FACULTAD DE INGENIERÍA ESCUELA DE INGENIERÍA QUÍMICA ECOTECONOLOGÍA Nombre: Juan Pablo Guerrero Patiño Código: 201322566
BIOPOLIMEROS DESDE RESIDUOS ORGÁNICOS
Desde que apareció el hombre en la tierra, empezó a generar cambios,
claramente en dicha época dichos cambios eran insignificantes para la naturaleza, dada la reducida población de humanos y al basto espacio que los rodeaba; sin embargo con el transcurso de los años, las poblaciones aumentaron en parte debido a que el hombre dejó de ser nómada, para establecerse en determinados lugares, de acuerdo a los beneficios que le ofrecían ciertos ecosistemas, como agua, animales para cazar, montañas con cuevas para refugiarse o valles fértiles cuando ya empezaron a practicar la agricultura. Poco a poco se iba aumentando la tasa de desechos que el hombre iba generando en su avance y descubrimiento de nuevas técnicas, como el manejo de los metales, estos residuos no tenían interés en las personas, se trataban como algo sin ningún valor, dejando principalmente como vertedero a los ríos y lagos, que empezaban a ser contaminados y junto a ellos las especies que habitaban ahí, pero pese a esto los niveles de contaminación eran bajos. Con el surgimiento de los imperios, la producción a gran escala de ciertos productos como el cuero o de vajillas de plomo, junto a la explotación de minas de oro crecieron, pero también lo hicieron los cambios en los ecosistemas y en la salud de las personas. Finalmente el hombre entró a la época donde se empezó a desarrollar notoriamente su capacidad de producción, la revolución industrial, trajo consigo grandes beneficios para sectores de la vida de los humanos como la economía, la salud y el transporte, la comunicación y el ocio, pero también estuvo acompañada de una marcada y creciente contaminación de diversas fuentes hídricas, al empleo del suelo extensivo, a la acumulación de desechos que generaban enfermedades, como también a la tala sin control de muchos bosques y así mismo a la quema de estos árboles como fuente de energía para las máquinas a vapor. Aquí los desechos comenzaban a tomar rangos nunca antes vistos, se empezaba ya a pensar en medidas que den una solución a una problemática futura o al menos mitiguen los efectos que se podrían generar. Debido a que los desechos sólidos y por ende los cambios más notorios de los ecosistemas se daban en el suelo, las personas no se preocuparon y previeron que los desechos gaseosos serían quizá una problemática mucho más grande a futuro. Así llegamos hasta nuestros días, en donde una de las mayores preocupaciones de bastantes países es el tema ambiental y de contaminación, principalmente en países con mayor desarrollo y crecimiento industrial, como es el caso de china, en donde se han tomado ya muchas medidas para evitar y disminuir la creciente magnitud de contaminación. Alrededor de los años 1900 se inició la búsqueda para reemplazar los materiales y maquinarias tradicionales, así como objetos habituales para los seres humanos, es ahí donde surgieron los plásticos, que rápidamente cautivaron a propios y extraños por sus diversas propiedades, además de similitud a los viejos materiales, por aquellos días se elaboraban desde fuentes naturales, que sin embargo no daban la suficiente rentabilidad para los empresarios, por lo que se empezó a incursionar en el uso del petróleo como fuente de plásticos, algo que trajo cosas positivas pero aún muchas más negativas. Los plásticos son actualmente laborados con materia prima derivada del petróleo mediante reacciones especiales como la polimerización, en donde además dependiendo de las características del producto que se desee agregar, se agregan aditivos que favorecen ciertas propiedades de los plásticos. Unas décadas después de su auge, los diferentes plásticos se han visto atacados por los grandes índices de contaminación que generan, llegando incluso a tardar cientos de años en degradarse. Son diversas las consecuencias que han generado el uso extensivo de los plásticos y es que se encuentran en prácticamente todas las actividades que se realizan hoy en día, si alguien hiciera la actividad de contar la cantidad de plástico que hay en sus hogares, seguro la cifra sería impresionante, prácticamente llevamos: “una vida de plástico”. Situación