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Caudillos Latinoamericanos

Finalizados gran parte de los procesos de independencia respecto de la colonia


española hacia los 1820, latinoamérica se tendrá que enfrentar a un desafío
inédito: La construcción y organización de los nacientes estados. Es pues, en el
marco de este proceso que latinoamérica presentará aspectos diferentes a los
vistos en el periodo colonial, aspectos que van de la mano por ejemplo, con la
inserción en la economía mundial de estos países y la forma de organización del
estado, situación que llevará a un desorden general de la región, una inestabilidad
que solo se superara hacia medidos del XIX. Es pues, en el marco de esta primera
inestabilidad que debemos situar a la “era de los caudillos”. Antes que nada
haremos una breve descripción política, económica y social del periodo que nos
ayudará a entender en el contexto la actuación de los caudillos.

La desintegración de las estructuras coloniales y las organizaciones de nuevas


estructuras marcan el aspecto más importante de este periodo: la inestabilidad
política. Los nacientes estados al momento de adquirir su independencia
organizaron sistemas constitucionales formales, que se convertirían en letra
muerta, pues los que detentaban el poder se olvidaban fácilmente de los principios
constitucionales y los opositores ante cualquier debilidad aprovechaban para
bajarlos del poder bruscamente. Los gobiernos no eran capaces de resistir estás
rebeliones en gran parte, por que el estado aún era débil en lo político y más aún
en lo financiero, situación que no les permitía comprar las alianzas. Esto nos dice
que las elites políticas no estaban lo suficientemente unidas para frenar las
constantes rebeliones y golpes de estado que el periodo presenta.

Si bien podemos encontrar un origen de los principios liberales aún en tiempos


coloniales, es evidente que la independencia permitió que estos se hicieran más
populares. El término de la relación colonial dio paso a que gran parte de las elites
- que veían como en el marco de los principios liberales crecían Inglaterra y Estados
Unidos -, adhirieran a estos principios. La ideología liberal atacó fuertemente a la
iglesia y al ejército sus privilegios de origen colonial, pues afectaban directamente
el principio de igualdad ante la ley y limitaban la autoridad del estado. Además, los
liberales observaron a la iglesia como “no productiva”, pues restringía la circulación
de la propiedad y su producción, principio que también afectó a las comunidades
indígenas que sobrevivieron a los españoles, pues las tierras de los indios tampoco
participaban en la producción masiva y permitir que vivieran en comunidades
frenaba la integración de estos a la sociedad nacional; Claro está, que estas
demandas por hacer la tierra libre de agentes poco productivos se produjo por la
creciente necesidad de ampliar los recursos de las elites.

Otro aspecto que debemos mencionar respecto de los conflictos del periodo tiene
que ver con el conflicto entre federalismos y centralismos. Evidentemente este
conflicto fue de la mano con una de las principales características de este periodo,
nos referimos a la ruralización de la base de poder, es decir que los terratenientes
coloniales más los que se sumaron post independencias, concentraban poder
mediante el control social de la población en sus haciendas, por lo que el conflicto
entre federalismos y centralismos responde a los intereses regionales de los
grandes propietarios. Los federalismos latinoamericanos – en su primera etapa
1810 – 1830 -, se pueden entender como intentos de estabilizar el periodo, se
darán como una salida al conflicto entre centro y periferia. Sin duda que en el
marco de la política federalista, muchos constitucionalistas y gobernantes de la
época miraron a los Estados Unidos como un ejemplo de federalismo y se basaron
en su modelo para aplicar en sus países.
Como sea, los primeros intentos de gobernar los estados en compañía de una
ideología liberal estuvieron marcados por los fracasos, los sectores corporativos
como la iglesia y el ejército siguieron con sus privilegios casi intactos, pues los que
asumieran el poder debían contar con ellos, además al momento de hacer las
constituciones el conflicto se presentaba en aquellos que veían en los modelos
europeos la forma más correcta para implantar en sus respectivos países y gran
parte de los militares y los menos cultivados, preferían prescindir de ellas e
imponer un gobierno fuerte, con uso de la fuerza para lograr mantener el orden; los
constantes golpes de estado y por supuesto los caudillos, responden a que en este
periodo se produce una militarización de la base de poder. Así, se puede concluir
que todos los esfuerzos iban en dirección hacia lograr el orden político, sin embargo
las diferencias e intereses hacían inerte este esfuerzo y lo transformaban en un
indeseable desorden que afectaba a la sociedad en su conjunto.

