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buscando en el murmullo de la
Naturaleza el camino y en los cielos la
Meta.
Cuando duermo, sueñan en mí todos los
soles con sus mundos. Y cuando me
viene el despertar, nacen a la vida los
seres».
DIALOGOS CON
ABUL-BEKA II
© Editorial Sirio, S. A.
C/ Panaderos, 9 - 29005 Málaga
Tel. (952) 22 40 72
Impreso en España
Printed in Spain
Producciones Gráficas Editoriales
C/ Cerdeña, 173 - 08013 Barcelona
No puedo evitar el recordarte
cuando miro a las estrellas.
Nota a la edición
LOS EDITORES
9
Introducción
11
Cuando miro los ojos de un niño siento vergüenza.
Siento vergüenza cuando le tengo que hablar de lo que
hemos hecho de nuestro común hogar el mundo. De lo
que le dejamos por herencia.
Siento vergüenza de no poderle ofrecer la posibili
dad de que crezca armónico y limpio. Sin prejuicios, sin
fronteras, sin ideologías, sin credos.
Siento vergüenza cuando veo que lo que llamamos
educación, no es sino conformarlos en nuestros errores,
que como una pesada cadena arrastramos desde siglos
inmemoriables. Introducirlos en nuestras creencias, que
por lo general matan la naturalidad y la sinceridad. In
troducirlos en nuestros complejos, que han hecho del co
razón del hombre una cueva de rencores y envidias en
vez de un valle abierto y soleado.
También siento vergüenza cuando veo que lo que lla
mamos enseñar no es sino hacerles tragar pensamientos
sin que los digieran. Mostrarles el camino de la memo
ria y no el de la comprensión.
Que los libros sean una ventana abierta y no una ven
tana con rejas. Los libros son pensamientos enlatados
que debemos tomar para que el cuerpo mental se ali
mente de la observación de la Santa Naturaleza y del
entorno, hacen que se desarrolle la particularidad y la
fortaleza del cuerpo mental y que nazca algo realmente
raro en la especie humana: el Genio Creador.
¡Inclinas la cabeza hacia un libro que te habla de las
estrellas y, no sabes que simplemente con elevarla, pue
des escuchar lo que te dicen! Que la enseñanza no sea
esto. Creedme que he visto la mirada de muchos niños y
en muy pocos he podido apreciar la limpieza de la ale
gría. ¿Tan pronto empiezan a sufrir? ¿Qué les estamos
haciendo? ¿Qué hay dentro y fuera de nosotros que nos
hace tratarlos con violencia? ¿Qué hace que ellos sean la
descarga de nuestras tensiones? Ellos, la única esperan
za del mundo. Ellos que son nuestro futuro.
Por el simple hecho de servirles de guía, deberíamos
limpiarnos. Por el simple hecho de no perderlos en el
camino hacia "ellos mismos”, deberíamos buscarnos.
Por el simple hecho de hablarles del Amor, deberíamos
ser Amor.
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Cuando miro los ojos de un niño, aunque estén en un
cuerpo viejo, veo una llama de esperanza. Una posibili
dad, un camino nuevo hacia el gran sueño de la humani
dad: la Armonía de todos con todos para que este Ser
Planeta Tierra, tenga un solo Yo en la búsqueda de la
Luz.
Trabajemos todos por ello.
¡Adelante!
Cayetano Arroyo
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Bajó solo de la montaña...
Y habló al valle con Palabras
Para arrancarlo del sueño de la vida.
Y cuando se plegó el tiempo, como una hoja de otoño,
Volvió a la montaña.
Eran muchos los que le seguían...
La unidad de la luz
Decía Abul-Beka:
Son muchos los que no entendiendo hablan y hacen suposi
ciones y levantan testimonios y crean dudas.
Son muchos aquellos que al tratar de aprender con su cabeza
y no con su corazón, lo que hermanos suyos realizan, rápida
mente lo encauzan en el tiempo y en el espacio de su compren
sión y lo difunden a los cuatro vientos como verdadero.
Mirad, hoy os voy a hablar de mí y no quisiera que me viérais
bajo la máscara que he tomado en esta vida. Ni bajo las cir
cunstancias que han marcado mi actual camino a través de la
eternidad.
¿Cuándo un cauce toma el agua y la lleva en sus entrañas,
acaso es menos agua que el agua? ¿Podríamos diferenciar la
palabra cauce del fin que tiene?
Igualmente, cuando la Luz habla por la boca de un hombre
sólo veis esa boca y el cuerpo que mantiene esa boca y lo llamáis
tal o cual. ¿Acaso todos aquellos que lleguen a ese estado, no
dirán siempre lo mismo con distinta forma? ¿No será la Luz la
que hable en ellos?
Mas vosotros, en vuestra ignorancia, tomáis las formas que
adopta la Luz siempre distinta, y las utilizáis para enfentaros
unos y otros y para dividiros, cuando el fin Real de Todo es la
Unidad.
