo hacia este tipo de energía.

“La gente está indignada porque la energía que se suministra desde sus territorios va a
abastecer a grandes corporativos, pero no es una energía comunitaria que los abastezca a ellos
también. Mientras que a las comunidades no se les respete su derecho a ser informados y a ser
consultados, los problemas van a continuar existiendo y a presentar un freno para este tipo de
energías”.

Aunque existe una prospectiva de energías renovables, una ley y un fondo mínimo para la
transición energética, “todavía falta muchísimo por hacer, porque aunque se hayan sacado
leyes o existan compromisos de mitigación o de reducción de emisiones de efecto invernadero,
por un lado se hace o se establecen este tipo de compromisos y por otro se empiezan a aplicar
medidas y a impulsar procesos que van a acentuar más el cambio climático y a fomentar una
mayor participación del sector petrolero. Entonces, digamos que la política energética es
totalmente contradictoria con la política climática del gobierno federal”, finaliza Olivera.

Universidad Nacional de San Martín, Argentina.

Contacto: jaramillo.jess@gmail.com2

2
http://cienciauanl.uanl.mx/?p=1649
¿Qué es el Fracking?
Checa la infografía

¿Qué son los hidrocarburos de


lutitas o shale?
Se trata del petróleo y gas natural que se encuentran atrapados en los poros de
formaciones rocosas poco permeables denominadas lutitas bituminosas situadas
en el subsuelo. Suelen encontrase a profundidades de entre mil y cinco mil metros.

¿Qué es la fractura hidráulica o fracking?


Debido a la baja permeabilidad de las lutitas, la extracción de los hidrocarburos
requiere la utilización de la fracturación hidráulica o fracking. Esta técnica parte de
la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o
petróleo. Seguidamente, se realizan una serie de perforaciones horizontales en la
lutita, que pueden extenderse por varios kilómetros en diversas direcciones. A
través de estos pozos horizontales se fractura la roca con la inyección de una
mezcla de agua, arena y sustancias químicas a elevada presión que fuerza el flujo
y salida de los hidrocarburos de los poros. Pero este flujo disminuye muy pronto,
por lo cual es necesario perforar nuevos pozos para mantener la producción de los
yacimientos. Por este motivo, la fracturación hidráulica conlleva la ocupación de
vastas extensiones de territorio.

