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ÁREA DE P SICOPATOLOGÍA

La comorbilidad e ntre los trastornos de l


control de los impulsos, los re lacionados con
e l uso de sustancias y los de la pe rsonalidad
The comorbidity between the impulse-control disorders,
the substance use disorders and the personality disorders
CERVERA MARTÍNEZ, G.*; RUBIO VALLADOLID, G.**; HARO CORTÉS, G.*; BOLINCHES CLARAMONTES, F.****;
DE VICENTE MANZANARO, P.***, y VALDERRAMA ZURIÁN, J. C.***

*Unidad de desintoxicación hospitalaria. Servicio de Psiquiatría. Hospital Clínico Universitario de Valencia. **Unidad de Conductas
Adictivas. Servicio de Psiquiatría. Hospital «12 de Octubre» de Madrid. ***Unidad de Alcohología. Dirección de Atención Primaria.
Área 18. Dirección General para la Prestación Asistencial. Subsecretaría para la Agencia Valenciana de Salud. Consellería de Sanitat.
Generalitat Valenciana. ****Unidad de Conductas Adictivas. Dirección de Atención Primaria. Área 13. Dirección General para la
Prestación Asistencial. Subsecretaría para la Agencia Valenciana de Salud. Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana.

RESUMEN: Objetivo: avanzar en el conocimiento Conclusiones: con el conocimiento de la frecuen-


de la comorbilidad existente entre los trastornos te comorbilidad, y su valoración en el marco de la
del control de los impulsos, los relacionados con el historia clínica, se podrá realizar un diagnóstico y
uso de sustancias y los de la personalidad, así como abordaje integrado de estos trastornos.
en las dificultades de su jerarquización diagnóstica PALABRAS CLAVE: Trastornos de la personalidad.
y orientación terapéutica. Trastornos por uso de sustancias. Trastornos del
Material y método: revisión bibliográfica que in- control de los impulsos. Comorbilidad. Impulsi-
cluye los aspectos diagnósticos y estadísticos de es- vidad.
tos tres grupos de trastornos, su análisis psicopato-
lógico y los posibles substratos psicobiológicos. ABSTRACT: Objective: to advance in the know-
Resultados: existen varios aspectos psicobiológi- ledge of the comorbidity of the Impulse-Control
cos comunes entre estos trastornos, destacando la Disorders, Substance-Related disorders and
dimensión impulsiva de la personalidad, importan- Personality Disorders, as well as in the difficulties
te para los trastornos del control de los impulsos y of its hierarchical diagnose and therapeutic gui-
los trastornos relacionados con el uso de sustan- dance.
cias, y determinados neurotransmisores, como el Material and method: bibliographical review en-
sistema serotoninérgico. La categorización de estos closing the diagnostic and statistical aspects of the-
trastornos es controvertida pues entre los extremos se three disorders groups, their psychopathological
de comorbilidad/copresentación morbosa existen analysis and their psycobiological substratum.
múltiples posibilidades intermedias. La orientación Results: there are some common psycobiological
terapéutica debe basarse en la sustancia y el tras- aspects as the impulsive dimension of personality,
torno de la personalidad, sin descartar el trata- significant for the Impulse-Control Disorders and
miento de la impulsividad que frecuentemente pre- the Substance-Related Disorders, and certain neu-
sentan. rotransmitters, as the serotoninergic system. There
is controversy in the categorisation of these disor-
Correspondencia: ders because there are a lot of halfway possibilities
GASPAR CERVERA MARTÍNEZ. between the comorbidity/co-presentation extremes.
Servicio de Psiquiatría. The therapeutic guidance has to consider mainly
Hospital Clínico Universitario de Valencia.
Avda. Vicente Blasco Ibáñez, 17. 46010 Valencia.
the substance and the personality disorders, with-
e-mail: valderra@setox.org out excluding the treatment of the impassivity.

