Los Tangibles, son recursos físicos como la maquinaria y otros que se
pueden tocar y ver y claro también se consideran dentro de estos a
los recursos financieros (como dinero o derechos de cobro) Los Intangibles, son recursos no materiales como por ejemplo; el valor de: marcas, patentes, reputación, tecnología, conocimientos, experiencia y/o motivación del personal.
Humanos: Para poner en marcha cualquier tipo de proyecto de debe disponer de
personas adecuadas y capacitadas para realizar las actividades y tareas previstas. Físicos: Los recursos físicos tradicionalmente comprenden varios aspectos como terrenos, edificios, maquinaria, equipos, infraestructura, bibliografía, documentación, medios de transporte, tecnología, etc. Sin embargo, este tipo de recursos no siempre deben ser adquiridos, pero sí puede ser cubiertos o sustituidos con lo que se tiene. Técnicos: En caso de que el proyecto contemple herramientas o recursos específicos, es necesario establecer las alternativas técnicas elegidas y las tecnologías a utilizar. Cuando un proyecto contempla la adopción de innovaciones tecnológicas, es bueno tener presente, que muy probablemente, la adopción de la innovación no se va a producir en un su totalidad. Financieros: Los recursos financieros hacen referencia al presupuesto necesario para la operación del proyecto. Se sabe que cualquier acción tiene un costo que es asumido por todas las partes comprometidas en su puesta en marcha. Los recursos no necesariamente tienen que provenir de entidades especializadas en financiar proyectos. Dinero. Se puede diferenciar dependiendo de la fuente de donde procedan: Fondos de particulares, Fondos de las Administraciones públicas, Fondos de empresas, fondos propios Es necesario realizar una búsqueda y selección de los recursos humanos más adecuados a las características del proyecto, teniendo en cuenta la cualificación, la dedicación y el compromiso con la organización y definir que coste va a suponer su incorporación y que van a aportar al proyecto. Planificación de Recursos. Identificación del tipo de recursos materiales requeridos, la cantidad precisa y el período de necesidad en el proyecto. Comprende la identificación de los recursos necesarios para el desarrollo del proyecto, teniendo en cuenta las tecnologías disponibles, la utilización de recursos internos y de recursos existentes en el mercado, etc., así como las restricciones existentes para el uso de tales recursos (por ejemplo, disponibilidad, seguridad, consideraciones ambientales y culturales, acuerdos de trabajo, regulaciones gubernamentales, inversiones necesarias, impacto en el medio ambiente, etc.). Asignación de Recursos. Obtención de los recursos materiales, su asignación al proyecto y su retirada durante la desactivación del proyecto. La adquisición de recursos externos -si fuera precisa- se efectuará de acuerdo con los procesos de gestión de adquisiciones del proyecto. La asignación a cada tipo de recursos, es parte de la gestión del proyecto, focalizada por la planificación estratégica. Partiendo del análisis de qué recursos se tienen, definir cuáles falta y establecer el plan de acción para conseguir los que faltan. Es entonces ahí, donde el concepto de administración estratégica entra en juego. Al principio puede ser genérica (por ejemplo, cantidad de ingenieros senior), pero a medida que avanza el proyecto debe ser más específica (por ejemplo, disponibilidad de cierto especialista, asignación de nombres propios a los recursos, actividades reservadas a personal con experiencia previa en el proyecto, etc.). Identificación de recursos de plena disposición y compartidos (con qué otras actividades o proyectos y características de los mismos). Se tendrán en cuenta las capacidades corporativas existentes en los Centros de Servicio de la organización (por ejemplo, tratamiento de textos, traducción, reproducción, servicios informáticos, servicios administrativos, etc.). Control de Recursos. Comprobación del uso apropiado de los recursos materiales. Las desviaciones respecto al plan de recursos deben ser identificadas y analizadas, para proponer las acciones subsiguientes necesarias. Las decisiones y acciones deben ser tomadas sólo tras tener en cuenta las implicaciones sobre otros procesos y objetivos del proyecto. El control adecuado permitirá: • Que el proyecto coincida o se acerque a los estimados con precisión; • Consistencia con los objetivos técnicos y de plazo de ejecución del proyecto, y • Consideración de un presupuesto de coste razonable en función de los logros del proyecto. - Analizar las distintas actividades del proyecto No hay que dar cosas por sentadas, los datos son hechos, y las intuiciones rara vez son un acierto. - Hacer un listado adecuado de los recursos que nos vayan a ser necesarios, perfectamente separados unos de otros y con las cantidades precisas. - Señalar las características del recurso. - Establecer el grado de prelación: Para establecer en qué medida un recurso es más importante y por tanto debe estar contemplado delante de otro, hay que tener en cuenta los que son imprescindibles para la ejecución de las actividades y cuales son secundarios, teniendo claro en caso de obtener una financiación insuficiente donde se puede o no recortar