Impactos socioambientales del uso de la


fracturación hidráulica
• Disminución de disponibilidad del agua: La fracturación de un solo pozo
requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua. El ritmo de explotación anual de
9,000 nuevos pozos en Estados Unidos que se pretende exportar a México
supondría un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el consumo
doméstico (100lts/pers/día) de entre 1.8 y 7.2 millones de personas en un año. Ello
acarreará la disminución de la cantidad de agua disponible, lo que pondría en
peligro los ecosistemas y la realización del derecho humano al agua y a la
alimentación. En estados como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, regiones
donde esta actividad ya se está realizando, la disponibilidad de agua es limitada al
tratarse de regiones con alto estrés hídrico (donde la demanda es mayor a la
disponibilidad).
• Contaminación de las fuentes de agua: En Estados Unidos existen más de
1,000 casos documentados de contaminación de fuentes de agua relacionados
con el uso de la fracturación hidráulica. Se han identificado 750 tipos diferentes de
productos químicos en los fluidos de fracturación analizados, entre ellos
sustancias de gran toxicidad como el metanol, benceno, tolueno, etilbenceno y
xileno. Además, el agua de desecho conocida como agua de retorno no sólo
contiene los químicos y la arena que originalmente se introdujeron, sino también
metales pesados, hidrocarburos e incluso materiales radioactivos, como el radón,
que se encuentran en el subsuelo. A la fecha, no existe tratamiento efectivo para
la misma, dejando el agua inutilizable para otros usos y fuera del ciclo hidrológico.
Para su manejo se busca aislarla e injectarla en pozos letrina, pero no es una
solución ya que se ha comprobado que estos pozos filtran y se han contaminado
acuíferos enteros (ej.California, EEUU). Checa nuestra infografía de agua y
fracking.
• Impactos sobre la salud: Los expertos señalan que al menos 25% de las
sustancias utilizadas en las distintas mezclas de perforación pueden causar
cáncer y mutaciones, 37% afectar al sistema endocrino, 40% provocar alergias y
50% dañar el sistema nervioso. Los pozos de agua potable que abastecen a la
población situados en cercanías de las zonas donde se aplica la fracturación
hidráulica tienen altos niveles de metano y sustancias cancerígenas y
neurotóxicas. Por otro lado, la población que habita cerca de los pozos tiene 66%
de probabilidad de padecer cáncer asociado a la contaminación atmosférica.
Igualmente, la toxicidad y los riesgos de accidentes asociados a esta actividad
repercute en la salud y la vida de las y los trabajadores de la industria.
• Emisión de gases y su contribución al calentamiento global: 90% de las
emisiones en el proceso de obtención del gas es metano (CH4), aunque también se
emite dióxido de azufre (SO2), óxido de nitrógeno (NO) y compuestos orgánicos
volátiles. Aunque la quema del gas natural emite menos dióxido de carbono (CO2)
que otros hidrocarburos, el proceso completo de su explotación contribuye en mayor
medida a la aceleración del cambio climático debido a las fugas de metano
producidas durante su extracción. Estas emisiones pueden alcanzar 8% de la
producción total de un pozo, es decir, 30% más que en los proyectos de gas
convencionales. El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de
calentamiento 86 veces superior al CO2 en el corto plazo, por lo que en 20 años el
impacto de la extracción de gas de lutitas sobre el cambio climático puede superar
en 20% el del carbón. Checa nuestra infografía de fracking y cambio climático.
• Sismos antropogénicos: Debido a que la industria no puede tratar los grandes
volúmenes de aguas residuales generadas por el fracking, es común que utilice
pozos de inyección (también conocidos como pozos letrina) para deshacerse del
agua contaminada. Estas aguas pueden desestabilizar fallas geológicas y provocar
sismos. En Arkansas, Ohio, Oklahoma, Colorado y Texas, regiones sin actividad
sísmica histórica, se han multiplicado en años recientes el número de sismos
superiores a los 3 grados. Los epicentros de estos sismos coinciden con la
localización de los pozos de inyección. En Youngstown, Ohio, estos sismos
antropogénicos (provocados por el ser humano) lograron alcanzar hasta 5.7 grados.
• Otras afectaciones: Debido al deterioro ambiental que provoca, la explotación del
gas de lutitas es incompatible con otras actividades económicas como la ganadería,
la agricultura y el turismo. A ello se suma el deterioro de la infraestructura carretera
por el impacto de los 250 viajes diarios por pozo de camiones de gran tonelaje. Todo
ello afecta calidad de vida, salud y tranquilidad de las poblaciones.
Alternativa energética costosa e inviable
La industria gasífera de Estados Unidos ha reconocido que 80% de los pozos
fracturados no son económicamente viables. Ello debido a i) tasas de declinación
de situadas entre 29% y 52% anual, que hacen necesario seguir invirtiendo grandes
sumas de dinero cada año para mantener la producción; ii) baja recuperación de los
hidrocarburos presentes en los yacimientos, situada en el caso del gas entre 4.7%-
10% frente al 75%-80% de los proyectos convencionales; y, iii) un deficiente
rendimiento energético. Mientras los proyectos tradicionales obtienen 20 unidades
de energía por cada unidad invertida, los de fracturación hidráulica sólo generan 5.
Además, la complejidad de esta técnica sitúa los costos de cada pozo en 20-25
millones de dólares en México. De esta manera, sólo produce ganancias a través
de la especulación financiera, las cuales se quedan en pocas manos a costa del
futuro de la población y el planeta. Por todas estas razones, la explotación de
hidrocarburos mediante esta técnica no es una opción para producir energía de
manera sostenible, mientras que su uso desvía recursos que deberían dirigirse a
las energías renovables y sostenibles, obstaculizando su desarrollo.
El fracking se practica en México desde hace tiempo. Conoce más información
en este artículo.

