Você está na página 1de 91

FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES Y EDUCACION

ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACIÓN Y NEGOCIOS

INTERNACIONALES

TEMA:

ESTRATEGIA DE MARKETING EN LA COMPETITIVIDAD DE LA EMPRESA

TOTTUS, ICA, 2017


DEDICATORIA

Dedico está presente tesis a DIOS y a mi familia, porque ellos han estado conmigo

en todo momento y en cada paso que doy. Agradecer a DIOS por guiarme y seguir

en el camino del bien. Agradecer a mi FAMILIA por inculcarme valores, fe y

esperanza.

A mis padres, quienes a lo largo de mi vida han velado por mi bienestar y

educación siendo mi apoyo en todo momento. Depositando su entera confianza en

cada reto que se me presentaba sin dudar ni un solo momento en mí inteligencia.


AGRADECIMIENTO

A Dios por haberme guiado hacia el camino correcto y así encontrar la paz.

A mis padres Pedro Malpartida y Flor Pecho ya que gracias a ellos soy lo que soy

ahora; a mi hermana que me dio buenos consejos y me brindó su apoyo en todo

momento.

A mis profesores de la universidad por su invalorable enseñanza, tiempo y apoyo

para que concluya satisfactoriamente esta etapa de mi formación profesional.


RESUMEN

La presente investigación, tiene como objetivo principal conocer la

influencia de la estrategia de marketing en la competitividad de la

empresa tottus, Ica, donde surge el siguiente problema: ¿Cómo influye

la estrategia de marketing en la competitividad de la empresa Tottus,

Ica, 2017? Por lo cual se planteo la siguiente hipótesis:

La metodología de investigación utilizada fue de tipo: Aplicada, no

experimental y descriptiva, se utilizó el método inductivo-deductivo,

método hipotético-deductivo y el método análisis-sintesis, con un

diseño descriptivo -Transversal, también se utilizo la encuesta como

técnica de investigación.

Según los resultados obtenidos, puede afirmar que si existe una

relación directa entre la estrategia de marketing y la competitividad, ya

que si existe una mejor percepción de la estrategia de marketing habrá

un mayor desempeño en la competitividad del colaborador de la

empresa.

Mediante los resultados presentados en esta investigación, la empresa

puede preparar planes de contigencia para incentivar a los empleados

y asi lograr mejores resultados en la competitividad utilizando las

estrategias de marketing convenientes para un mejor rendimiento en

la organización
ABSTRACT
INTRODUCCION
CAPITULO I: EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.1. Planteamiento del problema

Para las empresas estrategia es uno de los temas gerenciales de mayor

importancia en el competitivo entorno actual ya que ayuda a definir las

directrices de las operaciones de las compañías; permite obtener ventajas en

un entorno cambiante y, permite enfrentarse a la competencia.

Los altos directivos de las organizaciones deben sumergirse en las

realidades y tendencias de los nuevos mercados, interactuar con sus clientes

internos, externos, el entorno y la competencia para elaborar planes

estratégicos con una perspectiva al futuro y flexibles que permitan a los

cambios del mercado.

Cada área de la organización cuenta con estrategias basadas en el plan

estratégico corporativo, pero es el área de marketing la que tiene una

relación directa con el mercado y los cambios de este, he aquí la importancia

de llevar a cabo un proceso de marketing estratégico en todas sus etapas,

creando estrategias de marketing que les permitan tener una ventaja sobre

los competidores y que estén encaminadas a crear y mantener clientes

satisfechos.

Una correcta planeación, tanto estratégica como de marketing, trae consigo

innumerables beneficios a la empresa, por ejemplo; se puede definir cuál

será su misión y su visión, de esta manera, se fija desde un principio el

rumbo que debe seguir la empresa y hacia dónde va, identificar el mercado

meta al que quieren dirigir sus productos o servicios, conocer sus debilidades
y amenazas y aprovechar sus fortalezas y oportunidades que permitan

mejorar sus procesos y conocer su competencia entre otros.

Las estrategias de marketing consisten en acciones que se llevan a cabo

para lograr un determinado objetivo relacionado con el marketing, ejemplos

de objetivos de marketing pueden ser: captar mayor número de clientes,

incentivar las ventas, dar a conocer nuevos productos, lograr una mayor

cobertura o exposición de los productos, etc.

El diseño de las estrategias de marketing es una de las funciones del

marketing. Para poder diseñar las estrategias, en primer lugar, debemos

analizar nuestro público objetivo para que, en base a dicho análisis, podamos

diseñar estrategias que se encarguen de satisfacer sus necesidades o

deseos, o aprovechar sus características o costumbres.

Pero al diseñar estrategias de marketing, también debemos tener en cuenta

la competencia (por ejemplo, diseñando estrategias que aprovechen sus

debilidades, o que se basen en las estrategias que les estén dando buenos

resultados), y otros factores tales como nuestra capacidad y nuestra

inversión.

1.2. Formulación del problema

1.2.1. Problema General

¿Cómo influye la estrategia de marketing en la competitividad de la

empresa TOTTUS, Ica, 2017?

1.2.2. Problemas Específicos

Problema Especifico 1
¿Cómo realizar un diagnóstico interno y externo para determinar las

estrategias de marketing de la empresa TOTTUS, Ica, 2017?

Problema Especifico 2

¿Cómo implementar las estrategias de marketing que contribuya al

mejoramiento de las ventas de la empresa TOTTUS, Ica, 2017?

Problema Especifico 3

¿Cómo identificar las causas que afectan la competitividad y la

estrategia de marketing en la empresa TOTTUS, Ica, 2017?

1.3. Objetivos de la Investigación

1.3.1. Objetivo General

Determinar la relación de la estrategia de marketing en la

competitividad de la empresa TOTTUS, Ica, 2017

1.3.2. Objetivos Específicos

Objetivo Especifico 1

Determinar cómo realizar un diagnóstico interno y externo para

determinar las estrategias de marketing de la empresa TOTTUS, Ica,

2017

Objetivo Especifico 2

Analizar cómo implementar las estrategias de marketing que

contribuya al mejoramiento de las ventas de la empresa TOTTUS, Ica,

2017

Objetivo Especifico 3

Analizar cómo identificar las causas que afectan la competitividad y la

estrategia de marketing en la empresa TOTTUS, Ica, 2017


1.4. Justificación del Estudio

Esta investigación se justifica por que, hoy en día es importante que las

empresas tengan en mente realizar buenas estrategias de marketing, para

que de esa manera se pueda captar más clientes, y estar pendiente a los

cambios que se generan día a día y poder ser competitivos en este mundo

globalizado.

Esta investigación nos permitirá conocer algunos aspectos de las estrategias

de marketing internas y externas de la empresa, sus fortalezas y debilidades

de la empresa y sus oportunidades y amenazas que representan sus

competencias.

1.5. Limitaciones de la Investigación

Se establecieron algunos inconvenientes con la investigación tales como:

muy poca participación de los gerentes de la empresa TOTTUS, los costos

para realizar la investigación,


CAPITULO II: MARCO TEORICO

2.1. Antecedentes del Estudio

2.1.1. Antecedentes Internacional

Fuertes, V. (2015). En la tesis titulada: “Efectos del uso de redes

sociales y dispositivos móviles en la estrategia de marketing: un

estudio cualitativo de tres pymes ecuatorianas” Quito. Facultad

Latinoamericana de Ciencias Sociales Sede Ecuador. Como el

objetivo central de la investigación es determinar si la implementación

de redes sociales y dispositivos móviles supone el paso del marketing

1.0 al marketing 2.0, se han realizado 3 estudios de caso a través de

entrevistas en profundidad a tres empresas ecuatorianas. Los estudios

de casos analizan el objeto de estudio de forma real utilizando

métodos cualitativos que se basan en evidencias. Un estudio de casos

múltiples es la investigación de varios casos pero tomando en cuenta

la línea de análisis que es el objetivo general. Los estudios de casos

múltiples son útiles cuando no existen estudios a profundidad o se ha

investigado muy poco. En este caso el estudio es de tres empresas,

por lo que es considerado un estudio de casos múltiples. El

investigador llego a las siguientes conclusiones: La adopción de redes

sociales y dispositivos móviles como estrategia de marketing permite

la comunicación bidireccional entre la organización y el cliente (Kotler,

2007). La participación del cliente como prescriptor es fundamental y

afecta de forma directa a la organización. El éxito de la


implementación de redes sociales radica en la comprensión real del

cliente y la interpretación de los resultados. La presente investigación

analizó las experiencias de tres empresas ecuatorianas que adoptaron

redes sociales y dispositivos móviles como estrategia de marketing y

cómo esta implementación afectó a las tácticas y estrategias del

marketing. En definitiva, se analizó si la adopción de redes sociales y

dispositivos móviles ha producido el paso del marketing 1.0 al 2.0 en

las empresas ecuatorianas.

Como recomendaciones generales, se puede decir que para una

implementación satisfactoria de redes sociales se debe impartir una

cultura de innovación desde la gerencia de la empresa hasta los

operarios. Además, para trazar una estrategia de marketing en redes

sociales se debe plantear objetivos específicos como creación e

incremento de comunidad, fidelización de comunidad, interacción con

la comunidad, entre otros. Dentro de la segmentación es

recomendable el monitoreo frecuente de la red social con sus

herramientas administrativas para poder identificar segmentos de

mercado que antes no tenían afinidad con la marca. Otra

recomendación, para lograr un mejor posicionamiento, es monitorear

frecuentemente el impacto que tiene la publicación de un contenido

nuevo e ir comparándolo con otros contenidos publicados previamente

y así determinar qué es lo que quiere la comunidad.

Para la adopción de redes sociales y dispositivos móviles, es

recomendable buscar toda la información que se encuentre a


disposición con el afán de disipar dudas. Por otra parte, es

recomendable buscar empresas que hayan implementado

previamente dicha innovación y aprender de los errores y buenas

prácticas. En caso de ser una estrategia en redes sociales

completamente nueva que tiene un objetivo claro, es recomendable

definir un proyecto de implementación evaluando los recursos

disponibles, elaborando un plan de riesgos, desarrollar cronogramas y

hojas de ruta, entre otros. Pues, la planificación de un proyecto

asegura la eficacia de la implementación. Adicional, es recomendable

llevar una bitácora de actividades para establecer la mejor práctica de

implementación de estrategias en redes sociales en la empresa.

Mogollón, Y. (2014). En la tesis titulada: “Plan estratégico de

marketing para nuevas firmas de consultoría” Argentina.

Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires-Argentina. Su objetivo es

Establecer las bases y herramientas para la construcción de

estrategias de marketing de las nuevas firmas de consultoría

empresarial en Argentina; describiendo los fundamentos y diseñando

una propuesta metodológica de creación e implementación de plan

estratégico de marketing especializado en el sector. La metodología

utilizada es de tipo cuantitativo. El investigador llego a las siguientes

conclusiones:

De acuerdo al desarrollo de esta investigación y análisis de la

información obtenida; a continuación se dará conclusión a los


cuestionamientos expuestos en el planteamiento del problema y se

verificara con la hipótesis planteada:

¿Existe alguna propuesta metodológica de plan de marketing que

ayude a las nuevas empresas de consultoría a enfrentarse al

actual escenario competitivo?

Hipótesis: Actualizando los principios y planteamientos metodológicos

del marketing de servicios, se puede llegar a adoptar estrategias

especializadas de mercadotecnia para las firmas de consultoría

propulsando el cumplimiento de sus objetivos estratégicos.

Resultado: Como se expuso durante esta investigación, existen

diferentes herramientas de marketing que aplican para crear un plan

de marketing estratégico para nuevas compañías de consultoría.

Existen diversas metodologías y recomendaciones desde el campo del

marketing de servicios, sin embargo lo realmente importante es

capturar aquellas herramientas que aplican directamente al negocio

con base a las características y exigencias propias del sector.

¿Cuáles son los elementos que componen un plan estratégico de

marketing para nuevas firmas de consultoría?

Hipótesis: A partir de una propuesta metodológica de diseño de plan

estratégico de marketing enfocado en las nuevas consultoras

empresariales, se puede identificar los factores y recursos de

marketing que se adaptan al negocio de consultoría empresarial.

