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La enfermería es una profesión que se encarga del cuidado y la atención de la salud del
ser humano. Es una de las tareas dificultosas y estresantes a la que un individuo puede
enfrentarse vocacionalmente, ya que implica hallarse inmerso en un ambiente donde se
convive con el dolor y la muerte. La eficiencia en el cuidado del paciente depende de la
formación académica, las experiencias vividas y la capacidad física y mental que tenga
el profesional que lo atiende, al mismo tiempo que este debe cubrir sus propias
necesidades: reconocimiento laboral, como estímulo necesario; estados físico y de
ánimo; cuidados, salud, comodidad y autoestima para poder rendir y ejercer
correctamente su trabajo. Enfermería atiende al paciente las 24 horas del día y con
frecuencia entra en contacto con familiares y amigos del mismo, razón por la cual precisa
de buena presencia, ser reconocido en su buen trato y amabilidad en el trabajo. Es una
profesión que amerita crédito a partir de la identidad y el reconocimiento del personal,
así como su diferenciación hacia los otros.
“SENESCENCIAS PLACENTARIA-INSUFICIENCIA PLACENTARIA”
INTRODUCCION:
Clínicamente definiremos el síndrome de
insuficiencia placentaria por las pruebas
diagnósticas que encontremos alteradas,
anomalías ecográficas, cardiotocográficas y
endocrinas4,6,8, ya que éstas se ven
alteradas cuando lo hace la función nutritiva
placentaria, o incluso cundo observamos un
sufrimiento fetal o muerte fetal de causa
desconocida, o el nacimiento de un niño
inmaduro para su fecha gestacional.
CAUSAS
Es más que una hipertensión arterial durante el embarazo que daña a los riñones
provocando la pérdida de proteínas por la orina. Si no se controla, sus complicaciones
pondrán en peligro a la madre y al feto.
Durante siglos, la causa de la preeclampsia ha sido desconocida, o se le han atribuido
orígenes místicos; ya en el siglo XX comenzaron a desarrollarse estudios que identificaron
los principales factores de riesgo que favorecen el desarrollo de este trastorno, que son:
Embarazo múltiple.
Mola vesicular.
Anomalías fetales congénitas.
Padecer una infección urinaria durante el embarazo.
Por supuesto, todos estos factores no son determinantes, es decir, ninguno por sí solo o
combinados pueden causar preeclampsia de forma inexorable, sino que simplemente están
relacionados con su aparición. Gracias a la identificación de estos factores y a diferentes
estudios biológicos, se puede dar una explicación sencilla de por qué se desarrolla esta
enfermedad.
SINTOMAS:
Los síntomas de una embarazada con preeclampsia pueden pasar inadvertidos
porque no siente nada. La preeclampsia no produce síntomas, pero sí pueden
producirlos las cifras elevadas de tensión arterial o la afectación secundaria de esta
en otros órganos como el riñón, el corazón o la visión. Por eso son tan importantes
los controles médicos que se realizan durante el embarazo.
Somnolencia.
Desorientación y mareos.
COMPLICACIONES
Las complicaciones que puede ocasionar la preeclampsia son varias; las más
importantes son el síndrome HELLP y la eclampsia, pero hay más.
Síndrome HELLP.
Eclampsia
Es la consecuencia de una preeclampsia mal tratada o imposible de controlar. El
50% de las eclampsias sucede durante el embarazo, el 15% durante el parto, y el
resto en las primeras horas del puerperio. Ocurre cuando la contracción difusa
de los vasos sanguíneos es tan grande que el paso de sangre a través de ellos es
escaso y se producen microinfartos. El órgano más importante que se ve
afectado en la eclampsia es el cerebro, tanto es así que se producen convulsiones
y coma, lo que se conoce como ataque eclámptico. El ataque eclámptico tiene
varias fases:
Fase prodrómica: la embarazada comienza a notar síntomas idénticos a los
descritos anteriormente en la preeclampsia grave.
Fase de invasión: dura menos de treinta segundos; la mujer mueve la cabeza de
un lado a otro y mueve los músculos de la cara.
Fase de contracción tónica: dura de quince a veinte segundos; se contraen todos
los músculos, y la embarazada queda con el tronco rígido, los brazos pegados a
él, el cuello estirado hacia atrás, la boca fuertemente cerrada y la respiración
paralizada en espiración forzada.
Fase de contracciones clónicas: dura uno o dos minutos, y durante este lapso de
tiempo se contrae y relaja intermitentemente todo el cuerpo. Los hombros y la
cabeza se mueven hacia atrás en sacudidas, y sale una espuma blanquecina de
la boca. Poco a poco las sacudidas son menos frecuentes hasta que desaparecen.
Los antiguos griegos comparaban estas sacudidas a los destellos de los rayos (eso
significa eklampsis).
Fase de coma: la embarazada queda inconsciente, inmóvil, y respira con
dificultad. La recuperación del coma es muy lenta y después no recuerda nada
de lo que ha pasado.
Otras complicaciones también frecuentes pero menos graves son:
Edema pulmonar: los pulmones se encharcan de sangre, ya que el corazón no es
capaz de expulsar la sangre de los mismos.
Fracaso renal: el daño en los riñones es tan grande que dejan de funcionar y no
se produce orina.
Shock circulatorio: al producirse el parto, las toxinas que provocan la
constricción difusa de los vasos sanguíneos desaparecen, y las arterias se dilatan
hasta su estado normal. Sin embargo, la cantidad de sangre ha disminuido y en
ocasiones no hay suficiente.
