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Universidad

Veracruzana.
Campus Coatzacoalcos.

Facultad de Ingeniería Civil

JUAN FERNANDO HERNANDEZ TORRES

GEOLOGIA

VI.- La actividad ígnea

Abril 16
Los principales factores que determinan la naturaleza de las erupciones volcánicas
son la composición de los magmas, su temperatura y la cantidad de gases
disueltos que contienen. Cuando se enfría, la lava empieza a solidificarse y
conforme aumenta su viscosidad disminuye su movilidad. La viscosidad del
magma está directamente relacionada con su contenido en sílice. Las lavas
riolíticas (félsicas), con su elevado contenido en sílice (más del 70 por ciento), son
muy viscosas y forman coladas cortas y gruesas. Las lavas basálticas (máficas),
con un contenido menor de sílice (alrededor del 50 por ciento), son más fluidas y
pueden viajar a distancias más largas antes de solidificarse. Los gases disueltos
tienden a aumentar la fluidez del magma y, conforme se expanden, proporcionan
la fuerza que impulsa a las rocas fundidas desde la chimenea de un volcán.
Actividad ígnea en los bordes de placa divergentes
El mayor volumen de magma (quizás el 60 por ciento de la emisión anual total de
la Tierra) se produce a lo largo del sistema de dorsales oceánicas en asociación
con la expansión del fondo oceánico. Aquí, debajo del eje de la dorsal, donde las
placas litosféricas están siendo continuamente apartadas, el manto sólido aunque
móvil responde a la disminución de la sobrecarga y asciende hasta rellenar la
hendidura. Hemos visto que a medida que la roca asciende, experimenta una
disminución de la presión de confinamiento y se funde sin la adición de calor. Este
proceso, llamado fusión por descompresión, es el proceso más común por el que
se funden las rocas del manto.
La fusión parcial de la roca del manto en los centros de expansión produce
magma basáltico con una composición sorprendentemente parecida a la del
magma generado en los bordes de placa convergentes. Dado que este magma
basáltico recién formado es menos denso que la roca del manto de la que deriva,
asciende a una velocidad mayor que el manto.
Alrededor del 10 por ciento de este magma, que se acumula en depósitos situados
justo debajo de la cresta de la dorsal, acaba migrando hacia arriba a lo largo de
las fisuras y es expulsado en forma de coladas sobre el fondo
• Los materiales asociados con una erupción volcánica son: (1) coladas de lava
(coladas de lava cordada, que recuerdan hebras trenzadas, y las coladas aa, que
consisten en bloques dentados irregulares (las dos se forman a partir de lavas
basálticas); (2) gases (fundamentalmente vapor de agua), y (3) material
piroclástico (roca pulverizada y fragmentos de lava expulsados desde la chimenea
de un volcán y que se clasifican en cenizas, pumitas, lapillis, bloques y bombas).

• Las erupciones sucesivas de lava a partir de una chimenea central provocan una
acumulación montañosa de material conocida como volcán. Localizada en la cima
de muchos volcanes hay una depresión de paredes empinadas denominada
cráter: los volcanes en escudo son volcanes con forma de grandes cúpulas,
construidos fundamentalmente por lavas basálticas, fluidas.
Los conos de ceniza tienen laderas empinadas compuestas por material
piroclástico. Los conos compuestos, o estratovolcanes, son estructuras grandes y
casi simétricas constituidas por capas interestratificadas de lavas y depósitos
piroclásticos. Los conos compuestos producen algunas de las actividades
volcánicas más violentas. A menudo asociadas con una erupción violenta, se
forman nubes ardientes, una mezcla de gases calientes y cenizas incandescentes
que corren pendiente abajo por las laderas volcánicas. Los grandes conos
compuestos pueden dar lugar también un tipo de corriente de barro conocida
como lahar.

• La mayoría de los volcanes son alimentados por conductos o chimeneas.


Conforme progresa la erosión, la roca que ocupa la chimenea suele ser más
resistente y puede permanecer sin erosionar por encima del terreno circundante,
formando un pitón volcánico. Las cimas de algunos volcanes tienen grandes
depresiones casi circulares denominadas calderas que se producen como
consecuencia del derrumbe posterior a una erupción explosiva. Las calderas
también se forman en los volcanes en escudo por drenaje subterráneo desde una
cámara magmática central, y las calderas más grandes se forman por la descarga
de volúmenes colosales de pumitas ricas en sílice a lo largo de fracturas en anillo.
Aunque las erupciones volcánicas procedentes de una chimenea central son las
más familiares, con mucho, las mayores cantidades de material volcánico
proceden de grietas de la corteza denominadas fisuras. La expresión basaltos de
inundación describe las coladas de lava basáltica muy fluida, como agua, que
cubren una región extensa del noroccidente de Estados Unidos, conocida como la
llanura de Columbia.
Cuando un magma rico en sílice es expulsado, suele producir coladas
piroclásticas consistentes fundamentalmente en fragmentos de pumita y cenizas.

