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Ciclo del Fósforo.

El CICLO DEL FÓSFORO es un ejemplo de un ciclo sedimentario cuya principal área de


almacenamiento del elemento se encuentra en la corteza terrestre. Otros elementos que
presentan ciclos muy similares son el calcio, el hierro, el potasio, el manganeso, el sodio y el
azufre. Algunos de estos elementos sólo existen en cantidades microscópicas dentro de los
organismos vivientes, pero sin embargo son vitales para el crecimiento y el desarrollo normales.
Por ejemplo no se pueden elaborar proteínas sin fósforo ni azufre.

Desde el punto de vista ecológico, el fósforo es uno de los minerales más importantes, pero es
también uno de los que tienen mayores probabilidades de escasear En los buenos suelos
agrícolas el fósforo está disponible en forma de iones de fosfato (P2O5). La falta de fósforo
produce una disminución de la productividad de los vegetales y esto afecta, a su vez, a la vida
animal. El fósforo proviene de las rocas fosfatadas que se desintegran y desgastan lentamente
por la acción de las gotas de agua, los cristales de hielo, el viento, los rayos solares y las raíces
de las plantas dejando en libertad el mineral que se convierte en una sal en solución, sea en el
agua del suelo, sea en las extensiones de agua. Las plantas absorben el fósforo y otras sales
minerales a través de sus raíces. De las plantas el fósforo pasa por varias cadenas alimentarias
y vuelve generalmente al suelo o al agua a través de la acción de los desintegradores.

Los animales obtienen fósforo al alimentarse de las plantas o de otros animales que hayan
ingerido. En la descomposición bacteriana de los cadáveres, el fósforo se libera en forma de
ortofosfatos (H3PO4) que pueden ser utilizados directamente por los vegetales verdes, formando
fosfato orgánico (biomasa vegetal), la lluvia puede transportar este fosfato a los mantos
acuíferos o a los océanos.

Esta parte del ciclo es la fase de las soluciones de sales; la otra parte podría denominarse fase
de las rocas. Los ríos acarrean las sales de fósforo hacia los mares. Algunas se depositan en
los bajos y se incorporan a las rocas sedimentarias que se forman en el curso de millones de
años. A la larga, las rocas pasan a formar parte de nuevas masas de tierra, produciendo nuevas
reservas de sales de fósforo a medida que se desgastan lentamente. El fósforo y muchos otros
minerales se depositan en las rocas y se liberan de ellas en un proceso que se repite
continuamente.

Las corrientes marinas que ascienden desde las profundidades del océano llevan a la superficie
cierta cantidad de fósforo, que es absorbido rápidamente por el fitoplancton y se desplaza a lo
largo de las cadenas alimentarias oceánicas. Parte de este fósforo vuelve a la tierra a través de
la pesca marina. Otra parte proviene del guano de aves que se alimentan de peces, el cual es
rico en fósforo y nitrógeno. Los nutrimentos son absorbidos por el fitoplancton, el cual sirve de
alimento a diminutos crustáceos, que a su vez nutren a peces llamados anchoas, de los cuales
se alimentan cuervos marinos denominados cormoranes. Estas aves anidan en grandes
cantidades en las islas y sus deposiciones se recogen y se venden como ingrediente de
fertilizantes.
La mayor parte del fósforo utilizado en los fertilizantes se extrae de rocas fosfatadas. Enormes
cantidades de fósforo se hallan diseminadas sobre la tierra y muchas toneladas son llevadas
por las aguas y se pierden en las profundidades del mar. Se calcula que cada año se pierden
de este modo tres mil quinientos millones de toneladas de fósforo y el reciclaje natural
proveniente de los mares no puede compensar esta pérdida. La reserva de rocas fosfatadas
que se usan para la preparación de fertilizantes puede durar aún muchos años, pero no es
ilimitada; llegará el día en que el hombre tendrá que encontrar un medio de recuperar el fósforo
que se halla en las profundidades del océano.

