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El petróleo una

mercancía global
ERICK YAIR HERNÁNDEZ PANIAGUA

‘ECONOMIA PETROLERA’

Universidad Politécnica de Chiapas


INGENIERIA PETROLERA / 9-A | SUCHIAPA, CHIAPAS / 09 DE MAYO DEL 2018
Introducción
En la industria petrolera el factor que la mayoría de países del mundo mueven sus economías
a base de petróleo y sus derivados, esto fluye gracias al comercio del petróleo por lo cual a
lo largo de los años surgieron empresas las cuales se volvieron un top mundial, llegando a
ser las más reconocidas gracias a sus buenas inversiones, sus formas de trabajar, sus avances
tecnológicos y nuevos métodos para obtener petróleo. Entre esas empresas podemos
mencionar a Shell, Chevron, Móvil, BP, Exxon, entre otras las cuales aun teniendo algunos
servicios similares y creando convenios para lograr una estabilidad de precios han llegado a
sobresalir año tras año. Muchos países también con la idea de regular un precio para la
comercialización del petróleo se creó la OPEP una organización la cual protege los intereses
que los países necesitan y con esto tener una mejor comercialización de petróleo.
1. Trayectoria oligopólica del mercado del petróleo
La dramática caída en el precio del petróleo de alrededor de 100 dólares por barril ($/b) en
junio de 2014 a 30 $/b hoy ha generado muchos de comentarios y análisis. Algunos se han
centrado en el impacto de esta pronunciada caída en los países exportadores de petróleo, otros
han discutido los beneficios potenciales para los consumidores y también hemos visto buenas
discusiones sobre cambios en políticas fiscales y ambientales.
En una serie de notas técnicas, nuestro equipo ha analizado las causas del declive.
Esencialmente, hemos visto que el muy rápido crecimiento en la producción de los Estados
Unidos junto con una desaceleración en el crecimiento económico de los mercados
emergentes ha llevado a precios mucho más bajos que la media de 100 $/b que prevaleció
entre 2011 y 2014. En nuestro primer análisis, escrito cuando el precio bajó de $ 100 a $ 65
por barril, describimos cómo en 2014 la tasa de crecimiento anual de la demanda de petróleo
en economías en desarrollo, en particular China e India, fue aproximadamente la mitad de su
promedio entre 2011 y 2014. Tal disminución en demanda por sí sola hubiera llevado a
precios más bajos, pero este efecto fue exacerbado por el aumento en oferta a partir de una
fuente inesperada: los Estados Unidos. Como describe nuestro segundo informe, escrito
cuando el precio había llegado a 45 $/b, la producción de petróleo en los EE.UU. había estado
disminuyendo constantemente desde 1985, alcanzando un mínimo de 6,8 millones de barriles
por día (mbd) en 2008. Desde entonces, el desarrollo de las reservas de petróleo no
convencionales que se encuentran en las formaciones rocosas de esquistos casi se ha
duplicado la producción. Hoy en día alrededor de 11,6 millones de barriles de petróleo se
producen cada día en los Estados Unidos.
Cuando el precio oscila por 30 $/b – toma los hallazgos empíricos de los meses anteriores y
construye un marco analítico para entender el nuevo modelo de fijación de precios que está
prevaleciendo en el mercado petrolero internacional. La explotación de las reservas de
petróleo hasta ahora inexplotadas y potencialmente masivas en los Estados Unidos representa
un elemento de cambio de paradigma muy real.
Estas reservas están siendo desarrolladas por cientos de empresas que están en competencia
directa entre sí y por lo tanto están continuamente tratando de reducir costos, mejorar
productividad y producir más. El mercado petrolero internacional rara vez ha visto una
estructura competitiva. De hecho, como narra el ensayo, desde la creación de la Standard Oil
Company en 1880, el mercado ha si dominado por oligopolios, conteniendo la competencia.
Desde los años 30 hasta mediados de los 70, el oligopolio dominante era el llamado Cartel
Internacional de Petróleo, compuesto por grandes compañías petroleras estadounidenses,
británicas, holandesas que se llamaron colectivamente las Siete Hermanas. Desde la década
de 1970, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha establecido en gran
medida los medios a través del cual se determinó el precio de un barril de petróleo.
En estos dos oligopolios, la producción del productor más eficiente era controlada a fin de
establecer el precio del petróleo por encima de los costos y generar ganancias monopólicas
para los actores del mercado. Hoy en día la situación es radicalmente diferente. El precio del
petróleo, actualmente rondando los 30 dólares por barril, al fin se está fijando
competitivamente, ya que se está determinando por lo que le cuesta al productor más eficiente
producir un barril de petróleo. Ese modelo básicamente nunca había existido en el mercado
petrolero y las consecuencias de un mecanismo de este tipo son importantes.
Al entender que el precio del petróleo ahora se fija por las reglas de competencia podemos
ver, por ejemplo, el dilema al que se enfrentan los productores tradicionales de petróleo.
Históricamente en casos de sobreoferta y mengua de precios, la OPEP y sus socios habrían
reducido su producción para crear escasez artificialmente y apuntalar los precios. En este
nuevo modelo, sin embargo, una reducción en la producción de éstos productores
tradicionales conduciría a mayor producción de los productores no tradicionales, como las
firmas de petróleo de esquisto en Estados Unidos, porque buscarían sacar provecho de los
precios más altos generados por la escasez artificial. Por lo tanto, bajo este modelo de fijación
de precios es probable que el precio del crudo se mueva dentro de una banda de 30 a 50
dólares por barril durante los próximos cinco años. El modelo global y competitivo del
mercado petrolero está aquí para quedarse.