De verdad os digo que sólo hay una esencia Real. Mas mirad
los campos y los huertos y las márgenes de los caminos y veréis
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que en cada sitio nace con una variedad, y aún dentro de cada
variedad no hay dos iguales.
Así es la Verdad, sólo Una. Mas en cada ser se proyecta de
una forma.
Aprended a trascender vuestra forma y la forma que toma en
cada uno de vuestros hermanos y estaréis frente a frente con
Ella. Y estaréis desnudos frente a Ella. Y seréis Ella.
Porque las formas confunden y crean conflictos. Mas la Esen
cia de todas las cosas Une y aviva la Unidad. Este es el primer
paso hacia el Amor consciente.
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La Montaña
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El Hombre
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Por encima de las apariencias
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He venido
Y decía Abul-Beka:
No he venido a deciros tan sólo palabras, que con el tiempo
se esfuman y se borran como las hojas secas en otoño.
He venido a daros vida con mi aliento y animaros en este
tiempo en que hasta la misma hermana Hora se resiste a dar fruto.
No he venido a daros normas; ni a pediros que creáis hacia
fuera inundando de goce los templos y las plazas.
He venido a deciros que vuestro templo está en vuestro cora
zón y que la oración es vuestro trabajo y la entrega que hagáis
sincera hacia las necesidades de aquellos que son más débiles y
os necesitan.
No he venido a prometeros grandes cosas ni a llenaros de ilu
siones el corazón ni de fantasías la cabeza.
He venido a deciros que la puerta del Tiempo se ha abierto y
ha dicho:
Demos entrada al periodo en que el hombre toma conciencia
de Humanidad y en sí mismo se olvida para ser en todos sus
hermanos. Benditos fueron y son aquellos que abren este cami
no y lo bollan con los pies descalzos de la humanidad. Ellos
siembran la nueva semilla que prepara a la Escuela del Mundo
para acoger al HOMBRE NUEVO.
No he venido a sanar los-cuerpos deformados en el tiempo y
retorcidos por el dolor de la existencia.
He venido a limpiar las alas blancas de las almas y enseñarles
a volar. A consolar y dar fuerza para que las cargas del sufri
miento se hagan más livianas.
PAZ Y AMOR a todos los seres.
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La Poesía
Háblanos de la Poesía:
Hablaros de ella, sería ocultárosla más y más. ¿Acaso se pue
de hablar del Sendero, sentado en una piedra?
Sólo andando se hace la Poesía del Camino, y se siembra en
la memoria de la Tierra las estrofas, que después leeremos en
nosotros mismos y corregiremos.
Y de verdad os digo que todo es Poesía, pero nosotros, toscos
aprendices, la atamos a un papel.
También os digo que llegará el día en que este mundo no ne
cesite de la Poesía, porque todos la llevarán dentro, y tan sólo
tendrán que mirar a su alrededor para sentir el ritmo y la rima
que hace en ellos la vida.
Se ha dicho: “La Poesía es un arma...”
Yo os digo: La Poesía sólo es AMOR, y si separa a los hom
bres es como si dentro de ella, una estrofa se separara de otra
estrofa. Porque son los hombres sus estrofas, y están llamados a
hilarse entre ellos para crear el Gran Poema de la Existencia y
del Amor Fraterno.
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Vuestros espejos
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Hermano Sol... Hermana Luna...
25
Pequeño Hermano dormido
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Sembrad...
Decía Abul-Beka:
Mirad que cuando hacéis un acto bueno, es como una chispa
de Luz que parte de vosotros y se siembra en otro ser y espera
ser avivada para inflamarlo. Mas la Voluntad de avivarlo o
apagarlo sólo es dada a aquel que lo recibe.
Sed pues sembradores con vuestros actos, mas no volváis
nunca atrás la vista de la curiosidad para comprobar si floreció
o no floreció vuestra siembra. Porque es tiempo que perderéis y
no ocuparéis en nuevas acciones.
Y uno de los que con él iban le preguntó: Maestro, ¿cómo
sabremos los campos donde hemos de poner la semilla de la
LUZ?
Y Abul-Beka le habló así: Ved que estén ansiosos de recibir
la. Porque de nada sirve perder semillas en campos donde no
hay agua, o donde las piedras no han sido aún cubiertas por el
humus de la Vida.
27
Todos los Mundos
28
Los síntomas de un tiempo
29
La Verdad
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El Canto de la Existencia
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Fe
32
La Razón
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La Palabra
Un día de entre los días que nacen de entre los surcos del
tiempo, sentí la PALABRA, y me dije: He de modelar la materia
hasta hacer con ella una flauta por donde la puede hacer sentir
a mis hermanos. Bajaré hasta los mundos densos, y allí corona
ré mi trabajo.
Y aquí estoy. Y ya ni recuerdo los milenios.
34
El Templo
35
Vuestros Caminos
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El mismo principio
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¿Y qué están, fuera o dentro de nosotros?