Resultado: Con base a todo el conocimiento adquirido, tracé una

propuesta para elaborar un Plan Estratégico de Marketing para nuevas


consultoras en Argentina, que contiene los elementos propios del

negocio y se resume en:

Trazar el horizonte del negocio, Análisis situacional, Marketing Mix,

entre otros.

¿Cuáles son las tendencias y estrategias usadas por las

consultoras en gestión empresarial para diferenciarse de la

competencia?

Hipótesis: Las firmas de consultoría empresarial están

diferenciándose frente a la competencia, a través de la prestación de

servicios especializados y la promoción de su imagen a través de los

diferentes medios de comunicación y estrategias Off-line y On-line.

Resultado: Como se mencionó en el capítulo I, el panorama mundial

y Argentino se ha visto afectado por la desaceleración económica, sin

embargo, las empresas siguen buscando a las firmas de consultoría

como solución ante diversos temas corporativos. La necesidad y

conciencia en adquirir un servicio especializado, hace que las

compañías asignen a sus presupuestos la contratación de este tipo de

servicios.

Salazar, L. (2014). En la tesis titulada: “Plan de marketing: café y

chocolate una propuesta cualitativa para la comercialización”

Buenos Aires. Universidad Nacional de La Plata. Buenos Aires-

Argentina. Su objetivo es Realizar un plan de Marketing de un grano

de café cubierto con chocolate que se comercializara en la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires como primer destino estratégico,

importado con marca blanca desde Colombia y que llevara por marca

AMER para la República Argentina. El tipo de estudio realizado de

este proyecto académico es el resultado de realizar una observación

en el sector gastronómico en el subsector bares y restaurantes de la

Ciudad Autónoma de Buenos aires, no se pretende intervenir o

manipular variables que puedan medir el comportamiento, se desea

documentar el análisis y las conclusiones que resulten de los objetivos

planteados. La metodología de esta tesina. El investigador llego a las

siguientes conclusiones:

Esta tesis en sus inicios quería ser el resultado de un proyecto

académico con el objetivo de culminar satisfactoriamente el Master en

Marketing Internacional de la Escuela de Posgrado de Marketing

Internacional, a medida que se fue desarrollando la motivación se

complementó con la idea de llevar a la práctica este proyecto.

a) En este documento se presenta la descripción de un producto a

bordado desde una perspectiva de marketing y las estrategias

para desarrollar una comercialización en la Ciudad de Buenos

Aires.

b) C.A.B.A es el primer destino estratégico que se elige dadas sus

condiciones sociales, culturales y económicas que unidas generan

un mercado apto para comercializar AMER.


c) El Acuerdo número 59 permite tener una preferencia arancelaria

entre Argentina y Colombia disminuyendo el costo del arancel

externo común hasta completar cero en los próximos años.

d) Argentina y Colombia no se han mostrado como principales socios

comerciales en el pasado, pero con los cambios económicos y la

reducción de los aranceles, se puede fortalecer una relación de

intercambio comercial en el tiempo, facilitando esto a la

importación de AMER en Argentina.

Desde una perspectiva de marketing se definió el producto utilizando

los componentes de precio, producto, promoción y plaza, de esta

manera y con base a la descripción se formularon estrategias que se

inscriben dentro del plan de marketing para AMER enumeradas a

continuación:

a) Las estrategias de marketing fueron pensadas para un proyecto

inicial o piloto para C.A.B.A el cual incluye el tipo de negociación

con el productor para el suministro del producto, la descripción del

producto y su comercialización.

b) La observación de mercado muestra que existe un nicho de

mercado que AMER puede satisfacer y potencializar, ya que la

competencia vende un producto similar, pero tiene un tipo de

estrategia diferente.

c) La propuesta de marketing para la estrategia de producto es de

concentración, dos líneas de producto a un mercado zonificado y

acotado.
d) El producto existe actualmente en el mercado y con la estrategia

de producto, marca y envase se desea comercializar cubriendo la

demanda del mercado en función del target. La imagen, el diseño,

la marca y el origen, serán aspectos que refuercen la estrategia,

este último ítem permite darle una imagen diferente en relación a

que el café es colombiano.

e) La estrategia de distribución es selectiva delimitado a

establecimientos comerciales en zonas geográficas y niveles de

ingreso determinados.

f) El BTL se ajusta a la estrategia de promoción en términos de

presupuesto y alianza con el cliente final. Se planea fortalecer las

relaciones comerciales generando una retroalimentación rápida y

directa.

g) Al largo plazo la promoción ATL como anuncios de televisión y

radio, impresos o revistas, entre otros harán parte de la estrategia

de promoción.

2.1.2. Antecedentes Nacionales

Villano, F. (2015). En la tesis titulada: “Estrategias competitivas y su

relación con el posicionamiento de las escuelas de conductores”

Andahuaylas. Universidad Nacional José María Arguedas,

Andahuaylas-Perú. Su objetivo es Analizar la relación que existe entre

las estrategias competitivas y el posicionamiento de las escuelas de

conductores mediante la aplicación del cuestionario estructurado. La

metodología es de tipo cuantitativo. El investigador llego a la siguiente


conclusión: busca desarrollar estrategias que permitan mejorar la

competitividad de la empresa y tener un mayor grado de

posicionamiento en el mercado por consiguiente elevar el nivel de

rentabilidad. Este plan sigue reafirmando la aplicación de las

estrategias genéricas de Porter, el desarrollo se logró a partir de

realizar un análisis de la situación actual en la que se encontraba la

empresa en relación a sus fortalezas, oportunidades, debilidades y

amenazas, para destacar con base a objetivos y estrategias los puntos

positivos que se encontraron en la empresa, y a su vez reforzar los

puntos débiles o en los que se presentan amenazas. Como

recomendación para seguir con el posicionamiento alcanzado será

necesario seguir con la mejora continua en la aplicación de las

estrategias competitivas, será necesaria la formulación de nuevas

estrategias que permitan solventar el posicionamiento.

Cabrera, M. (2016). En la tesis titulada: “Estrategias de marketing

para el posicionamiento de la empresa AERO SHOES” Huancayo.

Universidad Peruana los Andes, Huancayo-Perú. Su objetivo es:

Determinar las Estrategias de marketing que son trascendentes para

el posicionamiento de la empresa “AERO SHOES”. Su metodología es

a base del método deductivo. El alcance de esta investigación se logró

mediante el objetivo general y específicos que consistió en diseñar

estrategias para el posicionamiento de la empresa “AERO SHOES” en

la ciudad de Huancayo. Se llegó a las siguientes conclusiones:


a) La estrategia aplicada respecto al PRODUCTO es Incluir nuevos

atributos a los productos, por ejemplo, darle un nuevo empaque,

esto significa darle un valor agregado al nuestros calzados;

generando en nuestros clientes percepciones, impresiones y

sentimientos positivos hacia la Tienda “AERO SHOES”.

b) La estrategia que planteamos en referencia al PRECIO está en

función con los precios de venta de la competencia; se evidencia

que los precios de la competencia son superiores a los de la

empresa “AERO SHOES”, es por ello que se vio por conveniencia

resaltar dicha ventaja y elaborar un spot publicitario mezclando las

variables de Precio y Promoción.

c) Las estrategias planteadas respecto a la PROMOCIÓN es

elaborar publicidad spot publicitario televisivo y radial, con el

apoyo de un experto en publicidad, para ello los anunciantes

deben tener muy claros sus objetivos sobre lo que supuestamente

debe hacer la publicidad, informar, convencer o recordar sobre la

empresa y sus productos.

d) Otra estrategia orientada al posicionamiento es relacionar el tema

de la EVIDENCIA FÍSICA, con aspectos fundamentales como la

decoración de las áreas donde se recibe u otorga la experiencia

de servicio, este aspecto debe de recibir un tratamiento bien

analizado y procesado pues ejerce un fuerte impacto en la

impresión de lo que será la experiencia de servicio, dada la gran

necesidad del cliente de percibir elementos tangibles en todas las


etapas de la experiencia de servicio, consideramos desde la

fachada y el ingreso, la distribución y el orden de los ambientes de

calzados.

Benites, J. (2014). En la tesis titulada: “El marketing y la

competitividad de las pymes turísticas” Trujillo. Universidad

Nacional de Trujillo, Trujillo – Perú. Su objetivo es: Determinar el nivel

de relación existente entre el Marketing y la Competitividad de las

Pymes Turísticas. Su metodología es: cuantitativa y el diseño de

investigación adoptado es de carácter transversal-correlacional. El

tesista llegó a la siguiente conclusión:

a) Existe una relación positiva, moderada y altamente significativa

entre el marketing y la competitividad de las pymes turísticas del

distrito de Trujillo (Índice de Correlación Pearson de 0.440, p<

0.0001).

b) De los resultados de las investigaciones entre el marketing y su

incidencia en las variables del mercado, se infiere que la Adopción

del marketing es un recurso que si es implantado e impregnado en

las pymes turísticas, es fuente de ventaja competitiva sostenible,

que orienta los comportamientos de la empresa hacia la creación y

entrega de un valor superior a los clientes y genera rendimientos

superiores frente a sus competidores.

c) El 81 % de las pymes turísticas investigadas muestra un nivel alto

de adopción del marketing, sin embargo el índice global, 4.059,


(en una escala de Likert de 1 a 5), se muestra más cercano al

rango medio (2.33 – 3.67) que al rango alto (3.67 – 5.00).

d) La Orientación al Cliente se relaciona directa y significativamente

con algunos los resultados empresariales. En las pymes de

alimentación con la satisfacción del cliente, reputación e imagen

de la empresa y lealtad del cliente; en las pymes Agencias de

Viajes con la reputación e imagen de la empresa, la lealtad del

cliente, la introducción de innovaciones; en las pymes de

alojamiento no se observa relación con ningún resultado

empresarial.

e) En resumen, la Orientación al cliente, la Orientación a la

Competencia y las Coordinaciones Interfuncionales, componentes

de la Orientación 159 al Mercado son tres recursos estratégicos

valiosos, de difícil imitación e importantes en el logro del

Rendimiento Organizacional. Los tres factores influyen directa o

indirectamente en el logro de un valor superior para el cliente y

para poder así superar el gran desafío del entorno actual: la

supervivencia y el crecimiento de las Pymes turísticas.

2.1.3. Antecedentes Locales

Vásquez, c. (2016). En la tesis titulada: “El neuromarketing como

fuente de información para las estrategias de branding en el

sector de servicio de restaurant” Pisco. Universidad Autónoma de

Ica, Chincha – Ica. Su objetivo es Determinar que el Neuromarketing

es beneficiosa en la formulación de las estrategias de branding en el


sector servicio de restaurant en la provincia de Pisco. El tipo de

investigación que se utilizó en la presente investigación es de tipo

experimental. Porque es la más adecuada para entrar en contacto con

este nuevo enfoque en tiempos tan dinámicos. La investigación busca

conocer, definir y analizar la conveniencia de la utilización del

Neuromarketing en la elaboración de las estrategias de branding en el

sector servicio de restaurante, mediante una profunda investigación

bibliográfica y el análisis de los resultados del trabajo de campo. El

nivel de investigación utiliza el nivel descriptivo-explicativo, su

propósito es describir la realidad objeto de estudio, un aspecto de ella,

sus partes, sus clases, sus categorías o las relaciones que se pueden

establecer entre varios objetos, con el fin de esclarecer la verdad,

corroborar un enunciado o comprobar una hipótesis. Es de nivel

descriptivo con la finalidad de ampliar y precisar que es el

Neuromarketing y que tan conveniente es en la elaboración de las

estrategias de branding. El investigador llego a las siguientes

conclusiones:

De acuerdo a los resultados de la investigación, se puede afirmar que

existe una relación directa entre el branding y el Neuromarketing. El

branding es la gestión la gestión de la marca, desde su creación, el

tipo de letra, color, forma, significado del nombre y el proceso de

desarrollo y control de la performance de la marca y todas las

impresiones que esta pueda generar en las distintas audiencias, con el

objetivo de proteger el valor de la marca y usar su efectividad para


liderar el cambio dentro y fuera de la organización; y el

Neuromarketing se ocupa de analizar las sensaciones que

experimenta el consumidor durante el proceso de compra de un

producto o servicio; utilizando tecnologías informáticas integradas a la

resonancia magnética y la tomografía computarizada. El

Neuromarketing facilita la comprensión de las verdaderas necesidades

de los clientes y permite superar potenciales errores por

desconocimiento de sus procesos internos y metaconscientes. Con un

diseño adecuado, puede informar que está pasando en el cerebro de

un cliente ante los diferentes estímulos que recibe, brindando un

campo de estudios mucho más potente.