2. Las siete hermanas de la industria petrolera

Tres de las 34 empresas, la Standard de Nueva Jersey (Exxon), la de Nueva York (Mobil) y
la de California (Socal o Chevron) siguieron desempeñando un papel decisivo en el mundo
del petróleo, cuando pasaron a formar parte de las siete hermanas.
Los treinta primeros años del petróleo (1870-1900) fueron americanos o, mejor dicho, de la
Standard Oil. En Europa no había yacimientos ni tampoco preocupaba demasiado la cuestión.
La utilización del keroseno y de otros derivados del petróleo estaba muy extendida en los
Estados Unidos para resolver los problemas de iluminación y calefacción de una población
muy dispersa, mientras que, en Europa, con una población más concentrada, se utilizaban
preferentemente instalaciones y redes de gas. Algunos inversores avispados (la banca
Rothschild) habían adquirido concesiones en unos pozos recién descubiertos en la región del
Cáucaso, en previsión de lo que pudiera ocurrir, pero los mantenían sin explotar.
La apatía dio paso a un moderado interés a principios de siglo, cuando se comprobó que el
petróleo era el combustible ideal para un nuevo tipo de motores, los motores de explosión, a
los que se auguraba un futuro prometedor. Un rico comerciante inglés, que poseía una flota
de barcos para el comercio con el lejano oriente, adquirió las concesiones del Cáucaso y creó
la compañía petrolífera Shell. Por el mismo tiempo, un grupo de comerciantes holandeses
encontraron petróleo en una isla de Borneo, perteneciente a Holanda, y crearon la compañía
Royal Dutch. Como es de suponer, a la Standard, que exportaba un 50% de su producción,
no le sentó nada bien el nacimiento de estas compañías, que, a través del Canal de Suez,
podían controlar el abastecimiento de Europa y Asia. La compañía americana lanzó un
tremendo ataque, y, para defenderse, las dos europeas se unieron creando la Royal-Dutch
Shell.

Estos hechos ocurrieron cuando ya se mascaba en el aire el enfrentamiento entre Gran


Bretaña y Alemania que posteriormente desembocaría en la Primera Guerra Mundial. El lord
del Almirantazgo británico, Winston Churchill -que luego sería primer ministro durante la
Segunda Guerra Mundial-, intuyó que el petróleo podía ser un arma decisiva como
combustible de los barcos, pero no se fiaba de la Royal-Dutch Shell por el peso que en ella
tenían los holandeses. Para asegurar el abastecimiento de la marina se creó la Anglo-Persian
Company (luego British Petroleum, BP), con un 50% de capital del Estado y teniendo como
base los fabulosos yacimientos que se habían encontrado en Persia. Resumiendo, el
panorama: al comenzar la guerra del 14 se encontraban ya preparadas y en orden de combate
las siete compañías que iban a protagonizar la historia del petróleo. Eran éstas: tres hijas de
la Standard (Exxon, Mobil y Chevron), dos tejanas (Gulf y Texaco), una británica (Anglo-
Persian, BP) y una anglo-holandesa (Royal-Dutch Shell).