• Los cuerpos ígneos intrusivos se clasifican en función de su forma y por su


orientación con respecto a la roca caja, por lo general roca sedimentaria. Las dos
formas generales son tabular y masiva. Los cuerpos ígneos intrusivos que
atraviesan las capas sedimentarias preexistentes se dice que son discordantes;
los que se forman en paralelo a los sedimentos existentes son concordantes.

• Los diques son cuerpos ígneos tabulares y discordantes producidos cuando el


magma es inyectado a través de fracturas que cortan los estratos. Los cuerpos
tabulares concordantes, denominados sills, se forman cuando el magma es
inyectado a lo largo de superficies de estratificación de rocas sedimentarias. En
muchos aspectos, los sills se parecen mucho a coladas de lava enterradas.
Los lacolitos son similares a los sills, pero se forman a partir de magma menos
fluido que se acumula formando estructuras en domo que arquean las capas
situadas por encima. Los batolitos, los cuerpos ígneos intrusivos mayores con
superficies de afloramiento de más de 100 kilómetros cuadrados, frecuentemente
constituyen los núcleos de las cadenas de montañas.

LA ACTIVIDAD VOLCÁNICA
• Los volcanes más activos están asociados con los límites de placa. Las áreas de
vulcanismo activo donde se está produciendo expansión del fondo oceánico
(límites de placa divergentes), adyacentes a las fosas oceánicas donde una placa
está siendo subducida debajo de otra (límites de placa convergentes), y en los
interiores de las propias placas (vulcanismo intraplaca). Las plumas ascendentes
de roca del manto caliente son el origen de la mayor parte del vulcanismo
intraplaca.
Las erupciones volcánicas explosivas se consideran como una explicación de
algunos de los aspectos de la variabilidad climática de la Tierra. La premisa básica
es que el material volcánico en suspensión filtrará una porción de la radiación
solar incidente, lo cual, a su vez, reducirá la temperatura del aire en la atmósfera
inferior.
Actividad ígnea intraplaca

Sabemos por qué la actividad ígnea se inicia a lo largo de los límites de placa,
pero ¿por qué se producen erupciones en medio de las placas? El Kilauea de
Hawaii se considera el volcán más activo del mundo, aunque está situado a miles
de kilómetros del límite de placas más cercano, en medio de la enorme placa
pacífica. Otros puntos de vulcanismo intraplaca (que significa «dentro de la
placa») son las islas Canarias, Yellowstone y varios centros volcánicos que se
encuentran en el desierto del Sahara, en el África septentrional.
Ahora reconocemos que la mayor parte de vulcanismo intraplaca ocurre donde
una masa de material del manto más caliente de lo normal denominada pluma del
manto asciende hacia la superficie . Aunque la profundidad a la que se originan
las plumas del manto (al menos algunas) es todavía objeto de un debate
encendido, parece que muchas se forman en las profundidades del interior de la
Tierra, en el límite núcleo-manto.
Estas plumas de roca del manto sólida pero móvil ascienden hacia la superficie de
una manera parecida a las burbujas que se forman dentro de una lámpara de lava.
(Se trata de lámparas que contienen dos líquidos inmiscibles en un recipiente de
vidrio.
Rocas metamórficas.

Las rocas metamórficas se producen a partir de rocas ígneas, sedimentarias o


incluso otras rocas metamórficas. Así, cada roca metamórfica tiene una roca
madre, la roca a partir de la que se ha formado.
Metamórfico es un adjetivo adecuado porque su significado literal es «cambiar la
forma». La mayoría de cambios tienen lugar a temperaturas y presiones elevadas
que se dan en la profundidad de la corteza terrestre y el
manto superior.
Los procesos que crean las rocas metamórficas a menudo progresan de una
manera incremental, desde cambios ligeros (metamorfismo de grado bajo) hasta
cambios sustanciales (metamorfismo de grado alto). Por ejemplo, durante el
metamorfismo de grado bajo, la roca sedimentaria común lutita se convierte en
una roca metamórfica más compacta denominada pizarra. En cambio, el
metamorfismo de grado alto provoca una transformación tan completa que no se
puede determinar la identidad de la roca madre. Además, cuando las rocas
situadas a una profundidad (a la que las temperaturas son elevadas) están sujetas
a una presión dirigida, se deforman de una manera gradual y generan pliegues
complicados.
En los ambientes metamórficos más extremos, las temperaturas se aproximan a
las temperaturas de fusión de las rocas. No obstante, durante el metamorfismo la
roca debe permanecer esencialmente sólida, ya que, si se funde por completo,
entramos en el ámbito de la actividad ígnea.
La mayor parte del metamorfismo sucede en uno de estos tres ambientes:
1. Cuando un cuerpo magmático intruye en la roca,
tiene lugar el metamorfismo térmico o de contacto.
En este caso, el cambio está controlado por un
EL METAMORFISMO
Los agentes del metamorfismo son el calor, la presión (esfuerzo)
y los fluidos químicamente activos. Durante el metamorfismo,
las rocas suelen estar sometidas simultáneamente
a los tres agentes metamórficos. Sin embargo, el
grado de metamorfismo y la contribución de cada agente
varían mucho de un ambiente a otro.