En estudios de Neuromarketing se ha constatado que la confianza que

se transmite de formas sutiles, no verbales, que producen sensación

de autenticidad, se convierte en un gran poder persuasivo. La

expresión inconsciente de la confianza por parte de la fuerza de

ventas es una señal que los clientes procesan tanto consciente como

inconscientemente. De allí la importancia del marketing interno y las

actividades de internal branding para difuminar valores, argumentos y

compromisos de marca. Aunque los resultados de la presente

investigación demuestran que solo el 58% de los restaurantes aplican

branding interno, a través de capacitaciones y charlas a los

trabajadores conocen que es el branding y su importancia dentro de la

empresa. Sin embargo aún existe dificultad para lograr con los

objetivos de branding interno por la rotación constante de personal.


Gutiérrez, B. (2015). En la tesis titulada: “Apoyo familiar y

estrategias de afrontamiento del paciente que asiste al

consultorio de oncología del hospital iv Augusto Hernández

Mendoza” Ica. Universidad Privada San Juan Bautista Filial Ica. Ica-

Perú. Su objetivo fue determinar el apoyo familiar y estrategias de

afrontamiento del paciente que asiste al consultorio de oncología del

hospital IV Augusto Hernández Mendoza. La población estuvo

conformada por el total de pacientes que asisten al consultorio de

oncología durante el mes de mayo del 2015, siendo estos un total de

86, y la muestra estuvo conformada por un total de 48, quienes fueron

elegidos por muestreo no probabilístico por conveniencia teniendo en

cuenta los criterios de inclusión y exclusión. La presente investigación

es cuantitativa, descriptivo y transversal. Resultados: Se observa,

respecto a la edad, el 79.2%(38) tienen de 51 a más años y el

20.8%(10) tienen de 40 a 50 años; el sexo predominante es el

masculino con un 54.2%(26); el 81.3%(39) son de la costa; el

66.6%(32) tienen educación superior; el 39.6%(19) son casados y el

29.1%(14) son viudos. Con respecto al apoyo familiar global se obtuvo

que el 54.2%(26) fue suficiente y el 45.8%(22) fue insuficiente. Con

respecto a las estrategias de afrontamiento global, se obtuvo que el

31.3%(15) fueron adecuados y el 68.7%(33) fue inadecuado. El

investigador llego a la conclusión: Que el apoyo familiar según

expresiones verbales son suficientes y las expresiones corporales son


insuficientes. Las estrategias de afrontamiento según cognitivo fue

adecuada y el afectivo y conductual son inadecuadas en los pacientes

que asisten al consultorio de oncología del Hospital IV Augusto

Hernández Mendoza, Ica.

Ñaña, R. (2017). En la tesis titulada “Análisis y Diseño de un Modelo

del Plan Estratégico de Tecnologías de Información Para Prevenir

Riesgos En La Empresa Sicem Contratistas Generales S.R.L.”

Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica. Ica-Perú. El objetivo

general es determinar el efecto de la implementación del Plan

Estratégico de Tecnologías de Información para prevenir los riesgos

en la Empresa Sicem Contratistas generales S.R.L. El tipo de

investigación aplicado al presente proyecto será de tipo aplicada y de

naturaleza práctica. El Nivel de la Investigación será de nivel

descriptivo, transversal. El investigador llego a las siguientes

conclusiones:

1. La visión, misión y planes estratégicos de una organización no

tendrá ningún efecto sino es de conocimiento en todos los niveles de

la organización.

2. La utilización del BSC, permitirá aprovechar mejor los recursos y

capital humano de la empresa, mediante la traducción de la

estrategia en todos los niveles.

3. Reducción de los tiempos en inspeccionar las obras de 8,298

minutos a 5,7227 minutos; reducción del tiempo de 2,5753 minutos,


lo que representa una mejora en la eficiencia de los procesos de

31,04%. Además como la Zcrítica=1,64

2.2. Bases Teóricas

2.2.1. Conceptualización de estrategia de marketing


Las estrategias de marketing, también conocidas como estrategias de
mercadotecnia, estrategias de mercadeo o estrategias comerciales,
consisten en acciones que se llevan a cabo para alcanzar
determinados objetivos relacionados con el marketing, tales como dar
a conocer un nuevo producto, aumentar las ventas o lograr una mayor
participación en el mercado.
Para formular o diseñar estrategias de marketing, además de tomar en
cuenta nuestros objetivos, recursos y capacidad, debemos
previamente analizar nuestro público objetivo, de tal manera que en
base a dicho análisis podamos, por ejemplo, diseñar estrategias que
nos permitan satisfacer sus necesidades o deseos, o que tomen en
cuenta sus hábitos o costumbres.

Como un proceso social y gerencial; en el aspecto social los individuos

y grupos crean intercambios de productos y valores con otros, con la

finalidad de obtener lo que cesitan y desean (Kotler, Bowen y Makens

2004).

Consiste en un proceso administrativo y social, gracias al cual

determinados grupos o individuos obtienen lo que necesitan o desean

para poder satisfacer sus diversas necesidades, a través del

intercambio de productos o servicios (Philip Kotler 2002).


Opina que es la realización de las actividades que puede ayudar a que

una empresa consiga las metas que se ha propuesto, pudiendo

anticiparse a los deseos de los consumidores y desarrollar productos o

servicios aptos para el mercado (Jerome McCarthy 1960).

El marketing es una forma de organizar un conjunto de acciones y

procesos a la hora de crear un producto para comunicar, entregar

valor a los clientes, manejar las relaciones y su finalidad es beneficiar

a la organización satisfaciendo a los clientes American Marketing

Asociation (A.M.A)

El marketing es un sistema total de actividades de negocios ideado

para planear productos satisfactores de necesidades, asignarles

precios, promover y distribuirlos a los mercados meta, a fin de lograr

los objetivos de la organización (Stanton, Etzel y Walker 2004), en su

libro “Fundamentos de Marketing”.

Aportan a estas definiciones, la aclaración de que el marketing no

forma parte del proceso de producción, más bien este es quien la

orienta para asegurarse de que los bienes y servicios adecuados sean

producidos y lleguen a los consumidores indicados. Por dichas

razones, es importante partir de las necesidades de los clientes

potenciales y no del proceso de producción (McCarthy y Perreault

2001)
2.2.1.1. Importancia del Marketing

La importancia que le damos al marketing que se ha

convertido en uno de los departamentos más importantes

dentro de la empresa. Es esencial, necesario en cualquier

empresa, pequeña o grande, y es esencial para que la gente

compre bienes/servicios de una forma incesante, para buscar

una rentabilidad, una demanda estructural y sostenible, y una

búsqueda de tendencias. El Marketing es importante para el

comportamiento de los mercados y de los consumidores.

En su libro titulado Dirección de Marketing. Definen la

importancia del marketing como un rol fundamental al

enfrentar desafíos. Las finanzas, la gestión de operaciones, la

contabilidad y otras funciones empresariales realmente no

tendrán relevancia sin la suficiente demanda para los

productos y servicios de la empresa, para que ésta pueda

tener beneficios. En otras palabras, una cosa no se concibe

sin la otra. Así que el éxito financiero a menudo depende de la

habilidad de marketing.

El marketing ha favorecido a introducir nuevos productos que

han hecho más fácil la vida de la gente, por ello inspirar

mejoras en los productos existentes, innovando para mejorar

la posición en el mercado (Kotler y Keller 2012)


2.2.1.2. Ventajas del marketing

El Marketing trae como consecuencia el que en muy pocos

años, sobre todo en los sectores con mucha competencia, la

orientación hacia los consumidores se convierta en una

exigencia de base para cualquier empresa.” Las

organizaciones que lo implantan les permiten dos ventajas

estratégicas en el mercado que se desarrollan:

a) reduce el riesgo de fracaso en la introducción de nuevos

productos (puesto que de cierta manera solo se producen los

bienes o servicios que los consumidores necesitan).

b) provee una gran ventaja competitiva, puesto que los

productos ofrecidos se adaptan mejor a las necesidades de

éstos que los productos de la competencia. (Según Kotler y

Keller 2012) en su libro titulado Dirección de Marketing

2.2.1.3. Orientación del Marketing

Según Hoffman et al. (2005) toda empresa tiene una

orientación a la cual está enfocada, en base a esta crea su

filosofía y prepara sus diferentes actividades. Estos autores

exponen y definen cuatro diferentes orientaciones, las cuales

mencionare:

a) orientado al producto ( si se crea, vendrán a él)

Todos los esfuerzos y recursos están totalmente

enfocados a la producción, su filosofía es hacer

productos disponibles y económicos sin que se tenga


que hacer un gran esfuerzo para venderlos. Basado en

producciones masivas, es aplicado en productos donde

la demanda excede a la oferta y la competencia es

menor.

McCarthy y Perreault (2001) ellos argumentan que estas

compañías es muy común que no se tomen el tiempo o el

interés necesario por saber si lo que producen es en verdad lo

que el consumidor necesita o desea. Además, la organización

suele ser descentralizada, es decir cada departamento actúa

de manera individual, únicamente preocupado por hacer su

parte sin tomar importancia de lo que los otros departamentos

haga.

b) Orientado a las ventas (vender lo que se produce)

La labor principal es convencer a los consumidores a

comprar lo que será producido, mediante estrategias

de ventas. Sus prioridades serán las actividades de

distribución y los medios a utilizar para comunicarse

con estos, la comunicación será unilateral.

A dicho concepto, Stanton et al. (2007) agregan que la

actividad que prevalece y que se realiza con mayor confianza,

además de asignarle casi todos los recursos es la publicidad.


c) Orientado al mercado (producir lo que se podrá

vender)

Se enfoca en buscar, recopilar, además de usar

información acerca de las necesidades y deseos del

mercado; el cual está formado por los consumidores,

competidores y tendencias. Cada una de las

actividades a las que están enfocados, es realizada

con el único objetivo de tomar decisiones previas al

comienzo del proceso de producción y venta. Para que

finalmente, se prevea al mercado de productos o

servicios adecuados que se anticipen a sus

necesidades y los satisfagan; la comunicación que se

tiene con los consumidores es de manera bilateral.

Mediante la implementación de este tipo de

orientación "la compañía se compromete a satisfacer

las necesidades de sus clientes a lardo plazo" (Dev,

Zheng, Brown y Agarwal, 2008, p.1)

De igual importancia, McCarthy y Perreault (2001) añaden que

en este tipo de orientación se debe estar al pendiente del

mercado en todo momento para poder hacer las

modificaciones necesarias y seguir satisfaciendo a los

consumidores antes de que un competidor lo haga, esto

debido a lo dinámico que suele ser el mercado.


Por ejemplo, el consumidor cambia de manera constante sus

necesidades y deseos a lo largo de las etapas de su vida. A

este posible problema, Kotler et al. (2004) aconsejan planificar

estratégicamente un "proceso de desarrollo y mantenimiento

de un posible ajuste entre los objetivos, las habilidades y los

recursos de la compañía" (p.43).

El enfoque individual que se le dé a los componentes de este

tipo de orientación tendrá sus propias características y así

mismo sus propias ventajas. Por ejemplo, si la orientación es

dirigida hacia el competidor, se "tiende a lograr ventajas en los

costos para la empresa mediante la obtención de información

sobre las prácticas de los competidores, permitiéndole reducir

costos mediante ajustes a su cadena de valor" (Dev et al.,

2008, p.3).

Por otro lado, Stanton et al. (2007) señalan que a diferencia de

empresas orientadas al producto, la organización que se da en

estas es completamente centralizada. Ya que, el

departamento de marketing o quien esté a cargo del área tiene

como parte de sus responsabilidades canalizar actividades de

otros departamentos y correlacionarlas con las de marketing,

tales como; control de inventarios, almacenamiento,

planeación, presupuesto, entre otras. Es decir, ahora los


departamentos dependen unos de otros, por lo que en

conjunto buscaran alcanzar los objetivos.

