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Minimalismo práctico # 2
Elimina el Caos
19 herramientas para organizar tu hogar y
simplificar tu vida
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Minimalismo práctico: Elimina el Caos
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Contenido
Introducción al cambio: el hogar minimalista...................................................................4
¿Tu hogar se adapta a ti?...............................................................................................4
Los límites auto-impuestos...........................................................................................4
Eliminando las Excusas.....................................................................................................6
No tengo tiempo............................................................................................................6
Me recuerda a una tarea pendiente................................................................................7
Fue un regalo.................................................................................................................7
Fue muy caro.................................................................................................................8
Me recuerda a un ser querido........................................................................................8
Quizás lo necesitaré algún día.......................................................................................9
Son mis sueños..............................................................................................................9
Me proporciona seguridad..........................................................................................10
¿Qué función tiene este objeto?..................................................................................11
Simplificar y Expurgar.....................................................................................................12
Organizar un hogar en 7 pasos....................................................................................12
Alternativas y herramientas complementarias............................................................15
La Organización de tu Hogar...........................................................................................22
Cada cosa en su lugar..................................................................................................22
Cambia la adivinanza por la etiqueta..........................................................................24
Respira. Y elimina el caos visual................................................................................25
El hábito de organización ...........................................................................................26
El mantenimiento de tu nuevo entorno............................................................................27
Ayuno de compras.......................................................................................................27
La lista de los 30 días..................................................................................................28
Entra uno sale uno.......................................................................................................29
Aprende a decir que no (a las ofertas).........................................................................29
Reconducir los regalos: la caja recicla-regalos...........................................................30
La limpieza dosificada................................................................................................31
El reto de la casa minimalista..........................................................................................33
¿Quieres saber más?........................................................................................................34
¿Te ha gustado Elimina el Caos?.....................................................................................35
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camino o muy cerca de él. Desviarte del camino requiere una decisión consciente y una
argumentación sólida. Presuntamente te estarías exponiendo a riesgos que en el camino
marcado ya han sido eliminados por otros (como el riesgo de perderte). Por lo tanto, lo
más fácil es seguir la ruta definida por los que vinieron antes de ti. Eso no tiene por qué
ser malo, simplemente es así y ciertamente facilita de gran manera las salidas al campo.
Lo mismo pasa con tu casa, existen rutas dentro que ponen en evidencia tus
movimientos cotidianos. Las cosas que están a la mano, se utilizan mucho más que
aquellas cosas que requieren una escalera para llegar; seguramente cocinas siempre con
las mismas cazuelas, te pones siempre la misma ropa y utilizas siempre la misma toalla.
Has creado rutinas en tu hogar que te ayudan a reducir las decisiones mundanas del día
a día y ahorrar esta energía para las decisiones más importantes. El problema surge
cuando las bases de estas rutinas y estas decisiones se crean paulatinamente sin que te
des cuenta. Quizás has dejado de jugar a los juegos de mesa con tus hijos porque hay
que subir al altillo cada vez que toca el monopolio, o ya no tocas la guitarra porque
habría que mover todo el contenido del armario grande para sacarla de su sitio. Sin
querer, te has creado un mapa de senderos que pasan lejos de algunas de las atracciones
más bonitas del lugar. Tu trabajo será salir de los senderos, revisar toda la zona, decidir
cuales puntos de interés valen la pena recuperar y rehacer algunos caminos para que se
adapten a tus sueños más que a tu realidad actual.
Por supuesto que no es algo que se hace de un día para el otro. Requiere de tu tiempo y
dedicación. Tendrás que tomar muchas decisiones, algo que el cerebro no siempre
disfruta. Aun así vale la pena. Si aceptas que estás trazando un nuevo camino en vez de
fijarte en un objetivo final, te será más fácil dar el primer paso. No quieres convertir tu
casa en un museo estéril y vacío, quieres convertirlo en el reflejo de tu potencial, en un
oasis de tranquilidad donde puedas recargar tus energías o pasarlo bien con tu familia o
tus amigos. No tienes por qué hacer todo hoy. Pero sí tendrás que empezar hoy,
eliminando las excusas de tu vida.