Rotura hepática: se producen hemorragias dentro del hígado, que lo distienden
e incluso pueden provocar su rotura desde dentro.
DIAGNOSTICO:
La preeclampsia se puede detectar en los controles médicos que se realizan a todas las
embarazadas, en los que, de forma sistemática, se les mide la tensión arterial y se analiza la
orina en busca de proteínas. Las pruebas salen alteradas cuando:
Hay hipertensión si la cifra de presión arterial sistólica es igual o superior a 140 mmHg,
o la diastólica es igual o superior a 90 mmHg. También se considera hipertensión a
la elevación de 30 mmHg de la presión sistólica, o de 15 mmHg de la diastólica sobre
la tensión arterial anterior al embarazo, o antes de las 20 semanas de embarazo.
Existe proteinuria cuando hay 300 mg o más de proteínas por litro de orina recogida
durante 24 horas. También se pueden utilizar tiritas reactivas.
Preeclampsia leve
Tobillos y piernas hinchadas por edemas (aunque esto puede ocurrir en embarazos
normales).
Preeclampsia grave
Hinchazón generalizada y visible por edemas, incluso cuando la futura madre está
acostada en la cama.
Fallo renal, que se detecta por orinar poco (menos de 500 mL en un día) y alteraciones
analíticas (aumento de la creatinina).
Fallo hepático, que se detecta por aumento de las transaminasas en los análisis de
sangre.
TRATAMIENTO
Lo ideal es detectar a tiempo a las mujeres que padecen preeclampsia, y
tratarlas para controlar su hipertensión y evitar así las posibles complicaciones,
que son más difíciles de controlar y ponen en peligro la vida de la madre y del
feto.
En general, toda embarazada con preeclampsia, aunque sea leve, debe ingresar
en el hospital. Allí se medirá su tensión arterial cuatro veces al día, se realizarán
análisis de orina y de sangre dos veces por semana, y cada dos días se realizará
una ecografía al feto y un registro cardiotocográfico.
Se pueden concretar algunas medidas terapéuticas, según sea la gravedad de la
preeclampsia o para sus complicaciones:
Preeclampsia leve
La embarazada debe hacer reposo absoluto, tumbada sobre el lado izquierdo
preferiblemente. Se ha demostrado que sólo con esta medida la tensión arterial
desciende hasta los valores normales en la mayoría de los casos. Si no es así, se
puede comenzar el tratamiento con antihipertensivos en forma de pastillas,
como la hidralazina o el nifedipino. Cuando se alcanza la semana 37 de
gestación, se procede a la interrupción del embarazo provocando el parto
(mejor por vía vaginal que por cesárea).
Preeclampsia grave
Es una situación crítica ya que, como se ha comentado antes, es el preludio de
la eclampsia y de otras complicaciones. Lo ideal es la interrupción inmediata del
embarazo, pero como esto no siempre es posible, se debe instaurar un
tratamiento.
En primer lugar se realiza un estudio físico y analítico para conocer el estado de
gravedad de la embarazada. Después se procede a controlar la hipertensión
arterial con antihipertensivos como la hidralazina o el diazóxido, pero en este
caso se suministran por vía intravenosa. Al mismo tiempo, se impide la
progresión del ataque eclámptico con sedación; el fármaco más útil es el
sulfato de magnesio.
Síndrome HELLP
Debido a su gravedad la solución más efectiva es la interrupción del embarazo.
Cuando esto no es posible se debe administrar un tratamiento que mantenga
fuera de peligro a la mujer hasta que se induzca el parto por vía vaginal o
cesárea.
El tratamiento consiste en “reparar” las alteraciones sanguíneas haciendo
transfusiones de sangre con el objetivo de aumentar el número de plaquetas y
de glóbulos rojos. También se suministran corticoides que contribuyen a
incrementar el número de plaquetas de la mujer, y además aceleran la
maduración pulmonar del feto.
Además de estas medidas se debe controlar la tensión arterial y el posible
ataque eclámptico como se hace en la preeclampsia grave.
Eclampsia
Una mujer con eclampsia debe ser atendida en una unidad de cuidados
intensivos obstétricos, donde hay apoyo de anestesistas y reanimadores. Solo
los médicos saben cómo sujetar a la paciente durante las convulsiones y cómo
evitar que se muerda la lengua; una persona sin conocimientos en medicina no
debe intervenir nunca en una convulsión, sea del tipo que sea.
El control de la hipertensión arterial y de los ataques eclámpticos es idéntico al
de la preeclampsia grave y, por supuesto, se procura interrumpir el embarazo
siempre que sea posible y que la mujer esté fuera de peligro.
PREVENCION:
Aunque muchos de los factores de riesgo de la preeclampsia no se pueden modificar
(la genética, la edad…), otros sí son modificables y además hay medidas generales que se
sabe que previenen el desarrollo de una posible preeclampsia:
No fumar: el tabaco aumenta las cifras de tensión arterial al dañar los vasos
sanguíneos.
Evitar el estrés: aunque una embarazada no está limitada en su vida diaria, sí debe
mantener un reposo relativo.
Dieta rica en calcio: consumir dos o tres gramos de calcio diarios a partir del primer
trimestre de embarazo parece que disminuye el riesgo de padecer preeclampsia.
Todavía no está claro si merece la pena administrar suplementos de calcio a las
embarazadas en forma de pastillas o píldoras, ya que existen estudios a favor y en
contra de ello.
Dieta rica en pescado azul: este tipo de pescado es rico en vitaminas y en ácidos
grasos omega 3, que tienen un papel esencial en la protección del endotelio que
recubre el interior de los vasos sanguíneos.