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Cervera Martínez, G., et al — La comorbilidad entre los trastornos del control de los impulsos, los relacionados con el uso de sustancias
4 y los de la personalidad

Conclusions: the unitary diagnose and guidance sonalidad. El DSM-IV considera al craving como un
will be obtained by the knowledge of the frequent criterio diagnóstico, de los generales, de dependencia
comorbidity and its valuation in the case-history de sustancias psicoactivas, y ha sido conceptualizado
framework. en base a dos modelos. El modelo basado en la evita-
KEY WORDS: Personality Disorders. Substance- ción de los efectos negativos de la abstinencia, pro-
Related Disorders. Impulse-Control Disorders. puesta no utilizable en los casos que la abstinencia
Comorbidity. Impulsive Behavior. está superada —con la crítica hecha desde los posicio-
namientos de abstinencias tardías en los opiáceos—, y
el modelo sustentado en los efectos positivos asocia-
dos al consumo. Ambos modelos comparten prin-
Introducción cipios básicos comunes entre los que destaca la exis-
tencia de ciertas respuestas fisiológicas y también
La comorbilidad entre los trastornos del control de respuestas condicionadas a señales asociadas a la sus-
los impulsos (TCI), los trastornos relacionados con tancia, como explicación básica.
sustancias (TRS) y los trastornos de la personalidad Tradicionalmente la medicina analiza la enferme-
(TP) son una constante de la práctica clínica y con fre- dad como algo que ocurre en el cuerpo del sujeto en-
cuencia cuestiona el carácter independiente derivado fermo olvidando en parte la personalidad, pues tal
de su clasificación como entidades separadas. como manifestó Sydenham, uno de los padres de la
El término impulso, de origen psicodinámico, ma- medicina moderna, «las enfermedades agudas son un
nifiesta la disposición a actuar para disminuir la ten- trastorno de la naturaleza corporal, pero en las cróni-
sión de un instinto, o por el descenso de las defensas cas es fundamental la participación de la personalidad
contra ellos. Los trastornos del control de los impul- del hombre»3. Este autor permite entrar en la última
sos no clasificados en otros apartados (DSM-IV) son parte de esta tríada, los trastornos de la personalidad,
un grupo diagnóstico heterogéneo en el que predomi- que no están categorizados nosológicamente a partir
na la dificultad para resistir un impulso, una moti- de planteamientos teóricos, sino de agrupamientos de
vación o una tentación de llevar a cabo un acto per- síntomas y alteraciones de conducta que se pueden
judicial para la persona o para los demás. Una observar en distintas poblaciones de pacientes; lo que
característica común es la sensación de tensión o acti- no hace más que reflejar la ausencia de una teoría uni-
vación interior previa, para pasar tras la consumación ficada sobre la personalidad y sus trastornos, y conse-
al placer, gratificación o liberación. Es frecuente el cuentemente de una base psicobiológica, que explique
arrepentimiento, autorreproches o culpa, e incluye el sufrimiento y la inadaptación de estos pacientes. La
este grupo al trastorno explosivo intermitente, clepto- relación entre el control de impulsos y los trastornos
manía, piromanía, juego patológico, tricotilomanía y de la personalidad es tal que antes del DSM, dos siste-
al trastorno del control de los impulsos no especifica- mas teóricos de clasificación (Kernberg y Millon) ci-
do. Estos trastornos tienen en común el síntoma im- taban la pérdida del control de impulsos como la pri-
pulsivo intenso y maladaptativo al que el individuo no mera, de una serie de características, para clasificar la
sabe resistirse1. gravedad del trastorno de la personalidad4.
Los trastornos relacionados con sustancias tienen Los criterios diagnósticos generales para un TP son
muchas implicaciones en la investigación sobre las lla- los de un patrón persistente de experiencia interna y
madas neurociencias. De forma sencilla estos trastor- de comportamiento que se aparta acusadamente de las
nos se deben al consumo abusivo de una determinada expectativas de la cultura del sujeto.
sustancia; tal simplificación del fenómeno no responde Este patrón, además de reunir cinco condicionantes
a la cuestión del por qué sólo algunas personas, y no (persistente e inflexible, provocar malestar clínica-
otras, presentan estos trastornos. En la actualidad los mente significativo o deterioro en diversas áreas, etc.)
modelos que intentan explicar la etiología de estos tras- se manifiesta en dos (o más) de las dimensiones si-
tornos tienen razonamientos basados en las teorías psi- guientes:
cosociales, psicodinámicas, conductuales y biológicas. 1. Cognición.
Un autor psicodinámico (Glover, 1932) fue uno de 2. Afectividad.
los pioneros en destacar el papel de los impulsos agre- 3. Actividad interpersonal.
sivos en el abuso de sustancias2. Los TRS tienen un 4. «Control de los impulsos».
elemento intrínseco, el craving que podría ser consi- No es necesario resaltar la importante correlación
derado un nexo de unión entre los impulsos y la per- que hay entre los trastornos de la personalidad y los

