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Historia en Breve -
La producción industrial de salmón se ha convertido en una actividad catastrófica tanto
para el medio ambiente como para la salud humana, y las pruebas demuestran que el
salmón de piscifactoría es aproximadamente cinco veces más tóxico que cualquier otro
alimento analizado
En los estudios de alimentación animal, los ratones que fueron alimentados con salmón de
piscifactoría desarrollaron obesidad y diabetes—efectos que los investigadores
consideraron que estaban relacionados con exposiciones tóxicas
Las pesquerías actuales se enfrentan a un sin número de problemas graves, desde la pesca
excesiva hasta la contaminación química y mutación genética por exposiciones tóxicas.
Como señalaron los productores de la película, "debido a la producción intensiva y
contaminación global, la carne del pescado que consumimos actualmente se ha convertido
en un cóctel químico mortal".1
En el fondo de las piscifactorías de salmón diseminadas por los fiordos noruegos, hay una
capa de desechos de unos 15 metros de altura, que está llena de bacterias, medicamentos y
pesticidas. En resumen, todo el fondo del mar ha sido destruido, y como estas piscifactorías
están ubicadas en mar abierto, la contaminación que producen no es contenida en lo
absoluto.
Según Oddekalv, los piojos de mar, enfermedad del páncreas (PD)2 y virus de la anemia
infecciosa del salmón (ISA, por sus siglas en inglés) se han extendido por toda Noruega; sin
embargo, los consumidores no están enterados de estas pandemias, por lo que la
comercialización de estos pescados enfermos no ha disminuido.
Se han utilizado varios pesticidas peligrosos en un esfuerzo por evitar las plagas causantes
de enfermedades, y se sabe que uno tiene efectos neurotóxicos. El pescado siempre se ha
considerado como un alimento saludable, pero según Oddekalv, ¡hoy en día, el salmón de
piscifactoría es uno de los alimentos más tóxicos en el mundo!
En general, el salmón de piscifactoría es cinco veces más tóxico que cualquier otro producto
alimenticio analizado. En estudios de alimentación animal, los ratones que fueron
alimentados con este tipo de pescado se volvieron obesos, con gruesas capas de grasa
alrededor de sus órganos internos; además desarrollaron diabetes.
Ruzzin señala una teoría que ha cobrado fuerza, la cual indica que las tasas de obesidad
cada vez más elevadas están relacionadas con la existencia de un mayor número de toxinas
y contaminantes, a los que estamos expuestos en nuestro medio ambiente y alimentos. Con
base en sus propios estudios, Ruzzin ha dejado de consumir salmón de piscifactoría.
Mutaciones genéticas y otros hechos alarmantes
Aparte de mantener bajo control las plagas, como el piojo de mar, los pesticidas utilizados
también afectan el ADN de los peces, ya que causan mutaciones genéticas. Se muestran
algunos ejemplos inquietantes de bacalao deforme en el documental.
Un hecho aún más alarmante es que, según Oddekalv, alrededor del 50 % del bacalao de
piscifactoría presenta el mismo tipo de deformaciones, y se sabe que el bacalao hembra
que escapa de estas granjas industriales se aparea con el bacalao silvestre, lo cual propaga
las mutaciones y deformaciones genéticas en la población silvestre.
Muchas toxinas se acumulan más fácilmente en la grasa, lo que significa que incluso cuando
son criados en condiciones contaminadas similares, el salmón de piscifactoría contiene
muchas más toxinas que el salmón silvestre.
Ahí es donde empieza el problema, ya que el Báltico está muy contaminado. Algunos de los
pescados utilizados tienen niveles tóxicos de contaminantes que, simplemente se añaden
después en los pellets.
Hoy en día, en Suecia, los pescadores están obligados a advertirles a sus clientes sobre la
posible toxicidad del pescado del Báltico. De acuerdo con las recomendaciones del
gobierno, no debe consumir pescado graso como el arenque más de una vez por semana, y
si está embarazada, debe evitar por completo los peces del Báltico.
El activista sueco de Greenpeace, Jan Isakson, revela algunas de las fuentes de toda esta
contaminación. A las afueras de Estocolmo, a la orilla del Báltico, hay una enorme fábrica de
papel que genera dioxinas tóxicas.
Otros nueve países industrializados que rodean el Mar Báltico también vierten sus desechos
tóxicos en este cuerpo de agua encerrado. Las dioxinas se adhieren a la grasa de los
peces, por lo que el arenque, anguila y salmón son particularmente vulnerables y terminan
acumulando cantidades más elevadas que otros.
Hoy en día, ya que se les ha considerado no aptos para el consumo humano, algunos de
estos pescados grasos se utilizan más que nada como alimento para peces. Por lo que, la
toxicidad del salmón de piscifactoría es capaz de acumularse aún más que en la naturaleza.
Hace un par de años, un laboratorio suizo para combatir el fraude se sorprendió al encontrar
niveles extremadamente altos de etoxiquina en peces de piscifactoría--de 10 a 20 veces
más elevados que los 50 mcg por kilo permitidos en los alimentos de la Unión Europea--y
ese descubrimiento comenzó a revelar el secreto.
La etoxiquina fue diseñada para frutas y vegetales, pero la industria alimentaria para peces
descubrió otro uso novedoso--la agregan a esta alimentación para evitar que las grasas se
oxiden y se vuelvan rancias.
Sin embargo, los fabricantes de alimento para peces nunca informaron a las autoridades
sanitarias que utilizaban esta sustancia química. Como resultado, la Unión Europea regula
estrictamente los niveles de etoxiquina en frutas, vegetales y carne--incluso hay estándares
para canguros y reptiles--pero no en el caso del pescado que consumen las personas.