que no ha dejado por fuera a las especies de la fauna de nuestro planeta, algunas más que otras, por ejemplo se puede citar a las marinas, como las tortugas que mueren en las costas por ahogamiento de plásticos entre sus cuellos, incluso se ha visto casos en donde quedan atrapadas desde que eran bebés, pero lograron sobrevivir aunque su caparazón y estructura no se formó adecuadamente, cambiando y alterando su vida. Por estas y más razones, muchas personas han visto la necesidad de trabajar en mejorar las condiciones de vida del planeta, desde diversos campos, ya sea desde la educación y concientización por el uso adecuado y no exagerado de plásticos, hasta la contribución de la sociedad científica en la búsqueda por nuevos materiales de origen natural que con propiedades similares a los plásticos tradicionales, reemplacen y eviten que los índices de contaminación sigan en aumento. Así nacen los biopolímeros, que son producidos desde materias primas como celulosa, almidón de yuca e incluso bacterias[1] con ellos no solo se puede realizar una actividad (que es la principal) la de mejorar los efectos de la contaminación, sino también se puede aprovechar para dar un valor agregado a desechos que antes no lo tenían, repercutiendo positivamente en las comunidades donde se puede plantar dichas materias primas, así como llamando la atención a empresarios y compañías para que observen que pueden contribuir con el planeta sin afectar sus ganancias. Estos biopolímeros dan transparencia, flexibilidad y dureza, con adición de plastificantes se puede llegar a aumentar sustancialmente su biodegradabilidad y además mejorar sus propiedades mecánicas y de barrera. Aquí se inicia y se abre un espacio muy importante para las materias primas autóctonas de Latinoamérica caracterizadas por su gran diversidad, que de seguro contribuirían a la protección de alimentos y otros usos agroindustriales [2]. Entre los tipos de materiales que se han desarrollado a partir de desechos y residuos orgánicos se encuentran principalmente empaque como películas, protectores, espumas, envolturas, platos, tasas, cucharas, bolsas, etc.[3]. Entre las grandes fuentes de los biopolímeros naturales se pueden encontrar: Origen animal (colágeno, gelatina) Origen marino (quitina, quitosan) Origen agrícola (lípidos y grasas e hidrocoloides: proteínas y polisacáridos) Origen microbiano (ácido poliláctico (PLA) y polihidroxialcanoatos) Es decir son 4 los grandes lugares o fuentes de donde se extraen principalmente las materias primas para producir los llamados biopolímeros, lo cual indica que hay bastantes posibilidades de establecer en un futuro estas fuentes como fuerza impulsora que le dé completamente protagonismo en el aspecto social y económico a estos tipos de plásticos con el fin de luchar contra el daño ambiental. Entre los materias primas con mayor auge actualmente se encuentra el almidón el cual se presenta en la naturaleza por decirlo de alguna forma “en abundancia” por lo que favorece su empleo en la transformación hacia biopolímeros, existen diversas fuentes de almidón pero en esta aplicación se destaca especialmente el almidón de maíz, ofreciendo propiedades termoplásticas cuando ocurre la disrupción estructural a nivel molecular, este tipo de biopolímero que se ha obtenido se ve aplicado en por ejemplo: en la preservación de caramelos, pasas, nueces para prevenir la rancidez oxidativa. En conclusión, el almidón es un polímero con alto potencial de utilización en la síntesis de materiales biodegradables. Sin embargo, su uso tiene limitaciones debido a su baja resistencia a la humedad, baja procesabilidad e incompatibilidad con algunos polímeros hidrofóbicos. Por consiguiente, se han investigado estrategias para superar estas limitaciones incluyendo la modificación de la estructura del almidón, mezclas con otros polímeros biodegradables, uso de compatibilizantes para mejorar la adhesión interfacial entre el almidón y el polímero y la adición de fibras o arcillas reforzantes esto nos muestra las grandes ventajas con las que cuenta el almidón que lleva más de 40 en ser investigado por estas propiedades. Sin embargo existe una gran rama que divide a los biopolímeros, los primeros son los que están basados en recursos renovables y degradables