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y los de la personalidad 5

de control de los impulsos del DSM-IV, sobre todo los En segundo término, la dimensión exploratoria que
del Cluster B que incluye a los que se caracterizan por estaría ligada a conductas como la sociabilidad, la ten-
su dramatismo, emotividad e inestabilidad5. dencia a la acción, la escasa reflexión, la intolerancia
La frecuente comorbilidad entre los tres trastornos a la monotonía, junto a la necesidad de estímulos exci-
(control de los impulsos, relacionados con sustancias tantes para mantener un buen tono vital.
y de la personalidad) se entiende como la existencia Algunos hallazgos permiten deducir que la dimen-
de una clínica conjunta o sucesiva (sintomática o sin- sión exploratoria está relacionada con la actividad do-
drómica) de origen patoplástico, y que puede explicar- paminérgica subcortical o los niveles de testosterona,
se por la falta de teorías específicas sobre la historia mientras que la función de la noradrenalina está me-
natural de estos trastornos6. nos clara. Sin embargo, el indicador biológico más re-
lacionado con este rasgo es la actividad monoamino-
oxidasa (MAO) plaquetaria. En resumen, la dimensión
Aspe ctos psicobiológicos exploratoria se rige por los sistemas que regulan el ni-
vel de arousal (en especial la actividad de noradrenali-
Sin duda este apartado de psicobiología difícilmen- na) y los sistemas que regulan la actitud psicomotora
te podría haberse realizado hace unos años, pues tanto (en especial la actividad de la dopamina). Otros facto-
los trastornos por uso de sustancias, como los del con- res individuales, como las características hormonales,
trol de impulsos, y los de personalidad, estaban fuera podrían influir en la manifestación de este rasgo. La
de lo biológico. afectación clínica de la disfunción de esta dimensión
Con respecto a la personalidad sin entrar en los di- estaría relacionada con el síndrome de hiperactividad,
ferentes modelos teóricos de Eysenck, Cloninger y déficit de atención y con los trastornos límite, histrió-
Siever & Devis (ver revisión de Carrasco)7, destacan nico y antisocial, de la personalidad.
las bases biológicas de algunos elementos claves en la Otra parte a tener en cuenta es la dimensión aními-
organización de la misma. ca, que de forma metafórica se podrían calificar como
En primer lugar la organización cognitiva, que es la que colorea toda la actividad psíquica del individuo.
sin duda la dimensión de la personalidad más condi- La acetilcolina (Ach) y la serotonina (5-HT) están im-
cionada por los procesos del aprendizaje durante el plicadas en la regulación del tono anímico endógeno.
desarrollo, y por lo tanto, por la influencia del medio. Así se ha demostrado que los individuos con trastor-
Numerosos hallazgos permiten sustentar la hipóte- nos de la personalidad, caracterizados por un alto gra-
sis de que la actividad dopaminérgica en los lóbulos do de inestabilidad anímica, tienen una hipersensibili-
frontales está relacionada con el funcionamiento cog- dad colinérgica. En la misma línea está la serotonina,
nitivo básico. La presencia de estas características de- de forma que los fármacos serotoninérgicos son un
ficitarias del pensamiento se asocian a indicadores eficaz estabilizador del ánimo en sujetos con trastor-
biológicos de déficit de función frontal que se refleja nos de la personalidad emocionalmente inestables, en-
en una disminución de la amplitud de la onda P300 de tre los que hay que destacar a los límite e histriónicos.
los potenciales evocados y agrandamiento de ventrícu- Una dimensión básica en este estudio psicobiológi-
los cerebrales. Estos déficits cognitivos incluyen la ca- co de la personalidad es la dimensión impulsiva. La
pacidad para discriminar los contenidos emocionales transformación de la vivencia psíquica en conducta
de los estímulos y conceptos, y podrían explicar las está modulada por la impulsividad que puede ser ex-
dificultades de los individuos con rasgos antisociales presada, en los casos extremos, por intentos de suici-
para apreciar los mensajes emotivos tanto de necesi- dio, accesos de ira o abuso de sustancias. Los estudios
dad afectiva propia y de otros, como de castigo. genéticos han demostrado la existencia de una heren-
También podrían explicar algunas de las interpretacio- cia de la dimensión impulsividad, mucho mayor que
nes suspicaces y/o respuestas hiperemotivas que los la herencia global del trastorno de la personalidad
trastornos de la personalidad antisocial y límite pre- como tal. La dimensión impulsividad tiene claros fun-
sentan ante estímulos del ambiente. Los sujetos que damentos biológicos entre los que el sistema serotoni-
muestran una disfunción en la organización cognitiva nérgico es clave. La afectación clínica de los trastor-
se encuentran, sobre todo, entre los TP esquizoides, nos de la dimensión impulsiva serían los trastornos
esquizotípicos, antisociales y probablemente algunos límite, histriónico y antisocial de la personalidad, así
límites. La característica clínica común de todos ellos como otros trastornos del control de los impulsos y
sería una deficiente interpretación de la realidad ex- trastornos por uso de sustancias. Para algunos autores
terna. esto incluye otras conductas adictivas que estarían en-