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No tengo tiempo
Curiosamente todos tenemos el mismo número de horas a nuestra disposición a lo largo
del día. La diferencia entre una y otra persona es cómo utiliza estas horas. Hay quién
duerme más o menos; hay quién dedica más o menos tiempo al trabajo; hay quién tiene
hobbies que requieren más o menos horas por semana. A qué dedicas tu tiempo es
cuestión de prioridades personales. “No tengo tiempo” por lo tanto significa “no quiero
dedicarle tiempo a esta actividad” o “no quiero darle prioridad en este momento”. Es un
argumento completamente válido. Nadie te obligará hacer un cambio que no quieras
hacer. Nota el matiz: ¿no tienes tiempo o no quieres invertir tu tiempo? La segunda
expresión te da la libertad (y la responsabilidad) de reconocer que tu tiempo es tuyo.
Todos tenemos el mismo número de horas al día. Dicen que el tiempo que no tienes es
el tiempo que no te tomas. Así que en realidad no es una cuestión de tiempo sino una
cuestión de prioridades.
Tus prioridades las defines tú, no te engañes, nadie te obliga a este ni a otro cambio. Si
no quieres dedicarle tiempo, eso está bien. Solo te pido que lo reconozcas como lo que
es: te estás enfrentando al miedo al cambio y no a la falta de tiempo. Quizás notas
también un poco de expectativas equivocadas: si esperabas que te presentara un plan de
ataque para renovar toda tu casa a tiempo completo en tres semanas, siento
decepcionarte. Sí, lo podrías hacer, pero no te lo recomiendo. Por mi experiencia te
puedo decir que los cambios pequeños y pausados suelen ser los que mejor funcionan.
Así que el tiempo que requiere el minimalismo son tiempos mínimos; un minuto aquí,
cinco minutos allá, un poco de reflexión mientras viajas en metro. Puedes dedicarle
exactamente el tiempo que tú quieras, por lo mínimo que sea. Verás en las herramientas
que presentaré más adelante, que cada una tiene su tiempo asignado. Escoge las tareas
que se adaptan a tu horario, y verás: sí que tienes tiempo.
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Y si aún sigues creyendo que “no tienes tiempo”, durante una semana anota
exactamente lo que haces durante el día. Te darás cuenta que hay actividades que son
menos importantes que otras. ¿Cuál de estas actividades es la que menos te aporta?
¿Podrás acortar el tiempo que pasas frente a la tele para dedicarle media hora a tu
dormitorio? ¿Quizás puedes cambiar tu visita al centro comercial este fin de semana por
una revisión del altillo?
Tu tiempo es tuyo y raramente todos tus horarios estarán definidos por fuerzas externas.
Busca los huecos y utilízalos a tu favor.
Fue un regalo
Por muchas indirectas (o directas) que le sueltes a tu pareja, a tu madre y a tu mejor
amiga, no siempre los regalos que recibes son exactamente lo que esperabas. La
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Aunque hayan cambiado tus hábitos, tu cuerpo, tus intereses, el objeto sigue ahí,
recordándote del pasado y la inversión que hiciste en su día. Recuerdas hasta el último
céntimo que invertiste, todo el esfuerzo que te costó al discutir con aquella azafata para
que te deje pasar con la máquina para hacer pasta, y te niegas a aceptar que haya sido en
vano. No quieres ser de estas personas que compran cosas que no hacen falta y después
se arrepienten. Así que el vestido se queda en el armario y la máquina para hacer pasta
sigue atrapando polvo encima de la nevera.
Esta excusa por mantener algo en tu casa no suele darse con las compras pequeñas, es
una característica de los objetos que más sacrificio te costaron. Has invertido tiempo y
dinero y no quieres verlo desperdiciado. Y esta es la clave: has invertido tiempo y
dinero, ha sido una inversión, no una compra simple. Al igual que las inversiones de las
empresas, tus inversiones también sufren una depreciación a lo largo del tiempo. La
maquinaría nueva de una fábrica de coche no vale lo mismo hoy que en su día de
compra. Lo mismo pasa con tu coche. Y si fueras una empresa, en tu balance anual
reducirías cada año también el valor de tu tele y del vestido de seda, hasta que consta
como cero en tus activos. Si todavía lo usaras, genial, te genera valor sin que tuvieras
ningún coste. Por el contrario, si no lo utilizas y además vale cero al día de hoy, ¿por
qué permites que ocupe espacio en tu casa? Es hora de liberar este espacio para otras
cosas que disfrutas más.