y los segundos son los de compostaje de plásticos y productos plásticos, esto siempre teniendo en cuenta que la biodegradabilidad está más directamente relacionada con la estructura química que con el origen de las materias primas[4]. Son diversos los avances y la búsqueda de fuentes para la producción de biopolímeros, entre las que se destacan en el entorno latinoamericano, las realizadas por la Universidad Nacional de México (UNAM) en donde se ha venido trabajando en torno a este tema, principalmente tomando como recurso el rastrojo del maíz, cebada, trigo y arroz así como el bagazo de agave (material propio de México) [5] que muestran como se ha avanzado en cuanto a investigación en la región Otro ejemplo es el uso de residuos orgánicos de tomate, que contiene cutina para la obtención de un poliéster de cadena larga, que servirían para su uso en recubrimientos y películas, aprovechando no solo los desechos orgánicos de viviendas, restaurantes y otras cocinas, sino también los residuos provenientes de la industria de conservas, todo este proceso fue desarrollado en la Universidad de Málaga en España [6]. Otra gran ventaja que supone el empleo de residuos orgánicos en la producción de biopolímeros está en que aquí no se compite con la seguridad alimentaria, lo cual sin lugar a dudas evitaría su creciente desarrollo, como sucede en la industria de los biocombustibles en donde lastimosamente, la fuente más empleada a nivel global para la producción de biodiesel es la palma africana, que a su vez también es fuente del aceite de cocina, lógicamente esto merma la producción de biodiesel, sin embargo en los últimos años se ha venido investigando en lo que se conoce como biocombustibles de segunda y tercera generación, que no solo pueden llegar a producir un mayor rendimiento en la obtención de biodiesel, sino también que no compiten con la seguridad alimentaria, tal es el caso de la planta Jatropha Curcas, la cual ofrece un buen rendimiento además de ser recuperadora de suelos maltratados y hasta secos. Otra fuente destacable y últimamente en bastante auge son las microalgas, que están clasificadas como fuentes de tercera generación. Europa como ha sucedido en otros avances, lleva mucha ventaja con respecto al empleo de residuos orgánicos para la generación de biopolímeros, en los últimos años por iniciativa del Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea, se ha planteado usar los residuos orgánicos municipales para producir biopolímeros, desde fuentes como cáscaras de papas, restos de carne hasta restos de verduras y frutas, muestran que el panorama de recursos es bastante amplio y significativo, que además podría generar empleos y dar valor agregado cerrando ciclos. Y es que además pese a las dificultades con las que ha tenido que vivir esta nueva industria, se han dado resultados positivos como un crecimiento del 20% según los datos de European Bioplastics. Además se conoce que Los bioplásticos representan el 1% de la producción mundial, que está en torno a los 250 millones de toneladas al año, según Álvaro Estrada del Departamento de Información Técnica del Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) [7] BIBLIOGRAFÍA
EMPAQUES BIODEGRADABLES, Universidad del Cauca, Universidad del Valle, revista TEMAS AGRARIOS - Vol. 12:(2), Julio - Diciembre 2007 (5 - 13). [2] Valero, M; Ortegón, Y; Uscategui Y; BIOPOLÍMEROS: AVANCES Y PERSPECTIVAS, Universidad de la Sabana, Dyna, año 80, Nro. 181, pp. 171-180. Medellín, octubre, 2013. ISSN 0012-7353 [3] Vilpoux, O. and Averous, L., Starch-based plastics. Technology, Use and Potentialities of Latin American Starchy Tubers. [4] Bastioli, C., Biodegradable material for various applications. Biopolymers: General Aspects and Special Applications, Steinbuchel, Alexa, 10, 2003. [5] Gaceta Digital UNAM, disponible en: http://www.gaceta.unam.mx/20161122/desarrollan-biomateriales-a-partir-de- residuos-organicos/ [6] UMAPATENT, atentes de la Universidad de Málaga para empresas que buscan tecnologías innovadoras, disponible en: http://umapatent.uma.es/es/patent/nuevo-metodo-de-obtencion-de-biopolimero-a- pa68a/ [7] Ecología Verde, desarrollo sostenible para un mundo mejor, disponible en: http://www.ecologiaverde.com/bioplastico-a-partir-de-basura/#ixzz4gSYzYI8V