El calor como factor metamórfico


El factor más importante del metamorfismo es el calor, porque proporciona la
energía que impulsa los cambios químicos que provocan la recristalización de los
minerales existentes o la formación de minerales nuevos. Recordemos del
apartado de las rocas ígneas que un aumento de la temperatura hace que los
iones del interior de un mineral vibren con mayor rapidez. Incluso en un sólido
cristalino, en el que los iones están unidos mediante enlaces fuertes, este alto
nivel de actividad permite que los átomos individuales migren con mayor libertad
dentro de la estructura cristalina.

Cambios provocados por el calor El calor afecta a los materiales terrestres, en


especial a los que se forman en ambientes de bajas temperaturas, de dos
maneras. En primer lugar, fomenta la recristalización de granos minerales
individuales, lo cual sucede, en particular, con las arcillas, los sedimentos de grano
fino y algunos precipitados químicos más finos tienden a unirse y formar
granos de mayor tamaño de la misma mineralogía.

En segundo lugar, el calor puede aumentar la temperatura de una roca hasta el


punto en que uno o más de sus minerales ya no son químicamente estables. En
estos Casos, los iones constituyentes tienden a distribuirse en estructuras
cristalinas más estables en el nuevo ambiente de alta energía. Las reacciones
químicas de este tipo tienen como consecuencia la creación de nuevos minerales
con configuraciones estables que tienen una composición global más o menos
equivalente a la de los minerales originales. (En algunos ambientes, los iones
quizá migren hacia el interior o el exterior de una unidad rocosa, modificando así
su composición química general.)
En resumen, si tuviéramos que atravesar una región de rocas metamórficas
(situada en la superficie) desplazándonos en dirección al metamorfismo creciente,
podríamos esperar observar dos cambios atribuibles en gran medida al aumento
de la temperatura. El tamaño del grano de las rocas se incrementaría y la
mineralogía se transformaría de una manera gradual.

Fuentes de calor
El calor que causa el metamorfismo de las rocas proceden principalmente de la
energía liberada por la desintegración radiactiva y la energía térmica almacenada
en el interior de la tierra. Recordemos que las temperaturas aumentan con la
profundidad a un ritmo conocido como gradiente geotérmico (geo _ Tierra; therm _
calor).
En la corteza superior, este incremento de la temperatura oscila entre 20 °C y 30
°C por kilómetro . Por tanto, las rocas que se formaron en la superficie terrestre
experimentarán un aumento gradual de la temperatura conforme son
transportadas (subducidas) a mayor profundidad.
Cuando se entierran a una profundidad de unos 8 kilómetros, donde las
temperaturas son de 150 °C a 200 °C, los minerales arcillosos tienden a
inestabilizarse y empiezan a recristalizar en minerales como la clorita y la
moscovita, que son estables en este ambiente. (La clorita es un mineral similar a
la mica formado por el metamorfismo de silicatos oscuros.) Sin embargo, muchos
silicatos, en especial los que se encuentran en las rocas ígneas cristalinas, como
el cuarzo y el feldespato, permanecen estables a esas temperaturas. Por tanto, las
transformaciones metamórficas de estos minerales ocurren, en general, a
profundidades mucho mayores.
Los ambientes donde las rocas pueden ser transportadas a grandes
profundidades y calentarse son los bordes de placa convergentes, donde están
siendo subducidos fragmentos de corteza oceánica cargados de sedimentos.
Además, es posible que las rocas sean enterradas en grandes cuencas donde la
subsidencia gradual da origen a acumulaciones muy gruesas de sedimentos . Se
sabe que en esos lugares.

Factores del metamorfismo


En México, se desarrollan condiciones metamórficas cerca
de la base de la cuenca.
Además, las colisiones continentales, que causan el engrosamiento de la corteza,
hacen que las rocas queden enterradas profundamente, donde las temperaturas
elevadas pueden provocar la fusión parcial.
El calor también puede ser transportado desde el manto hasta incluso las capas
más someras de la corteza.
Las plumas ascendentes del manto, que afloran en las dorsales centrooceánicas,
y el magma generado por la fusión parcial del manto en las zonas de subducción
son tres ejemplos. En general, siempre que se forman magmas y éstos ascienden
a un ritmo lento hacia la superficie, se produce metamorfismo. Cuando intruye en
rocas relativamente frías en zonas poco profundas, el magma «cuece» la roca
caja. Este proceso, denominado metamorfismo de contacto, se considerará más
adelante en este capítulo.