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angelitos, uno solo a lo mejor podría cumplir el objetivo, así que bajó el angelito en
mejor estado a su estantería en el comedor y tiró la caja con los demás. Fue un alivio
para ella el vaciar el altillo un poco más, y también para su columna, porque mover 48
angelitos de aquí para allá no es muy agradable, por muchos recuerdos que traigan.
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Me proporciona seguridad
Hay cacharros en tu casa que te dan confianza, que te definen como quién eres o que te
permitirían volver a tu vida anterior si todo falla. En este caso la razón de ser del
cacharro es darte seguridad. No lo guardas por el uso práctico o estético que podría
tener el objeto. Los ejemplos más comunes están relacionados con logros del pasado,
con tu imagen actual y con tu identidad.
Cuantas personas tienen guardados los apuntes de la universidad en algún armario
escondido. Libros temáticos, decenas de libretas llenas de anotaciones y una variedad de
carpetas con hojas sueltas de exámenes superados. Ahora, 10 o 15 o 20 años después de
finalizar la carrera todo este conocimiento sigue ahí, esperando en vano que alguien
hojee el papel amarillento. Tú sabes muy bien que eso no acontecerá, si necesitas saber
algo en concreto de tu profesión no te pondrás a revisar tus apuntes universitarios. Lo
más probable es que busques la respuesta en internet o en la literatura actualizada. El
problema no solo es el desorden de los apuntes (que raramente vienen indexadas), sino a
igual medida la obsolescencia de la materia. Si eres abogado, no encontrarás la
jurisprudencia actualizada en esas carpetas; si eres programadora, los nuevos lenguajes
no estarán en un libro del 1994; si eres médico, existen nuevos tratamientos que no se
contemplaron en tus estudios de hace tiempo. Aun así, los apuntes tienen su utilidad: te
demuestran que una parte de tu vida la dedicaste a tu formación y a tu educación. Eres
una persona culta que tendrá éxito, es eso lo que prometen los apuntes. ¿Cómo te vas a
deshacer de ellos?
Los libros en tu biblioteca pueden cumplir la misma función, con un poco más de
visibilidad. Tus visitas, tu pareja, y quizás hasta tú mismo, estáis impresionados con la
cuidadosa selección de obras maestras de tu biblioteca privada. Como expresión de tu
personalidad y sofisticación, estos libros son prueba real de que sabes lo que haces y
que eres confiable, aunque no hayas leído ni uno de ellos.
En esta categoría también entran los cacharros de cocina duplicados en aquel cajón del
altillo; la segunda licuadora, el segundo set de ollas, el segundo edredón; todo está listo
para defender tu independencia y poder irte ahora mismo si hace falta. Saber que existe
esta opción de salida inmediata te tranquiliza en momentos de tensión con tu pareja,
aunque quizás nunca te hayas planteado la cuestión. Te da la seguridad de que sigues
siendo dueño de tu mundo.
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Simplificar y Expurgar
Ya con las excusas al descubierto, puedes seguir con el próximo paso. Antes de pasar a
la organización de tu hogar hace falta que simplifiques lo que tienes y que te deshagas
de todo aquel objeto que no encaja contigo, con tus actividades y con la visión que
tienes de tu hogar. Organizar todo tal como está significaría mover el caos de un lado al
otro sin realmente conseguir un cambio. La magia está en lo que no está, en el vacío
creado a propósito.
En un mundo perfecto te tomarías una semana para reorganizar toda tu casa de golpe.
En la vida real es poco probable que tengas este tiempo o la energía para llevarlo a cabo.
La solución es empezar por una habitación o quizás por un cajón; o por algo todavía
más pequeño, ya que solo dispones de 5 minutos al día. ¡Eso está bien! El minimalismo
es un camino, no una carrera, además, la satisfacción por un cajón organizado es muy
parecido a la satisfacción de una habitación re-organizada. Y al tener varios cajones y
estanterías por habitación podrás multiplicar los momentos de logro al hacerlo poco a
poco.