Nuestras demandas:
1. México debe prohibir la extracción de hidrocarburos por fracturación hidráulica
con base en el principio precautorio, tal como lo han hecho Francia y Bulgaria y
numerosos gobiernos regionales y locales alrededor del mundo. Tal es el caso del
estado de Nueva York, quien la prohibió en diciembre de 2014 con base en las
evidencias existentes sobre los riesgos que representa para la salud.
2. En la planeación e implementación de la política energética, las entidades
públicas deben asegurar el respeto y garantía de los derechos humanos y en
específico el de los pueblos indígenas y campesinos al manejo de sus tierras,
territorios y recursos naturales.
3. El Estado debe garantizar el derecho humano al agua tal como lo establece el
artículo 4° constitucional, el PIDESC y la resolución A/RES/64/292 de Naciones
Unidas, y no permitir actividades que lo pongan en riesgo. La política energética
debe alinearse a estos preceptos.
4. El Estado debe garantizar el derecho al medio ambiente sano, el cual es también
reconocido por nuestra Constitución.
5. El Estado debe establecer los cambios legales e institucionales pertinentes para
impulsar el desarrollo de energías renovables que asegure el respeto de los
derechos humanos y el cuidado del medio ambiente. Igualmente, debe establecer
medidas para la reducción del consumo de energía y la eficiencia energética.
Descárgala en pdf: Hoja informativa fracking

Mapa de regiones del fracking en México


Para ver mayores detalles cartográficos sigue este enlace.3

¿Qué es el fracking?
Escrito por Pablo G. Bejerano, 27 de junio de 2014 a las 19:30

ENERGÍA

El fracking es un método de extracción de gas y petróleo que consiste en someter


a una fuerte tensión el subsuelo para fracturar la roca y recopilar el combustible.

Pablo G. Bejerano

ETIQUETAS:
COMBUSTIBLE, ECOLOGÍA
El fracking o fractura hidráulica es un método no convencional de obtener gas, es
decir, no consiste en la perforación de una gran bolsa de gas, que una vez
penetrada libera el combustible hacia la superficie gracias a la diferencia de
presión. En este caso se trata de extraer pequeñas concentraciones
dispersas de hidrocarburos (también puede hacerse con el petróleo). Para
hacerlo se realiza una perforación vertical de cuatro o cinco kilómetros y después

3
http://www.nofrackingmexico.org/que-es-el-fracking/
se introduce agua mezclada con productos químicos para fracturar el sustrato
rocoso, filtrándose el combustible hacia el conducto.
La escasez lleva tiempo rondando el mercado de la energía y especialmente
acuciante es la tendencia en lo que se refiere a los hidrocarburos. Las reservas de
petróleo y de gas natural se reducen año a año, pese al descubrimiento de algunos
nuevos yacimientos. Una de las soluciones que se han aplicado para contrarrestar
este escenario es el fracking.

Se denomina también fractura hidráulica y tiene su origen a mediados del siglo


XIX, cuando los primeros explotadores de petróleo forzaban al sustrato rocoso
para que manara el oro negro. Pero no fue hasta finales de los años 40 del siglo
pasado cuando se sentaron las bases de esta técnica, que incluía el uso de agua
para fracturar la roca. En las últimas décadas este método de extracción se ha
expandido en Estados Unidos y más recientemente muchos países están
empezando a utilizarlo.
El procedimiento para extraer el gas de esquisto o pizarra, también llamado shale
gas, consiste en llegar a la zona donde se encuentra el gas disperso, a través de
una perforación en la corteza terrestre. Cuando se alcanza la profundidad
suficiente se empieza a perforar en horizontal, con el fin de abarcar la mayor
cantidad de roca posible.
Una vez hecho esto se bombea a través de la perforación agua a gran presión con
productos químicos disueltos. La tensión a la que se somete el sustrato rocoso
hace que éste se quiebre. Por las grietas recién creadas se filtrará el gas que
volverá a la superficie mezclado con el agua.
El fracking en el centro de la polémica

Esta técnica permite obtener gas o petróleo donde hace unos años no habría
ningún yacimiento que explotar, pero las implicaciones que tiene para el medio
ambiente han señalado al fracking como una práctica dañina. Por un lado los
productos químicos que van mezclados con el agua contaminan la zona,
mientras que la fractura de la roca libera elementos tóxicos, como el plomo, que
son arrastrados a la superficie junto con el gas.
Aparte de este perjuicio, para que la extracción de gas salga rentable en una zona
es necesario hacer varias perforaciones, pues cada una cubre un área
relativamente reducida. Según un documento de Greenpeace, la separación entre
los pozos está entre los 0,6 y los 2 kilómetros, con lo que a veces se abren cientos
de ellos y se cree que su funcionamiento puede generar mini terremotos en el
lugar.4

4
https://blogthinkbig.com/que-es-el-fracking

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