El ciclo del fósforo difiere con respecto al del carbono, nitrógeno y azufre en un aspecto
principal. El fósforo no forma compuestos volátiles que le permitan pasar de los océanos a la
atmósfera y desde allí retornar a tierra firme.

1. Fósforo en suelo.

El estudio del comportamiento del fósforo en el suelo es de gran significación, ya que es un


macroelemento esencial generalmente escaso en muchos suelos del trópico, además de estar
sujeto al fenómeno de fijación que significa la pérdida de solubilidad que sufren los fosfatos
aprovechables al reaccionar con los componentes del suelo.

La disponibilidad de fósforo en el sistema suelo-planta-animal juega un papel fundamental en su


productividad, dado que la deficiencia de este elemento en el suelo provoca una marcada
reducción en el crecimiento y la calidad del forraje lo que repercute en la fisiología animal.

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1.1. Formas y Procesos de Fósforo en el Suelo:
Desde el punto de vista del material que aporta el nutriente, separaremos al fósforo del suelo en
dos grandes formas: fósforo orgánico y fósforo inorgánico.

1.1.1. Fósforo Orgánico


La principal fuente está constituida por los residuos vegetales y animales que se adicionan al
suelo. Los compuestos fosfatados más importantes de la materia orgánica son núcleoproteínas,
fosfolípidos y fosfoazúcares.

La mineralización de la materia orgánica es lenta y por vía microbiana, requiriendo temperaturas


de aproximadamente 25 a 30 ºC, pH neutro y humedad cercana a capacidad de campo. El
proceso de mineralización está regido por la relación C/P de la materia orgánica, cuyo valor
crítico es aproximadamente 200. Por encima de este valor se produce depresión del fosfato
inorgánico (fenómeno similar al de la depresión de los nitratos).

1.1.2. Fósforo Inorgánico


Desde el punto de vista edafológico interesa clasificarlo de acuerdo a su disponibilidad mediata
o inmediata para las plantas en: fósforo soluble, intercambiable e insoluble.

1.1.2.1. Fósforo soluble:


Son las formas aprovechables para las plantas en forma inmediata, es decir son fosfatos en la
solución del suelo. Su concentración es muy débil y fluctúa entre 0,2 y 0,5 mg/lt, o sea 200 a
400 gr/ha en 30 centímetros de espesor. En suelos muy ricos la concentración puede llegar
hasta 1 mg/lt (1 ppm) y en suelos pobres a 0,1 mg/lt. Generalmente es una concentración
constante y permanece así aunque varíe la relación suelo-agua.

Para que los cultivos se abastezcan convenientemente es necesario que ocurra una renovación
del fósforo en solución. El equilibrio entre las distintas formas fosfatadas es lo que asegura la
nutrición de los vegetales. Las formas solubles de fósforo en el suelo son los fosfatos diácidos
(H2PO4-) y monoácidos (HPO4=). La concentración de los iones fosfatos en solución está
relacionada con el pH de la misma. El ion H2PO4 es favorecido por los pH bajos, mientras que el
ion HPO4= por los pH más altos.

1.1.2.2. Fósforo intercambiable:


También llamado fósforo lábil o adsorbido, y su disponibilidad es más lenta que el anterior. La
adsorción de fosfatos, como en general toda adsorción aniónica en el suelo, es un fenómeno
que depende del pH. A pH ácidos aumentan las cargas positivas de los coloides y por ende,
aumenta la adsorción. Estos iones forman parte del enjambre de iones que rodean a las
partículas coloidales y están en constante movimiento. Representan del 15 al 30% del fósforo
inorgánico, lo que significa 800 a 2500 kg de P2O5/ha.

Este fósforo lábil puede estar adsorbido directamente por los bordes de las arcillas (cuando
están tienen cargas positivas como la caolinita a bajos valores de pH), o por uniones que usan
al calcio como puente (en las arcillas de tipo 2:1). También puede estar adsorbido por los
óxidos e hidróxidos de hierro y aluminio, que tienen un poder de fijación mucho mayor que el de
las arcillas.