2.2.1.4. Decisiones estratégicas de marketing

Al hablar de marketing y de decisiones estratégicas se debe

entender que la cultura de la inmediatez y de la impaciencia,

constituyen un lastres del que es necesario desprenderse si se

desea buscar la eficiencia. Las decisiones estratégicas de

marketing, constituidas por los objetivos estratégicos de

marketing y las estrategias de marketing, son las más

trascendentales en un plan de marketing estratégico, aunque

a corto plazo sean las que menos resultados visibles

presenten. Esto supone decidir si se quiere obtener más

rentabilidad o más participación de mercado, y si para ello se

van a lanzar nuevos productos o se va a ir a mercados nuevos

o si se debe diversificar la empresa, o si se deben dirigir a

otros segmentos de mercado, o los mismos pero con otro

posicionamiento. Para ello la empresa debe tener un buen

conocimiento de sí misma, de sus fuerzas, de sus debilidades,

de sus oportunidades y amenazas, de sus objetivos, y que esa

información sea compartida al menos por sus directivos.

La empresa necesita conocer el entorno de su mercado, no

tanto con números y estadísticas como con conocimientos

cualitativos, y utilizar esa información para tomar las


decisiones estratégicas de marketing, para que una vez que

se pongan en práctica a través de los correspondientes planes

de acción, den los frutos deseados.

Los objetivos estratégicos, son los resultados globales que

una organización espera alcanzar en el desarrollo de su

misión y sirven de marco referencial para la creación de los

objetivos funcionales. Identifican la forma cómo la institución

orientará su acción, para alcanzar las percepciones deseadas

enunciadas en su misión y visión. Atendiendo a la naturaleza,

Sainz J. (1999), distingue dos tipos de objetivos de marketing:

(1) Objetivos cuantitativos. (2) Objetivos cualitativos. Los

primeros, se caracterizan por proponer logros mensurables

para la empresa, expresados en cifras concretas. Los

segundos, proponen metas más genéricas y menos tangibles,

aunque no por ello menos importantes o exigibles. Por

supuesto, unos y otros objetivos, pueden estar

interrelacionados de forma que la consecución de uno puede

ayudar a la obtención de otro y a la inversa.

Los objetivos de marketing, deben estar supeditados a los

objetivos corporativos: (a) Crecimiento. (b) Rentabilidad. (c)

Consolidación. Sin embargo, la escogencia o selección de los

anteriores dependerá en gran medida de la dimensión de la


empresa y de las características del mercado en que actúan.

Las empresas grandes y las de tamaño mediano, que aspiren

a ser alguien en el sector, necesitan marcarse objetivos

ambiciosos de crecimiento para alcanzar o mantener su talla

crítica, para lo que deben estar dispuestos a sacrificar

rentabilidad a corto plazo. Por el contrario, para la empresa

pequeña, la rentabilidad a corto plazo es la única vía para

seguir manteniéndose en el negocio.

El mismo autor, define como estrategia “al conjunto

consciente, racional y coherente de decisiones sobre:

acciones a emprender y sobre recursos a utilizar, que permiten

alcanzar los objetivos finales de la empresa u organización,

teniendo en cuenta las decisiones que en el mismo campo

toma o puede tomar la competencia, y teniendo en cuenta

también las variaciones externas tecnológicas, económicas y

sociales”.

Aunque no se deciden en el plan de marketing, sino en el plan

estratégico de la empresa, existen las tres estrategias

genéricas competitivas, las cuales son las acciones ofensivas

o defensivas de una empresa para crear una posición

defendible dentro de una industria. Acciones que son la

respuesta a las cinco fuerzas competitivas indicadas como

determinantes de la naturaleza y el grado de competencia que


rodeaba a una empresa y que como resultado, busca obtener

un importante rendimiento sobre la inversión. Esas tres

estrategias genéricas fueron: (a) El liderazgo en costos totales

bajos. (b) La diferenciación. (c) El enfoque.

Una vez definidas las estrategia corporativa, la estrategia de

cartera debe concentrar todas las alternativas producto-

mercado que la empresa contempla dentro de esa actividad.

En este nivel se fija la marcha a seguir para cada unidad de

negocio, detallando las diversas combinaciones producto-

mercado que deberá desarrollar la empresa. Es en este nivel,

donde normalmente, debe definirse la estrategia de marketing.

Para cada binomio producto-mercado, según Sainz, J. (1999,

p.37), debe definirse el segmento estratégico al que se deberá

dirigir la empresa y su posicionamiento. Ello supone: (a) la

identificación de diversos segmentos existentes en el

mercado. (b) la detección de aquel segmento atractivo para la

empresa. (c) la determinación del posicionamiento adecuado.

Finalmente, se tiene un último nivel de estrategia el cual hace

referencia a cuantas funciones haya en la empresa, lo cual

constituye a la conocida mezcla de mercado, conformada por:

estrategia de productos, estrategia de precios, estrategia de

distribución y estrategia de comunicación. No se debe olvidar


que los distintos niveles de las estrategias conforman un

proceso en el que la conexión secuencial es tan estricta como

necesaria.

2.2.1.5. Plan Estratégico de Marketing

El plan estratégico de marketing es un documento escrito en el

que, de una forma sistemática y estructurada, y previos los

correspondientes análisis y estudios, se definen los objetivos a

conseguir en un período de tiempo determinado, así como

también se detallan los programas y medios de acción que son

precisos para alcanzar los objetivos enunciados en el plazo

previsto. El plan debe responder a la misión y a las metas que

se quieren alcanzar para la empresa, es trabajar en el

presente y tener en cuenta los objetivos futuros. Del concepto

anterior, se pueden extraer tres características principales de

todo plan: (a) Es un documento escrito. (b) Tiene un contenido

sistematizado y estructurado. (c) Define claramente los

campos de responsabilidad y establece procedimientos de

control.

El instituto de Economía Pública de España (2001), señala

algunas ventajas del plan estratégico de mercadeo: (a)

Identifica problemas y amenazas que, a mediano y largo

plazo, pueden tener gran repercusión y ayuda a la búsqueda y

detección sistemática de nuevas oportunidades de negocios.


(b) Clarifica el proceso de asignación de recursos; facilita la

integración del recurso humano; y se orienta la gestión hacia

la búsqueda de unos objetivos estratégicos conjuntos,

facilitando los procesos de coordinación.

Existen otras ventajas señaladas por Sainz J. (1999), estas

son: (a) Asegura la toma de decisiones comerciales y de

marketing con un enfoque sistemático. (b) Obliga a plasmar un

programa de acciones coherentes con el rumbo marcado para

la actividad comercial y de marketing. (c) Faculta la ejecución

de las acciones de marketing, eliminando confusiones y falsas

interpretaciones. (d) Permite que las empresas cuenten con

los elementos necesarios para llevar a cabo el debido

seguimiento de sus actividades de marketing. (e) Permite que

la empresa cuente con un historial de las políticas y planes de

marketing adoptados. (f) Constituye un elemento puente entre

la planificación corporativa y el programa de ventas del plan de

gestión anual.

Como señalan ambos autores, son múltiples las ventajas que

ofrece un plan estratégico de mercadeo, sin embargo, se

considera que lo más importante es que permite la

implementación y seguimiento de estrategias, basadas en


análisis previos de la empresa, que apoyan la consecución de

los objetivos de una organización.

Aunque en su forma (número de etapas) los planes de

marketing suelen presentar variaciones, casi todos coinciden

en distinguir los siguientes fases: (1) Fase de análisis y

diagnóstico de la situación: comprende dos etapas, la primera

etapa correspondiente al análisis de la situación, la cual

supone un estudio riguroso y exhaustivo tanto de la situación

externa de la empresa como de la interna, y la segunda etapa

de diagnóstico de la situación, donde debe establecerse un

inventario de las oportunidades y amenazas deducidas del

análisis externo y un inventario de los puntos fuertes y débiles

extraídos del análisis de la situación interna. (2) Fase de

decisiones estratégicas de marketing: la estrategia de

marketing define las guías a seguir para colocarse,

ventajosamente frente a la competencia, aprovechando las

oportunidades del mercado al tiempo que se consiguen los

objetivos de marketing fijados. (3) Fase de decisiones

operativas de marketing: se trata de decidir las acciones de

marketing que concretan las estrategias de marketing en su

nivel más concreto, esto es, el marketing mix o mezcla de

mercados (producto, plaza, precio y promoción).


2.2.1.6. Entornos del marketing

En todo momento, las áreas directivas deben saber y estar al

pendiente de cualquier acontecimiento que se dé o se pueda

dar tanto dentro como fuera de la compañía; sobre todo si

dicho suceso tendrá alguna repercusión significativa en los

procesos de las actividades diarias o en los propósitos de

esta; ya que, dicho efecto puede darse de una manera

benéfica o problemática.

Por esta razón, los altos mandos deben darse a la tarea de

indagar el entorno de la empresa, tener el conocimiento de lo

que pueda llegar a afectarle tanto interna como externamente,

Así mismo, debe tener en cuenta que situaciones se podrán

controlar en un momento dado y que otras no podrá controlar;

esto, con la finalidad de tener previamente diferentes planes

que lo puedan solucionar. Además, el tener el conocimiento de

estos aspectos "ayuda a una organización a establecer una

posición estratégica desde la cual puede atender fuerzas

externas sobre las que no tiene ningún, o poco, control"

(Stanton, Etzael y walker, 2007, p.28)

Dichos autores, también mencionan los entornos que influirán

en cualquier tipo de organización, son nombrados como macro

ambiente externo, microambiente externo y ambiente interno.


Estos ambientes o entornos comprenden aspectos diferentes

que rodean cualquier tipo de empresa; cada uno goza de

diversas características, modos de manejo y control; además

de presentar distinciones en la importancia o repercusiones,

por ello, la importancia de su conocimiento y comprensión por

parte de los mercadologos y administradores.

2.2.1.7. Dirección de marketing

La dirección de marketing es el análisis, planeación,

implementación y control de programas diseñados para crear,

forjar y mantener intercambios provechosos con los

compradores meta y así alcanzar las metas de la

organización. La dirección de marketing implica administrar la

demanda, lo que a su vez supone administrar las relaciones

con los clientes (Íbidem, p.10).

“Algunas personas creen que la dirección de marketing

consiste en encontrar suficientes clientes para la producción

actual de la empresa, pero ese punto de vista es demasiado

limitado. La organización tiene un nivel deseado de demanda

por sus productos”. (Kotler y Armstrong, 1999.p.10).

2.2.2. Conceptualización de la competitividad

La competitividad se define como la capacidad de una entidad u

organización con o sin fines de lucro para competir. En el ámbito


económico la competitividad juega un rol fundamental en empresas y

países, definiendo así la aptitud de cada uno para poder mantenerse

en el mercado. Las ventajas comparativas influyen de forma

determinante ya que las mismas proporcionarán el alcance,

sostenimiento y mejoramiento en cuanto a la posición socioeconómica

en que se encuentre

Solleiro y Castañón (2005) consideran que la competitividad es un

concepto complejo y puede ser estudiado desde diferentes enfoques y

disciplinas; por lo cual no es posible establecer una definición única;

en parte debido a que su utilidad reside en identificar vías para

fomentar empresas que contribuyan a elevar los niveles reales de

bienestar. Sin embargo, a continuación presentamos algunos

conceptos:

La competitividad es definida como el proceso de integración dinámica

de países y productos a mercados internacionales, dependiendo tanto

de las condiciones de oferta como de las de demanda (Dussel, 2001).

La competitividad está relacionada con la capacidad de incrementar el

nivel de vida de los habitantes, de generar incrementos sostenidos en


productividad, de insertarse exitosamente en los mercados

internacionales, entre otros (Padilla, 2006).

La competitividad refleja la medida en que una nación, en un sistema

de libre comercio y condiciones equitativas de mercado, puede

producir bienes y servicios que superen la prueba de los mercados

internacionales, al tiempo que mantiene e incrementa el ingreso real

de su población a largo plazo (OCDE, 1996).

El concepto de competitividad involucra componentes estáticos y

dinámicos: aunque la productividad de un país está claramente

determinada por la habilidad de sostener sus niveles de ingreso,

también es uno de los determinantes centrales de los rendimientos de

la inversión, el cual es uno de los factores clave para explicar una

economía en crecimiento (World Economic Forum, 2009).

Es necesario establecer que competitividad y productividad no tienen

el mismo significado, se puede decir que son complementarios, ya que

para que exista competitividad se requieren bases sólidas de

productividad en una economía (Suárez, 2005). Así también, de

acuerdo con lo expresado en los conceptos anteriores, la


competitividad es un elemento necesario para el desarrollo de una

nación.