Tu has mirado más adentro, y se ha multiplicado tu visión
como se multiplican las hojas en primavera. Sólo tu conoces
aquello que no ven los que dormidos se contentan con tocar la
piel de la Verdad y creen que la poseen. O aquellos que centran
sus ansias en la vanidad de una imagen, que no dura nada
porque es tiempo y al tiempo se esfuma.
¿Qué es el leve aleteo de una vida? No es ni tan siquiera una
cabezada del sueño del espíritu. Mas cuánto se puede aprove
char si en ella hallamos el móvil de toda la cadena de nuestras
existencias y nuestros pasados, y después lo realizamos a través
del Amor.
Y ahora... calla... calla hasta la Aurora. Y peñera, porque la
noche es corta.
No hables, no trates de explicar nada al mundo, porque él
duerme y no quiere saber nada de esto. Sólo le interesan los
ronquidos, y no el aleteo suave del sueño que lucha por despertar.
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Ignorancia
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Gracias
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El Hombre Sabio
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Y vosotros creéis que el sol sólo sale para vosotros y que
nuestras hermanas las nubes sólo vienen a visitaros a vosotros.
¿Qué lleváis dentro, que os hiere el corazón y os llena de
violencia y levanta la cólera hacia todo lo que reposa en la
Armonía y la Paz de nuestra casa la Naturaleza?
No os comprendemos y sin embargo todas las mañanas cuan
do nuestra hermana común la Aurora viste con su traje de seda
rosa los campos, elevamos en silencio nuestros ojillos al cielo y
pedimos a Nuestro Creador Común que venga la calma a vues
tros pechos y que de nuevo el Amor brille en vuestros ojos y la
alegría en vuestros corazones. Que con sabiduría nos cuidéis a
nosotros que somos más pequeños en evolución, mas no por
ello, estamos menos cerca que vosotros del corazón de Nuestro
Amado Padre Dios Común, y dicho esto elevó el vuelo perdién
dose en el horizonte.
Mirad, decía el Maestro, desde lo más pequeño hasta lo más
grande tiene su equilibrio en el Universo. Sólo el hombre sabio
conoce este equilibrio y lo mantiene; el ignorante acumula co
nocimientos para destruirlo, sin darse cuenta que destruyéndo
lo se está destruyendo a sí mismo. Mas aún éste tiene que
aprender de esta forma. Y de verdad os digo que todo aquel que
quita la vida, tarde o temprano volverá para darla; porque
escrito está:
No tomarás nada de la vida que no puedas devolver a la vida.
Y el hombre cree que ha roto esto.
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Vengo de un país hermano, donde no hay Aurora.
Porque todo es Aurora.
Vengo de un país, mi hermano, donde no hay Despertar.
Por todo es despertar.
Vengo de un país, hermano mío, donde mirándo hacia aden
tro, veo a todos los demás.
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Del Bien y del Mal
Y uno le preguntó:
Maestro, háblanos del bien y del mal.
Y él les decía:
Un árbol no entiende del bien y del mal y, sin embargo, sirve
a la naturaleza.
Una nube no decide si hace bien o mal al ir de acá para allá
porque se deja llevar de la mano del viento.
Sólo en la mente dual del estado “Pensamiento-Hombre” se
habla del bien y del mal. Fuera de él el bien y el mal son sólo
una palabra: Evolución Ascendente.
Mirad que una semilla, cuando rompe en su tallo y lucha
contra la tierra para salir a la luz, podría pensar: ¿Qué mal hice
a mi hermana la tierra para que me impida salir a ver la luz?
Mirad que una mariposa cuando viene la lluvia que pega sus
alas y no la deja volar, trayéndole la muerte, podría decir:
¿Cómo la Estación que me trajo con mimo a la Vida, ahora me
la quita y corta mis aleteos?
Igual dicen aquellos que no saben de ellos mismos, y que
creen que nacen por el azar y que fueron puestos en este mundo
por el azar y que están en estas circunstancias por el azar. Y de
aquellos que creen en credos por tradición mas no porque ma
duraron hasta comprenderlos y sacarles sus frutos.
Sólo el que ignora dice: esto es malo; porque aquel que está
despierto aprende de todas las cosas y todas las cosas no son sino
peldaños para medir sus fuerzas y ascender.
Mas mirad que en el medio en que aún os movéis no podéis
buscar el acto perfecto que está por encima del dualismo del
bien y del mal, al igual que las estrellas están por encima del día
y de la noche.
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¡Qué iluso eres!
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La Llama Divina
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Sobre la violencia
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No miréis la altura de los demás sino vuestra altura. Porque
de verdad os digo que la violencia es algo que rompe vuestras
velas y gangrena vuestro timón.
Cuando queremos cambiar a los demás, nace; y muere cuan
do comprendemos que las rectificaciones sólo se realizan en el
interior de uno mismo.