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1.1.2.3. Fósforo insoluble:
Es el que está formando parte de los minerales primarios y secundarios, y constituye la gran
reserva de fósforo inorgánico en el suelo. La insolubilización se puede deber a la precipitación
como fosfatos cálcicos en medio alcalino, o como fosfatos de hierro y aluminio en medio ácido.
Tanto en suelos ácidos como alcalinos, el fósforo tiende a sufrir una cadena de reacciones que
producen compuestos fosforados de baja solubilidad. Por lo tanto, durante el largo tiempo que
el fósforo permanece en el suelo, las formas menos solubles, y por ende las menos disponibles
para la planta, tienden a aumentar. Cuando se agrega fósforo soluble al suelo, usualmente
ocurre una rápida reacción (de unas pocas horas) que remueve el fósforo de la solución (fija el
fósforo). Lentas reacciones posteriores continúan gradualmente reduciendo la solubilidad
durante meses o años, según la edad de los compuestos fosfatados. El fósforo recientemente
fijado puede ser débilmente soluble y de algún valor para las plantas. Con el tiempo, la
solubilidad del fósforo fijado tiende a decrecer a niveles extremadamente bajos. Este fenómeno
se conoce como envejecimiento del fósforo.

Fósforo en el mar

El fósforo se encuentra en el mar como ión fosfato, concretamente bajo la forma de ortofosfato
cálcico y, según Thoulet, en concentraciones en torno a 0.0156 g/l en aguas de salinidad
normal (35/1000). Su presencia es importante porque es un elemento imprescindible en la
síntesis de materia orgánica en el mar y es muy utilizado por el fitoplancton (plancton vegetal).
Así, la escasez de fosfatos en zonas de actividad fotosintética limitaría la productividad primaria,
sobre todo en el verano, incidiendo directamente en toda la vida marina.

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Este mismo hecho de la utilización de los fosfatos por el fitoplancton durante los procesos de
fotosíntesis, hace que su concentración en el mar sea muy variable y dependa de las
fluctuaciones de población fitoplantónica y, por lo tanto, de la profundidad.

En el mar se van a producir dos afloraciones anuales que coinciden con primavera y otoño.
Este "bloom" o período de explosión fitoplanctónica trae como consecuencia una disminución
del fósforo existente en el mar, ya que el intenso consumo no puede ser compesado por nuevos
aportes a la misma velocidad. En estos momentos, esas zonas del mar quedan con unas
concentraciones mínimas de fosfato que, desde ese mismo momento, empiezan a regenerarse,
básicamente por dos caminos:

 A nivel costero, por los aportes terrígenos


 A nivel oceánico, por los aportes procedentes de los restos de los seres muertos que se
depositan en el fondo y sobre cuyas restos actúan las bacterias, transformándolos en
elementos inorgánicos.

En la descomposición bacteriana de los cadáveres, el fósforo se libera en forma de ortofosfatos


(H2PO4) que pueden ser utilizados directamente por los vegetales verdes, formando fosfato
orgánico (biomasa vegetal). A su vez, los vegetales son consumidos en los diversos niveles
tróficos animales herbívoros, formando biomasa animal que a su vez es utilizada por los
animales carnívoros. Cuando los seres vivos mueren, o a partir de sus excretas, los restos son
mineralizados por las bacterias dando lugar a ortofosfato y a fosfato orgánico, soluble o
disuelto, que puede ser reutilizado por los vegetales cerrando la cadena.

En los procesos de Up-Welling (afloramiento) y debido a las corrientes de fondo ascendentes,


estos elementos se ponen en circulación hacia las capas superiores provocando la renovación
de los fosfatos. Es en estas zonas donde se forman ricas pesquerías.