De acuerdo con Abdel y Romo (2004), existe un conjunto de estudios

iniciales sobre la competitividad que estuvieron enfocados al análisis

del débil desempeño de las empresas estadounidenses con respecto

a las de otros países, en especial Japón, en sectores dominados

tradicionalmente por los norteamericanos. Estudios más recientes se

concentran en el uso de políticas gubernamentales en el nivel

microeconómico para fomentar el desarrollo de las empresas que

pertenecen a un sector en particular; así es entonces como surge la

preocupación por la competitividad empresarial, cuyos aspectos

veremos a continuación.

2.2.2.1. Competitividad

El tema de la competitividad se ha venido planteando desde

ya hace algunos años atrás, donde su verdadero nivel de

importancia estuvo enmarcado por las condiciones cambiantes

del mercado global, las cuales demandaban a las empresas

de nuevas estrategias que les permitieran mantener una

posición y participación más constante dentro del mismo

mercado (López y Marín, 2011). En años más recientes, la

competitividad se ha vuelto prioridad por parte de los


gobiernos, tópico de estudio de las instituciones educativas, y

preocupación alarmante para empresarios e inversionistas

(Canales et al., 2007).

Hoy en día, la competitividad es tema que se encuentra en

boca de los sectores de actividad económica, esto como

reflejo del proceso de mundialización que se presenta a nivel

internacional, en la que las organizaciones requieren ser más

eficientes y eficaces en cuanto al manejo y uso de los recursos

financieros, humanos, naturales, tecnológicos, entre otros,

para afrontar el reto que representa no únicamente el mercado

nacional, sino también la apertura al comercio fuera de las

fronteras de sus países de origen (Labarca, 2007).

Algunos de los indicadores publicados en materia de

competitividad, sirven de guía para que los gobiernos puedan

implementar políticas públicas, en orden de que puedan

atender factores relacionados con la capacidad de atracción y

el fomento de las inversiones y desarrollo; lo cual crea una

sana competencia entre gobiernos por mejorar sus políticas a

través del desarrollo “imitado”, identificando las mejores

prácticas, según sea el caso (Canales et al., 2007).


Ciertamente, el término de competitividad está vinculado al

concepto de competencia y a su acción de competir, tanto en

lo individual como a nivel sector, e inclusive entre países

(Morales y Pech, 2000). Estos cambios ocasionados por la

acción de competir en el entorno del orbe global de empresas,

intensifican la necesidad de establecer vínculos estratégicos y

operativos entre la organización y sus clientes y proveedores,

con el fin de desempeñar un papel más competitivo (Carlos,

Pérez, y Liquidano, 2012).

Además, a lo largo del proceso de cambio que emana de la

estructura económica mundial, como producto de la

globalización y la apertura comercial, la competitividad impone

a las empresas establecer mecanismos relacionados con

indicadores como el posicionamiento, políticas de precios,

cantidad y calidad de productos y servicios, presencia en el

mercado, tecnología, flexibilidad y adaptación a los cambios

(Quero, 2008; López y Marín, 2011); de tal manera que

puedan afrontar nuevos retos que les hacen replantearse

aspectos sustanciales acerca de los paradigmas de la

competencia (Morales y Pech, 2000).


En este sentido, la competitividad se entiende como aquella

medida en la que el desempeño de una unidad productiva, ya

sea una empresa, industria o la misma economía nacional,

permita hacer una comparación de su posición con respecto a

la de la competencia, y que a su vez, posibilite la identificación

de las fortalezas y debilidades (Rodríguez, 2006). Por lo tanto,

se puede decir que la competitividad no surge

espontáneamente, sino más bien, se logra mediante un

proceso de aprendizaje y negociación por un grupo de

personas u organizaciones que establecen una dinámica de

conducta organizativa, en la que intervienen accionistas,

directivos, empleados, clientes, entre otros (Morales, 2011).

La ventaja competitiva, entonces, puede ser creada con la

combinación de recursos con los que dispone la empresa y las

aptitudes de empresarios y obreros, de tal forma que la

estrategia conlleve un análisis interno de las fortalezas y

debilidades, y externo de las oportunidades y amenazas, con

el fin de garantizar la sobrevivencia, crecimiento, y rentabilidad

del negocio (Morales y Pech, 2000).


Asimismo, cabe resaltar que al tema de la competitividad se le

liga a otro concepto conocido como la estrategia competitiva,

siendo este factor clave para el éxito o fracaso de la

organización, donde el directivo puede a través de su correcto

uso, competir en escenarios globalizados (Quero, 2008).

Entendiéndose así, que de acuerdo con Ohmae (1983) la

estrategia es aquel plan de acción superior que tiene la

empresa, en comparación con la competencia. Pero, más que

eso, la estrategia es concebida como un proceso formal de

planificación estratégica (Hill y Jones, 2005) que con base a la

situación actual de la organización, se podrán tomar

decisiones coherentes, unificadas e integradas, a fin de

obtener un desarrollo consciente, explícito y proactivo en

beneficio de la organización (Goodstein, Notan, y Pfeiffer,

2002).

En este orden, para que una empresa pueda, mediante la

elección de su estrategia, obtener una posición y desempeño

competitivo dentro del mercado y frente a sus competidores

tanto a nivel nacional como internacional (Morales y Pech,

2000), deberá por un lado evitar algunos factores de riesgo,

como son: la imitación, la sustitución, y la llegada de nuevos

competidores (Noboa, 2006), y por otro lado, poner en marcha


estrategias imperativas de eficiencia, calidad y flexibilidad

(Suárez, 1994).

Por su parte, Villalba (2003) en Quero (2008), indica que

existen cuatro etapas que deben de seguir las empresas para

la formulación de las estrategias competitivas, primeramente,

deben realizar un análisis general del mercado; en seguida,

evaluar las posibles ventajas competitivas con que se cuenta,

es decir, las fortalezas, oportunidades, debilidades y

amenazas; en una tercera etapa, definir su estrategia principal

con la cual habrá de competir, ya sea a través de la reducción

de costos o la oferta de valor en sus productos y servicios; y,

finalmente, la cuarta etapa, establecer las acciones necesarias

que se deberán llevar acabo para enfrentar a la competencia.

En resumen, la competitividad no es un resultado lineal, sino

más bien una serie de resultados que les permiten a las

empresas alcanzar, mantener e incrementar una participación

en el mercado donde el precio, la calidad y las oportunidades

son mejores que la de sus competidores, lo que demanda la

gestión de ventajas competitivas, así como actividades y

estrategias en las que se destacan algunas variables que


asumen el papel de indicadores en beneficio de una mayor

adaptación continua de las organizaciones (López y Marín,

2011; Rodríguez, 2006).

En tal sentido, se entiende que la competitividad no es un fin,

sino más bien un medio por el cual se puede alcanzar el

desarrollo económico, en donde las estrategias competitivas

fungen como una herramienta fundamental para alcanzar una

posición de mercado favorable con la creación de ventajas

competitivas, lo que da como resultado el desarrollo de

oportunidades de negocio, traduciéndose en un elemento

importante para las organizaciones, así lo señala el autor

Quero (2008).

2.2.2.2. Teorías de la competitividad

En sus inicios, y desde que el autor Adam Smith publicó en

1776, el libro titulado La riqueza de las naciones, el tema de la

competitividad ha sido el centro de análisis de los negocios

(López y Marín, 2011). Sin embargo, su verdadero término se

comenzó a emplear a partir del siglo XVIII por David Ricardo

en 1817 y Adam Smith en 1966, como un concepto

relacionado a la ventaja comparativa de la producción y


precios para una economía del mercado de un país en

contraste con otro (Gómez, 2011).

A partir de entonces, el término ha evolucionado

constantemente. Otro de los autores precursores fue J. M.

McGeehan, quien durante la década de los sesenta realizó

una ardua revisión de la competitividad internacional,

destacando el papel que juegan las crisis en la balanza de

pagos de las economías referidas a las importaciones y

exportaciones de un país (Gómez, 2011). Consecuentemente,

otros autores como Shumpeter, Engels y Marx, y algunos más

recientes, se han involucrado en abordar el constructo desde

una óptica más amplia y compleja, con un soporte técnico,

sociopolítico y cultural (Marín y López, 2011).

Como resultado de lo anterior, surgen distintos conceptos

acerca de la competitividad que representan un marco

referencial bastante amplio. Entre las principales definiciones

se encuentra la de la Real Academia Española (1992), la cual

define a la competitividad como aquel que es capaz de

competir o que tiene la capacidad de competir (Labarca,

2007). Por su parte, la Comisión sobre la Competitividad


Industrial de los Estados Unidos (1992), en Morales y Pech

(2000), señala que la competitividad es la capacidad de

producir bienes y servicios que cumplan con las pruebas y

reglamentos de los mercados internacionales, con el fin de

que los ciudadanos logren un mejor nivel de vida a largo plazo.

Para Ivancevich y Lorenzi (1997), la competitividad se refiere

al grado en que una nación es capaz de producir bienes y

servicios que, bajo condiciones de mercado libre, puedan

pasar de manera satisfactoria la prueba que emana de los

mercados internacionales. En cambio, Peñaloza (2005) indica

que la competitividad constituye el nuevo paradigma que ha

trascendido en el mundo económico y el mercado global, y

que como tal puede aplicarse tanto a empresas como

personas, el cual para ser medido debe ser ajustado a uno o

varios indicadores, según Sobrino (2002) en Marín y López

(2011).

En el año 2000, el autor Jon Azua propone un concepto de

competitividad, basado en el definido por Porter, indicando

que la competitividad es hacer las cosas mejor que la

competencia, en función de nuevas redes o alianzas


cooperativas, a través de interacciones entre las empresas,

industrias y regiones buenas, dejando de lado las malas,

fracasadas y obsoletas, debido a que pertenecer al primer

grupo es garantía de éxito, bienestar y progreso, a diferencia

de las del segundo grupo (Azua, 2000; Chávez, 2004;

Scandizzo, 2007).

Paralelamente, Villareal (2006) en Quero (2008), argumenta

que la competitividad representa un proceso dirigido a la

generación y el fortalecimiento de las capacidades productivas

y organizacionales, con el fin de afrontar los cambios del

entorno, reemplazando las ventajas comparativas en

competitivas a largo plazo, como condicionante indispensable

para alcanzar niveles de desarrollo elevados y exitosos.

Asimismo, Morales (2011, p. 149) define el concepto de

competitividad como “la capacidad que tiene una industria de

alcanzar sus objetivos, de forma superior al promedio del

sector en referencia y de forma sostenible”.

A pesar de lo anterior, cabe resaltar que las teorías

económicas clásicas son las que en realidad dieron su

verdadera forma al concepto de la competitividad, pero que


con el paso del tiempo la tendencia ha ido modificando las

condiciones a las que los participantes deben de adaptarse,

desde el nivel internacional hasta el doméstico, incorporando

nuevos elementos en su terminología, tales como los cambios

tecnológicos, productivos y organizacionales. Es por ello que

la literatura se expande ampliamente (Rojas y Sepúlveda,

1999), analizándose a través de los enfoques

macroeconómico y microeconómico (Morales y Pech, 2000).

Así pues, se destaca que el enfoque macroeconómico es

aquel en el que interviene el gobierno mediante un apoyo

hacia las empresas para el incremento de las exportaciones y

la participación en el mercado internacional, y, el

microeconómico, aquel en el que empresarios,

administradores o asesores de empresas perfilan sus objetivos

en base a intereses de la empresa privada, y no en función del

país (Morales y Pech, 2000).

En este contexto, el Global Competitiveness Report en López

et al. (2012) indica que durante más de tres décadas, los

Informes de Competitividad anuales Globales del Foro Mundial

Económico han estudiado distintos factores que sostienen la


competitividad de las naciones, teniendo por objetivo discutir

sobre las mejores estrategias y políticas que ayuden a los

países a vencer los obstáculos del entorno económico, con

fundaciones macro y micro económicas.

En cambio, el Índice de Competitividad Urbana (2012), que

forma parte de una serie de reportes de competitividad del

Instituto Mexicano para la Competitividad A.C., y que además

se encarga de evaluar la competitividad de 77 ciudades de

México, indica que tanto en las ciudades como en los países y

en las regiones, el nivel de productividad de las empresas y

las personas, así como el atractivo para la inversión y para el

talento, son fuertes ventajas potenciales que un territorio

puede maximizar en beneficio de la productividad y el

bienestar de sus habitantes, y por tanto, el incremento de su

nivel de competencia.

