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MATERIALES

Todos los días usamos muchos objetos como ropa, muebles, libros y herramientas. ¿De qué están hechos? De
algodón, madera, papel y diversos tipos de metal. Nuestro planeta Tierra está lleno de distintos materiales, con ellos
se construyen útiles y herramientas.
Hace miles de años se utilizaban pocos materiales: piedra, madera, cuernos y pieles de animales. Más tarde, nuestros
antepasados descubrieron cómo usar el algodón, el carbón y el petróleo, que también se encuentra en forma natural
en la Tierra. Con el tiempo los seres humanos han aprendido a usar los materiales naturales para fabricar otros
nuevos, como vidrio, papel y plásticos.
Todos los materiales que producimos se llaman materiales artificiales.
Recursos naturales
Los recursos naturales son los elementos de la naturaleza que la sociedad utiliza para satisfacer sus necesidades.
Se clasifican en dos grupos:
Recursos renovables: aquellos que en condiciones adecuadas se regeneran a corto plazo y en los que la sociedad
puede intervenir para su reproducción. Entre ellos están la flora y la fauna.
Tradicionalmente son aquellos bienes del globo terrestre que no se agotan, como el aire, los animales y los vegetales
y que se producen solos o con la ayuda del hombre.
Estos se caracterizan porque son regenerados en procesos naturales por lo que su utilización no implica una
disminución irreversible si la tasa de consumo no supera a la tasa de formación de dicho recurso.
Sin embargo, el mal uso de estos recursos puede conducir a condiciones tan críticas que llegará a ser imposible
reproducirlos, como es el caso de la destrucción de los bosques, lo cual trae como consecuencia no sólo la
disminución o agotamiento del recurso agua, sino también la erosión y destrucción del recurso suelo, sin los cuales no
podrán reproducirse los vegetales y por lo tanto la fauna tiende a extinguirse.
Recursos no renovables: se caracterizan por tardar mucho tiempo en formarse o regenerarse, en ellos la sociedad
no participa para su renovación.
Son aquellos bienes que existen en el globo terrestre en cantidades limitadas. En su mayoría son minerales, tales
como petróleo, oro, platino, cobre, hierro, gas natural, carbón, etc.
La explotación de éstos ha ido produciendo su disminución, lo cual trae como consecuencia efectos a nivel
económico, social y ambiental.
A través del tiempo, la sociedad ha mostrado una capacidad creciente para transformar el medio a su satisfacción, lo
que le ha permitido hacer uso de los recursos de mil maneras distintas.
Por ejemplo, el suelo es un recurso de gran importancia, del que dependen en gran medida la presencia de la flora y
la fauna; los grupos humanos lo usan para construir sobre él sus habitaciones, para actividades recreativas como el
juego y el deporte, en actividades forestales al aprovechar la vegetación, y para practicar la agricultura y la ganadería.
De los recursos forestales (árboles, arbustos, hierbas y pastos) obtienen madera, aceites, fibras y sustancias
medicinales que facilitan la vida diaria.
La fauna silvestre siempre ha sido un recurso importante para la supervivencia de los pueblos; aun más, a partir de
que el hombre logró la captura de algunos animales, sentó las bases para desarrollar, con el paso del tiempo, la
domesticación y el aprovechamiento de algunas especies, esto es, la ganadería.
Los recursos pesqueros constituyen el grupo de poblaciones animales y vegetales acuáticos que la sociedad
aprovecha para alimentarse al capturarlos a través de la pesca; tanto en aguas marinas como continentales, son
considerados como recursos renovables.
Los minerales son recursos no renovables que se obtienen de la litósfera, por medio de la minería. En la actualidad
se explotan una gran variedad de minerales como: plata, oro, cobre, zinc y manganeso, entre otros. Son
aprovechados para la joyería, artesanía, acuñación de monedas y múltiples usos industriales.
El petróleo es un recurso natural no renovable, materia prima obtenida del subsuelo y de gran valor para el desarrollo
tecnológico e industrial. Ha sustituido gradualmente al carbón, convirtiéndose en la principal fuente de energía.
De la refinación del petróleo, la sociedad obtiene numerosos productos como: gas doméstico, gasolina, diésel, aceites,
asfalto, parafina, plásticos y textiles.
Todavía falta hablar de un recurso que es indispensable para la vida: el agua; ésta se obtiene de ríos, lagos, lagunas,
mantos subterráneos y, en cierta medida, del mar. Su utilidad es invaluable, prácticamente participa en todas las
actividades humanas, desde el uso doméstico hasta el industrial.
En la incesante lucha de los grupos sociales por obtener y acumular cada vez más recursos, se ha sobreexplotado al
medio natural. Lo que a la naturaleza le costó millones de años crear, los hombres pueden destruirlo en poco tiempo;
por eso, es muy importante planear el uso de los recursos naturales, con el fin de utilizar y producir sólo lo necesario,
sin contaminar ni afectar a la naturaleza.
Dentro de los recursos naturales o materiales podemos distinguir aquellos que llamamos recursos energéticos.
En nuestra vida diaria utilizamos varios tipos de recursos energéticos. Un recurso energético es aquel elemento que
está en la naturaleza y que, al quemarlo o transformarlo, puede producir algún tipo de energía. Esos recursos se usan
para resolver problemas del ser humano y hacer así más grata y cómoda su vida.

