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Control de lectura “Qué es la política” de Hannah Arendt

Por: Limber José Mejía Barrios

La lectura del presente texto me pareció muy enriquecedor, sobre todo por la
coyuntura en la que nos encontramos: las elecciones concurrentes de 2018.

Actualmente, los partidos políticos, los políticos y la política en general están en una
profunda crisis, en la que los ciudadanos han expresado menores índices de
confianza hacia las instituciones políticas y de las personas que ejercen la política
profesional. Los medios de comunicación presentan a cada oportunidad los
descalabros de diversos políticos, maximizan o minimizan los eventos politizando
de acuerdo a las distintas intencionalidades.

Personalmente, creo en la política, y la lectura de Hannah Arendt me da elementos


para fortalecer mi posición. Dice Hannah Arendt que si deseamos hablar sobre
política debemos empezar por lo prejuicios sobre ella, mismos que se han albergado
desde hace mucho tiempo, y que inhiben la participación y el buen juicio de las
personas sobre la política, pues funciona como una barrera sobre “todo lo político”.
Sin embargo, el peligro del prejuicio reside precisamente en que siempre está bien
anclado en el pasado y por eso se avanza al juicio y lo impide, imposibilitando con
ello tener una verdadera experiencia de lo que acontece.

Por ello cabe preguntarse si la política tiene aún algún sentido. Pues coincidiendo
con Arendt, sí, la política tiene aún sentido, y el sentido de la política es la libertad.
De este modo, aquel ciudadano que valora su libertad se involucrará lo suficiente
en los asuntos públicos de su comunidad, pues no puede haber un ciudadano en el
sentido normativo (de acuerdo a Adela Cortina) sino se goza de libertad.

Por tanto, la política, considerándola como una actividad puramente humana, nos
humaniza aún más cuando los ciudadanos decidimos participar en la política de

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nuestra nación. Menciona Arendt que “Puesto que el hombre no es autárquico, sino
que depende en su existencia de otros, el cuidado de ésta debe concernir a todos,
sin lo cual la convivencia sería imposible. La misión y el fin de la política es asegurar
la vida en el sentido más amplio” (Arendt, 1997: 67).

Y es con lo anterior con lo que quisiera concluir. Puesto que la misión y el fin de la
política es asegurar la vida en el sentido más amplio, vale la pena, desde cualquier
ángulo que se observe, la participación activa de los ciudadanos en la vida política
de su comunidad, estado o país.

La política es demasiado importante como para dejárselo solo a los políticos


(profesionales), si bien es cierto que nuestras modernas democracias son
representativas, esto no implica que los ciudadanos nos debamos circunscribir a
una participar electoral limitada al voto, hay muchas y diversas formas de participar.
Solo participando garantizamos que la misión y el fin de la política se cumpla.

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