Paralelamente, existen otros estudios que demuestran que los

planteamientos relacionados al concepto de competitividad

pueden ser abordados desde cuatro enfoques o niveles de

actividad socioeconómica distintos, tales como: país, región,

industria y empresa, o bien, macro, meta, meso y micro. Estos


últimos desarrollados por investigadores del Instituto Alemán

de Desarrollo (López y Guerrero, 2008; Marín y López, 2011;

Morales y Pech, 2000; Rojas y Sepúlveda, 1999).

El primero de ellos, la competitividad de acuerdo con el

enfoque macro, correspondiente al nivel país, es analizada por

medio de las teorías del comercio internacional, teniendo a

Adam Smith como su principal precursor, quien señala que un

país que goza de empresas que producen un bien a menores

costos, tendrá ventaja absoluta en el comercio mundial (López

y Marín, 2011); lo que se traduce en la oportunidad de una

mejor calidad de vida y bienestar de la población (Labarca,

2007; Porter, 1990), redundando en una economía nacional

competitiva (Coriat, 1997).

Para un país, la competitividad está inclinada hacia la

especialización, producción de bienes y exportación, al igual

que al aprovechamiento de los recursos naturales y mejoras

continuas de la productividad en los negocios existentes o

incursionando exitosamente en otros para elevar su

penetración en los mercados mundiales (Labarca, 2007; López

y Marín, 2011). En este nivel se incluyen también aspectos


relativos a la capacidad de exportación y venta de productos

en los mercados externos de un país, al igual que la capacidad

de defensa respecto a la excesiva penetración de

importaciones (Rojas y Sepúlveda, 1999); considerando entre

otras cosas, las políticas monetarias, presupuestal, fiscal y

comercial (Marín y López, 2011).

En el nivel meta o región, es donde se ubican las estructuras

básicas de organización de tipo jurídico, político y económico,

y se analizan los factores socioculturales, la escala de valor, y

la capacidad estratégica (Marín y López, 2011). A nivel meso,

industria o sector, según Enright, Francés, y Scott (1994) la

competitividad se plantea por la capacidad de las empresas de

un sector en alcanzar un éxito sostenido en comparación con

sus competidores foráneos, y puede medirse en materia de la

rentabilidad de las empresas, las inversiones extranjeras

entrantes y salientes, políticas horizontales, mediciones costo-

calidad, entre otros (Labarca, 2007; López y Guerrero, 2008).

En cuarto término se ubica el nivel micro, el cual se adapta a

la concepción de la empresa que para ser competitiva requiere

un mayor desarrollo de productos y servicios de alta calidad,


con costos inferiores a la competencia, contribuyendo a una

remuneración adecuada de los empleados y a un mayor

rendimiento para los propietarios, esto según la Comisión

Especial de la Cámara de los Lores sobre Comercio

Internacional (1985) en López y Marín (2011).

La CEPAL en 2000, sustentó que la competitividad a nivel

micro está condicionada a los aspectos de productividad,

tecnología, relaciones interempresa, y que se puede ver

manipulada por el tipo de relaciones que existan con sus

proveedores y clientes. También, hay otros elementos como el

tiempo de entrega, la disponibilidad de infraestructura para el

servicio o servicio post venta, las estrategias empresariales,

entre otros, los cuales marcan la diferencia entre una empresa

competitiva y otra menos competitiva (López y Guerrero,

2008).

Hasta este punto, es válido destacar que la competitividad

entre empresas o microeconómica es la más importante, ya

que de forma general, estas son las que deben enfrentar la

competencia global en los mercados (López y Marín, 2011),

tratando de sustituir las ventajas comparativas por


competitivas, generalmente creadas a partir de la

diferenciación de los productos de la reducción de costos

(Rojas y Sepúlveda, 1999).

En suma, todos los enfoques o niveles de la competitividad, de

acuerdo con la jerarquización de los niveles concéntricos

elaborado por Abel y Romo (2004) en López y Guerrero

(2008), infieren de manera directa uno con otro, es decir, tanto

la competitividad de la empresa como de la industria o país, se

ve afectada por las condiciones prevalecientes en cada uno de

ellos.

Así, todas las anteriores concepciones de competitividad son

tan distintas como los diferentes enfoques teóricos que se han

ocupado de su estudio. A pesar de ello y debido a la intención

de establecer un marco conceptual adecuado para el manejo

del concepto en el ámbito empresarial, el enfoque

administrativo es uno de los que mejor se ajusta a los

intereses de la investigación científica (Marín y López, 2011).

2.2.2.3. Origen y expansión de la competitividad

Para comprender mejor los paradigmas de la evolución de la

competitividad, habrá que tomar en cuenta la expansión de la


producción industrial moderna, la cual presenta cinco grandes

etapas, la primera, es la del taller artesanal, conocido también

como artículos del tipo “uno a la vez”; la segunda etapa, fue la

de la revolución industrial, la cual abrió un gran número de

posibilidades para las empresas con el uso de máquinas; la

tercera, referida al llamado sistema norteamericano de

manufactura o de producción en masa; la cuarta, fundada en

los principios de la administración científica, con el legendario

“Modelo T” como ejemplo; y, la quinta etapa, basada en la

nueva tendencia de la empresa flexible japonesa en la década

de los setenta (Suárez, 1994).

En contraste, el origen histórico de la competitividad se remota

a una amplia gama de pensadores como Adam Smith, quien

enfocó sus ideas liberales en la actividad económica de un

país, reconociendo que las ventajas podrían ser adquiridas

mediante la acumulación de destrezas tecnológicas (Apleyard

y Fieldt, 2003). Consecuentemente, se encuentra la postura

del economista clásico David Ricardo con su teoría de

comercio internacional en el siglo XIX, acerca de las ventajas

comparativas, quien recalcaba la importancia de la mano de

obra entre una nación y otra, pero que también, las naciones
obtienen una mayor ventaja cuando hacen uso intensivo de

los recursos con que cuentan en abundancia (Labarca, 2007).

En los años sesenta, con las teorías de la competitividad

desigual, surge la postura de Jean-Jacques y Servan-

Shreiberg en 1967, referente al desafío que tuvieron que

afrontar las industrias europeas frente a las americanas, estas

últimas caracterizadas por sus grandes tamaños y su acceso

al mercado mundial, lo que les facilitaba una mayor

oportunidad en cuanto a escalas de producción y desarrollo

tecnológico, según Hernández (1998) en Labarca (2007).

El secreto del éxito de estas grandes empresas americanas

recaía principalmente en el novedoso y moderno sistema de

producción en masa, el cual se había dado a conocer y hecho

respetar en todo el mundo. Algunas de sus características más

sobresalientes fueron la flexibilidad, maquinaria especializada,

apoyo en proveedores, énfasis en el proceso de producción,

entre otras. Pero la verdadera fortaleza de dicho sistema

estaba en el conocimiento, entrenamiento, y habilidades de

sus trabajadores (Suárez, 1994).


En la década de los setenta, con la llegada de las empresas

japonesas en el mercado occidental, principalmente de

automóviles y artículos electrónicos, comienza a darse un gran

interés por conocer las causas de dicho fenómeno, ya que

estas producían una gran variedad de productos sin alterar

sus costos, capaces de adaptarse y mejorar ante los cambios

del entorno (Suárez, 1994). Es en esta fecha en que surgen

algunos estudios comparativos, a causa de la fuerte

competencia que originaron las empresas japonesas (Porter,

1990).

Aquí, es donde surge el estudio de Michael Porter, máximo

exponente del área de estrategia de la empresa, quien

identificó los mecanismos determinantes de la competitividad

en las industrias más exitosas de diez países. Éste decide

reemplazar el concepto usado en las empresas de ventaja

comparativa por el de ventaja competitiva, adoptando también

dos enfoques, el de las cinco fuerzas y el de las estrategias

competitivas genéricas (Labarca, 2007; Porter, 1990; Suárez,

1994).
Años más tarde, a causa de los procesos de industrialización

de Asia Oriental y del rezagado desarrollo de América Latina,

el concepto de competitividad pasó a replantearse desde otro

enfoque como competitividad sistémica, por los autores

Attenburg y Messner en 2002 (Labarca, 2007). En contraparte,

en el país chileno muchas empresas han logrado consolidarse

como empresas exitosas tras haber mejorado sus procesos

encaminados a las ventajas competitivas y, a su vez,

ayudando a crear valor en el cliente a través de mecanismos

como calidad total y mejoramiento continuo (Suárez, 1994).

En resumen, se puede afirmar que los planteamientos teóricos

de la competitividad han ido evolucionando a lo largo de la

historia, desde su origen hasta su expansión actual, vistos en

ámbitos políticos, culturales y sociales, centrados en aspectos

referentes a la creación de redes entre gobierno y empresa

para el logro de una industria en desarrollo y competitiva a

nivel nacional e internacional (Labarca, 2007).

2.2.2.4. Modelos de competitividad

Existen diversos modelos de la competitividad, en su mayoría

caracterizados por los enfoques macro y micro económico; el

primero referido al sector, industria o país, y el segundo a la


empresa. A continuación, se presentan algunos casos

expuestos por distintos autores, desde los que hablan de

penetración en el mercado, tecnología, competidores, costos,

calidad y procesos, hasta aquellos que abordan el tema de la

productividad.

De acuerdo con Gómez (2006) en Marín y López (2011), éste

argumenta que existe la necesidad de contar con modelos

que, basados en la concepción de la empresa actual y el

hombre, permitan dar solución a problemas empresariales a

través de prácticas o herramientas tecnológicas de operación

y producción que aseguren la capacidad competitiva tanto en

circunstancias de orden geográfico, temporal y cultural.

En este orden, los principales modelos de competitividad se

han generado con base en estudios de la literatura económica,

entre los que se encuentran: (a) los que estudian la

productividad total de los factores, (b) aquellos inmersos en la

competitividad y los ciclos económicos, (c) los que se perfila

hacia las estructuras de mercado y la competitividad a nivel

nacional e internacional, y (d) los que están orientados al


desempeño de la economía abierta en relación con la

competitividad (Gómez, 2011).

Para 1965, surgen los primeros modelos del análisis

estratégico, destacando primeramente el trabajo realizado por

Ansoff en el mismo año, en el que enfatiza en la evaluación

interna y externa de las potencialidades respecto al entorno.

Consecuentemente, también se ubica la aportación de otros

autores como Learned, Christensen, Andrews y Guth con el

modelo LCAG, el cual insiste en confrontar a la empresa con

el medio ambiente competitivo mediante el empleo de sus

propios recursos y evaluando las limitaciones de la misma

(Morales y Pech, 2000).

Con motivo del interés teórico y práctico en materia de

competitividad, surge el modelo realizado por Michael Porter

en 1985, quien adopta el concepto de ventaja competitiva y lo

aplica a industrias nacionales, dando apertura al concepto de

ventaja competitiva aplicado a los países. En su modelo,

Porter, ofrece una alternativa a las explicaciones de la

competitividad, específicamente centradas en los

determinantes que vuelven más competitiva a una industria, es


decir, la demanda, la estrategia, la rivalidad de las empresas,

presiones y capacidades de la empresa (Labarca, 2007).

De la misma manera, se encuentra el modelo de Luis Carlos

Garay (1998) en López y Guerrero (2008), que desde el

enfoque de los determinantes de la competitividad, tomando

en cuenta la postura de Laplane (1996) sobre el análisis de los

factores internos y externos, identifica tres grandes grupos,

tales como: (a) los empresariales, siendo factores controlables

por la empresa (gestión, innovación y producción); (b) los

estructurales, caracterizados por que pueden ser poco

controlables (mercado, estructura industrial y regulaciones); y,

(c) los sistémicos, los cuales se constituyen como externos a

la empresa y por su nulo control (legales, políticos, sociales y

de infraestructura).

Jon Azua, en el año 2000, presenta un modelo de

competitividad con base en la empresa llamado Arthur

Andersen Strategic Business en el que se incluyen las

industrias, las empresas, el gobierno y la región, siendo una

mezcla de un modelo macro de una empresa turística y de

servicios; haciendo referencia al deseo de competir, compartir


y cooperar, sin olvidar el protagonismo de la competencia.