Pensad que si sois violentos con los demás es porque violen
tos sois con vosotros mismos y sabed que las aves del cielo,
como los animales de las aguas y de las tierras, os dan ejemplo
de paz.
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Yo soy...
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Olvídate de ti mismo
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Hermano, ven.
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Otras noches y otros días
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Tres Llaves
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El más dichoso de los seres
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Peregrino de la Eternidad
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Las puertas están abiertas
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Bienaventurados
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Bienaventurados aquellos que ofrecen su boca para que ha
ble el “Espíritu” y se aúne a sus hijos; porque ellos son los Maes
tros del Mundo y en ellos gusta mirarse Nuestro Padre Dios
Común.
Doblemente bienaventurados aquellos que han despertado
su Maestro Interior; porque en cualquier lugar que están, es
tarán a su lado y no necesitan adorar ninguna cosa externa, ni
dejarse llevar por las vanidades de las formas y los nombres.
Y benditamente bienaventurados los que llevan a Nuestro
Padre Dios Común en el corazón y lo ven en todos los seres y en
todas las cosas; porque es Nuestro Padre Dios Común, ya,
quien mira y siente por ellos.
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Tus ojos divinos
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Quizás voléis a otras tierras...
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No dejes de ser tú mismo
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Por el jardín de la Luz
Y les decía:
Muchas veces os dije que sois pájaros y no serpientes. Y si
sois paj arillos es porque podéis volar, aunque ahora estéis acu
rrucados aún en el calor de la nidada.
Mas ya por las noches en vuestra soledad empezáis a mover
vuestras alas y levantáis levemente el vuelo, ensayando.
Vendrán días en que voléis conscientes y podáis salir del nido
de este Plano, y con los ojos del Conocimiento abiertos, veréis
ese Mundo, que estando aquí, no veis y, viviendo aquí, no vivís.
Venid a Mí y os enseñaré a volar. Venid a Mí y os sacaré del
nido del sueño y os llevaré a volar por el jardín de la Luz.
Por ello os digo:
Para aliviar vuestro peso no os atéis a nada, antes bien, des
prendeos de todo aquello que os impida volar.
Cuidaos de las aves de rapiña que desean vuestro vuelo para
después cernirse en el aire y tomaros de alimento.
Cuidaos de aquellos que no sabiendo volar ellos mismos
intentan enseñaros a vosotros para sacaros partido. Porque en
todo tiempo hubo quien dio sin pedir y quien dio pidiendo.
Seguid a los primeros y huid de los segundos: porque la verdad
no se puede comprar ni vender, ni se puede imponer por la
fuerza. Ella no es patrimonio del hombre sino que le es dada
desde Arriba a aquéllos que olvidándose de “si mismos” son ya
Humanidad.
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La Esperanza de la Raza
Y decía:
Como los frutos madurados por la mano del Tiempo, y al
cuidado del sol que los rodea dándoles su calor, así son los que
maduran en su corazón la Luz y después la expenden para que
la saboreen las bocas que tienen hambre de ELLA.
Como las semillas que plantadas por las manos del viento en
medio de las piedras del camino, sin apenas tierra donde asen
tarse y sin embargo, tomando fuerza de sus adentros y uniendo
los elementos en su ser, con un soberano esfuerzo se hacen ár
boles frondosos y dan sombras donde antes sólo había desola
ción, así son aquellos que en la incomodidad del ambiente se
hacen fuertes y en las contrariedades de sus hermanos que aún
no les entienden se fortalecen; porque ellos son los hijos del
sacrificio, los que hacen nacer la esperanza sobre la Raza de sus
padres.
Como un pajarillo que sin llevar nada encima lo tiene todo y
sin guardar el grano, nunca le falta; así son aquellos que han
matado todo deseo en sus corazones y sólo toman lo que la vida
les da y sólo se visten con el desapego a todas las cosas.
Como la montaña erguida y serena que deja en sus faldas que
se asienten los valles y pasten los rebaños, y recogiendo el agua
de las tormentas después la reparte con equidad por los torrentes y
guarda en su seno una parte para alimentar los manantiales.
Así sois como la montaña, aquellos que en la soledad de vues
tros dias y vuestras noches labráis vuestra riqueza interior para
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después darla a través del viento de vuestras palabras o de la
luz de vuestras miradas o del sentir de vuestras manos que
acarician todo lo creado.
Como el junco que nace en las riberas de los ríos humilde y
olvidado que mecido por la mano del aire se ondula sin que
brarse; así sois vosotros los hijos del Hombre-Nuevo, humildes
y olvidados en este tiempo ya viejo y agotado donde el egoísmo
fue la tierra y la avaricia el aire y la lujuria el agua y el odio el
fuego. Vuestro alimento será el Amor y vuestro hogar el mundo
y vuestra frente estará entre la fraternidad de los mundos
hermanos que ya han realizado en ellos a Nuestro Creador
Común.