Un par de cuestiones atraerán nuestra atención: la formación de un cerrado oligopolio entre


ellas y las implicaciones políticas del mismo. Las compañías norteamericanas disponían de
pozos propios en su país, mientras que las europeas tenían que abastecerse de los pozos del
extremo y Oriente Medio. Éste es un hecho importante a tener en cuenta. Cuando creciera la
demanda y el petróleo americano no fuera suficiente, el control político de esas zonas sería
de vital importancia. Cuando Enrico Mattei, fundador de la moderna industria energética de
Italia, acuñó enfurecido el término las Siete Hermanas para referirse a las compañías
anglosajonas que controlaban el petróleo de Medio Oriente después de la Segunda Guerra
Mundial, ni siquiera imaginaba el profundo cambio que ocurriría en la correlación de fuerzas
apenas medio siglo después.
Debido a que los precios del petróleo se han triplicado en los cuatro años recientes, un nuevo
grupo de compañías gaseras y petroleras ha cobrado relevancia, ha consolidado su poder en
la búsqueda y concentración de recursos energéticos y ha causado pánico entre los consorcios
más grandes del mundo, aquellos que surgieron de las Siete Hermanas originales:
ExxonMobil y Chevron, de Estados Unidos, y las europeas BP y Royal Dutch Shell.
Las nuevas Siete Hermanas, las compañías energéticas más influyentes provenientes de
países no miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE), han sido identificadas por el Financial Times, en colaboración con numerosos
ejecutivos de la industria. Ellas son: Saudi Aramco, de Arabia Saudita; Gazprom, de Rusia;
CNPC, de China; NIOC, de Irán; Pdvsa, de Venezuela; Petrobras, de Brasil, y Petronas, de
Malasia.
Estas empresas, de propiedad abrumadoramente estatal, controlan casi un tercio de la
producción mundial de gas y petróleo y más de un tercio de las reservas de ambos
hidrocarburos. El contraste: las viejas Siete Hermanas -cuyo número se redujo a sólo cuatro
durante la consolidación de la industria energética, en los años 90- producen alrededor de 10
por ciento del petróleo y el gas del mundo y concentran apenas 3 por ciento de las reservas;
sin embargo, el hecho de ser compañías integradas -lo que significa que no sólo venden
petróleo y gas, sino también gasolina, diesel y petroquímicos- les ha permitido obtener
utilidades muy superiores a las de sus nuevos competidores.
Robin West, presidente de PFC Energy, consultora del sector energético, explica: "Las Siete
Hermanas fueron importantes porque ellas fijaban las reglas: controlaban la industria y los
mercados. Ahora las nuevas Siete Hermanas son las que imponen las normas y las petroleras
trasnacionales tienen que acatarlas".
La Agencia Internacional de Energía (AIE), organismo que supervisa el sector energético en
los países desarrollados, calcula que en los próximos 40 años 90 por ciento de los nuevos
suministros de energéticos provendrán de países en desarrollo. Un estudio del Instituto de
Políticas Públicas James A. Baker III de la Universidad Rice destaca que este es un gran
cambio en comparación con las tres décadas anteriores, cuando 40 por ciento de la
producción provenía de las naciones industrializadas y la mayor parte estaba controlada por
los grupos occidentales mencionados.
El principal proveedor será Saudi Aramco, la compañía petrolera más grande y moderna del
orbe y, por tanto, la primera en la lista del Financial Times. Luego del repunte de los precios
del crudo en 2002, Saudi Aramco puso en marcha el programa de crecimiento más ambicioso
en toda una generación, con el cual busca aumentar su capacidad de producción de 11
millones de barriles al día (13 por ciento del consumo mundial actual) a 12.5 millones y luego
a 15 millones de barriles diarios.
De esta forma, Saudi Aramco consolidará su posición como la compañía petrolera más
poderosa del mundo.
Las empresas petroleras internacionales y los líderes de los principales países consumidores
han aprendido a aceptar el predominio de Saudi Aramco; sin embargo, la creciente influencia
de otras compañías nacionales les resulta más difícil de tragar. A finales del año pasado, BP
y Shell dejaron de estar entre los primeros lugares en los mercados bursátiles; en cambio,
Gazprom, de Rusia, y PetroChina (88 por ciento propiedad de CNPC), se colocaron
respectivamente en segundo y tercer lugar entre las firmas del sector energético que cotizan
en bolsa.
ExxonMobil, quizás la única empresa del mundo desarrollado que puede competir con el