Tomando en cuenta las diferentes franjas de tiempo que puedas tener, este capítulo está
dividido en dos partes. Primero conocerás el proceso completo de organizar un lugar,
cualquier lugar. Si tienes el tiempo y la energía puedes utilizar este proceso en cualquier
rincón de tu casa, desde una estantería hasta una habitación completa. Si quieres
empezar con cambios más pequeños, en la segunda parte encontrarás herramientas
individuales que pueden complementar tu actividad o representar una estrategia suelta
aislada. Tu tarea será escoger cuál de estas ideas se ajusta mejor a tus necesidades y a
tus posibilidades en cada momento.
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que no sabes muy bien si los quieres mantener o si estás mejor sin ellos. Si te das cuenta
de que esta pila está creciendo demasiado, es hora de trabajar tus excusas y volver a
empezar, haciéndote dos preguntas claves:
1) ¿Lo has utilizado en los últimos doce meses?
2) ¿Te hace sentir bien?
Si una de las respuestas es “no”, su destino será la pila del “no gracias”. Recuerda que si
no utilizas algo ni te genera energías positivas, no tiene por qué ocupar espacio en tu
vida.
Ahora, coge cada objeto en tus manos, uno por uno, y decide rápidamente a cuál de las
tres pilas pertenece. Tienes 10 segundos por cada objeto, ya que la idea es que decidas
de forma intuitiva, pasado este tiempo tu cerebro empezará a generar las excusas
habituales para poder quedarse con todo y no tener que enfrentar un cambio en tu vida.
Recuerda que los riesgos de muerte son bastante reducidos, por no decir prácticamente
nulos.
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rosa es un ejemplo de este tipo de objetos relacionados al recuerdo. También hay cosas
que tienes porque algún día las quieres utilizar, por ejemplo, el curso de japonés que
guardo en mi estantería.
Así que lo primero, será identificar en cada objeto, si está relacionado a un recuerdo o a
un sueño, al hacer esta distinción inicial será mucho más fácil tomar la siguiente
decisión.
Para cada objeto relacionado a un recuerdo, decide que tan importante es el objeto en sí.
¿Es estrictamente necesario que retengas el objeto tal como está? Quizás existan
alternativas: puedes guardar solo una parte, (como lo hizo la señora que se quedó tan
solo con uno de sus 48 angelitos) o tal vez puedes tomar fotos de algunas cosas para
montar un álbum recuerdos. El desafío se trata de ver cómo puedes mantener el
recuerdo sin tener que cargar con su personificación física. No te olvides que los
recuerdos están en tu cabeza, y no en el objeto. Y eres tú quién tiene el poder de decidir
sobre él.
Si eliges mantener el objeto, escoge un lugar bonito donde se pueda apreciar. No
guardes tus recuerdos en cajas oscuras o rincones invisibles, no les haces justicia y
además, no recordarás nada si no lo ves. Y si no hace falta que lo veas, quizás tampoco
haga falta que lo guardes. En este caso, muévelo a la pila del “no, gracias” para decidir
más adelante si lo quieres donar o si es el momento de dejarlo ir.
Para cada objeto relacionado a un sueño, determina si se queda en el ámbito irreal de la
noche o si pasará a la acción, en este caso tendrás que definir cuándo y cómo lo vas a
realizar. Coge tu agenda y haz tiempo para acercar el sueño a tu realidad, ponte una
meta para empezar a correr, incluye tiempo en tu calendario para aquel curso de
idiomas, etc. Si sabes que no lo vas a hacer, no hace falta que te engañes manteniendo a
la vista (o a escondidas) un curso que no aprovecharás. En este caso, ya puedes añadirlo
a la pila del “no, gracias”.
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Para este ejercicio necesitas de dos a cinco minutos por día. Para que te sea más fácil,
puedes asignar un horario fijo para este tiempo. Al combinarlo con otra actividad, no te
olvidarás del reto que te has puesto. Puedes decidir qué sacarás de tu casa, justo antes de
salir por la puerta en las mañanas, mientras te prepararas tu té matutino o antes de sacar
el perro por la tarde. Echa un vistazo alrededor tuyo y nota las cosas que te rodean. Mira
lo que hay en tu casa, con qué has llenado las estanterías, la mesa, el mármol de la
cocina, ahora escoge un objeto que hace tiempo que no se utiliza, que está roto (y
admítelo, que no lo vas a arreglar) o que simplemente ya no encaja con quién eres hoy.
