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Este pensamiento se difundió rápidamente por Europa, no sólo entre las personas cultas de
la clase burguesa sino también en algunos sectores de las clases privilegiadas; de tal manera
que algunos monarcas y ministros se inspiraron en las nuevas ideas para adelantar ciertas
reformas del estado.
Durante la primera mitad del siglo XVIII, los líderes de la Ilustración libraron una ardua
lucha contra fuerzas considerables. Muchos fueron encarcelados por sus escritos, y la
mayoría sufrió persecución y penas por parte de la censura gubernamental, así como
descalificaciones y condenas de la Iglesia. En muchos aspectos, sin embargo, las últimas
décadas del siglo marcaron un triunfo del movimiento en Europa y en toda América. Hacia
1770, la segunda generación de ilustrados recibió pensiones del gobierno y asumió la
dirección de academias intelectuales establecidas. El enorme incremento en la publicación
de periódicos y libros aseguró una amplia difusión de sus ideas. Los experimentos
científicos y los escritos filosóficos llegaron a estar de moda en amplios círculos de la
sociedad, incluidos los miembros de la nobleza y del clero.
Estas ideas fueron defendidas y utilizadas por los criollos en demanda de mayores espacios
de poder frente a las elites peninsulares y la corona española, se dieron cuenta de las
injusticias que tenían con ellos ya que por ser hijos de los españoles nacidos en América
tenían sus derechos más limitados y eso no les gustaba por que le tenían que pagar
impuestos al rey al igual que los mestizos e indígenas, entonces ellos por liberarse de los
españoles iniciaron la ilustración para así poder dominar ellos a los pueblos que ellos
consideraban inferiores y poderse quedar con el poder, muchas personas apoyaron esta idea
para así poder independizarse sin saber que el cambio para el pueblo no criollo no sería tan
notable ya que seguirían bajo el mando de alguien.
El acontecimiento más importante del reinado de Fernando VII es la pérdida de las colonias
en América. Su fuerte desarrollo económico en el siglo XVIII animó a la
burguesía criolla (españoles nacidos ya en América) a intentar luchar por su
independencia). La Guerra de la Independencia contra Francia provocó también en América
la creación de Juntas contrarias a José Bonaparte, pero, a diferencia de en España,
posteriormente muchas de ellas no reconocieron a Fernando VII: en Argentina, San Martín
ya proclama la independencia de la República Argentina en 1810. Pocos años después,
varias expediciones de los “libertadores” (San Martín y Sucre al sur, y Bolívar al norte de
Sudamérica) derrotan a los ejércitos realistas y proclaman la independencia de territorios
como Venezuela (1815), Chile (1818) o, de manera más autónoma, México (1821). La
derrota realista en Ayacucho, en Perú (1824) marca el fin de la presencia española en la
América continental.
Aunque poco conocido, también hay que destacar el papel de España en el proceso de
creación de los Estados Unidos de América: su apoyo a los independentistas frente a los
británicos (1776), la cesión de posesiones españolas (Florida) o la expansión del joven país
por territorios antes colonizados por España (Luisiana, Nuevo México, California, etc.).
La independencia fue un proceso político y militar que tuvo lugar entre 1808 y 1826, y que
se desarrolló en casi todos los territorios americanos gobernados por España. El resultado
final fue la independencia de la inmensa mayoría de las posesiones coloniales españolas. Se
ponía así fin al dominio que los reyes españoles habían tenido sobre gran parte del
continente americano desde el siglo XVI. A partir 1826, solo quedaron bajo la soberanía
española las islas de Cuba y Puerto Rico.
La dominación colonial duró trescientos años exactamente. ¿Por qué se produjo su caída
después de ese largo espacio de tiempo, cuando era de suponerse que el sistema se había
consolidado todo lo necesario, pues no solo contaba con una doctrina justificadora, sino
también con un aparato de represión que lo defendía? Esto se refiere a las llamadas causas
de la independencia, que son de dos tipos: internas o de la estructura y externas o del marco
internacional. La confluencia de fenómenos correspondientes a uno y otro aspecto en un
determinado momento de la evolución histórica de la sociedad colonial, desembocó en el
rompimiento de la misma. Esto demuestra que no se trata de un hecho fortuito, sino de un
acontecimiento que solo pudo darse cuando la sociedad entera había madurado para el
cambio, ya que ni en la historia ni en la naturaleza se dan los fenómenos sin causas que lo
determinen al final de cuentas.
Las causas internas aluden a la profunda crisis estructural que se gestó dentro de la
sociedad Centroamericana de la época como producto del choque entre unas fuerzas
productivas en constante desarrollo, a pesar de los obstáculos levantados frente a ellas, y las
relaciones esclavista-feudales impuestas por los colonizadores dichas relaciones, si bien
significaron un salto revolucionario al sustituir las formas organizativas de la sociedad
aborigen, llego un momento en que se convirtieron en un obstáculo para el avance continuo
del todo social. Se planteo entonces una crisis profunda que era necesario resolver para
abrirle nuevas posibilidades al progreso.
El deseo de los criollos de independizarse, querían tener poder político y mayor libertad
económica para poder desarrollar libremente sus actividades económicas (libre mercado),
cuya productividad estaba frenada por el control del comercio por parte de la metrópolis y
el establecimiento de un régimen de monopolios, gabelas y trabas. Insistían en tomar el
control de los cabildos y de la administración de las colonias.
El único estado que logró la independencia de manera pacífica en este periodo fue el Brasil.
A raíz de las Guerras Napoleónicas, la capital fue trasladada de Lisboa a Río de
Janeiro implicándose con ello la asignación de la categoría de reino a Brasil, un reino
dentro del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve (1807 – 1821). Al disolverse
pacíficamente tal reino surgió el Imperio de Brasil. La independencia fue proclamada el 7
de septiembre de 1822 por el hijo del rey de Portugal, Pedro I, que estableció una
monarquía constitucional, de economía basada en el trabajo esclavista. Durante el siglo la
mano de obra esclava fue gradualmente sustituida por inmigrantes europeos, sobre todo
alemanes e italianos.
Los grandes protagonistas de este periodo en América fueron George Washington, Simón
Bolívar, José de San Martín, Miguel Hidalgo y Costilla, Agustín de Iturbide y otros que son
considerados los padres de las patrias americanas contemporáneas por sus luchas contra el
dominio colonial. La mayor parte de los países caribeños y Canadá se independizaron
durante el siglo XX.