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El Enfoque Cualitativo en la Investigación

En casi todas las ramas y áreas de las Ciencias Humanas está aumentando una confusión y
desconcierto en cuanto a las aspiraciones y pretensiones de validez de sus estrategias y
procedimientos metodológicos y, por consiguiente, de sus conclusiones. Por esto, el lector
normal no percibe una lógica demostrativa que lo lleve desde los supuestos aceptados por el
investigador hasta sus conclusiones finales.

Descartes nos dice, al principio de su Discurso del Método, que "la razón es por naturaleza
igual en todos los hombres". Y también se plantea la pregunta de cómo o por qué la misma
razón produce la "diversidad de nuestras opiniones". La respuesta la ubica en el método:
"no viene de que unos seamos más razonables que otros, sino del hecho que conducimos
nuestros pensamientos por diversas vías y no consideramos las mismas cosas".

Este capítulo trata de ilustrar los niveles y opciones, casi siempre implícitos, adoptados por
el investigador, que generan una brecha en el arco demostrativo. Se tratan, básicamente, la
opción epistemológica (que define la naturaleza del conocimiento: modelo especular y
modelo dialéctico) y la opción ontológica (que determina el concepto general de la realidad
a estudiar: agregados y sistemas). En la parte final, se ponen de relieve las ideas centrales
que caracterizan al enfoque cualitativo de investigación que, por su mayor novedad, no
siempre es bien entendido y aplicado en sus técnicas y procedimientos.

Los enfoques en la ciencia

El enfoque con que vemos una realidad depende de nuestro punto de vista, y éste depende
de nuestro punto de ubicación. Así, el enfoque con que vemos, por ejemplo, la estatua
ecuestre que está en el centro de la plaza dependerá de nuestra ubicación en la misma, ya
que es una lógica consecuencia de ella. Por ello, para explicar, justificar y demostrar la
validez de nuestro enfoque, tenemos que explicar, justificar y demostrar la validez de
nuestra ubicación, es decir, cómo y por qué llegamos ahí y, sobre todo, por qué seguimos
ahí.

Los enfoques metodológicos que se emplean actualmente en las Ciencias Humanas son
diferentes entre sí porque, ordinariamente, implican una ubicación con dos opciones
previas, que muy raramente se hacen explícitas y menos aún se analizan o se tienen en
cuenta las consecuencias que de este análisis pudieran derivarse. Estas opciones previas son
la opción epistemológica y la opción ontológica.

Si dos científicos sociales concuerdan en la elección de estas dos opciones, fácilmente


concordarán también en las metodologías que aplicarán, es decir, en sus estrategias,
técnicas, procedimientos e instrumentos metodológicos.
Todo investigador se fija como objetivo alcanzar unos conocimientos seguros y confiables
para resolver los problemas que la vida le plantea. Pero, en los medios académicos, se
aspira también a que estos conocimientos sean ciencia, es decir, que se puedan demostrar.

La demostración ha constituido, desde Aristóteles en adelante, el atributo fundamental, sine


qua non, de la ciencia.

Pero la demostración, para ser tal, debe ser completa, o no es demostración. Es decir, debe
abarcar todo el arco del proceso mental por medio del cual se llega a un determinado
resultado. Como la seguridad de una cadena depende de la solidez de cada uno de sus
eslabones, y le basta uno débil para romperse, así el valor de una demostración depende de
la firme concatenación de todo el arco demostrativo.

Los dos eslabones de la cadena que más frecuentemente se soslayan están constituidos por
la opción epistemológica, que define lo que entendemos por "conocimiento", y la opción
ontológica, que determina el concepto general de la "realidad" que vamos a investigar. La
primera opción está más relacionada con el sujeto y la segunda con el objeto. Estas dos
opciones, en la práctica de muchos investigadores, frecuentemente quedan implícitas, o se
asumen y dan por supuestas en forma más o menos acrítica; y se procede así porque no se
tienen en cuenta la evolución y progreso que otras disciplinas han realizado, especialmente
a lo largo de este siglo, y que inciden en forma determinante en su conceptualización.

Examinemos más de cerca cada una de estas dos opciones, los niveles en que se ubican y
las consecuencias que de estas elecciones se derivan.

Nivel epistemológico

Es sumamente importante aclarar, ante todo, el contenido de este concepto. El término "epi-
steme", usado por Aristóteles para señalar el conocimiento científico, significa
precisamente "sobre-seguro", sobre algo firme, estable: epi, prefijo griego, significa
"sobre" como en epi-centro, epi-tafio, y stem es una raíz del viejo sánscrito –madre de
muchas lenguas europeas–, que significaba "roca", "piedra", como todavía lo es en inglés
"stone", en alemán "stein" y en sueco "sten"; centenares de palabras nuestras latinas vienen
de la misma raíz, como estabilidad, estar, estatua, estado, estatuto, estilo (originariamente,
columna de piedra), etc. De modo que epistemología es el estudio de un saber firme, sólido,
seguro, confiable, "sobre-roca".

La riqueza del pensamiento filosófico relacionado con nuestros procesos del conocer es
sumamente amplia. No vamos a entrar aquí en su análisis y fundamentación. Baste decir
que, tratando de identificar el criterio relevante que constituye la diferencia epistemológica
de cada una de estas "teorías de la verdad", podríamos centrar su pensamiento alrededor de
los siguientes conceptos: correspondencia o adecuación entre la mente y la realidad (forma
clásica aristotélica), evidencia y certeza interior del sujeto sobre algo (posición de
Descartes), coherencia en el sentido (como explica la filosofía de Hegel), utilidad o
pragmática de los resultados (autores americanos como James, Dewey, Rorty), teoría
semántica de la correspondencia en el sentido de Tarski, formas constructivistas de la teoría
del consenso de Habermas y formas dialécticas o interaccionistas (sujeto-objeto) de
muchos autores modernos, como Hanson, Toulmin, Polanyi, Feyerabend, Lakatos, Morin,
el último Popper, y los mismos físicos Heisenberg y Niels Bohr, entre otros.

Nos referiremos brevemente a la primera y a la última de estas orientaciones


epistemológicas (la de correspondencia y la dialéctica), pues son éstas las que, en la
práctica, tienen más vida en los ámbitos académicos y las que signan las vías alternas
metodológicas a emplear.

http://prof.usb.ve/miguelm/nc10enfoquecualitativo.html

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