Las señales luminosas siempre se han utilizado como método de comunicación desde la antigüedad, sin embargo, estas comunicaciones eran estrictamente visuales y la luz era algo que el hombre no había llegado a controlar más allá de saber que ésta viaja en línea recta. Claude Chappe, en el siglo XVIII, desarrolló en Francia un sistema de telégrafo óptico basado en torres y en la observación y que se considera uno de los primeros usos modernos de la luz en el intercambio de información. La luz podía usarse para transmitir información, pero ésta viajaba por el espacio libre y no había manera de “controlarla” o hacerla circular por un medio cerrado sin que este fuese totalmente recto. La única manera de hacer viajar la luz por un medio de transmisión cerrado con independencia de su curvatura fue algo que llegó de la mano de Daniel Colladon y Jacques Babinet en París, en la década de 1840, sentando las bases del confinamiento de la luz sobre una línea de transmisión, gracias al fenómeno de la refracción. En 1870, John Tyndall descubrió que la luz podía viajar dentro de un material y salvar la curvatura de la línea de transmisión gracias a la reflexión interna en las “paredes” del material. Este hallazgo lo realizó usando agua como el medio en el que propagar la luz pero, años más tarde, otros investigadores replicaron el entorno demostrativo y sustituyeron el agua por cristal como posible medio de transmisión para comunicaciones de larga distancia. El Imperial College y Narinder Singh Kapany Tras estos primeros trabajos, si bien se estaban empezando a sentar las bases de las comunicaciones ópticas (es decir, usando la luz), la tecnología de la época no permitía desarrollar materiales que permitiesen transmitir la luz con un rendimiento aceptable y, por tanto, minimizando las pérdidas de señal. Tuvieron que pasar unos cuantos años para que en los años 50 del siglo XX, un joven licenciado en Ciencias Físicas llamado Narinder Singh Kapany procedente de la India llegase a Londres para estudiar el doctorado en el prestigioso Imperial College. Kapany, hoy en día, es reconocido como el padre de la fibra óptica gracias a sus años de investigación doctoral en Londres y, sin duda, su trabajo marcaría todo un punto de inflexión en el ámbito de las comunicaciones. Narinder Singh Kapany entró a trabajar en el equipo de investigación del profesor Harold Hopkins, un docente que se había doctorado en 1947 con un trabajo sobre óptica. Junto a Hopkins, Kapany comenzó a basarse en los estudios de John Tydall para desarrollar una teoría con la que poder desarrollar un material por el que la luz pudiese viajar y, en el caso de presentar alguna curvatura, el haz de luz pudiese adaptarse gracias a las reflexiones de los rayos de luz sobre el material.