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TEMA
INVESTIGADORES
DIRIGIDO A:
CALLAO-2016
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CALLAO
TEMA
INVESTIGADORES
DIRIGIDO A:
CALLAO-2016
D E D I C A T O R I A
En el capítulo III Derechos fundamentales del derecho del trabajo Los Principios
Generales del Derecho del Trabajo, plasmados generalmente en las normas sobre la
materia, es la concreción de valores universales de seguridad, justicia, igualdad, etcétera.
CAPITULO I
CONCEPTO Y ÁMBITO DEL DERECHO LABORAL
El derecho laboral o derecho del trabajo es una rama del derecho cuyos principios y
normas jurídicas tienen como finalidad la tutela de los trabajadores regulando las
relaciones entre los sujetos de la relación laboral: trabajadores, empleados, sindicatos,
Estado.
Se encarga por tanto de dar las directrices para las actividades humanas legalmente licitas
que presta un trabajador a un empleador (persona física o jurídica) a cambio de bienes
monetarios que le permitirán cubrir sus necesidades.
El derecho laboral o derecho del trabajo es el conjunto de normas jurídicas que se aplican
entre trabajadores y empleadores es un conjuntos de directrices de carácter legal que
garantiza la realización personal del trabajador así como su pleno desarrollo y su
verdadera integración en la sociedad asegurando el cumplimiento de los deberes y
derechos, tanto del empleado como del empleador.
La historia del derecho laboral no es tan antigua como si lo es trabajo, que existe desde
que el hombre ha tenido necesidades durante muchos años, fueron las antiguas
civilizaciones que implantaron el esclavismo como medio de dominación por parte de
las clases “superiores” recién en la caída del imperio romano el trabajo tuvo otra
connotación, ya no como un castigo sino como un actividad social que se le debía darle
su debida importancia.
Muchos expertos en el tema coinciden que la revolución industrial marcaría un hito que
marcaria una nueva época donde la concepción de riqueza no solo se fundamentaba en
las tierras sino también en la industria por lo tanto el trabajo debía ser retribuido de manera
justa. Este proceso tuvo un impacto positivo en el Perú ya que fue unos de los principales
países de Latinoamérica que exportaba el famoso guano de isla. En efecto esta actividad
conllevo a hacer modificaciones en la constitución en lo que concernía a los derechos
laborales como a continuación señalaremos desde la primera constitución de la Republica
Peruana que se creó en el año 1823.
Esta primitiva constitución se caracterizó por su casi inexistente regulación sobre temas
coyunturales susceptibles sin embargo en su artículo 11º mencionaba lo siguiente: Nadie
nace esclavo en el Perú, ni de nuevo puede entrar en él alguno de esta condición. Queda
abolido el comercio de negros. (1)
Este articulo aparentemente abolía la esclavitud cuando en realidad desato una forma de
esclavitud disimulada tanto fue el efecto que en el año 1826 esta norma estaba exenta y
en lo más mínimo no contenía ninguna disposición alguna sobre los derechos laborales,
tuvieron que pasar 2 largos años para que la constitución vigente se modifique dando
origen a la constitución de 1828 norma suprema que mediante su artículo 158º dispuso:
“Todos los ciudadanos pueden ser admitidos a los empleos públicos, sin otra diferencia
que la de sus talentos y virtudes” (2) esta disposición puede haber sido como la antecesora
los actuales principios de igualdad de oportunidades de acuerdo a su mérito y
progresividad sin discriminación.
159 Todos los ciudadanos pueden ser admitidos a los empleos públicos, sin otra
diferencia que la de sus talentos y virtudes.
162 Es libre todo género de trabajo, industria o comercio, a no ser que se oponga a las
buenas costumbres o a la seguridad y salubridad de los ciudadanos, o que lo exija el
inter No se reconocen empleo ni privilegios hereditarios, ni vinculaciones laicales.