64
Sobre el Optimismo
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sobre ella y la haga traslúcida como una turquesa.
Y ella le dijo:
¿Cómo entonces aprenderé a hilar en mis días y mis noches
lo que es más limpio, de la seda que pone ante mí la vida?
Enséñame a hacerlo.
Y El le respondió:
Como hila la araña su tela y como hila el pajarillo su nido, así
tú hilarás lo que te trae la vida. Mas mira bien que es tu nido el
que haces y en él plantarás tus ideas y las incubarás hasta que
nazcan y vuelen por sí mismas.
Como yo hilo mi nido no te sirve a ti; porque tus colores son
distintos y lo que sale de ti transformado, es distinto a lo que
sale de mí transformado.
Cada uno ha de aprender a hacer su nido y cómo hacerlo;
porque ¿qué pasaría si lo hicieras junto a un camino? ¿Qué
ocurriría si lo hicieras al borde de un acantilado o en la cima de
una montaña? ¿Y si lo hicieras en tu mismo corazón o sobre tu
cabeza?
Mira que hay muchos que no hacen su nido y viven en nido
ajeno y en nido ajeno incuban, y en nido ajeno sacan a la luz sus
hijos. No hagas nunca esto, porque entonces estarás siempre
esperando de fuera de ti, porque te saliste de ti, estarás siempre
cosechando lo que es de otro, porque trabajas su campo.
Que tu nido sea ligero, como el de una golondrina y seguro y
defendido como el de un gavilán. Que esté a la orilla de un
torrente y lejano de los pasos del hombre; porque el hombre
aún no se respeta a sí mismo, por ello es capaz de dañar a los
que están fuera de él.
Y le dijo Jaida:
Maestro, muchas de tus palabras se me escapan y no las
puedo retener en mí.
Y el Maestro mirándola con dulzura le dijo:
¿Cómo te llevarías una puesta de sol? ¿Cómo le robarías un
momento del canto a un ruiseñor para tenerlo siempre en tus
oídos? Contémplame y sé en mí en este momento, y no trates de
alargarlo ni de llevártelo, vívelo y estará en ti siempre aunque
se vayan de tu memoria las palabras.
66
Una flor eterna
67
Pensamientos
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Como el Sol
Y les decía:
Cuando de vosotros sale un buen pensamiento, es como
cuando una rosa exhala su perfume más oculto y lo deposita
entre las manos del amanecer para perfumar los caminos.
Y si lo acompañáis de un sacrificio, es como si fuérais el Sol,
que apareciendo sobre los montes ilumina todo el valle y da
vida a todos sus seres.
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Haz memoria
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Ha llegado la Hora
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El Hombre Nuevo
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Del dinero
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Yo soy el Camino
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Y cuando ven un obstáculo dicen, mirando al cielo:
Gracias Mi Padre Dios Común porque me pruebas y puri
ficas con cada espina del Camino. Sea Tu Voluntad que es mi
Voluntad, porque estos pasos que amargos ahora doy por En
contrarte, son aquellos que algún amanecer lejano di en senti
do contrario para alejarme de Ti. Pero ahora Mi Padre Dios
vuelvo Conscientemente porque fue en el valle donde eché de
menos aquello que dejé en la montaña. Fue en la oscuridad,
donde valoré la Luz que siempre tuve en Tu Casa, que es mi
Casa.
Y El dirá con la Voz puesta en el corazón del caminante:
Siempre Estuve en ti, porque Yo Soy El Camino, su principio
y su fin. Fuiste tú el que pensó que caminando te alejabas de
Mí. Como ahora piensas que te acercas. ¿Acaso en el alejarte
no estaba ya el Retorno?
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La Familia
Decía Abul-Beka:
No es la familia sino la flor que depositó la evolución sobre la
Tierra para que germinara con el Sol del Amor.
No es sino el intento de materializar los lazos con que el
Amor teje la vida.
Y mirad, que cuando salís de una familia que os dió cobijo en
los albores de vuestras dudas, no vais sino en busca de otra
familia más ámplia, y aún cuando ésta dejáis,, marcharéis
buscando la Gran Familia de las Estrellas. Más aún éstas, no
son sino flores, en el jardín de Nuestro Padre Dios Común.
Vosotros decís: Fue el azar, el que unido al tiempo me puso
como retoño de este árbol.
Mas yo os digo: No existe tal azar sino en la ignorancia de
vuestros corazones. Porque aún no ha nacido el cuerpo del hijo,
cuando ya está con los padres, y muchas veces antes estuvo con
ellos.
Y se ha dicho: los hijos aprenden de los padres aquello que
éstos escarbaron en el conocimiento de las pasadas genera
ciones.
Y yo os digo: Hijos de la Vida. ¿Acaso las pasadas genera
ciones no sembraron el fruto que vosotros mismos plantasteis, y
una y otra vez venís a recogerlo?