nuevo grupo, sigue sola en la cúspide, mientras Gazprom, Petrobras y PetroChina también
han opacado a las otras en ganancias obtenidas por el precio de sus acciones.
La principal causa de este giro en la correlación de fuerzas ha sido el resurgimiento de una
tendencia nacionalista sobre el control de los recursos naturales, que empezó en México en
los años 30 del siglo pasado, se extendió a Medio Oriente en los 70, y declinó -en algunos
casos inclusive se revirtió- a finales de los 80 y en la década de los 90, con la caída de los
precios del crudo. Los consorcios energéticos, incluido el de Mattei, Eni (empresa petrolera
italiana), se han visto obligados a aceptar en Rusia y Venezuela contratos que
sistemáticamente han devuelto a las compañías estatales el control de los yacimientos.
El impacto del nacionalismo actual es diferente de aquel que se observaba en los años 70. En
1975, Gulf, una de las Siete Hermanas originales y hoy parte de Chevron y BP, retiró todas
sus inversiones de los países en desarrollo y regresó a América del Norte y al Mar del Norte.
Hoy las compañías petroleras internacionales no tienen nuevos campos petroleros en los
cuales refugiarse. De hecho, desde el año 2000 -cuando el yacimiento Kashagan, en
Kazajstán, se convirtió en el mayor hallazgo en 30 años- no han encontrado un solo lugar del
cual puedan extraer más de un millón de barriles al día.
Mientras, las compañías petroleras nacionales se han unido para desarrollar conjuntamente
sus reservas y han dejado el crecimiento de las industrias petrolera y gasera -y los recursos
para el desarrollo económico mundial- en manos de las nuevas Siete Hermanas y de los
gobiernos que las controlan. Las consecuencias de este hecho no podrían ser más serias. Fatih
Birol, director de análisis económico de la AIE, calcula que se requieren unos 20 billones de
dólares para garantizar el abasto adecuado de energéticos en los próximos 25 años; sin
embargo, las inversiones actuales están 20 por ciento por debajo de esa suma.
Pemex, en el peor de los mundos
Muchas de las dudas sobre el futuro de los suministros provienen de la falta de voluntad de
los gobiernos para permitir a las empresas petroleras nacionales reinvertir sus ingresos
extraordinarios. En lugar de ello, destinan el dinero a gasto social o lo despilfarran.
Sin embargo, México es el ejemplo emblemático de lo que ocurre cuando un gobierno
restringe la inversión extranjera y al mismo tiempo usa su compañía petrolera como si fuera
una alcancía inagotable. Debido a su decadencia, Pemex no fue incluida por el Financial
Times en la lista de empresas energéticas más influyentes del mundo en desarrollo.
Los pronósticos más pesimistas señalan que, debido al rápido declive del súper yacimiento
de Cantarell, México -el tercer productor de crudo de América- se convertirá en un
importador neto en el transcurso de la próxima década.
"La incógnita es el Congreso. Como Pemex está enfrascado en una constante lucha por
conseguir financiamiento suficiente y un régimen fiscal razonable, no tiene certidumbre para
hacer planes a largo plazo, lo cual limita su capacidad para enfrentar su deterioro", señala
Ryan Todd, analista
del grupo financiero estadunidense Sanford Bernstein. Esta situación contribuirá a crear "un
severo problema" de suministro mundial de petróleo dentro de tres o cinco años. Para
México, ello podría representar la pérdida gradual de 40 por ciento de sus ingresos fiscales.
Sin embargo, las compañías petroleras internacionales no sólo compiten con aquellas que
poseen los recursos energéticos, sino también con las empresas nacionales que se han
convertido en buscadoras de hidrocarburos, lo cual pone de relieve el problema de la
seguridad energética.
Durante la crisis de los precios del petróleo de finales de los años 70, el entonces presidente
de Estados Unidos, James Carter, logró que se aprobara la reforma energética más amplia en
la historia de ese país. En una entrevista reciente, Carter dijo que la inseguridad en el abasto
de energéticos seguirá siendo "un problema grave que causará crisis cada vez más frecuentes
en los años venideros". Hay una diferencia fundamental entre la situación actual y la que
vivió Carter: "Hoy enfrentamos la competencia global de China e India, algo que no conocí
cuando fui presidente".
El mayor de esos competidores es CNPC, una compañía apuntalada en las grandes reservas
de China y en la posesión de 88 por ciento de PetroChina. Sin embargo, su poder radica
precisamente en la rapidez con que ha acumulado reservas internacionales.