170 Todas las propiedades son enajenables a cualquier objeto que pertenezcan. La ley
determina el modo y forma de hacer estas enajenaciones. Es nacional, previa disposición
de una ley. (3)
Estos dos últimos artículos son de suma importancia ya que empieza a concretar lo que
hoy conocemos la libertad de trabajo y la desaparición del privilegio laboral aunque
evidentemente todo ello se aplicaba bajo las restricciones sociales, culturales, económicas
enmarcadas en aquel entonces.
Esa misma visión la caracterizo a la constitución política de la Republica Peruana esto es
la de 1856, pues en su artículo 6º se establece que: “en la república no se reconoce
privilegios hereditarios ni fueron personales ni empleos en propiedad” y en su artículo 9
se señala “Es libre todo trabajo que no se oponga a la moral, seguridad o salubridad
pública y que puede ejercer libremente toda industria o profesión que no se oponga a la
moral seguridad o salubridad pública”
Finamente las constituciones de 1869 y 1967 ofrecieron una minúscula con relación a las
que precedieron, pues de alguna manera solo se acercaba a lo que hoy conocemos como
libertad de trajo cuando en los artículos 22º y 23º respectivamente se señaló que puede
ejercerse libremente todo oficio toda industria o profesión que no se oponga a la moral de
salubridad pública.
A los inicios del siglo 20 traen consigo las primeras organizaciones sindicales
básicamente provenientes del ramo textil en 1911 se suscitó la primera huelga general
teniendo como finalidad que se establezca una jornada laboral de 8 horas una
ampliaciones a las compensaciones a los trabajadores vivienda para la clase trabajadora,
luchar contra el desempleo ampliar la educación publica y medidas para los campesinos
indígenas de la sierra en efecto el 29 d enero de 1913 el gobierno dicto un decreto supremo
que si bien es cierto reconocía el derecho de huelga hacía difícil su realización en tanto
se reglamentación resultaba muy compleja.
Por otro lado, el 7 de febrero de 1924 se dictó la Ley Nº 4916 que creó un preaviso de 90
días para el despido de los empleados particulares, un preaviso de 40 días para la renuncia
del empleado, una indemnización compensatoria en caso de despido injustificado, el
derecho a un seguro de vida después de cuatro años continuos de labor para un mismo
empleador, y la facultad del empleador para despedir al trabajador ante la comisión de
una falta grave. Lo llamativo de esta disposición es que esta regulación solo estaba
dirigida a los empleados y no a los obreros, generando ello una clara discriminación.
Posteriormente, la Ley Nº 5119 modificó la Ley Nº 4916, estableciendo el derecho a la
indemnización también en los casos de renuncia del empleado. Mediante el Decreto
Supremo de junio de 1928 se reglamentó Ley Nº 4916.
En cuanto a la seguridad social, el 12 de agosto de 1936 se dictó la Ley Nº 8433, que creó
la Caja Nacional del Seguro Social o Seguro Social Obrero.
A través de la Ley Nº 8563 se amplían las vacaciones anuales pagadas a los empleados
públicos y privados a 30 días.
A través del Decreto Ley Nº 18471 del 10 de noviembre de 1970 se instituyó el régimen
de estabilidad en el empleo de los trabajadores de la actividad privada cualquiera fuese
su empleador, por lo que los trabajadores solo podían ser despedidos por una causa
legítima contemplada en la ley, y de no ser así estos debían ser restituidos a sus puestos
de trabajo con el pago de las remuneraciones devengadas, siendo la excepción que el
trabajador opte por finalizar la relación laboral, caso en el cual le correspondía el pago de
una indemnización.
Seguidamente se dictó el Decreto Ley Nº 21106 del 25 de febrero de 1975, que les otorgó
a los obreros el goce de salario por los feriados no laborables.
Después, con el Decreto Ley Nº 21116 del 11 de marzo de 1975 se eliminó la sanción al
trabajador que consistía en la pérdida de la indemnización por tiempo de servicios
conferida por virtud de la Ley Nº 4916 en los casos en que el trabajador era despedido
por falta grave, de manera que se eliminaba una situación injusta que en la práctica
generaba que los empleadores imputen la comisión de falta grave a sus trabajadores con
el objeto de no abonar la indicada indemnización.