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2. Importancia del fósforo
2.1. Importancia en las células
El fósforo en las células es de una gran importancia debido a que es un nutriente primario, se
encuentra presente en ADN, ARN, fosfolipidos de membrana y en al ATP. En las bacterias y
hongos lo almacenan como polifosfatos y en especies vegetales, como inositol-P o llamado
fitina. El nivel de fósforo en tejidos vegetales es de 0.3 – 0.5%: en microorganismos, es de 3%
pero esto varía con las especies.

2.2. Importancia en el cuerpo humano


El fósforo es un mineral natural esencial para la preservación de la vida sobre la Tierra (animal,
vegetal y humana). El fósforo es el segundo nutriente mineral más abundante en el cuerpo
humano después del calcio. Representa más del 20% de los minerales de nuestro organismo,
aproximadamente el 1% del peso total del cuerpo. Cerca del 80% del fósforo en los humanos se
encuentra en los dientes y en los huesos. El resto está ampliamente distribuido en todo el
organismo en combinación con las proteínas, las grasas y otras sales en toda célula viva.

2.3. Importancia en los animales


El fósforo tiene varias funciones vitales en el cuerpo de los animales y se relaciona con la
secreción de la leche, el metabolismo de la energía y el transporte de aminoácidos de los
ácidos grasos, la síntesis de fosfolípidos y proteínas. Como resultado, el fósforo está implicado
en el metabolismo celular, el sistema enzimático y el sistema de amortiguación (componente de
la saliva). En el cuerpo del animal un 80 a 86% del fósforo se encuentra en los huesos y los
dientes, el resto se distribuye en los tejidos blandos. El fósforo, como el fosfato, se absorbe en
el intestino delgado, y el proceso de absorción es mediada por la vitamina D.

Una deficiencia de fósforo disminuye el consumo de la pastura y así la tasa de crecimiento de


animales, la eficiencia reproductiva y la producción de leche. La suplementación mineral surge
como alternativa factible para mantener niveles adecuados de fósforo en los animales

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deficientes, garantizando de este modo un aporte adecuado de este mineral que permita cubrir
sus requerimientos.

Es imposible de exagerar la importancia de fósforo en la nutrición de rumiantes, especialmente


el ganado bovino. Según Underwood (1981), no hay ninguna duda que la falta de fósforo es la
más vasta y económicamente importante deficiencia mineral en los animales en pastoreo. El
fósforo juega un papel sumamente importante en la conversión de la energía contenida en el
pasto a energía utilizable por el animal. La escasez del fósforo se evidenciará si su contenido
en la pastura cae por debajo de 0.12 a 0.15%. Una deficiencia de fósforo disminuye el consumo
de la pastura y así la tasa de crecimiento de animales, la eficiencia reproductiva y la producción
de leche. Además, las vacas gestantes deben proporcionar fósforo al feto en desarrollo y,
después de parir, estas vacas requieran fósforo adicional para la producción de leche (1 g/l).

El síndrome de deficiencia fosfórica puede ir acompañado por el cuadro clásico de


hipofosfatemia, caracterizado por paresia postparto, hemoglobinuria puerperal y anemia en
vacas adultas, raquitismo y osteomalacia en animales en desarrollo y adultos respectivamente.
En la presentación de estos síntomas, también están involucrados la deficiencia de Vitamina D
y de Calcio. Se ha sido descrita una enfermedad conocida como “Sindrome parapléjico bovino”,
el cual ha sido atribuido entre otros factores a la deficiencia de fósforo.