3. La OPEP
OPEP es la sigla que identifica a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, una
entidad fundada en 1960 que reúne a doce países. La asociación fue creada con el objetivo
de coordinar las políticas de sus integrantes referidas al petróleo, de modo tal que puedan
proteger sus intereses.
La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es una organización
permanente e intergubernamental, creada en la Conferencia de Bagdad que tuvo lugar del 10
al 14 de septiembre de 1960, entre Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudí y Venezuela. A los cinco
países fundadores se les unieron ocho países más: Qatar (1961); Indonesia (1962); Libia
(1962); Emiratos Árabes Unidos (1967); Argelia (1969); Nigeria (1971); Ecuador (1973-
1992); Gabón (1975-1994).
El objetivo de la OPEP es coordinar y unificar las políticas petroleras entre los países
miembros, con el fin de garantizar unos precios justos y estables para los productores de
petróleo, el abastecimiento eficiente, económico y regular de petróleo a los países
consumidores y un rendimiento justo del capital de los inversores. La Conferencia de
Ministros de la OPEP celebra dos sesiones ordinarias al año, además, es responsable de la
formulación de la política general de la Organización.
Década de los 60 - Éstos fueron los años de formación de la OPEP, en los que la Organización
-que inició su existencia con cinco países productores de petróleo en vías de desarrollo-
trataba de reafirmar los derechos legítimos de los Países Miembros en un mercado de petróleo
internacional dominado por el grupo de las compañías multinacionales denominadas las
“Siete Hermanas”. Las actividades generalmente fueron discretas, ya que la OPEP estaba
estableciendo sus objetivos, creando la Secretaría -que se trasladó de Ginebra a Viena en
1965-, adoptando resoluciones y negociando con las empresas. El número de miembros se
incrementó a diez en la década de los 70.
Década de los 70
La OPEP adquirió relevancia internacional durante esta década, a medida que los países
miembros tomaban el control del sector petrolero y adquirían voz y voto a la hora de fijar los
precios del crudo del petróleo en el mercado mundial. En esta década hubo dos crisis en el
precio del petróleo, motivadas por el embargo del petróleo árabe en 1973 y por el estallido
de la revolución iraní en 1979. estas crisis se agudizaron por los desequilibrios básicos del
mercado. Ambos desembocaron en un acusado incremento de los precios del petróleo. La
primera cumbre de jefes de Estado de la OPEP se celebró en Argel en marzo de 1975. La
Organización admitió a su undécimio y último país miembro -Nigeria- en 1971.
Década de los 80
Los precios llegaron a máximos a principios de la década, justo antes de que se produjese un
descenso radical, lo que provocó un desplome de los precios en 1986 (produciéndose así la
tercera crisis del precio del petróleo). Los precios aumentaron en los últimos años de la
década -pero sin llegar a los elevados niveles de principios de los 80- a medida que aumentaba
la convicción de la necesidad de una acción conjunta de los países productores de petróleo
de que había que estabilizar el mercado en el futuro con unos precios razonables. Los asuntos
relacionados con el medio ambiente comenzaron a introducirse en la agenda internacional.
Década de los 90
Se evita una cuarta crisis de los precios al principio de la década -al surgir las hostilidades en
Oriente Medio-, cuando los miembros de la OPEP decidieron incrementar la producción tras
producirse un repentino aumento de los precios en un mercado asolado en el que cundía el
pánico. Desde entonces, los precios permanecieron relativamente estables hasta 1998. Los
precios se desplomaron, justo cuando la economía del Sudeste asiático comenzaba a
empeorar. La acción colectiva de la OPEP y algunos productores de petróleo no
pertenecientes a dicha organización hicieron posible una recuperación.