Como se puede suponer la inestabilidad política descrita arriba fue acompañada de


una crisis económica, que estuvo enmarcada en la nueva relación que se estableció
entre hispanoamérica y la economía mundial. La penetración comercial de los
ingleses durante las guerras de independencia se vio facilitada por la inestabilidad
del periodo, en las cuales las economías quedaron muy maltrechas. Muy pronto de
iniciada la penetración británica al mercado hispanoamericano y una vez finalizadas
las guerras de independencia, los países se encontraron con una balanza comercial
desfavorable, lo cual no es de extrañar, pues la nueva metrópoli tenía una industria
mucho más desarrollada que la española y habían desarrollado una estructura
comercial que hacia las transacciones más rápidas, y si a esto le sumamos la poca
industrialización de hispanoamérica, el escenario no podía ser otro. Además de
esto, la inversión británica se orientó hacia mejorar la técnica de la producción
exportable, lo que perjudicaba aún más a las alicaídas economías
hispanoamericanas al no desarrollar una industria que permitiera competir con las
importaciones y frenar la fuga de capitales para pagar las mismas. Por su parte, la
guerra había devastado la producción minera y la falta de capital local no permitió
la inversión para iniciar su repunte, lo que más se logró fue que algunos
yacimientos alcanzaran el mismo nivel de producción de antes de iniciarse el
periodo revolucionario. En cuanto a la producción agrícola productos como el café
ya empezaban a perfilarse en mercados de importancia y la ganadería se vio
beneficiada gracias a que necesitaba de una mínima inversión.

La dependencia económica impuso limitaciones rígidas respecto a la diversificación


económica, esto se puede comprobar observando que México fue el único país que
pudo desarrollar una industria textil que compitiera con las telas importadas, pero
en el resto de los países se observa un mercado interno muy restringido y que en
su mayor parte estaba suministrado por los comerciantes extranjeros. Así, en
términos generales, podemos decir que la crisis económica post movimientos
independentistas tuvo sus causas en una vertiente política, pues los países no
lograban los acuerdos necesarios para lograr crear una política económica estable
(proteccionista o liberal), y una vertiente económica, dada por la nueva relación de
dependencia que se crea en América respecto de Inglaterra, por la falta de capital
local e inversión extranjera que no permitió a las economías hispanoamericanas
sacudirse del peso de las recientes guerras.

En lo social, la abolición de la esclavitud se hizo inmediatamente después de la


independencia en aquellos países en que el número de esclavos era menor y no
formaban una parte importante de la mano de obra, estos son los casos de Chile,
Centroamérica y México, en cambio países en los cuales los esclavos eran
importantes en la estructura de trabajo como lo eran Colombia y Venezuela la
abolición se hizo cercana a mediados de siglo.
Otro cambio importante en este aspecto fue la abolición de las castas por el
reemplazo de una sociedad de clases. Este cambio responde a la que las
revoluciones habían hecho ver a las elites el potencial peligro de una sublevación de
las masas, por lo que era una transacción necesaria para mantener su hegemonía.
Sin embargo las discriminaciones continuaron, las masas eran víctimas de grandes
abusos en las haciendas y siguieron siendo excluidas de la participación política.

Esta breve descripción de las características que presenta hispanoamérica una vez
finalizadas las guerras de independencia eran necesaria para entender el fenómeno
del caudillismo en su contexto, precisamente a esto responde la frase de Jhon
Lynch que el caudillo “es una criatura de su en entorno”. Diremos entonces pues,
que esta inestabilidad que se presenta en todo ámbito en esta región y que hemos
descrito arriba en sus líneas generales, es el escenario propicio para la proliferación
de los caudillos.

Como dijimos antes la autoridad como concepto no logró imponerse en las


instituciones, la autoridad real de este periodo la encontramos en personas
concretas, en líderes que por lo general no respetaban ni leyes ni constituciones.
Líderes que gracias a su fuerza personal obtenían la lealtad de un número
importante de seguidores y que movilizaba para enfrentarse a la autoridad
constituida o simplemente para hacerse del poder por medio de la violencia, estos
son pues los caudillos.

Muchas interpretaciones sitúan el origen de los caudillos en las luchas por la


independencia, que elevó a estos héroes militares al prestigio y al poder; la
emergencia del caudillo puede verse entonces como la militarización de la política
en las guerras de independencia. En el marco de las luchas estos surgieron como
los “grandes hombres” que permitirían restablecer el orden y el apoyo de las masas
responde a la relación patrón – cliente, en donde se une el deseo mutuo de obtener
riquezas y poder; así el caudillo era un líder de guerra. Nacía de un instinto perenne
y universal en tiempo de guerra: el instinto de conferir poder absoluto a una
hombre fuerte, un ejecutivo único, capaz de reclutar tropas y requisar recursos.

Si hay una característica importante en el caudillismo, es el mecanismo en que se


basa la relación del caudillo con sus seguidores, este mecanismo puede definirse
como de reciprocidad, es decir una relación patrón – cliente, en la cual el también
era dependiente, esto por que el caudillo era funcional a los intereses de un grupo
de terratenientes, y por otro lado el caudillo apela a las masas populares
ofreciéndoles garantías y seguridad, es decir el caudillo tenía una doble base de
poder, una por arriba (aristocracia terrateniente) y una por abajo (masa popular).
Así vemos que el caudillo es fruto de toda la sociedad, por una parte, de los
grandes propietarios que lo utilizaron en defensa de sus intereses y por otra las
masas que esperando beneficios se sumaban a su ejército, así el caudillo no se
puede pensar independiente del resto de la sociedad, si bien es una figura
individual, sin las respectivas bases de poder, no habría tenido mayor significancia.

