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2017
La moneda sirve a cualquiera para cambiarla por la satisfacción de sus necesidades o apetencias.
La moneda es entonces un medio, para que el sujeto adquiera un satisfactor. Denominado a esta
operación que es la compra, sin embargo, objetivamente, lo que en realidad sucedió fue el cambio
de una cosa por otra, monedas por bienes o servicios. El comerciante cambia un bien o un servicio
por las monedas de su cliente. La operación es tan simple como cambiar las monedas que se tiene
por lo que no se tiene y se necesita.
Tener dinero en efectivo conlleva un riesgo y una preocupación fácilmente imaginables que no
existen merced al título de crédito, de un cheque, un pagare un conocimiento de embarque, cuyo
medio se transporta y se guarda dinero con una seguridad si paragón (“comprobable”.
2.- LEGITIMACIÓN: Es la propiedad que tiene el título de crédito para facultar al que lo detenta para
exigir del suscriptor la obligación contenida de él. La posesión del documento generalmente prueba
la pertenencia del derecho.
3.- LITERALIDAD: Se le denomina a que la medida de los derechos y las obligaciones incorporados
en el documento está en lo que aparece escrito en el mismo, sin que se puedan hacer valer
derechos que no se encuentren en lo expresamente consignado en el título de crédito. (LGTOC 5°)
4.- AUTONOMÍA: Consiste en que hace inoponible al tenedor del título las excepciones personales
que tenga el deudor en contra del beneficiario y los que hayan tenido con anterioridad al título.
Deriva de la propiedad del título mismo y por eso puede subsistir, aunque no exista el derecho del
que lo tramita.
5.- ABSTRACCIÓN: Se le define como la desvinculación del título de crédito con la relación
fundamental que le dio origen. Es decir, se le desliga de la relación causal que motivó la expedición
del título.
· Naturaleza Ejecutiva
· Formalidad
· Representación de Obligaciones de Dar
· Incorporación
· Literalidad
· Autonomía
· Circulación
· Legitimación
Todo signatario se obliga cambiariamente, por estampar su firma sobre un título de crédito. La
obligación cambiaria es autónoma, en el sentido de que es independiente la obligación de cada
signatario, de toda otra obligación que conste en el título.
No todos los obligados se obligan de la misma forma: una es la obligación de regreso del girador, y
otra la obligación directa del girador aceptante.
La realidad es que el obligado directo está obligado al pago de la letra, y el obligado indirecto
“responde” que la letra será pagada. El obligado cambiario es deudor cierto y actual de la prestación
consignada en el título; el responsable es un deudor en potencia, cuya obligación no podrá
actualizarse, sino cuando el tenedor haya acudido con el obligado directo a exigir el pago, y haya
realizado los actos necesarios para que nazca la acción de regreso, esto es, para que la simple
obligación en potencia se actualice.
Los que hubieren librado, aceptado, endosado o avalado una letra de cambio responden
solidariamente frente al tenedor. El portador tendrá derecho a proceder contra todas estas personas
individual o conjuntamente, sin que le sea indispensable observar el orden en que se hubieren
obligado. El mismo derecho corresponderá a cualquier firmante de una letra de cambio que la haya
pagado. La acción intentada contra cualquiera de las personas obligadas no impedirá que se
proceda contra las demás, aunque sean posteriores en orden a la que fue primeramente
demandada.
1) El importe de la letra de cambio no aceptada o no pagada con los intereses en ella indicados.
Se reconoce dos tipos de acciones cambiarias por falta de aceptación o de pago de la letra:
La acción directa contra el aceptante o sus avalistas y la acción de regreso contra cualquier otro
obligado cambiario.
La acción directa: Esta acción se ejercita por el tenedor para reclamar contra el aceptante y su
avalista la falta de pago de la letra sin necesidad de protesto y tanto en la vía ordinaria como en la
ejecutiva. Su plazo de caducidad es de tres años desde la fecha del vencimiento de la letra.