Es posible que detectes más que una cosa, resiste el impulso de llevártelo todo, ya
tendrás tiempo de escoger otro objeto mañana. Hoy, te despedirás únicamente de una
cosa. Si quieres puedes hacerle una foto para subirla a una red social o a tu propio blog.
Hoy empieza tu camino del minimalismo y si quieres documentarlo, hoy es tu día.
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actual. Mientras, puedes volver a acumular objetos superfluos en “la caja del acumulo”,
y “la caja del olvido” ahora inicia su cuenta regresiva de seis meses para terminar en el
contenedor. Habrá objetos que pasaron hasta un año entre las dos cajas, mientras a otros
solo les tocó los seis meses porque habían sido añadidos justo antes de cerrar “la caja
del olvido”. Lo importante, es que ahora sabes con absoluta seguridad que todo ha sido
puesto a prueba durante un mínimo de medio año. Así que si no lo has necesitado en
estos meses, tampoco te hará falta en el futuro.
Lo necesitaba justo después de tirarlo
Quizás te ha pasado: decidiste deshacerte de algunas cosas y a la semana siguiente te
das cuenta que ahora te vendría súper bien uno de esos frascos de mermelada que
acabaste de tirar. Si te ha pasado más de una vez, quizás te has quedado con la
impresión de que solo te deshaces de las cosas que sí necesitas y que por lo tanto algo
estás haciendo mal: o no sabes escoger o realmente lo de simplificar es un gran timo. La
explicación es un poco más sencilla que eso: resulta que tu cerebro recuerda mejor las
cosas que ha visto hace poco tiempo. Cuando busca una solución para alguna situación
nueva, primero revisará las cosas que ha visto en las últimas dos semanas, si estas dos
semanas coinciden con una limpieza grande, ahora recordarás todas aquellas cosas que
has decidido tirar. Como fue una decisión consciente, tu cerebro recuerda estos objetos
con mucha más claridad que todo aquello que has guardado sin mayor revisión. La caja
del olvido es un poderoso antídoto para esta situación: como ni tú sabes en detalle lo
que se ha acumulado ahí dentro, tu cerebro tampoco te lo puede presentar como la
solución perfecta el día después de haberlo tirado. Seguramente que encontrarás otra
solución basada en las demás cosas que te rodean.
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Ofertas 2 por 1
Cuando se trata de tus propias compras, el poder de decisión lo tienes tú. No siempre es
fácil, especialmente cuando se trata de ofertas irresistibles que casi no te cuestan nada.
Cuando la segunda unidad es gratis o se ofrece a un precio extremadamente reducido,
poca gente puede resistir. Así te llevas a casa la segunda pasta de dientes o el segundo
descorchador de vinos. Mientras la pasta de dientes ya se usará, el segundo abridor de
botella realmente no te hace falta y así acabará en el cajón de acumulaciones varias de la
cocina, ocupando espacio sin razón ni lógica.
Rechazar una oferta de este tipo en un primer momento parece irracional, y de hecho
recibirás miradas de incomprensión de vendedores y amigos. A pesar de ello, vale la
pena preguntarte si realmente necesitas lo que te ofrecen. “Es barato” o “me salió gratis”
no es una razón válida para comprar algo que posteriormente te dará dolor de cabeza por
no saber qué hacer con él. Y quién sabe, a lo mejor tu pequeña desobediencia
consumista manda una señal a los productores del objeto en cuestión.
