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Todos somos especiales Autora: Arlene Maguire

(Adaptación)

Todos somos especiales.


Somos de varios colores
y de todas las medidas,
con gustos diferentes
y comidas preferidas.

Algunos van apurados


que casi los ves volar
pero alguien muy especial
será el último en llegar.
Segundo grado • Unidad 1
Eres realmente especial,
único, alguien sin par,
desde el color de tu pelo
hasta en tu forma de hablar.

Por eso nunca lo olvides:


ámate de verdad,
tú eres alguien especial
una persona sin igual.

Segundo grado • Unidad 1


La niña invisible Adaptación
(Colección Derechos del Niño)

Había una vez una niña que se llamaba Blanca. Su


casa estaba ubicada al pie de dos cerros, cerca de
un río. En uno de los cerros estaba el Pueblo Verde y
en el otro el Pueblo Azul.
Los niños de Pueblo Verde lo pasaban muy bien. Los
que no lo pasaban muy bien eran sus animales, por los
golpes que recibían.
Los niños de Pueblo Azul vivían muy contentos. Las
que no vivían nada de contentas eran las plantas,
porque las cortaban y pisaban.
Además, los niños de Pueblo Verde y los niños del
Pueblo Azul no eran amigos. Tenían por costumbre
pelearse entre sí.
Segundo grado • Unidad 1
Blanca era amiga de los animales y de las plantas,
pero también quería ser amiga de los niños azules y
de los niños verdes.
Los niños de Pueblo Verde no la querían, porque no
era verde y los niños de Pueblo Azul no la querían,
porque no era azul. Blanca se sentía cada día más
sola.

Segundo grado • Unidad 1


Aunque lo había intentado todo, aquellos niños no
querían ser sus amigos.
Un día llegó a llorar tanto que las lágrimas que salían
de sus ojos la borraron y se volvió invisible…

Segundo grado • Unidad 1


Los niños verdes y los niños azules vivían buscando
maneras de hacerse daño mutuamente. Como Blanca
se había vuelto invisible, ella les desarmaba todas
las trampas y armas para atacarse unos a otros.
Nadie entendía qué era lo que pasaba.
Entonces los niños verdes tuvieron que inventar
nuevos juegos para divertirse juntos y los niños
azules también hicieron lo mismo. Blanca intentaba
que los juegos de los niños fueran menos violentos.

Segundo grado • Unidad 1


Después de algún tiempo se dieron cuenta que era
mucho más divertido jugar que pelearse.

Los niños verdes y los niños azules acabaron por


hacerse amigos. Se dieron un gran abrazo y desde
ese día acostumbran a jugar juntos.
Aquel día, Blanca dejó de ser invisible.

Segundo grado • Unidad 1


El pez globo Autor: Alfredo Parra
Adaptación: Arcenia Medina
Wilma Venega

Un día, los peces de los arrecifes se sintieron ame-


nazados, porque miles de atunes llegaron desde muy
lejos hasta ese lugar. Cansados por el viaje y ham-
brientos los atunes decidieron alimentarse de los
pobres pececitos.
Al enterarse los demás animales, asustados huían o
se ocultaban en los arrecifes. Solo unos cuantos va-
lientes como el viejo tiburón, su ayudante el pez pi-
loto, la tortuga marina, un cardúmen de sardinas y el
pez globo se animaron a atacar a los enemigos.
Segundo grado • Unidad 1
Al amanecer formaron la brigada de ataque. El viejo
tiburón se paseaba mirando la formación. Al pasar
delante del pez globo le dijo con voz de mando:
-¿Dónde está su uniforme, soldado?
-Ninguno me cabe, señor - habló el pez globo aver-
gonzado.
- ¡Pero sí tengo mi sombrero! - dijo el pez.
El viejo tiburón respondió disgustado:
- Usted sería un bocado apetitoso para el enemigo
por ser tan gordo. Usted no sirve para la guerra,
soldado.
Todos se rieron de él. Luego iniciaron la marcha ha-
cia el combate.
Segundo grado • Unidad 1
El pez globo se quedó mirando con pena cómo sus
amigos se alejaban del lugar. De nada sirvió su
valor. Entonces se hinchó como un globo, subió a la
superficie y se dejó llevar por la corriente.
Las olas le llevaron más rápido de lo que podían
nadar sus amigos. Pasó sobre sus amigos y en un
abrir y cerrar de ojo llegó donde estaban los atunes.
Ahí recordó lo que dijo el viejo tiburón y se le
ocurrió una brillante idea. Se arriesgaría a pasar
cerca del enemigo para desviarlos del lugar.