Este modelo fue llevado a cabo en el país Vasco, en España,

durante 1990 (Azua, 2000).

De lo anterior, es recomendable destacar que dicho modelo se

sustenta en el diamante competitivo de las cinco fuerzas

tradicionales de Michael Porter. Es así como la interacción

conjunta de los elementos ya mencionados, más el papel de la

rivalidad y la estructura, dan como resultado una organización

lista para competir en el nuevo y futuro contexto competitivo

(Chávez, 2004), dando lugar a una plataforma triangular que

mediante un hilo conductor potencia el conjunto de dichos

conceptos, donde cada uno de ellos tiene su propio valor

(Scandizzo, 2007).

Villareal y Ramos (2001) proponen un modelo enfocado en la

competitividad para el desarrollo, en el que reconocen que el

mercado y la apertura comercial por sí solos no conllevan a un

desarrollo con competitividad; es por ello que su postura está

dirigida a enfrentar el nuevo paradigma de la híper

competencia global en el mercado nacional, argumentando

que es necesario que exista un sistema financiero y fiscal


competitivo, que se traduzca en disponibilidad de

financiamiento y regímenes fiscales que propicien la confianza

a los inversionistas, al mismo tiempo que se establecen tasas

impositivas y bajos costos de transacción.

Según Berumen (2006) señala que los factores determinantes

para la competitividad de las empresas se agrupan en dos

tipos. Por un lado, se encuentran aquellos referentes al precio

y los costos, es decir, cuando una empresa se destaca por ser

más competitiva al ofrecer un bien o servicio a menor precio

que la competencia, y que a su vez, se reduzcan los costos

como parte de la estrategia. Por otro lado, están los

relacionados con la calidad de los productos, la incorporación

de la tecnología, la eficiencia en los flujos de producción, las

relaciones de colaboración con otras empresas y la

capacitación de los trabajadores.

Más recientemente, Quiroga (2003) propone un modelo

matemático con el objetivo de determinar la competitividad de

las Pymes, el cual fue elaborado con una base sustentada en

autores como Michael Porter, Peter Drucker, Imai Masaaki,

entre otros. Dicho modelo consiste en un análisis interno y


externo de las variables tecnológicas, administrativas,

productivas, humanas y empresariales, cuales impactan en la

competitividad de las empresas; y debido a su enfoque

cuantitativo posibilita la obtención de datos fidedignos y

confiables al momento de los resultados. A pesar de ello, al

ser un modelo matemático, únicamente se enfoca en medir la

competitividad desde el aspecto numérico, dejando de lado la

importancia y el valor de la información cualitativa.

En el anterior modelo, se resalta una característica particular

en la que una empresa a nivel internacional difícilmente podrá

alcanzar un 100% de su competitividad, generalmente estas

logran obtener un nivel del 80%, lo que se puede considerar

como un rango confiable, en concordancia con la postura de

Pareto (López y Guerrero, 2008).

Como se ha visto, los modelos de competitividad se

fundamentan principalmente en el desarrollo de las empresas

(Montoya et al., 2008). Sin embargo, en este estudio, al

tratarse de empresas localizadas en una zona de atractivo

turístico, habrá que identificar algunos de los principales


modelos determinantes de la competitividad de los destinos

turísticos, presentados en los siguientes párrafos.

Los autores Crouch y Brent (1999) presentan un modelo

llamado “Calgary”, teniendo como finalidad de ayudar al

destino turístico a competir, y a su vez, contribuir al bienestar

de la sociedad. Este modelo considera en su estudio dos

elementos: (a) la ventaja comparativa, incluyendo los recursos

endógenos del destino, tales como históricos y culturales,

económicos y de infraestructura, entre otros; y, (b) la ventaja

competitiva, mediante los recursos desplegados como son el

crecimiento y desarrollo, la eficacia y eficiencia.

Asimismo, estos autores consideran otros factores

competitivos del macro entorno como los tecnológicos,

socioculturales, demográficos y medioambientales, ya que

ellos condicionan los cambios externos del sistema. En

contraparte, a nivel micro entorno, incluyen elementos que

definen la competencia inmediata, estrechamente ligados a la

adaptación de la empresa, tales como empresas turísticas,

medios de comunicación, turistas, residentes y empleados

(Diéguez, Gueimonde, Sinde, y Blanco, 2011).


Dicho modelo se basa principalmente en los recursos básicos

que influyen en la competitividad. No obstante, éste tiene

algunas debilidades y limitaciones como su enfoque

meramente descriptivo y conceptual, dejando de lado el

aspecto predictivo y causal, centrándose únicamente en

factores de competitividad abstractos o de difícil medición

cuantitativa (Crouch y Brent, 1999; Diéguez et al., 2011).

Muy similar al anterior, está el modelo de competitividad

denominado “Modelo Integrado”, propuesto por Dwyer y Kim

en 2003, en el que se exponen los recursos heredados,

creados y de soporte, de manera conjunta con las condiciones

situacionales, la demanda y la gestión del destino, a fin de que

a través de su interrelación se busque alcanzar la

competitividad de los destinos turísticos y, por ende, el

mejoramiento en la calidad de vida y el bienestar de la

sociedad. Dicho modelo fue utilizado para analizar la

competitividad de países como Corea y Australia. Pero igual

que otros, también carece de algunas ventajas.


Por su parte, Hong (2009) propone un modelo de

competitividad orientado a los destinos turísticos, tomando en

cuenta otros modelos como el de las ventajas comparativas de

Ricardo, los recursos naturales (ventajas exógenas) y el

cambio tecnológico (ventajas endógenas), al igual que las

ventajas competitivas de Porter; es decir, las condiciones

domésticas y globales del entorno. De tal manera que por

medio de dicho modelo se permite ponderar y jerarquizar la

importancia de cada uno de los indicadores con respecto al

grado de importancia con la competitividad del destino

turístico.

2.2.2.5. Competitividad empresarial

Porter (1990) y Krugman (1994) han señalado que las que

compiten son las empresas no las naciones; a un país lo

hacen competitivo las empresas competitivas que hay en este;

por lo tanto, son estas la base de la competitividad. A

continuación revisaremos algunos conceptos de

competitividad empresarial.

"Es la capacidad de una empresa para, rivalizando con otras,

alcanzar una posición competitiva favorable que permita la

obtención de un desempeño superior a las empresas de la


competencia" (Rubio & Aragón, 2006). Para Lall, Albadalejo y

Mesquita (2005), el concepto de competitividad proviene de la

bibliografía sobre administración de empresas, y viene a ser la

base para el análisis estratégico empresarial; "Las compañías

compiten para captar mercados y recursos, miden la

competitividad según su participación relativa en el mercado o

su rentabilidad y utilizan la estrategia de la competitividad para

mejorar su desempeño".

Respecto a la rentabilidad, este requisito para ser competitiva

lo señala también la Industry Canadá, como vemos a

continuación:

Una empresa es competitiva si es rentable. Lo cual implica

que su costo promedio no excede del precio de mercado de su

producto. Así también, su costo no excede del costo promedio

de sus competidores. Si no es así, entonces implica que tiene

una productividad más baja o paga precios más elevados por

sus insumos, o por ambas razones (Industry Canadá 1995,

citado en Solleiro & Castañón, 2005).


Solleiro y Castañón (2005) señalan que la competitividad es la

capacidad de una organización para mantener o incrementar

su participación en el mercado basada en nuevas estrategias

empresariales, en un sostenido crecimiento de la

productividad, en la capacidad interempresarial para participar

en negociaciones con diferentes instituciones y otras

compañías dentro de su ambiente, en un ambiente competitivo

determinado por el sector y el mercado de los consumidores y

en políticas introducidas por los gobiernos nacionales y

alianzas económicas regionales.

La competitividad de las empresas depende de factores en

tres niveles: el primer nivel es la competitividad del país, que

incluye variables como la estabilidad macroeconómica, la

apertura y acceso a mercados internacionales o la complejidad

de la regulación para el sector empresarial; el segundo nivel

se refiere a la infraestructura regional; un tercer nivel que

explica la competitividad de las empresas tiene que ver con lo

que ocurre dentro de la propia empresa (Cervantes, 2005).

La competitividad empresarial se deriva de la ventaja

competitiva que tiene una empresa a través de sus métodos


de producción y de organización (reflejados en precio y en

calidad del producto final) con relación a los de sus rivales en

un mercado específico (Abdel & Romo, 2004).

Recurriendo los conceptos anteriores tenemos que la

competitividad de una empresa depende de la productividad,

la rentabilidad, la posición competitiva, la participación en el

mercado interno y externo, las relaciones interempresariales,

el sector y la infraestructura regional.

Cuando nos referimos a "competitividad" no podemos dejar de

lado el trabajo de Porter (1990), quien se refiere a la "Ventaja

competitiva" como la clave de la competitividad. Porter (1990)

marcó la separación de los enfoques tradicionales basados en

el concepto de ventajas comparativas haciendo énfasis en que

mientras que las ventajas comparativas se heredan, las

ventajas competitivas se crean. A este respecto, estudios

empíricos (Cepal, 2001) señalan que rara vez se ha generado

un crecimiento sostenido basado puramente en factores

heredados; este se ha generado más bien por: la vinculación

de factores y actividades tales como las estrategias

empresariales y la estructura del rival; la existencia o


inexistencia de industrias de apoyo; las condiciones de los

factores mismos, como la disponibilidad de mano de obra

calificada o infraestructura adecuada y las condiciones de la

demanda.

Sin embargo, el diamante de Porter (1990) sigue vigente y es

usado hoy en día por corporaciones y organismos

internacionales, más cuando se refuerza con su nueva

extensión de competencia ambiental, el cual ha sido incluso

estilizado por quienes forjan las políticas de la pyme (Paz,

2002).

De este modo, hemos pasado de la ventaja comparativa a la

ventaja competitiva (aunque estos no se excluyen sino que se

complementan), a la cadena productiva y la revisión del

entorno, a la noción de competitividad sistémica, de

regionalización, clusters y territorios competitivos. Esta

evolución nos permite enfrentar nuevos retos: globalización,

internacionalización y desregulación de mercados; aplicar

nuevas estrategias basadas en la gestión tecnológica, la

gestión del conocimiento, la cooperación; a ver el mercado no


solo como local sino también aventurarse al mercado

internacional y sus exigencias (Martínez & álvarez, 2006).

Al respecto Krugman ha mencionado que no es válido tratar a

una empresa y a una nación en forma indistinta, en especial

en lo referente al tema de la competitividad. La obsesión por la

competitividad lleva a posturas equivocadas y peligrosas y a

resultados simplistas (Krugman, 1994). Entonces surge la

necesidad de involucrar a todos los actores que tienen

influencia en la competitividad; de este modo desarrollaremos

más adelante el enfoque de competitividad sistémica.

2.2.2.6. Limitantes de la competitividad de la Pyme

De acuerdo con Listerri et al. (2002), los factores que limitan la

competitividad de la pyme son:

1. Los problemas del marco regulatorio e institucional. Estos

incluyen: falta de regulación de la competencia, inseguridad

jurídica en el tráfico mercantil, falta de imparcialidad e

ineficiencia del sistema judicial, poca transparencia y

simplificación del régimen fiscal, la inadecuación de los

mercados de factores, la falta de protección de la propiedad,

incluida la propiedad intelectual, leyes de quiebra, barreras


burocráticas y desincentivos a la actividad de negocios por la

baja calidad de los sistemas de apoyo al desarrollo de las

empresas.

2. Las fallas en el comportamiento de los mercados de

factores y bienes y servicios finales. La ineficiencia de los

canales de distribución, la complejidad de los procedimientos

de licitación, la falta de información, la falta de experiencia en

la comercialización internacional, la escala reducida, las

deficiencias en la calidad y normalización de los productos.

3. Las debilidades en la gestión empresarial. Dificultades

para atraer a profesionistas con capacidad gerencial frente a

las empresas grandes, que pueden ofrecer mejores

condiciones laborales.

2.2.2.7. La competitividad sistémica

De acuerdo con Esser, Hillebrand, Messner y Meyer (1996), la

competitividad industrial no surge espontáneamente al

modificarse el contexto macro ni se crea recurriendo

exclusivamente al espíritu de empresa a nivel micro. Es, más

bien, el producto de un patrón de interacción compleja y

dinámica entre el Estado, las empresas, las instituciones

intermediarias y la capacidad organizativa de una sociedad.