Y mirad: ¿qué sois vosotros en vuestros cuerpos, sino una
gran familia, una yema de hiedra que asciende entre la hume
dad y el calor de la Existencia?
77
Todos somos en Uno
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Comprendo vuestra actitud al enfrentaros; porque esto sólo
lo crea la Ignorancia que nace del creer Ser las particularidades
que la mano del Tiempo unida a la de la Evolución y la Adapta
bilidad ha hecho de cada una de vosotras una hoja completa
mente diferente a todas vuestras hermanas.
Cuando a través del estudio sobre “vosotras mismas” profun
dicéis en el “conocimiento de sí” iréis ampliando vuestra con
ciencia hasta Ser UNA con todas y entonces seréis el Arbol.
Entonces ¿cómo criticaréis a las hojas hermanas si sois “voso
tras mismas” en otras circunstancias? ¿Cómo os heriréis en las
otras partes de “vosotras mismas”? ¿Cómo trataréis de cortar el
progreso de “vosotras mismas” en otras partes del Ser Arbol?
Ya, cuando venga el Viento de las Circunstancias en vez de
sembrar el odio entre vosotras, sembrará el Amor, y en vez de
enfrentaros os unirá en una caricia, en un prolongado abrazo
que haga que el Ser Arbol sea consciente de sí en todas las
partes de “sí mismo”.
Y una hoja que habitaba una rama que decía tener la Verdad
porque había encontrado el Sol, buscando en la dirección
Norte, le dijo:
¿Pretendes hacernos creer que las hojas que habitan aquellas
otras ramas que dicen haber encontrado la Verdad de nuestro
Sol caminando en sentido opuesto a nosotras, no están equivo
cadas?
Y ella le respondió con una gran quietud en sus palabras:
Eso mismo quiero decir; mas ¿cómo te lo probaría a ti que
aún estás fanatizada y no sabes dejar de ser para sentir y fun
dirte con las hojas de esas otras ramas? Si lo hicieras verías con
asombro que a todas llega el Sol de la Verdad, y si aún alarga
ras más tu Conciencia y fueses Una con el Arbol, ¡qué gran
alegría tendrías al saber que todo el Arbol va hacia el Sol!
Mas esta experiencia sólo ha de nacer de ti; porque en cada
hoja del Arbol se conoce a “sí mismo” en una etapa, en un
camino, y en cada hoja respira de una forma y siente de una
forma. Y es el equilibrio de todas, el Amor, que une a todas
ellas, lo que lo hace crecer en el “conocimiento de sí”.
Olvídate de ser una hoja para ser Arbol. Siente por las hojas
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que ves fuera de ti tanto como sientes por “ti misma” y estarás
en el camino de ser Arbol. Y así se irá ampliando “tu conciencia
de ti misma”. Has de saber que en la Realidad Objetiva tú eres
más Arbol que hoja.
Y diciendo esto guardó silencio y todas sintieron en lo mas
profundo de su ser que el Arbol había hablado en ella y que
algo empezaba a hablarles dentro de “ellas mismas”.
Y cuando aquel año vino el Viento de las Circunstancias y las
lanzó a unas contra otras, ellas estaban alegres; porque de esta
forma entraban en contacto y se comprendían en las demás.
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Hijos de Espíritu
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Sueño
82
Luz en la Luz
83
La Nueva Tierra
Asi decía:
Hermanos,
Continuad buscándoos en esta noche que se alumbra con
desequilibrios y se embriaga con las aberraciones. Continuad
buscándoos en esta ilusión donde se agrupan los actos y se
disparan para chocar y herir. Continuad meditando hacia
dentro y poco a poco veréis la claridad del Nuevo Día.
Porque ese Día nacerá en vosotros. Ese Día llenará la Tierra.
Ayer era apenas un esbozo. Hoy es una promesa; mas maña
na será una Realidad.
Mañana está muy cerca. Mas los dolores de parto de Mañana
son y serán muy penosos. Pero no temáis, son dolores de buena
nueva. He tenido en mis brazos a La Nueva Tierra. La he
apretado entre mis manos y la he besado en la frente. Algún
día, cuando nos paremos a comentar sobre nuestro viaje, os
contaré cómo era. Ahora hemos de prepararlo todo para su
venida.
Paz y Amor a todos los seres.
84
Guardad
85
Sed Cautos
86
Hermano de la otra parte
87
Padre Nuestro Común
88
El Fin de Nuestros Días y Nuestras
Noches
89
La Otra Ciudad
90
Del silencio
91
De la Vanidad
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Poner un Cerco al Deseo
Y decía:
Cuando quiero, se mueve mi deseo.
El deseo trae de la mano la posesión. Y la posesión crea
compromisos y los compromisos atan por dentro y por fuera.
Si la mano de la vida no nos da lo que deseamos, somos
infelices. Si nos da lo que deseamos, somos felices; pero volve
mos a desear con más fuerza.