A medida que la década llegaba a su fin, se produjo una avalancha de grandes fusiones entre
las mayores compañías petrolíferas del mundo, en medio de un sector que estaba
experimentando importantes avances tecnológicos. Durante la mayor parte de la década de
los 90, el cambio en el clima internacional amenazó con fuertes descensos en la futura
demanda del petróleo.
En la actualidad la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aseguró este
lunes que la demanda mundial de petróleo aumentará a un ritmo más acelerado de lo previsto
en 2018 por la solidez de la economía global, un impulso a los esfuerzos del grupo por reducir
la sobreoferta mediante recortes de suministros.
El mercado global recién alcanzará el equilibrio hacia fines del 2018 ya que los precios más
altos están alentando a Estados Unidos y a otras naciones que no pertenecen a la OPEP a
incrementar su producción petrolera, dijo el cartel en su reporte mensual.
Adicional a esto, la organización afirmó que la demanda mundial de crudo subiría en 1,59
millones de barriles por día (bpd) este año, un incremento de 60.000 bpd respecto a la
estimación anterior.
"Recientemente, el saludable y constante desarrollo económico en centros clave de consumo
de crudo ha sido un factor importante para generar un fuerte aumento de la demanda
petrolera", sostuvo el grupo con sede en Viena. "Este vínculo cercano entre crecimiento
económico y demanda de petróleo continuaría en el futuro, al menos en el corto plazo",
agregó.
Los precios del petróleo cotizaban con pocos cambios tras la divulgación del reporte,
manteniendo sus ganancias previas para negociarse justo por debajo de los 64 dólares por
barril. El crudo superó el umbral de los 70 dólares por barril este año por primera vez desde
fines del 2014.
Al equilibrar el pronóstico de una mayor demanda, la OPEP dijo que los productores externos
elevarían el suministro en 1,4 millones de bpd este año. La cifra representa un aumento de
250.000 bpd frente a la estimación del mes pasado y el tercer ascenso consecutivo desde el
cálculo de un incremento de 870.000 bpd en noviembre.
Conclusión
La economía petrolera desde el descubrimiento del petróleo y los usos que se le puede tener
ha ido evolucionando, desde la creación de empresas hasta la creación de asociaciones que
regulan y cuidan los intereses de los países exportadores de petróleo. Aun con empresas que
ofrecen servicios similares se han logrado oligopolios y así mantener una estabilidad
económica contante. Las siete hermanas es un ejemplo de ello, las cuales lograron
posicionarse como las empresas más importantes en el sector petrolero y así destacar y llamar
la atención de otras empresas nacionales las cuales han necesitado de los servicios de esas
empresas gracias a cada una de las innovaciones que tienen.
La economía petrolera ira desarrollándose en los próximos años y teniendo en cuenta las
nuevas maneras de extracción del petróleo se observarán las nuevas necesidades para tener
una estabilidad en el mercado.
Bibliografía
 Portafolio: Demanda mundial de petróleo aumentará este 2018,
www.portafolio.co/internacional/opep-preve-mayor-demanda-de-crudo-en-2018-
514171
 Expansión.com: Todo sobre la OPEP. Qué países la integran, cuando se reúnen,
últimas decisiones..., www.expansion.com/especiales/petroleo/opep.html
 El petróleo (12 DE AGOSTO DE 2008): LA IMPORTANCIA DEL PETROLEO EN LA ECONOMIA MUNDIAL,
HTTP://KATIK18.BLOGSPOT.MX/2008/08/PETROLEO.HTML
 La jornada (27 de marzo de 2007): las nuevas siete hermanas,
www.jornada.unam.mx/2007/03/27/index.php?section=economist&article=028n1ei
u
 La opinióncoruña.es (18 de enero de 2009): Rockefeller y las siete hermanas,
www.laopinioncoruna.es/economia/2009/01/18/rockefeller-siete-
hermanas/252861.html
 Energía para el futuro (febrero de 2016): Un nuevo modelo para el mercado de
petróleo, https://blogs.iadb.org/energia/2016/02/25/un-modelo-nuevo-para-el-
mercado-de-petroleo/

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