2.4. Importancia en las plantas


Las plantas que proveen alimento para los humanos y forraje para el ganado, obtienen el
fósforo y otros nutrientes minerales del suelo. El suelo, recurso natural vital, es la reserva a
partir de la cual las plantas obtienen sus nutrimentos, los cuales junto con el agua y el aire
permiten su crecimiento. Las raíces de las plantas absorben esos "alimentos" del suelo. Las
hojas verdes utilizan entonces la luz solar y el aire para construir carbohidratos (azúcares y
almidones), grasas, proteínas y vitaminas que componen la dieta de los seres humanos y
animales. Las plantas no pueden sobrevivir sin fósforo. Necesitan un aporte constante en
cantidades adecuadas para completar su desarrollo normal. El fósforo desempeña muchas
funciones para asegurar que los alimentos que consumimos sean abundantes:

 Mejora la calidad de los cultivos y protege a las plantas de las enfermedades.


 Contribuye a que las plantas resistan los efectos de las bajas temperaturas del invierno y
a otros factores de estrés causados por el ambiente
 Incrementa los rendimientos de los cultivos haciendo que los agricultores cultiven más
producto de manera más eficiente para que los consumidores puedan adquirir los
alimentos que desean a un precio razonable.

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2.4.1. Disponibilidad del fósforo para las plantas
Las plantas absorben el fósforo de la solución del suelo, pero ésta tiene una concentración muy
pequeña del nutriente como para satisfacer las necesidades de los vegetales durante el período
de crecimiento. Por lo tanto el suelo debe ser capaz de hacer disponible una cantidad de fósforo
varias veces mayor que la cantidad presente en la solución del suelo en un momento dado.
Esto solamente es posible por la existencia de un equilibrio dinámico entre las diferentes formas
de fósforo del suelo:

P insoluble P lábil P soluble

Una vez removido el fósforo de la solución del suelo, el resultado será una transferencia de
fosfatos desde la fase sólida del suelo. La relación entre fósforo en solución y fósforo fijado o
lentamente soluble es un ejemplo del balance entre los factores capacidad e intensidad en la
fertilidad del suelo. El factor intensidad es la cantidad de un nutriente disuelto en la solución del
suelo. El factor capacidad es la cantidad del nutriente asociado con la matriz del suelo y en
equilibrio con los iones del mismo nutriente en solución. En los suelos se pueden dar las
siguientes combinaciones:

• Alta capacidad y baja intensidad: se presenta en suelos ácidos o calcáreos ricos en fósforo,
donde éste precipita como fosfato de hierro, aluminio o calcio.

• Alta capacidad y alta intensidad: se presenta en suelos neutros con buen contenido de
arcilla y materia orgánica, en donde el fósforo está adsorbido y es fácilmente intercambiable.

• Baja capacidad y baja intensidad: es típica de los suelos ácidos o calcáreos que además
tienen materiales originarios pobres en fósforo.

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• Baja capacidad y alta intensidad: se puede dar en suelos arenosos muy fertilizados y con
pocos coloides o compuestos de hierro, aluminio o calcio que fijen el fósforo en forma de
fosfatos insolubles.

2.4.2. Factores que afectan la disponibilidad de fósforo para las plantas

• Humedad: las experiencias señalan que el movimiento del fósforo aumenta con el contenido
de agua del suelo. Por otra parte la absorción de fósforo por las plantas aumenta cuando la
succión matriz del suelo disminuye, lo que concuerda con el concepto de que la transferencia
del nutriente a las raíces se efectúa por medio del agua.

• Textura: influye en la asimilabilidad del fósforo tanto por el contenido de agua que el suelo
puede retener como por la contribución a la riqueza del fósforo del suelo. Los suelos de textura
gruesa tienen menor contenido de agua que los de textura fina a cualquier succión matriz, y por
lo tanto menor difusión del fósforo hacia la raíz. Por otra parte la cantidad de fósforo lábil o
intercambiable será menor en los suelos de textura gruesa que los de textura fina que tienen
mayor capacidad de adsorción de aniones.