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6 y los de la personalidad

tre los trastornos del control de impulsos y los trastor- plicación de la dopamina9, en la que se sugiere que la
nos por uso de sustancias, con lo cual se entraría en el deficiencia de dopamina en regiones mesolímbicas
concepto de adicción. disminuye el umbral para reaccionar ante ciertas seña-
Por último, la dimensión ansioso/temerosa regula la les, iniciándose rápidamente la acción.
conducta de evitación al peligro y parece estar regula- Por otra parte se trabaja en modelos integrativos
da por una hiperactividad del receptor serotoninérgico que justifiquen los trastornos por pérdida del control
postsináptico. Su repercusión en la clínica se centra en de los impulsos como el de Fogel y Stone (1992), cita-
los trastornos de la personalidad por evitación, por de- do por Gibert10, el cual formula que un acto impulsivo
pendencia y obsesivo. precisa de activación (tronco cerebral, hipotálamo), un
La relación entre las diferentes dimensiones de la motivo (córtex frontal) y un plan para llevarlo a cabo
personalidad no está suficientemente aclarada, pues (córtex motor, ganglios basales). El plan debe eludir la
los neurotransmisores y vías implicadas no son espe- inhibición (córtex orbitofrontal) y es importante la
cíficas, además todos los sistemas neurobiológicos es- percepción de la situación (áreas asociativas) y el aná-
tán interconectados de tal forma que la activación de lisis del contexto (dorsolateral frontal) así como el es-
unos influye sobre los otros, y participan mutuamente tado de ánimo (sistema límbico). Todo esto pone en
en su regulación. evidencia la compleja trama de circuitos que condicio-
Respecto al trastorno de control de los impulsos, al- nan estos trastornos llamados impulsivos.
gunos autores8 señalan, a nivel general, un predominio Con respecto a los aspectos psicosociales, se han
de los hallazgos que demuestran alteraciones en los identificado en estos pacientes11 modelos inadecuados
sistemas serotoninérgicos. En este sentido, para este de identificación y figuras parentales que presentan
autor, se encuentran los estudios realizados por problemas para controlar sus propios impulsos.
Virkunnem (1987) en pirómanos; Moreno, Saiz et al Para terminar este apartado de aspectos psicobioló-
(1992) en ludópatas y en cierto sentido, pues lo único gicos debe hacerse un análisis de éstos en los trastor-
demostrado es una respuesta eufórica («high») a un nos por uso de sustancias. Los estudios al respecto
agonista serotoninérgico, en la tricotilomanía. En la son escasos y se han centrado en el campo del alcoho-
cleptomanía y en otros trastornos «candidatos» a ser lismo. Así, la definición de pérdida de control12, pro-
incluidos en los TCI como las compras compulsivas y cede de la descripción de la forma de beber del alco-
el trastorno por atracón, no se disponen de datos. hólico gamma en el que el alcohol produce una
Entre las posibles causas biológicas de los TCI, es- reacción que le impide o dificulta al sujeto su inten-
pecialmente en aquellos pacientes que presentan una ción de tomar sólo una o dos copas, y le lleva a conti-
conducta claramente violenta, hay disfunciones en nuar bebiendo más y más. Esta pérdida de control pa-
áreas cerebrales específicas como el sistema límbico, rece diferenciarse del craving, que sería más el deseo
y la mediación de ciertas hormonas, en especial la tes- de beber, pero estas diferencias son poco claras, tal
tosterona. En algunos trabajos se ha señalado una rela- como se verá más adelante. La psicobiología de esta
ción entre la epilepsia del lóbulo temporal y ciertas pérdida de control en el alcoholismo se ha explicado
conductas impulsivas violentas. Hay múltiples prue- fundamentalmente en base a las hipótesis de la adap-
bas que indican que el sistema serotoninérgico podría tabilidad neuronal, disfunción de la vía fronto-estria-
mediar en los síntomas más evidentes del descontrol do-pálido-tálamo-frontal, y opioides endógenos.
de los impulsos7,8. También se han considerado modelos matemáticos y
La hiposerotonergia encontrada en los TCI, ocasio- neurobiológicos, basados en el condicionamiento del
na que haya una buena respuesta a los fármacos po- incentivo por el patrón de consumo, como explicacio-
tenciadores de la serotonina (ISRS), la cual no se pre- nes a la pérdida de control12.
senta en todos los trastornos, ni en todos los pacientes Se ha caracterizado al adicto a sustancias psicoacti-
del mismo tipo de trastorno, por lo que se sospecha vas por rasgos de impulsividad, búsqueda de emocio-
que existe una heterogeneidad biológica en los TCI to- nes y experiencias excitantes, indiferencia a los con-
davía no resuelta, eso sin resaltar la importante carga vencionalismos sociales, búsqueda de la gratificación
psico-social de estos trastornos y la compleja respues- inmediata, incapacidad de responder a propósitos a
ta, en ocasiones con funciones opuestas, de los dife- largo plazo, escasa tolerancia a lo predecible y lo ruti-
rentes receptores serotoninérgicos. nario, evitación de la monotonía, y con dificultad para
Se han publicado trabajos que relacionan las con- mantener relaciones duraderas13. Los adictos pueden
ductas impulsivas con otras vías como la existencia de presentar un estilo perceptivo y cognitivo diferente,
una posible hiperactividad noradrenérgica8, o una im- pues se ha asociado la adicción con una externaliza-