Límites imaginarios
Un límite imaginario es un límite auto-impuesto que te facilita el día a día, porque evita
algunas situaciones que se puedan presentar. Si haces un ayuno de compras no tendrás
que pensar si comprar esta oferta o no. Ya has decidido que este mes no gastarás ni un
céntimo fuera del ámbito de la alimentación. Si participas en el Proyecto 333
(www.proyecto333.org) sabes que no comprarás ropa nueva mientras dure el reto,
porque te has comprometido a utilizar únicamente la selección de 33 prendas que has
preparado para estos tres meses. Las rebajas ya no son una fuente de tentación porque la
elección sobre qué comprar (o no comprar) se tomó mucho antes de la que se presentara
la situación tentadora. Dependiendo del hábito que quieras fomentar, un límite
imaginario puede ser de gran ayuda.
Algunas ideas para crear tus propios límites frente al consumo desmesurado:
• Deja tu tarjeta de débito/crédito en casa para pagar únicamente en efectivo, así
cuando se te acabe el dinero, se acabarán las compras por hoy.
• Hazte vegetariano durante un tiempo determinado (por ejemplo una semana o un
mes) para probar una alimentación diferente; esto te llevará a probar cosas
nuevas ya que no tendrás la opción de comer lo de siempre.
• Participa en un reto de ropa como el Proyecto 333 (vivir 3 meses con 33
prendas) o el reto de no comprar ropa nueva durante un año. Las rebajas y las
salidas al centro comercial serán mucho menos frecuentes, más cortas y menos
estresantes.
Muchas de las ideas que encontrarás más adelante en este libro se podrán re-utilizar
como límites imaginarios. Ponte una fecha y empieza a experimentar. A lo mejor te
sorprendes a ti mismo.
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Documentos digitales
¿Cuánto papeleo tienes acumulado en tu casa? ¿Realmente necesitas que todo eso se
almacene en papel? Cabe la posibilidad de que muchos documentos los puedas pasar a
formato electrónico, de esta forma ocuparán menos espacio, con la ventaja adicional de
que sean fácilmente localizables. Muchos escáneres no solo captan la imagen sino
también interpretan el texto y convierten la imagen en una base de datos que puedes
utilizar para buscar los documentos cuando las necesitas. Esta solución no funciona para
los títulos universitarios, para el libro de familia o para la escritura de tu casa, sin
embargo las facturas del día a día, los apuntes de la universidad y la documentación del
viaje a Japón podrán perfectamente seguir su existencia en formato de bits y bytes.
Hay dos estrategias para digitalizar el papeleo que te rodea:
1) Hazlo-tu-mismo: reserva un fin de semana para escanear todos los documentos de
golpe. El trabajo posterior consistirá en organizarlo en personal / profesional para tener
un mínimo de orden (el resto ya se resolverá por búsqueda). También puedes dividir los
documentos por área de trabajo y escanear cada día un par de documentos hasta que
hayas terminado.
2) Subcontratación: Si no te emociona demasiado la idea de pasarte un fin de semana
con el escáner en la mano, existe la opción de entregar el papeleo a una copistería para
que ellos se encarguen del trabajo. La alternativa es pedírselo a un amigo, un compañero
o a tu prima que busca una forma de ganarse un dinerito adicional. Esta opción es
especialmente interesante si el mero pensamiento de escanear todo lo que tienes te
genera una sensación de ansiedad y desespero. No lo tienes que hacer todo tu mismo,
con haber tomado la decisión ya estás en buen camino.
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de mudanza o tu maleta. No te preocupes, sólo se quedarán allí unos días. Conforme vas
utilizando tu ropa, la vuelvas a guardar en el armario. O sea, solo acabará en el armario
prendas que de hecho te has puesto. Lo demás se quedará dando vueltas en la maleta. Al
cabo de una semana ya tienes definidas tus prendas favoritas, después de dos semanas
conoces tu estilo diario y luego de un mes tienes todo lo necesario para esta temporada.
Las demás prendas pueden ser consideradas de emergencia o que no disfrutas
demasiado o que solo te pondrías si no hay otra alternativa. Realmente, ¿las quieres
guardar todas nuevamente para que llenen tu armario ahora que está tan despejado y
organizado? Quizás es posible quedarte solo con la mitad de estas prendas adicionales,
sacando todo lo que está en mal estado, con un color que no te favorece, que no convine
con el resto de las prendas o con una tela que no es agradable al tacto.