La Constitución para la República del Perú de 1979 fue la undécima carta magna de la
República del Perú que fue redactada en las postrimerías del Gobierno Revolucionario de
las Fuerzas Armadas por la Asamblea Constituyente de 1978, convocada por el mismo
con el fin de facilitar el retorno de la democracia, tras una década de gobierno militar.
Dicha Asamblea fue presidida por Víctor Raúl Haya de la Torre.
Una primera norma relevante es la Ley Nº 23407 del 28 de mayo de 1982, nueva Ley
General de Industrias, la que derogó a la anterior Ley General de Industrias. Esta norma
determinó un nuevo sistema de participación en las utilidades que beneficiaba en mayor
medida a los trabajadores.
Posteriormente, con fecha 4 de diciembre de 1989, se dictó la Ley Nº 25129, norma que
establece a favor del trabajador un monto equivalente al 10% por concepto de asignación
familiar cuyas remuneraciones no se regulan por negociación colectiva.
Con fecha 25 de septiembre de 1991 se publica una de las normas más nefastas. Mediante
el Decreto Legislativo Nº 674 se comienza la privatización de las empresas del Estado, y
con ello se produce el despido masivo de trabajadores. Lo mismo ocurrió con el Decreto
Legislativo Nº 757 del 8 de noviembre de 1991, que terminó completando el marco de
cese colectivo. Cabe precisar que inicios del año 2002, luego de haberse verificado lo
irregular de los ceses colectivos, se ha dispuesto, en un caso, la restitución de muchos de
los trabajadores cesados irregularmente y, en otro caso, la compensación económica
correspondiente a los trabajadores afectados.
Así, es menester indicar que la referida deslaboralización empezó a materializarse
exactamente el 27 de marzo de 1991, cuando fue publicado en el diario oficial El Peruano
el Decreto Legislativo Nº 7281, denominada “Ley de Fomento del Empleo”,
Con fecha 5 de abril de 1992 se produce un golpe de Estado en nuestro país, siendo lo
particular de todo ello que fue el mismo Presidente de la República, quien atentó contra
la independencia de los poderes e instituciones del Estado, tomando como medidas
inmediatas la persecución política contra sus opositores.
Esta constitución empieza por establecer que: “el trabajo es un deber y un derecho. Es
base del bienestar social y un medio de realización de la persona”. Asimismo, prevé que
“el trabajo, en sus diversas modalidades, es objeto de atención prioritaria del Estado, el
cual protege especialmente a la madre, al menor de edad y al impedido que trabajan. El
Estado promueve condiciones para el progreso social y económico, en especial mediante
políticas de fomento del empleo productivo y de educación para el trabajo. Ninguna
relación laboral puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni
desconocer o rebajar la dignidad del trabajador. Nadie está obligado a prestar trabajo
sin retribución o sin su libre consentimiento”. (4)
Por otro lado, una de las normas de las que sí hay mucho que rescatar es la referida a las
modalidades formativas laborales (Ley Nº 28518), pues esta busca fomentar la formación
y capacitación laboral vinculada a los procesos productivos y de servicios, como un
mecanismo de mejoramiento de la empleabilidad y de la productividad laboral; además
de proporcionar una formación que desarrolle capacidades para el trabajo, que permitan
la flexibilidad y favorezcan la adaptación de los beneficiarios de la formación a diferentes
situaciones laborales.
Otra de las normas que es parte de la evolución del Derecho del trabajo en el Perú es la
llamada Ley de Tercerización de Servicios2[20] (Ley Nº 29245, Decreto Legislativo Nº
1038 y Decreto Supremo Nº 006-2008-TR). Mediante ella se reguló un mecanismo
empresarial que ya venía siendo utilizado en el Perú desde hace varios años. A esta figura
se le conoce también como outsourcing, descentralización productiva o algunos lo
asemejan a externalización.
Triple misión
Interpretativa: son criterios que orientan la interpretación del juez o del intérprete
respecto a las normas laborales.