Segundo grado • Unidad 1


Los atunes comenzaron a perseguirle enloquecidos,
malgastando sus últimas fuerzas. ¡Cómo querían
comérselo! Pero, sin que los atunes se dieran cuenta
el pez globo les dirigió muy lejos del arrecife.
Luego el noble pez globo, cansado, pero feliz, volvió
al arrecife. Había salvado a todos sus amigos.

Segundo grado • Unidad 1


El leñador sincero Autor: Esopo
Adaptación Fábula
“Mercurio y el leñador”
Arcenia Medina
Wilma Venega

Había una vez un pobre leñador que vivía con su fa-


milia en el bosque. Todos los días salía con su hacha
al hombro muy contento a trabajar. Cortaba y vendía
leña para comer.
Un día, después de su dura faena, decidió tomar
agua y descansar. Al agacharse para alcanzar el
agua, el hacha resbaló y cayó en el río.

Segundo grado • Unidad 1


El pobre leñador se lamentó y dijo:
- Sin el hacha no puedo cortar leña, ¿cómo voy a ali-
mentar a mi familia?
De repente, del agua apareció un pez enorme con
voz amable que le dijo:
- ¿Por qué lloras?

Segundo grado • Unidad 1


El leñador le contó su historia. Al pez se le ablandó
el corazón y se metió en el agua. Al rato apareció
con un hacha de oro, pero el leñador no la aceptó
porque no era la suya.
El pez dejó el hacha sobre el pasto y se volvió a
zambullir. Cuando nuevamente salió, le dijo:
-¿Es ésta tu hacha?
- ¡Nooo! ¡Esa hacha es de plata!
- contestó el leñador.

Segundo grado • Unidad 1


El pez dejó nuevamente el hacha en la orilla del río
y volvió a sumergirse. Al rato apareció con el hacha
perdida en la mano.
- ¡Esa es la mía!- dijo contento el leñador.
- Esta es tuya, lo mismo que las dos anteriores - dijo
el pez señalando las hachas.

Segundo grado • Unidad 1


El buen hombre, asombrado, le dijo:
- ¿Quién eres tú?
El pez le contestó que era el rey del río y que en
recompensa por su honestidad y esfuerzo le rega-
laba las demás hachas. El leñador volvió a su pueblo
muy contento pensando en todo lo bueno que le lle-
varía a su familia.

Segundo grado • Unidad 1


El león y el ratón
Autor: Esopo
Adaptación

Érase una vez un ratón que salió de su casa y se


encontró con un enorme león.
El león tenía hambre y se lo quería comer.
- ¡Por favor, león, no me comas!
Puede que un día me necesites.
El león le respondió:
- ¿Cómo quieres que te necesite,
con lo pequeño que eres?
El león se apiadó al ver lo pequeño
que era el ratón y lo soltó.
Un día, el ratón escuchó unos rugidos terribles.
Era el señor león.
Cuando llegó al lugar, encontró al león atrapado
en una enorme red blanca que habían puesto los
hombres para cazarlo. Segundo grado • Unidad 1
- ¡Yo te salvaré! – dijo el ratón con voz amable.
- ¿Tú? Eres demasiado pequeño para tanto esfuerzo.
El ratón empezó a roer la cuerda de la red y
el león quedó libre.

Segundo grado • Unidad 1


El león brincaba contento. Desde aquella noche, los
dos fueron amigos para toda la vida.

Segundo grado • Unidad 1

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