La acción de regreso: Esta acción podrá ejercitarla el tenedor contra los endosantes, el librador y las
demás personas obligadas una vez vencida la letra cuando el pago de la misma no se haya
efectuado. Podrá ejercitarse también antes del vencimiento en los siguientes casos: a) Cuando se
hubiere denegado total o parcialmente la aceptación; b) cuando el librado, sea o no aceptante, se
encontrare en suspensión de pagos, quiebra o concurso o hubiere resultado infructuoso el embargo
de sus bienes; c) cuando el librador de una letra, cuya presentación a la aceptación haya sido
prohibida, se encontrare en suspensión de pagos, quiebra o concurso. La falta de aceptación o de
pago deberá hacerse constar mediante protesto. El tenedor perderá esta acción en los casos
siguientes: a) Cuando no hubiere presentado dentro de plazo la letra girada a la vista o a un plazo
desde la vista; b) cuando, siendo necesario, no se hubiere levantado el protesto o hecho la
declaración equivalente por falta de aceptación o de pago; c) cuando no hubiere presentado la letra
al pago dentro del plazo, en caso de haberse estipulado la devolución “sin gastos”. La acción de
regreso prescribe al año, contado desde la fecha del protesto o declaración equivalente, realizados
en tiempo hábil, o de la fecha del vencimiento en las letras con cláusulas “sin gastos”.
La letra es un título ejecutivo y tendrá aparejada ejecución por la suma determinada en el título y por
las demás cantidades (intereses y gastos), sin necesidad de reconocimiento judicial de firmas
siempre y cuando se proteste. La letra como título ejecutivo permite el embargo preventivo de
bienes. La letra debe reunir los requisitos formales correspondientes.
¿Cuáles son las formas por las que se puede crear obligación cambiaria con cargo a otro?
Existen cinco clases de vencimiento, de las cuales cuatro son típicas y una proviene de una
presunción legal. Dichas clases son:
· A la vista. Acontece cuando se pone ante los ojos del obligado principal, es decir, se pone a la vista,
se le muestra, en cualquier lugar y fecha, a quien lo debe pagar.
· A cierto tiempo vista. Consta de dos momentos: la vista, y el transcurso, a partir de ella, de un cierto
tiempo. El primero sucede cuando el tenedor le muestra el título al obligado y a partir de entonces
empieza a correr el segundo plazo, que fue prefijado en el texto del título y vencido, en el cual la
deuda es exigible.
· A cierto tiempo fecha. Presenta un mecanismo idéntico al anterior, en el sentido de que consta de
dos momentos previstos en la ley con el mismo afán de prevención para el girado/aceptante, pero
difiere de él en cuanto que el primer momento, el de alerta, no es solo determinable, es decir, no es a
la vista, sino que está prefijado en un día específico. La fórmula sería “esta letra vence tres meses
después del 15 de enero”, etc.
· A día fijo. Es, como su denominación indica, una fecha específica, a partir de la cual el título es
exigible. Todos los participantes saben con certeza la fecha del vencimiento.
· Otros. Las letras con otra clase de vencimiento, o con vencimientos sucesivos, se entenderán
siempre pagaderas a la vista por la totalidad de la suma que expresan.
Una vez llegado el vencimiento de un título de crédito, pueden suceder dos cosas: que sea exigido el
pago extrajudicialmente y que sea exigido judicialmente. Cada una de estas formas reúne ciertas
características, que a continuación menciono:
· Pago extrajudicial. Pagado el título, y entregado éste al obligado, el círculo de obligaciones
concluye.
· Pago judicial. Por la naturaleza ejecutiva de estos documentos, si un título no se paga bastará su
presentación ante el juez para probar que, en efecto, no se pagó; de haberse pagado, se habría
entregado y no se contaría con que probar al juez el incumplimiento. Entonces un título vencido que,
por cualquier razón, no obra en poder de quien lo suscribió, es la prueba de que, cualquiera que sea
la causa, no se cumplió con la obligación en él consignada, y se estará en presencia de
consecuencias judiciales.