Frente a este escenario, la pregunta es, ¿por qué los distintos caudillos que llegaron
al poder no lograron estabilizar los caóticos países?, La respuesta a esto se
encuentra en que la pugna de intereses y los pocos consensos logrados no permitía
que ningún gobierno pudiera gozar de la tranquilidad para actuar, lo cual causó un
círculo vicioso, en donde un caudillo que llegaba al poder reprimía fuertemente a
sus opositores, lo que aumentaba el descontento de la sociedad, y además, no
debemos olvidar la poca legitimidad que tiene un gobierno que había ascendido al
poder por métodos violentos, por lo tanto, gobernaba siempre con inseguridad, y
tenía siempre la tendencia a buscarla en la violencia.
Para todos los efectos, no debe creerse que los caudillos actuaban solos, como ya
dijimos, siempre fueron instrumentalizados por un grupo y estos a su vez
instrumentalizaron a las masas, esta situación también se repetía con los políticos,
en donde muchas veces necesitaron a los caudillos para llegar al poder y estos una
vez instalados en el poder no podían dejar de prescindir de los consejos
administrativos e intelectuales de los políticos. Esto nos demuestra que los caudillos
no podían monopolizar el poder, pues necesitaban un aliado que los guiara en la
administración y también nos demuestra que las elites urbanas también necesitaron
de ellos, esto nos sirve para comprender el concepto de “caudillo regional” y
caudillo nacional”. A este respecto, Carmagnani nos dice que el fenómeno del
caudillismo se enmarca dentro de las tendencias centralistas y federalistas, es
decir, es una lucha entre grupos oligárquicos que viven en distintas regiones, por
tanto poseen distinto prestigio y riqueza, a estos intereses responden los caudillos
regionales que son levantados por las elites de la región para acrecentar su
prestigio y poder. Por el contrario el surgimiento de los caudillos nacionales
responde al intento de conciliar intereses regionales, la necesidad de equilibrar de
uno u otro modo la estructura política para permitir el establecimiento del estado.
Como se puede suponer la emergencia de caudillos nacionales estuvo mucho más
vinculada a la clase política urbana que a la clase terrateniente rural.

Un caso excepcional de caudillismo se presenta en Paraguay donde el caudillo José


Gaspar Rodríguez de Francia gobernó por 25 años en lo que Jhon Lynch ha llamado
“la dictadura impenetrable”. Este personaje proveniente de la clase dominante
paraguaya fue una de los líderes políticos participante en la primera junta de
gobierno de este país en 1811, sin embargo se alegó de ella pues miembros de la
junta tenían afinidades con Buenos Aires, Francia en cambio aspiraba a una
completa dependencia de Buenos Aires. Por esta razón se dirigiría su atención hacia
las clases más despreocupadas de la sociedad paraguaya, como pequeños
estancieros y campesinos. Su política de acercamiento fue desprestigiando a las
elites del país, fomento la idea del mal gobierno por parte de estos y una completa
intolerancia hacia Buenos Aires. Este apoyo político de otros sectores, le permitió
ejercer presión sobre la junta de gobierno y manejar el congreso. En 1814 Francia
logró convocar a un nuevo congreso en donde procuró que los diputados salieran
de las clases bajas, que mediante sus halagos los utilizó para que lo nombraran
“dictador supremo de la república” primero por 5 años, en donde el congreso en la
práctica no tenía atribuciones y en 1816 logró que el congreso lo nombrara
“dictador perpetuo” en donde el congreso se reuniría solo si el dictador hací lo
requería, por su puesto el congreso no volvió a reunirse en 25 años. Durante su
gobierno apelo constantemente a la clase baja y el intento de conspiración de 1820
por el caudillo de la elite fue descubierto y duramente reprimido, en donde sus
líderes fueron torturados y ejecutados, hací los estancieros se refugiaron en el
ámbito rural sin ninguna participación política. En su gobierno Francia mantuvo a
Paraguay aislado con una política de autosuficiencia, en donde el control de la
economía lo realizaba el estado, en donde nadie podía entrar y salir del país, con
esto evidentemente Francia hizo entrar a Paraguay en un importante atraso
económico.

Como vemos Francia había logrado obtener el poder más absoluto gracias a la
utilización de las masas populares y a la nula capacidad política de la elite
paraguaya; durante su gobierno utilizó la represión para mantener el poder y
continuó apelando a las clases bajas para conservar su legitimidad. Aunque el caso
expuesto esta sujeto a las particularidades de Paraguay las características de
Caudillo que presenta Francia son innegables y sirven como vivo ejemplo en el
contexto del caudillismo latinoamericano.

Es indudable que el caudillismo refleja la debilidad de las instituciones republicanas


del periodo inmediatamente después del término de la colonial, es fruto de la
inestabilidad de la destrucción de viejas estructuras y la creación de otras, situación
que estaba sujeta a luchas de tipo ideológicos y de intereses económicos entre las
distintas elites regionales. Como bien dice Lynch, el caudillo es pues una “criatura
de entorno”, pues en un escenario de estabilidad social y política este fenómeno no
hubiese prosperado, el caudillo fue entonces producto de la realidad histórica.

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