Pocos son los sabios que saben pararse y hacerle un cerco al
deseo. Estos son los “por encima de la felicidad y de la infelici
dad”. Estos son los que caminan sin andar y los que fluyen sin
obstáculos. Son como el río, como las flores, como los pajarillos.
¿Acaso ellos desean algo? Por ello, ¿no lo tienen ya todo?
93
Del Dolor
94
Bienamados
95
Id al fondo
96
Sentir
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esté fuera de él? ¿Y acaso cuando daña su armonía, no se desar
moniza?
Mas aún existen ignorantes que piensan: Ahora no me ve
nadie. Puedo hacer lo que me apetece. Esto me pertenece de he
redad. Voy a destruirlo. ¿Acaso no he ganado con mi esfuerzo
este dinero, por qué lo iba a dar? Quiero para mí esto. O tengo
derecho a lo otro...
Ellos son los que duermen y algún día, cuando Despierten,
preferirán no haber nacido a la vida.
Mas también llevarán la lección aprendida y nunca más
caerán en lo mismo.
98
Abrid bien los ojos
99
Miedo
100
Nacerán rosas
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que abrían la boca para orar, pero que tenían cerrado su cora
zón bajo diez llaves. Busqué en el altar una respuesta y vi que
aquel que dirigía las plegarias tenía el corazón más cerrado que
ninguno.
Me dije: Iré a ver lo que hacen con las nuevas semillas,
porque ellas serán los futuros árboles que sombreen la ciudad.
Y bajé hasta una escuela. Mas vi con horror que tan sólo se
enseñaba a dormir, porque todos dormían el sueño de la vida. Y
muchos niños lloraban y otros se hacían ya rebeldes.
Ante tal caos, me fui a un rincón de una calle y busqué la
Soledad. Ella vino a mí y me dijo: Mírame, hermano, llena
estoy de ruido. Mi levita está manchada y ya ni yo misma me
conozco. Déjame que descanse un rato en tu pecho para tomar
fuerzas.
Después salí a una plaza pública y vi a muchos por todas
partes, de todas las lenguas y de todas las ideologías, que se
enfrentaban con otros porque cada uno creía poseer la Libertad
y se peleaban incluso por darla a la gente. Mas vi con pena que
lo único que llevaban era una palabra llamada Libertad, escrita
con lágrimas y sangre y que todos estaban encadenados a ella.
Unos con cadenas de hierro y otros con cadenas de oro. Y en
medio de ellos vi cómo, entre todos, crucificaban a un Hijo de la
LIBERTAD y le escupían a la cara y se reían de él y le vitupe
raban y apedreaban con palabras...
Desesperado, salí a los campos y en ellos vi que la Codicia
ponía cuatro cosechas donde sólo había la fuerza de una. Y vi a
los pajarillos que huían de la ciudad y se refugiaban en las
ramas más altas de los árboles porque temían la malicia del
hombre. Y oí los gritos desesperados de los animales, que
esperaban ser sacrificados, salpicando de sangre inocente los
mataderos. Para después calmar la saciedad brutal y la Gula de
su “Hermano Mayor”, el Hombre.
Y entonces me giré en el tiempo, desesperado. Me arrodillé y
pedí porque no ocurriera.
Un soplo de viento me trajo unas palabras que me susurra
ron al oído: Así como del estiércol pueden nacer rosas, de este
caos nacerá el Hombre Nuevo. Siembra, hermano, tu semilla
para contribuir a su DESPERTAR
102
Estaba Abul-Beka sentado al borde del estanque de los lotos,
meditando. Ya la tarde había caído y aquella hora entre la vida
y la muerte del día llenaba de quietud y languidez su alma.
La tristeza inundaba su rostro. Porque nada crea más tris
teza en un ser sensible que leer en el corazón de los hombres. Y
sus cejas sembraban sombras en su frente e interrogaciones en
su pecho.
La luna llena ondeaba como un globo y aparecían las prime
ras estrellas cuando se sentó a su lado Jaida. Su cuerpo era de
nácar y su cara una virgen. Por su frente florecía toda la raza
Aria, y en remolinos de pelo castaño, trasmitía toda su fuerza. Y
sus ojos también se entristecieron y habló como la lira habla al
viento:
Maestro. ¿Qué puede alterar tu armonía interior? ¿Tanto
amas al Mundo que sientes con sus latidos desgarrarse tu alma?
¡Ah, Jaida! dijo Abul-Beka. Jaida, tú ves porque al mirar vas
más allá de las cosas. Nadie sino tú podría acompañarme. Eres
como Medina-Runda: blanca y profunda, quieta y silenciosa.
Tengo sed Jaida, mucha sed.
Y Jaida se levantó y volvió con su cuenco lleno de agua cris
talina de la fuente, y con un gesto de Amor, lo entregó al poeta.