Esta estrategia también funciona con los archivos en el ordenador, con los apps del
móvil, con los ingredientes de cocina (por ejemplo con las especies) y con los productos
de belleza. Imagina que no tuvieras nada y quédate únicamente con lo que realmente
utilizas. Te sorprenderás de la sobrecarga de objetos con la que has llenado tu vida sin
siquiera darte cuenta.
Estas estrategias pueden ser tu inicio en el camino del minimalismo y también pueden
ser ejercicios de refuerzo siempre que tengas la impresión de que te rodean demasiadas
cosas. Recuerda que el minimalismo no es una meta final, sino que es un camino, una
herramienta que te permite concentrarte en las cosas importantes de tu existencia.
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La Organización de tu Hogar
Una gran verdad del minimalismo es que no hay cosa más organizada que aquella que
ya no tienes. Cada cosa menos en tu casa es una cosa menos de la que ocuparse. Por lo
tanto, ya has hecho la parte más importante de la organización al aprender cómo reducir
el número de objetos que te rodean. Si tienes pocas cosas, es más fácil organizarlas.
Tendrás más espacio para acomodar todo a tu aire sin tener que apilar o esconder nada.
Además, con menos cosas a la vista es mucho más fácil recordar dónde está cada una, lo
que facilita encontrar aquellas herramientas que utilizas en tu vida cotidiana. En la
cocina será sencillo sacar la olla que necesitas hoy. No correrás el riesgo de encontrar
productos cosméticos caducados escondidos en el armario del baño. Sabrás dónde está
cada cosa en tu escritorio, ya que lo superfluo ha sido eliminado o digitalizado. Ya no es
necesario buscar documentos sueltos entre tomos y más tomos de papel.
Aun así, solo porque es más fácil organizarte no significa que puedas prescindir de ello
por completo. En este apartado te daré algunas ideas sobre cómo aprovechar mejor el
espacio que te rodea y organizar las cosas que has decidido mantener en tu vida.
Recuerda: las cosas solo son útiles si las utilizas o si tienen un valor estético (y por lo
tanto están a la vista). Organizar cosas que no entran en estas dos categorías (como la
ropa que no te pones desde hace cinco temporadas) es un desperdicio de tiempo y
energía.
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¡Ojo!, en estas carpetas solo van aquellos documentos que ya están archivados, de esta
forma los podrás guardar en un disco duro externo, un lugar más seguro que tu
ordenador y más estable. Los documentos que tengas que utilizar a diario, ya sea para
proyectos, o para consultar información, los deberías tener en una estructura
independiente en tu ordenador.
El hábito de organización
La organización no es una característica genética. Nadie nace organizado o caótico. La
organización es un hábito que lo puede instalar cualquiera, como todos los hábitos
tendrás que dedicarle un poco de tiempo y de voluntad. Quizás, simplemente, no esté en
tus prioridades en este momento, eso está bien. Tan solo quiero que sepas que si tu casa
está hecha un caos es porque tú lo has decidido así, de forma consciente o inconsciente.
La buena noticia es que al simplificar tu casa, la tarea de organizar lo que tienes se hará
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mucho más ligera. Una vez que todo está en su sitio tan solo tienes que practicar un solo
hábito: devolver las cosas a su lugar cuando hayas terminado de usarlas.
Necesitarás de uno a tres meses para instaurar este hábito de la devolución. Para que el
proceso sea lo más efectivo posible es importante que reconozcas cada vez que sí lo
haces. Cuando coges un objeto para utilizarlo, afirma en voz alta que después de
utilizarlo lo devolverás a su lugar; una vez que lo hayas devuelto, dile en voz alta que lo
has devuelto y que ahora está en el lugar en el que debería estar. Ya sé que esto suena
muy cursi, pero te aseguro que funciona. Si prefieres puedes hacerlo solamente cuando
nadie te esté mirando, así será algo entre tu ego y tu personalidad más pragmática. Verás
que pronto llegará el momento en el que guardas las cosas sin tener que hacer ningún
esfuerzo. Se habrá convertido en un hábito.
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primer empujón.
Acepta los retos (uno por uno), y adapta los hábitos para que funcionen para ti. Así
llegarás lejos en tu desarrollo personal. Recuerda que si cada día mejoras solamente 1%,
al final del año habrás mejorado más de 3700%.