• Coloide inorgánico: interesan el tipo y la cantidad de arcilla. Algunos minerales de arcilla son
mucho más fijadores que otros. Generalmente aquellas arcillas que poseen gran capacidad de
adsorción de aniones (debido a superficies cargadas positivamente), tienen una gran afinidad
por los iones fosfato. Por ejemplo, una fijación extremadamente alta es característica de las
arcillas alófanas, que se encuentran típicamente en los Andisoles y otros suelos asociados con
cenizas volcánicas. Los óxidos de hierro y aluminio, tales como la gibsita y la goetita, también
pueden atraer y retener fuertemente los iones fósforo. Entre las arcillas silicatadas, la caolinita
tiene la mayor capacidad de fijación de fósforo. Las arcillas de tipo 2:1 de los suelos menos
meteorizados, tienen una relativamente pequeña capacidad de retener el fósforo.

• Materia orgánica: es fuente permanente de fósforo a través de los procesos de


descomposición y mineralización que liberan nutrientes a la solución del suelo. La materia
orgánica generalmente tiene poca capacidad para fijar fuertemente los iones fosfato. Los suelos
ricos en materia orgánica, especialmente de fracciones activas de la misma, casi siempre
exhiben relativamente bajos niveles de fijación de fósforo.

• pH del suelo: La mayor parte de la fijación de fósforo ocurre a muy bajos o muy altos valores
de pH. Cuando el pH sube desde menos de 5 hasta 6, los fosfatos de hierro y aluminio se
hacen algo menos solubles. Además cuando el pH cae desde más de 8 hasta menos de 6, los
fosfatos de calcio incrementan su solubilidad. Por lo tanto, como regla general en los suelos
minerales, la fijación de fósfatos es baja (y la disponibilidad para la planta es alta) cuando el pH
se mantiene en el rango entre 6 y 7. Incluso en este rango de pH, la disponibilidad puede ser
todavía muy baja, y los fosfatos solubles adicionados serán rápidamente fijados por el suelo. El
bajo aprovechamiento por las plantas del fosfato agregado al suelo en una estación dada, es
debido parcialmente a esta fijación. Un gran aprovechamiento deberá esperarse en los suelos
orgánicos y en las mezclas preparadas de suelo, donde las concentraciones de calcio, hierro, y
aluminio no son tan altas como en los suelos minerales.

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• Material original: cuanto más rico es material original mayor será la disponibilidad de fósforo
si las condiciones antes mencionadas no son limitantes.

3. Intervención del hombre en el ciclo

Finalmente cabe mencionar que los humanos intervienen en el ciclo del fósforo de las
siguientes maneras:

 Extrayendo por minería grandes cantidades de rocas que contienen fosfatos para
producir fertilizantes inorgánicos comerciales y compuestos detergentes.
 Añadiendo exceso de iones fosfato a los ecosistemas acuáticos; en el escurrimiento de
desechos animales desde terrenos donde se alimenta ganado, el de fertilizantes
fosfatados comerciales desde las tierras de cultivo, y la descarga de aguas negras
municipales tratadas o no. Como con los iones nitrato y amonio, un suministro excesivo
de este nutriente causa un crecimiento explosivo de cianobacterias, algas y diversas
plantas acuáticas que alteran la vida de los ecosistemas acuáticos.
 El hombre también moviliza el fósforo cuando explota rocas que contienen fosfato.

 El fósforo blanco esta en el ambiente cuando es usado en industrias para hacer otros
productos químicos y cuando el ejército lo usa como munición. A través de descargas de
aguas residuales el fósforo blanco termina en las aguas superficiales cerca de las
fábricas donde es usado. Cuando el fósforo termina en el aire a través de los tubos de
escape este terminará usualmente reaccionando con el oxígeno al instante para
convertirse en partículas menos peligrosas. Pero en suelos profundos y en el fondo de
los ríos y lagos el fósforo puede permanecer miles de años y más.
 Los fosfatos tienen muchos efectos sobre los organismos. Los efectos son mayormente
consecuencias de las emisiones de grandes cantidades de fosfatos en el ambiente
debido a la minería y los cultivos. Durante la purificación del agua los fosfatos no son a
menudo eliminados correctamente, así que pueden expandirse a través de largas
distancias cuando se encuentran en la superficie de las aguas.
 Debido a la constante adición de fosfatos por los humanos y que exceden las
concentraciones naturales, el ciclo del fósforo es interrumpido fuertemente.
 El incremento de la concentración de fósforo en las aguas superficiales aumenta el
crecimiento de organismos dependientes del fósforo, como son las algas. Estos
organismos usan grandes cantidades de oxígeno y previenen que los rayos de sol