Se aplica en el caso que el titular de un derecho que nació de una norma imperativa
pretende por su propia voluntad, abandonar (renunciar) dicho derecho: esta renuncia es
inválida.
La igualdad ante la ley vincula al estado en el ejercicio de cada una de sus funciones
primordiales: la legislativa, la administrativa y la jurisdiccional.
El principio protector
Este principio enuncia que si una norma le permite a su intérprete varios sentidos distintos
debe elegir entre ellos el que sea más favorable para el trabajador.
e) Primacía de la realidad
g) Principio de razonabilidad
h) Principio de buena fe
i) Principio de inmediatez
Ante la ocurrencia de una falta por parte del trabajador, el empleador debe aplicar la
sanción de manera inmediata, salvo que exista investigación.
j) Principio de inmediatez
Ante la ocurrencia de una falta por parte del trabajador el empleador debe aplicar la
sanción de manera inmediata salvo exista investigación
k) principio de tipicidad
Los hechos considerados como infracciones laborales deben estar establecidos en forma
expresa
CAPITULO III
DERECHOS FUNDAMENTALES DEL DERECHO DEL TRABAJO
Libertad sindical
La libertad sindical se encuentra como pilar dentro de los valores del organismo
internacional del trabajo está consagrado en la constitución de la OIT (1919), en la
declaración de Filadelfia de la OIT (1944), y en la declaración de la OIT relativa a los
principios y derechos fundamentales en el trabajo (1988). Se trata de un derecho de
sindicación y de constitución de sindicatos y organizaciones de empleadores y de
trabajadores es el requisito necesario para la solidez de la negociación colectiva y del
dialogo social
Negociación colectiva
La libertad sindical garantiza que los trabajadores y los empleadores pueden asociarse
para negociar con eficacia las relaciones de trabajo. Al combinarse con una sólida libertad
sindical, las buenas prácticas de la negociación colectiva garantizan que los empleadores
y los trabajadores negocien en un plano de igualdad y que los resultados sean justos y
equitativos. La negociación colectiva permite que ambas partes negocien unas relaciones
de empleo justas, evitándose costosos conflictos laborales. Efectivamente, algunos
estudios han indicado que los países en los que la negociación colectiva está muy
coordinada, tienden a tener menos desigualdades en los salarios, un desempleo más bajo
y menos persistente, menos huelgas y más breves que los países en los que la negociación
colectiva está menos instaurada.
Libertad de los trabajadores: Abolición del trabajo forzado u obligatorio
A pesar de la condena universal, las estimaciones de la OIT muestran que 20,9 millones
de personas son víctimas de trabajo forzoso en todo el mundo. Del total de víctimas, 18,7
millones (90 por ciento) son explotadas en la economía privada, por individuos o
empresas, y los 2,2 millones restantes (10 por ciento) están sujetas a modalidades de
trabajo forzoso impuestas por el Estado. Entre los trabajadores explotados por personas o
empresas privadas, 4,5 millones (22 por ciento) son víctimas de explotación sexual
forzada y 14,2 millones (68 por ciento) lo son de explotación laboral forzada. El trabajo
forzoso en la economía privada genera al año ganancias ilegales por valor de US$ 150
mil millones: dos tercios del total estimado (es decir, US$ 99 mil millones) provienen de
la explotación sexual comercial, mientras 51 mil millones resultan de la explotación
económica forzosa, incluidos el trabajo doméstico, la agricultura y otras actividades
económicas
Para muchos gobiernos del mundo, la eliminación del trabajo forzoso sigue constituyendo
un importante desafío para el siglo XXI. Además de representar una grave violación de
un derecho humano fundamental, el trabajo forzoso es causa de pobreza primordial y un
obstáculo para el desarrollo económico. Las normas de la OIT sobre el trabajo forzoso y
los comentarios de los órganos de control, combinados con la experiencia de la asistencia
y cooperación técnicas, han ofrecido una importante orientación a los Estados Miembros
para desarrollar una respuesta integral a esta cuestión.
Trabajo infantil
NOTAS
DEDICATORIA I
PROLOGO II
INTRODUCCION III