Presión y esfuerzo diferencial


La presión, como la temperatura, también aumenta con la
profundidad conforme aumenta el grosor de las rocas suprayacentes.
Las rocas enterradas están sometidas a una presión muy alta.

Fluidos químicamente activos


Se cree que los fluidos compuestos principalmente de agua y otros componentes
volátiles, como el dióxido de carbono, representan un papel importante en algunos
tipos de metamorfismo. Los fluidos que rodean los granos minerales actúan como
catalizadores y provocan la recristalización
fomentando la migración iónica. En ambientes cada vez más calientes, estos
fluidos ricos en iones
se vuelven proporcionalmente más reactivos. Cuando se unen dos granos
minerales, la parte de sus estructuras cristalinas que se toca es la que recibe una
mayor presión.
Los iones situados en estos puntos son fácilmente disueltos por los fluidos
calientes y migran a lo largo de la superficie del grano hacia los espacios porosos
situados entre los granos. Así, los fluidos hidrotermales contribuyen a la
recristalización de los granos minerales disolviendo el material procedente de las
regiones sometidas a esfuerzos elevados y precipitando (depositando) este
material en zonas sometidas a esfuerzos bajos. Como consecuencia, los
minerales tienden a recristalizar y a alargarse más en una dirección perpendicular
a los esfuerzos de compresivos.
Cuando los fluidos calientes circulan libremente a través de las rocas, puede
producirse intercambio iónico entre dos capas rocosas adyacentes o los iones
pueden
migrar a grandes distancias antes de acabar depositándose.
Esta última situación es especialmente habitual cuando consideramos los fluidos
calientes que escapan durante la cristalización de un plutón ígneo. Si la
composición de las rocas que rodean el plutón es claramente distinta de la de los
fluidos invasores, puede producirse un intercambio considerable de iones entre los
fluidos y la roca caja. Cuando eso sucede, se produce un cambio de la
composición global de las rocas circundantes. En estos casos el proceso
metamórfico se denomina metasomatismo.
¿Cuál es el origen de estos fluidos químicamente activos? El agua es muy
abundante en los espacios porosos de la mayoría de rocas sedimentarias, así
como en las fracturas de las rocas ígneas. Además, muchos minerales, como las
arcillas, las micas y los anfíboles están hidratados (hydra _ agua) y, por tanto,
contienen agua en sus estructuras
cristalinas. Las temperaturas elevadas asociadas con un metamorfismo de grado
bajo a moderado causan la deshidratación de estos minerales. Una vez
expulsada, el agua se mueve a lo largo de las superficies de los granos
individuales y está disponible para facilitar el transporte iónico. No obstante, en los
ambientes metamórficos de alto grado, en los que las temperaturas son extremas,
estos fluidos pueden ser expulsados de las rocas. Recordemos que cuando se
subduce la corteza oceánica a profundidades de unos 100 kilómetros, el agua
expulsada de estas capas migra hacia la cuña del manto suprayacente, donde
provoca la fusión.

CONCLUSION:
El estudio de la actividad ígnea es muy importante para entender la
formación de las rocas y del suelo asi como de su composición y
propiedades de estas para poder darle un uso a través de la ingeniería

Ademas del uso que se le pueden dar a las rocas también es


importante el estudio de la actividad volcanica ya que supone un
peligro para la población que habita cerca los volcanes y en base a
ello se puede tomar medidas de prevención.

Los volcanes más activos están asociados con los límites de placa.
Las áreas de vulcanismo activo donde se está produciendo expansión
del fondo oceánico (límites de placa divergentes), adyacentes a las
fosas oceánicas donde una placa está siendo subducida debajo de
otra (límites de placa convergentes), y en los interiores de las propias
placas (vulcanismo intraplaca). Las plumas ascendentes de roca del
manto caliente son el origen de la mayor parte del vulcanismo
intraplaca.
BIBLIOGRAFIA

--Ciencias de la tierra, Edward J.Tarbuck, Frederick K. Lutgens,


Octava edición, editorial Pearson Prestige Hall.

--Rocas y Minerales - Walter Schumann - 3ra Edición

--Ingeniería geológica - Luis González de Vallejo

--Manuales De Identificación; Rocas & Minerales - Chris Pellant_

--Las rocas y los materiales de construcción, Por: GILMER


FERNANDO MARTÍN ARÉVALO Estudiante de Ingeniería Civil
Universidad Santo Tomás, Seccional Tunja

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