No Jaida. No es esta el agua que me calmará la sed. Sólo un
cuenco de comprensión repleto de Amor la saciaría. Porque la
sed me la da la angustia que veo en los corazones de los hom
bres. Sus deseos vanos, sus egoísmos, sus rencillas, sus luchas
entre ellos llenas de absurdos y por cosas mezquinas. Se matan
por una idea vana o por una apariencia. Y se dividen entre ellos
por simples cambios de enfoque sobre las cosas. No ven aquello
que les une sino tan sólo lo que los separa.
Esta es mi sed Jaida. Esta es mi sed y mi soledad.
103
Si Vosotros queréis buscarme...
104
Hablar con los cielos
105
Hágase tu Voluntad, porque también es la nuestra: Desde los
mundos pesados y dormidos en Ti, hasta aquellos que aletean
con tus alas.
Que nuestro cuerpo sea un altar donde se queme el pan en
holocausto hacia Ti. Y que sea éste nuestro alimento.
Haz que podamos perdonarnos nuestras deudas en los demás
y así toquemos en ellos tu Frente.
Y libéranos del Mal de creer que estamos fuera de Ti.
Porque nosotros somos Tu reflejo en la Tierra, como Tú ya
eres el nuestro en los Cielos.
106
Como Hojas de Otoño
107
ÍNDICE
Nota de la edición......................................................... 9
Introducción..................................................................... 11
La unidad de la luz......................................................... 17
La Montaña........................................................ 19
El Hombre........................ 20
Por encima de las apariencias..................................... 21
He venido......................................................................... 22
La Poesia ......................................................................... 23
Vuestros espejos............................................................. 24
Hermano sol... Hermana luna........................................ 25
Pequeño Hermano dormido......................................... 26
Sembrad............................................................................... 27
Todos los Mundos......................................................... 28
Los síntomas de un tiempo......................................... 29
La Verdad......................................................................... 30
El canto de laExistencia.............................................. 31
Fe......................................................................................... 32
La Razón ........................ 33
La Palabra......................................................................... 34
El Templo......................................................................... 35
Vuestros Caminos......................................................... 36
El mismo principio......................................................... 37
Ignorancia......................................................................... 39
Gracias............................................................................. 40
El hombre Sabio............................................................. 41
Vengo.................................................................................... 43
Del Bien y del Mal......................................................... 44
Que iluso eres!................................................................. 45
La Llama Divina............................................................. 46
Sobre la violencia ......................................................... 47
Yo soy.................................................................................... 49
Olvídate de tí mismo..................................................... 50
Hermano, ven................................................................. 51
Otras noches y otros días............................................. 52
Tres Llaves ..................................................................... 53
El más dichoso de los seres......................................... 54
Peregrino de la Eternidad............................................. 55
Las puertas están abiertas ......................................... 56
Bienaventurados............................................................. 57
Tus ojos divinos............................................................. 59
Quizás voléis a otras tierras... ..................................... 60
No dejes de ser tú mismo............................................. 61
Por el jardín de la Luz ................................................. 62
La esperanza de la Raza................................................. 63
Sobre el optimismo ..................................................... 65
Una flor eterna................................................................. 67
Pensamientos................................................................. 68
Como el Sol..................................................................... 69
Haz memoria ................................................................. 70
Ha llegado la Hora......................................................... 71
El Hombre Nuevo......................................................... 73
Del Dinero............................ 74
Yo soy el Camino............................................................ 75
La Familia........................................................................ 77
Todos somos en Uno..................................................... 78
Hijos del Espíritu ......................................................... 81
Sueño................................................................................. 82
Luz en la Luz . .............................................................. 83
La Nueva Tierra............................................................. 84
Guardad............................................................................. 85
Sed Cautos ..................................................................... 86
Hermano de la otra parte............................................. 87
Padre Nuestro Común........................ 88
El fin de Nuestros Días y Nuestras Noches .... 89
La Otra Ciudad................................................................. 90
Del silencio ......................................................................... 91
De la Vanidad................................................................. 92
Poner un Cerco al Deseo............................................. 93
Del Dolor......................................................................... 94
Bienamados..................................................................... 95
Id al fondo......................................................................... 96
Sentir............................................................ 97
Abrid bien los ojos......................................................... 99
Miedo................................................................................. 100
Nacerán rosas.................................................................... 101
Sed........................................................................................ 103
Si vosotros queréis buscarme........................................... 104
Hablar con los cielos........................................................ 105
Como Hojas de Otoño .................................................... 107
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DE FUERA
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EL LENGUAJE DE LA VIDA
Arroyo, Stephen
MODERNAS DIMENSIONES
DE LA ASTROLOGIA
Benneth, J. G.
GURDJIEFF: HACIENDO
UN MUNDO NUEVO
Blavatsky, H. P.
LA VOZ DEL SILENCIO
Catiaux, Louis
EL MENSAJE REENCONTRADO
Chang, Fu
TODO CUANTO NECESITAS ESTA EN TI
Durkheim, K. G.
EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
Ferrucci, Piero
PSICOSINTESIS
editorial