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ción del locus de control, es decir, sienten que sus umbral del individuo para la reacción conductual
conductas están determinadas por factores externos, agresiva y está particularmente afectada en los trastor-
fuera de su control, siendo fácilmente influidos por nos del Cluster B del DSM-IV6-8.
factores ambientales13,14. Desde una perspectiva psicológica algunos autores,
A esto hay que añadir que los pacientes que consu- Eysenck (1983), Roy (1983), consideran que esta di-
men sustancias, y que además presentan un TP pueden mensión puede tener un componente hereditario, dife-
ser el prototipo de la automedicación5,14, pues, por renciando en ella dos componentes: resistencia-cesión
ejemplo, la impulsividad (base de muchos de estos a los impulsos y respuesta inmediata-planificación.
trastornos) en los alcohólicos se ha relacionado con Por otra parte, para algunos autores el trastorno del
bajos niveles de ácido homovalínico y ácido 5-hidro- control de impulsos debería incluir algunos trastornos
xiindolacético en líquido cefalorraquídeo, sin descar- que están en la actualidad en otros apartados del
tar la participación del sistema opioide, pues la naltre- DSM-IV como por ejemplo el trastorno por atracón8.
xona puede disminuir los actos autolesivos en los Para la CIE-10, y dentro del capítulo de trastornos
pacientes con trastorno límite de la personalidad de los hábitos y del control de los impulsos, destaca
(TLP) 13. un grupo de trastornos de comportamiento que no son
clasificables en otros apartados, en los que la altera-
ción del control de los impulsos debe considerarse un
Aspe ctos de cate gorización estado claramente adictivo (es por ello que estas alte-
raciones se denominan también adicciones comporta-
Tal como se apuntó en la introducción, la comorbi- mentales). Para algunos clínicos estos trastornos están
lidad entre estos tres trastornos es muy frecuente, po- dentro del espectro afectivo, o del obsesivo-compulsi-
siblemente por una vulnerabilidad común que, cuanto vo. En todo caso, tanto los mecanismos de reforza-
menos, en un alto porcentaje estaría basada en una in- miento cerebral como los sistemas afectivos, en cons-
teracción entre el temperamento y las circunstancias tante regulación recíproca (en definitiva los sistemas
ambientales4. Esta interacción llevaría al consumo, motivacionales) parecen suficientemente relevantes
que a su vez agravaría cada uno de los tres trastornos. como para establecer patrones conductuales alterados
Por otra parte, también es posible que esta interacción en determinadas personas y para determinadas cir-
se produzca por la existencia de criterios diagnósticos cunstancias. Existen además potentes factores etioló-
compartidos en los sistemas nosológicos13. gicos (biológicos, de aprendizaje, sociales, etiológicos
La impulsividad es una dimensión psicológica que y demográficos) que pueden haberse desencadenado
se ha definido como la tendencia a reaccionar espontá- de forma particular en cada caso y para cada estímulo