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entren en el agua. Esto hace que el agua sea poco adecuada para la vida de otros
organismos. El fenómeno es comúnmente conocido como eutrofización.

4. Prácticas que permiten mejorar la disponibilidad de fósforo

Debido a que la mayor parte de los suelos minerales tienen una gran capacidad para remover
iones fosfato de la solución y fijarlos en la superficie de las partículas, se hace difícil para las
raíces absorber una cantidad adecuada de fósforo para satisfacer las necesidades de las
plantas. El fósforo en el fertilizante está también sujeto a la fijación en la superficie de las
partículas, y probablemente solo un 10 -15% del fósforo agregado sea tomado por las plantas
en el mismo año de la aplicación. En consecuencia, la disponibilidad de fósforo es un factor
limitante en muchos agroecosistemas. Basándonos en los principios del comportamiento del
fósforo del suelo, una serie de recomendaciones pueden sugerirse para mejorar el problema de
la fertilidad fosfórica.

1. Manejo de las dosis del fertilizante fosfatado:


Si se puede agregar bastante fósforo, la capacidad de fijación del mismo puede saturarse,
incluso en los suelos muy fijadores. Esta puede alcanzarse con dosis masivas de fósforo (como
fertilizante fosfórico, roca fosfatada, o abono animal), o por la adición anual durante varios años
de más cantidad de fósforo que la removida por la cosecha. La rápida o la lenta acumulación
alcanzada podrá satisfacer la mayor parte de los sitios de fijación y llevará al suelo a niveles tan
altos de fósforo que se mantendrá en solución suficiente cantidad del mismo, a pesar de la gran
capacidad de fijación inicial. La aplicación de dosis masivas puede ser muy costosa, por lo que
solo se utiliza en sistemas de agricultura intensiva. La segunda desventaja para esta opción es
la potencial polución del agua que se produce por la gran cantidad de fósforo liberado hacia el
agua de escurrimiento en los suelos saturados con fósforo.

2. Ubicación del fertilizante fosfatado:


Para favorecer la absorción de fósforo por las raíces de las plantas se debe minimizar la
oportunidad de reacción del mismo con el suelo. Generalmente, si el fertilizante es colocado
directamente en la zona radicular, puede utilizarse un medio a un tercio del mismo, con
respecto a una aplicación en donde se lo mezcle excesivamente con el suelo. El punto de
ubicación es muy usado cuando la aplicación es manual, pero actualmente se está
desarrollando maquinaria que "inyecta" el fertilizante para encontrar el punto de ubicación aún
en los sistemas mecanizados. Las aplicaciones en banda constituyen prácticas comunes para
la fertilización de arranque. Los árboles son usualmente fertilizados con pellets. En sistemas de
siembra directa, se hace una banda superficial.

3. Combinación de fertilizantes amoniacales y fosfatados:


Si se usa amonio junto con el fertilizante fosfórico se produce un gran incremento en la
absorción de fósforo por parte de la raíz, especialmente en los suelos alcalinos. Este aumento
en la absorción está probablemente relacionado a los ácidos producidos durante los procesos

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de nitrificación y a los ácidos que producen las raíces cuando toman el nitrógeno en forma de
amonio. Los fertilizantes de fosfato mono y diamónico ofrecen esta ventaja.