Además, nunca se han determinado los efectos de esa sustancia química en la salud
humana.
El único estudio sobre la etoxiquina y la salud humana fue una tesis realizada por Victoria
Bohne, Ph.D, ex investigadora de Noruega, quien hizo una serie de descubrimientos
alarmantes, incluyendo el hecho de que la etoxiquina podría cruzar la barrera
hematoencefálica y tener efectos cancerígenos.
Al igual que muchos otros investigadores que han hecho hallazgos que no han sido bien
recibidos, Bohne fue presionada para dejar su trabajo de investigación después de que se
intentó falsificar y minimizar sus descubrimientos.
En Francia, es inusual encontrar pescado que provenga de sus costas, por lo que, casi la
mitad del total del pescado que se vende es de piscifactorías. Además, se han empezado a
comercializar especies menos costosas y conocidas.
El pez panga, que ahora es uno de los 10 pescados más consumidos en Francia, era
relativamente desconocido hace una década. Su bajo precio también lo ha convertido en una
de las opciones más adquiridas en el sistema escolar.
Las preguntas que surgen el documental son: ¿Cómo es que este pescado de piscifactoría
puede venderse a precios tan bajos? y ¿por qué se lo proporcionan a los niños de forma
regular?
El pez panga de piscifactoría crece entre dos y cuatro veces más rápidamente en
comparación con el silvestre, lo cual les permite alcanzar el tamaño adulto en
aproximadamente seis meses.
Luego, los pescados son recolectados y procesados, lo que incluye lavar los filetes en
grandes tanques llenos de agua y polifosfatos--aditivos químicos que facilitan la congelación.
Asimismo, este químico permite que los pescados absorban el agua, lo que aumenta su
peso artificialmente. Después de este proceso, pierden su sabor y olor, por lo que lo obtiene
de las especias que les agregan durante su cocción.
En 2009, el Fondo Mundial para la Naturaleza colocó al pez panga en su lista "roja" de
productos que representan un peligro para la salud ambiental y humana.
Millones de familias vietnamitas vierten sus desechos directamente en el río Mekong todos
los días. Los pesticidas utilizados en el cultivo de arroz también se escabullen a esta vía
fluvial. Las bacterias y algas verdes liberan toxinas en el agua y reducen sus niveles de
oxígeno, lo que aumenta el estrés en el sistema inmunológico de los peces y los vuelve más
propensos a las enfermedades.
Desde luego que el pez panga no es el único afectado por esta estrategia. Los antibióticos
se propagan a través de los sistemas fluviales, son absorbidos en los tejidos del pez y
excretados a través de las heces, lo que redistribuye los medicamentos en el medio
ambiente--y los que los consumen.
Si necesita otra razón para evitar los alimentos procesados, le recomiendo que vea este
documental hasta el final, en el que se describe cómo los desechos de pescado se han
convertido en un "bien de gran valor" utilizado en los alimentos procesados.
Estas cabezas y colas de pescado, y la poca carne que queda después del fileteado,
vendidas a menos de 15 centavos por kilo, se han convertido en una verdadera fuente de
ingresos.
Prácticamente, ya no se desperdicia nada. La piel del pescado es reciclada para utilizarse
en la industria de los cosméticos. El resto de los desechos de pescado es lavado y molido
para convertirlo en una pulpa, que luego se utiliza en alimentos preparados y para mascotas.
Dado que los fabricantes de alimentos no están obligados a informar si sus productos
contienen pulpa de pescado en vez de carne de filete de pescado verdadero, este producto
les proporciona un alto margen de ganancias.
Pero, le recomiendo que, si la lista de ingredientes de tal producto incluye pescado sin
especificar si está hecho con filete, entonces por lo general está elaborado con pulpa de
desechos de pescado.
La mayoría de las principales vías fluviales del mundo se encuentran contaminadas con
mercurio, metales pesados y sustancias químicas como dioxinas, PCBs y otros productos
químicos agrícolas que terminan en el medio ambiente.
Esta es la razón por la que, como regla general, ya no recomiendo cumplir con sus
requerimientos de grasas omega-3 a través del consumo de pescado. Sin embargo, hago
dos excepciones: La primera es el salmón rojo silvestre de Alaska auténtico, el cual
proporciona beneficios nutricionales que considero que superan cualquier posible
contaminación.
Este salmón rojo tiene un menor riesgo de acumular grandes cantidades de mercurio y otras
toxinas, debido a que tiene un ciclo de vida corto, que solo es de alrededor de tres años.
También tiene una menor bioacumulación de toxinas debido a que no se alimenta de otros
peces ya contaminados.
No se permite la cría del salmón de Alaska y, por lo tanto, tiene que capturarse en
medios silvestres. Mi marca favorita es Vital Choice Wild Seafood and Organics, que
proporciona una excelente variedad de productos de salmón de alta calidad, con altas
concentraciones de grasas omega-3 y bajos niveles de contaminantes.
El salmón enlatado etiquetado como "salmón de Alaska" es una alternativa más económica
que comprar filetes de salmón.
La segunda excepción son los peces más pequeños con ciclos de vida cortos, que también
tienden a ser mejores alternativas en cuanto a su contenido de grasas, como las sardinas y
anchoas--por lo que son beneficiosos para todos, ya que tienen un menor riesgo de
contaminación y mayor valor nutricional.
Una regla general es que, cuanto más cerca se encuentre el pescado de la parte inferior de
la cadena alimenticia, menos contaminación habrá acumulado. Solo asegúrese de que no
provenga del Mar Báltico.
Otras excelentes opciones son el arenque y la hueva de pescado (caviar), que tienen un alto
contenido de importantes fosfolípidos que nutren las membranas mitocondriales.