MATERIALES SINTÉTICOS

La historia de los materiales sintéticos, plásticos en un sentido amplio, es más vieja de lo que parece,
pero ninguno de los pioneros del XIX imaginó la repercusión futura.

Muchos de los compuestos fueron juegos científicos y, de hecho, el primero parece que fue ideado para
fabricar bolas de billar. Eran de celuloide macizo recubierto de nitrocelulosa y se rompían enseguida.

En la construcción y en los tejidos, en pegamentos y pinturas, en automoción y electrónica, en redes de


pesca y juguetería, en la oficina y el hospital, en todos los usos cotidianos sin excepción, los materiales
sintéticos son ahora los reyes.

Los plásticos, fabricados esencialmente a partir del petróleo, superan en ubicuidad y polivalencia a los
grandes materiales de la historia --el vidrio, la madera y el metal-- y han arrinconado a productos
naturales como la seda y el corcho. Los españoles, por ejemplo, consumen 83 kilos anuales de plástico.

El primer material totalmente sintético, no plásticos naturales hechos de látex o celulosa, nació en 1907
de la mano del norteamericano Leo Baekeland. El polímero baquelita asombró al mundo y a cientos de
grupos investigadores, pero el desarrollo industrial no llegó hasta 1926, cuando la empresa DuPont
empezó a comercializar el celofán.

El material se deformaba con el calor, pero era limpio, resistente y moldeable. Con el tiempo, a los
plásticos también les hemos encontrado propiedades aislantes, ignífugas y caloríficas, entre otras.

Por supuesto, en el proceso desempeñó un papel fundamental la química de los polímeros, el


descubrimiento industrial de cómo se replican las moléculas, generalmente a grandes temperaturas. El
laboratorio Carothers dio con ello y pisó el acelerador con el hallazgo del nailon, basado en la química
de la seda natural, y el neopreno, la primera goma sintética.

En los años 30 se patentó el PVC (líder actual en construcción y conducciones), el polietileno y el teflón.
Posteriormente irrumpieron el velcro, la lycra, el poliestireno, vinilos de todo tipo, fibras acrílicas, el
poliéster, la silicona, la poliamida, el kevlar y un sinfín de nombres y marcas registradas.

La revolución de los plásticos ha seguido los principios de abaratar costes, perder peso, tamaño y, más
recientemente, favorecer el reciclaje, puesto que la mayoría son compuestos no biodegradables.
Mientras, los metales han contraatacado con atrevidas aleaciones, como aceros inoxidables y
superduros, producidos normalmente al añadir a aquellos un pequeño porcentaje de vanadio, cobre o
molibdeno.

De la madera han surgido los aglomerados (esencialmente serrín mezclado con resinas). Y ahora
también disponemos de fibra óptica --basada en la fibra de vidrio--, gran competidora del tradicional
cable de cobre; de vitrocerámicas resistentes, frecuentes en construcción, y de compuestos de carbono
y silicio, líderes en electrónica.

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