4. Adición de materia orgánica:


Además del fósforo orgánico provisto para la mineralización, la materia orgánica del suelo
puede aumentar la disponibilidad de fósforo por reducción de la tendencia de la fracción mineral
a fijar el nutriente. Esto se debe al enmascaramiento de los sitios de fijación por el humus, los
ácidos orgánicos y los quelatos de hierro y aluminio. El retorno de los residuos, incluyendo los
abonos verdes en las rotaciones de cultivo, el mulching con varios materiales orgánicos, y la
adición de abonos de origen animal y otros desechos descomponibles, pueden incrementar el
fósforo disponible.

5. Control del pH del suelo:


Algún control sobre la solubilidad del fósforo puede lograrse manteniendo del pH del suelo
entre 6 y 7. Este mantenimiento es generalmente más práctico en los suelos menos
meteorizados que en aquellos más evolucionados de las regiones cálidas y húmedas. Un
encalado oportuno puede contribuir para mejorar la disponibilidad de fósforo en muchos casos,
pero si no existe material calizo disponible en la zona, el costo puede ser prohibitivo.

En resumen, la mayor parte de los suelos tiene una pequeña cantidad de fósforo disponible, la
cual debe ser repuesta por una serie de procesos. El mantenimiento de suficiente fósforo
disponible en un suelo es básicamente un programa doble:
• Adición de fertilizante fosfatado o de enmienda
• Algún grado de regulación de las propiedades de suelo que fijan tanto el fósforo adicionado
como el nativo.
5. Conclusiones

En condiciones naturales el principal aporte de minerales para nuestros bovinos son los pastos,
cuyo contenido nutritivo y mineral es muy variable y a su vez dependiente de muchos factores
tales como la especie forrajera, grado de maduración del mismo, contenido mineral del suelo (si
son o no fertilizados), etc., esto quiere decir que la adecuación de los requerimientos de los
minerales en los bovinos realizado o aportado por los pastos es muy variable, entonces
tendremos excesos o deficiencias dietarios de los minerales en nuestros semovientes.

Los suelos deficientes de fósforo producen pasturas deficientes en este elemento lo que
conduce a encontrar rebaños de animales con valores bajos de fósforo sérico (hipofosfatemia)
los cuales pueden presentar bajas ganancias de peso así como problemas reproductivos y
bajos niveles productivos. La suplementación mineral surge como alternativa factible para
mantener niveles adecuados de fósforo en los animales deficientes, garantizando de este modo
un aporte adecuado de este mineral que permita cubrir sus requerimientos.

Gran parte de la investigación ecológica apunta ahora al logro de un mejor entendimiento de los
ciclos biogeoquímicos. La vida no puede existir sin energía solar; tampoco puede existir sin el
ciclaje de elementos provenientes de la tierra, el agua y el aire.

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El fósforo como abono es el recurso limitante de la agricultura. Ya que este recurso no tiene
reserva en la atmósfera, su extracción se ve limitada a los yacimientos terrestres y la gráfica de
su producción mundial se parece a la de una extracción petrolera, en forma de campana. Con el
uso actual se proyecta que se estará agotando por el 2050.

El papel que juega el fósforo en el incremento del rendimiento por hectárea es especialmente
importante puesto que mucha tierra se está utilizando para la construcción de casas, ciudades,
carreteras, aeropuertos e industrias. Los terrenos adecuados para la producción de alimentos
también se están reduciendo a medida que las zonas más frágiles se apartan como refugios
para la vida silvestre, reservas ecológicas, parques recreativos o para la protección ambiental.
El fósforo ayuda a mantener la productividad de los suelos manteniendo así los costos bajos.
Aumenta la eficiencia de producción al proteger la calidad de los cultivos y al ayudar a los
agricultores a cosechar más por hectárea. Así, se requiere de menos tierra, menos trabajo y
equipo por cada kilo, caja o litro de alimento producido. Como resultado, podemos disfrutar de
una dieta más saludable y destinar menor cantidad de nuestros ingresos a nuestra
alimentación.

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