En ese contexto, y concordando en este punto con el enfoque


neoliberal, es esencial contar con un sistema de incentivos

orientados a la competitividad que obligue a las empresas a

implementar procesos de aprendizaje y a incrementar su

eficiencia. Aunque últimamente la competitividad de una

empresa se basa en el patrón organizativo de la sociedad en

su conjunto.

Podemos ver entonces que este concepto se caracteriza por

reconocer que un desarrollo industrial exitoso no se logra solo

a través de una función de producción en el nivel micro, o de

condiciones macroeconómicas estables en el nivel macro, sino

también por la existencia de medidas específicas del Gobierno

y de organizaciones privadas de desarrollo orientadas a

fortalecer la competitividad de las empresas (nivel meso). De

este modo, la capacidad de vincular las políticas meso y

macro está en función de un conjunto de estructuras políticas

y económicas y de un conjunto de factores socioculturales y

patrones básicos de organización (nivel meta) (Naciones

Unidas-Cepal, 2001).

2.2.2.8. Estudios previos

El tema de la competitividad, como ya se ha visto, es

abordado por varios autores con posturas en su análisis desde


diferentes esquemas, algunos inclinados hacia el lado macro

económico y otros al micro económico, unos con mayor peso

que otros, pero en general, todos han logrado ofrecer un

aporte. Por ello, en este apartado se enfatiza principalmente

en aquellos estudios que bajo la variable principal

(dependiente) de competitividad, han sido elegidos como los

más relevantes para esta investigación.

En este orden de ideas, Araiza, Velarde, y Zarate en 2010,

realizan un estudio en el cual destacan el papel que

desempeña la cooperación interempresarial, en particular las

formas y necesidades de asociación y cooperación entre las

pequeñas y medianas empresas, en beneficio de una mayor

competitividad, ya que de acuerdo con la evidencia empírica

encontrada se dice que la aglomeración de este tipo de

organizaciones generan un margen de economías externas

entorno a la reducción de los costos y aumento en la

producción, obteniendo así una eficacia colectiva que

difícilmente podrían lograr de manera individual. Dicho trabajo

fue desarrollado en empresas de la industria metalmecánica

del Estado de Coahuila, México.


También, en el mismo año, Taplin (2010) lleva a cabo un

trabajo de investigación en el que discute la importancia de la

cooperación como factor clave en pro de un aprendizaje

colectivo que redunda en una mayor competitividad e

identidad colectiva. En este caso, la metodología fue aplicada

a una población de 40 empresas productoras de vino ultra

lujoso del valle de Napa, en Estados Unidos de América. En

donde, como parte de los hallazgos, se comprobó que la

colaboración y el trabajo conjunto de actores les permea de

herramientas, habilidades y estrategias de aprendizaje que se

traducen en un amento en su nivel competitivo, y que a su vez,

impacta positivamente en la identidad colectiva tanto de los

vinos como de la región.

Por su parte, Barreto y García (2005) hablan de cooperación

asociativa cuando se refieren a la competitividad de las

pequeñas y medianas empresas, en su caso de las Pymes del

sector confección en Venezuela. También, se discute el

problema de la falta de confianza en cuanto a la consolidación

de relaciones que coadyuven la puesta en marcha de

estrategias de trabajo colectivo a través de redes verticales y

horizontales, de manera tal que se aprovechen las fortalezas y

oportunidades. Puntualizándose que en general las Pymes


tienen rasgos distintivos, como son: el aislamiento, el escaso

nivel de cooperación, la resistencia al cambio, el

desconocimiento de sus deficiencias, entre otras.

De forma paralela, se presenta otro estudio desarrollado por

Ojeda en 2009, quien en su metodología utiliza como universo

a 106 Pymes del sector ambiental ubicadas principalmente en

la parte centro-norte de México. En este estudio se analizó el

factor competitivo de dichas empresas, teniendo en cuenta

algunas consideraciones teóricas y la evidencia empírica para

centrarse en el tema principal de la cooperación empresarial,

destacando como la estrategia mayormente predominante

para diferenciarse de la competencia, mejorar la capacidad

competitiva y como estímulo de internacionalización. Para ello,

se sugiere que exista una simetría entre las empresas que

realizan la cooperación, para poder así, enriquecer la

experiencia y el aprendizaje.

En general, una gran cantidad de los estudios referentes a la

competitividad en el sector empresarial tratan el tema desde la

perspectiva del clúster o de los sistema productivos locales,

usualmente conglomerados en una región en particular, con


cierto grado de integración (Martínez, 2009). Haciendo

mención por igual de los elementos característicos de tipo

endógeno y exógeno, los cuales representan una alternativa

para competir en los mercados internacionales, manteniendo

una diferenciación y, por ende, un mayor desarrollo económico

dentro del entorno, encaminados hacia una posible integración

de actores (Sánchez y Mungaray, 2010).

Aunado a los estudios anteriores, se suman otros (Campo et

al., 2008; Centinkaya, 2009; Velarde et al., 2011) en los que

se destaca la necesidad de que existan en las MIPYME,

herramientas de planeación estratégica que por medio de su

uso puedan desarrollar estrategias dirigidas al logro de las

ventajas competitivas. Entre las herramientas de las que se

hace mención, están el uso de las tecnologías de la

información y la comunicación, las cuales ayudan, en la

mayoría de los casos, a mejorar la relación de la cadena de

valor y con el canal de distribución, a mantener una

comunicación más estable con los proveedores, a reducir los

costos, a dar respuesta oportuna a las demandas del

mercado, y a obtener información de las condiciones del

entorno (Gargallo y Pérez, 2009).


Dando cabida a los estudios de competitividad en relación a

las tecnologías de la información y la comunicación, se

encuentra uno realizado por Medina, Cruz, y López, en 2010,

donde se afirma que el uso dichas herramientas es un claro

reflejo de un nuevo modelo de negocios estratégicamente

enfocado a aquellas empresas que compiten dentro de un

mercado cada vez más agresivo, lo que en otras palabras se

traduce en un amplio beneficio de oportunidades tanto para la

organización, como para el cliente y el proveedor.

Liberman, Baena, y Moreno en 2009, desarrollaron un trabajo

a nivel macro económico, tomando en consideración las

aproximaciones teóricas y metodológicas, en el que enfatizan

en las estrategias que contribuyen a que una organización de

la industria vitivinícola chilena pueda internacionalizarse de

manera competitiva, destacando el tamaño de la empresa, la

gestión de la calidad, las tecnologías de la información y la

comunicación, la planificación de la gestión internacional, y la

adaptación de las estrategias de marketing internacional.

Por otro lado, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio

(2007) llevó a cabo un diagnóstico en cuanto a los medios


tecnológicos utilizados por las micro, pequeñas, medianas y

grandes empresas del sector vinícola en España, señalando

que mediante el correcto aprovechamiento de las tecnologías

se pueden obtener soluciones encaminadas a enfrentar los

cambios de manera óptima; es decir, gestionar de manera

sistemática aspectos de la producción vinícola, abrir nuevos

canales de comercialización, adquirir herramientas que

permiten analizar la demanda, entre otros aspectos. Donde

además, el Internet juega un papel fundamental, al suponer

para las empresas una fuente de información virtual ilimitada

que crea un ambiente más permisible para la comunicación

entre clientes y proveedores, desde cualquier momento y parte

del mundo (Lampón y Martínez, 2005).

También, y no menos importante, es necesario destacar que

gran parte de los estudios de competitividad están orientados

hacia el desarrollo de los territorios rurales o inmersos en

algún sector de la economía donde intervienen recursos

culturales, naturales y patrimoniales, pertenecientes a los

productos que por su naturaleza son elaborados en una región

en particular, y que de manera conjunta se acompañan de la

afluencia turística en busca del disfrute de experiencias

asociadas con algún tema como motivo de la vista, tales como


el vino, la gastronomía, la artesanía, el folklor, la historia, entre

otros (Alpizar y Maldonado, 2009).

En este sentido, habrá que especificar que existen diversos

autores que han abordado la temática de la competitividad

desde la perspectiva del turismo, entre ellos se encuentran

Alpizar y Maldonado (2009), Medina y Tresserras (2007), y

Zamora y Barril (2007); en conjunto han investigado que el

vino es un producto emblemático que suscita cada vez más el

interés de los viajeros, quienes en busca de nuevas

alternativas optan por acudir a los destinos turísticos maduros

y emergentes, sobre todo en aquellos en que la conjunción del

enoturismo y el patrimonio gastronómico son su principal

emblema.

Los autores Ruiz y Pelegrín (2011) pusieron en marcha un

proyecto en el que se hace un análisis del turismo en España,

con el propósito de conocer algunos aspectos relativos a la

competitividad, de tal forma que se permita desarrollar una

oferta progresiva con motivo del incremento del gasto en

viajes y de la fragmentación de las vacaciones. Fenómeno que


no es exclusivo únicamente de España, sino que también se

ha venido presentando en otros países.

Por otra parte, el estudio de Rodríguez et al. (2010) sustenta

que la competitividad de las zonas rurales está estrechamente

ligada con la herencia cultural, social y ambiental de los

destinos turísticos, así como con la tradición culinaria y con el

vino. Y, que, paralelamente, al estar estas unidas en

cooperativas garantizan la obtención de ventajas de índole

económico, productivo, comercial y social, conceptualizándose

en formas organizadas con mayor futuro en el campo del

territorio rural, debido a que pueden adaptarse más fácilmente

a las exigencias del entorno competitivo (López et al., 2008;

Melián y Millán, 2007).

Adicional a lo planteado, se puede decir que existe una fuerte

discrepancia entre los entendimientos conceptuales y

metodológicos entorno a la competitividad, ya que es muy

difícil medirla a través de un solo modelo. Sin embargo, se

intuye que para ser competitivo en el entorno actual, es una

condición que está fuertemente vinculada con la búsqueda de

acciones, estrategias y ventajas competitivas desarrolladas en


los procesos organizacionales y administrativos, que de

alguna manera conllevan hacia el crecimiento y la

permanencia en los mercados (Chávez, 2004).

2.3. Definición de términos

Accesibilidad. Grado hasta el cual es posible llegar a servir en un segmento

de mercado.

Adaptación del producto. Adaptación de un producto a las condiciones

locales o deseos de los mercados extranjeros.

Administración de la fuerza de ventas. Análisis, planeación, ejecución y

control de las actividades de la fuerza de ventas, incluyendo los objetivos

fijados a ésta; diseño de su estrategia; y reclutamiento, selección,

capacitación, supervisión y evaluación de los vendedores de la compañía.

Administración de mercadotecnia. Análisis, planeación, ejecución y control

de programas diseñados para crear, construir y mantener intercambios

provechosos con compradores objetivo a fin de lograr los objetivos de la

organización.

Adopción. La decisión de un individuo de convertirse en usuario regular de

un producto.

Agencias de servicios mercadológicos. Firmas de investigación de

mercados, agencias publicitarias, medios de comunicación, firmas de

consultoría en mercadotecnia y otros prestadores de servicios que auxilian a

una empresa a colocar y promover sus productos en los mercados

adecuados.
Agente. Mayorista que representa a compradores o vendedores de manera

relativamente permanente; desempeña sólo algunas funciones y no tiene

derechos sobre los productos.

Ambiente cultural. Instituciones y otras fuerzas que afectan los valores,

percepciones, preferencias y comportamientos básicos de la sociedad.

2.4. Hipótesis

2.4.1. Hipótesis general

Existe relación entre la estrategia de marketing en la competitividad de

la empresa TOTTUS, Ica, 2017

2.4.2. Hipótesis especifica

Hipótesis especifica 1

Existe relación entre realizar un diagnóstico interno y externo para

determinar las estrategias de marketing de la empresa TOTTUS, Ica,

2017

Hipótesis especifica 2

Existe relación entre implementar las estrategias de marketing que

contribuya al mejoramiento de las ventas de la empresa TOTTUS, Ica,

2017

Hipótesis especifica 3

Existe relación entre identificar las causas que afectan la

competitividad y la estrategia de marketing en la empresa TOTTUS,

Ica, 2017
2.5. Variables

2.5.1. Definición conceptual de la variable

2.5.2. Definición operacional de la variable

2.5.3. Operacionalización de la variable

Você também pode gostar