Ayuno de compras
El ayuno de compras es un reto, ya que tiene un horizonte temporal definido. El reto
consiste en comprometerte contigo mismo a no comprar nada nuevo durante un mes.
Por supuesto que este compromiso excluye la comida y los productos de necesidad
básica: shampoo, papel higiénico y detergente por ejemplo. Todo lo demás tendrá que
esperar un mes hasta que lo puedas comprar. Te recomiendo que durante estos 30 días
elabores una lista en la que anotes todos los antojos que tuviste durante el ayuno. Será
una lista interesante al final del reto, ya que te permitirá observar lo poco que te
importan las cosas no compradas una vez pasado el momento de impulso. Lo que hoy te
parece una gran renuncia, en dos semanas te parecerá un capricho y en un mes ni
recordarás que lo quisiste.
¿Qué ventajas tiene un ayuno de compras de 30 días?
Para no caer en la tentación empezarás a evitar los centros comerciales y demás lugares
que inducen a la compra automática. Recomiendo acompañar este reto con una
reducción del consumo de publicidad en la medida de lo posible. No es de sorprender
que tu cerebro recuerde mejor la publicidad de la última película que viste, si de cada
hora 15-20 min le dedican a este tipo de contenido. Apaga la tele, deja las revistas en las
estanterías e instálate un programa en el navegador que filtre los anuncios de las páginas
webs para que no tengas que verlas todo el tiempo. Con menos tentaciones el reto será
mucho más fácil.
Quizás cambies algunas de tus rutinas: si los centros comerciales eran tu escapada de fin
de semana, tu lugar de encuentro o tu destino en caso de no tener nada que hacer, es
mejor que busques otra alternativa. Al eliminar la visita al centro comercial durante
estas cuatro semanas, buscarás actividades que quizás te gusten más que ir de compras
tan a menudo. Ganarás tiempo y energía, y por supuesto que ahorrarás algo de dinero,
ya que no puedes gastar en lo de siempre.
Vale la pena recordar que “ir de compras” ¡no es un hobby!
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La limpieza dosificada
Al simplificar tus pertenencias tendrás menos cosas que limpiar y probablemente
llegarás fácilmente a todos los rincones. Aun así, no podrás prescindir del todo de la
limpieza de lo que te rodea, necesitas una rutina regular para mantener el orden y la
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higiene dentro de casa. Aunque, no existe ninguna ley que te obligue de resolverlo todo
el sábado, nuevamente, menos es más: al hacer cada día un poquito puedes acortar
mucho la tiranía de la limpieza del fin de semana.
En este momento, muchas personas se dedican a la limpieza como si fuera su hobby
favorito de fin de semana. Después de haberse pasado toda la mañana del sábado
lavando y colgando ropa, fregando suelos y lavabos, limpiando el horno, el microondas
y no sé qué más, colapsan en el sofá sin energías para hacer nada más. En combinación
con la compra semanal, este ritual puede llevar entre 3 y 8 horas. Debe haber mucha
pasión en invertir tanto tiempo semanal en esta actividad.
Sólo porque siempre has dedicado tu sábado a la limpieza, no significa que tengas que
seguir haciéndolo. El truco está en dividir “la limpieza” en muchas pequeñas tareas y
combinarlas con otras cosas durante toda la semana. A tu lavabo le da igual si lo limpias
el sábado, en conjunto con toda la casa, o el miércoles por la noche, solo se resiente si
pasas de él completamente. Así que te invito a probar el sistema de limpieza en bocados
más pequeños, ajustado a tu rutina ya existente. A lo mejor puedes liberar el sábado para
tomar un desayuno extra largo con tus amigos.
El problema de la limpieza semanal es que al hacerlo todo al mismo tiempo consumes
todo el día. Así que si quieres un cambio, empezarás ahora a hacer una inversión diaria
de solo 15-20 min. Además ya es hora de que el resto de la familia se implique un poco
con el estado general de la casa, no es justo que una sola persona tenga que ir limpiando
detrás de todo el mundo. Puedes hacer la división de tareas junto con tu pareja y/o tus
hijos para que todo el mundo pueda escoger las tareas que más le gustan / menos le
disgustan.
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