neamente con vehemencia9. Desde el punto de vista adictivo15. Entre esta multitud de trastornos, que no
clínico se ha considerado que puede ser el substrato deben considerarse como verdaderas entidades noso-
común a diferentes trastornos en los que hay dificulta- lógicas, destacan la adicción al trabajo, al sexo, al ena-
des para el control de los impulsos, tales como las moramiento, al ejercicio y a las compras, entre otras.
conductas adictivas, trastornos de alimentación, con- En algunos pacientes puede darse un estado poliadicti-
ductas autolíticas y determinados trastornos de la per- vo o adicciones alternantes, como varias adicciones
sonalidad5,7,9. La impulsividad es una de las dos di- conjuntamente o más de una adicción a lo largo de la
mensiones (la otra es la ansiedad) que Gray en 1981 vida, pero no durante el mismo período de tiempo15.
(ver revisión de Bernardo7) propone como dimensio- La personalidad se concibe como un patrón com-
nes de personalidad que serían diagonales respecto a plejo de características psicológicas profundamente
las de Eysenck. También Siever y Davis en 1991 cons- arraigadas que son en mayor parte inconscientes y di-
truyen un modelo psicobiológico de personalidad en fíciles de cambiar y se expresan automáticamente en
el que la impulsividad tiene su importancia. Estos au- casi todas las áreas de funcionamiento del individuo.
tores distinguen diferentes dimensiones como son: la Estos rasgos intrínsecos y generales surgen de una
organización cognitivo/perceptiva, la inestabilidad/ complicada matriz de determinantes biológicos y de
agresividad y la ansiedad/inhibición. Las anomalías de aprendizaje y en última instancia comprenden el pa-
estas dimensiones ocurren en un continuum en el que trón idiosincrásico de percibir, sentir, afrontar y com-
los extremos darán lugar a los trastornos del Eje I del portarse de un individuo. Solamente si los rasgos de
DSM, mientras que las desviaciones más ligeras cons- personalidad son inflexibles y desadaptativos y causan
tituirían, al hacerse persistentes, la patología del Eje un deterioro funcional significativo, o bien malestar
II7. La dimensión impulsividad/agresividad define el subjetivo, constituyen un trastorno de la personalidad4.

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8 y los de la personalidad

La relación entre el consumo de sustancias psicoac- nósticos múltiples (o por lo menos dobles) y refleja la
tivas y la personalidad se ha basado, de forma tradi- carencia de teorías específicas sobre la historia natural
cional, en la búsqueda de una personalidad adictiva. de la enfermedad, cuando no es la resultante de erro-
En esta línea, las primeras ediciones del DSM daban res diagnósticos o de identificación tardía de la enfer-
por establecida esta relación causal, y aunque en las medad. Por el contrario y siguiendo a Medina6, el tér-
últimas se consideran las drogodependencias como mino copresentación morbosa se aplica cuando se
trastornos primarios e independientes, cada vez es ma- produce el diagnóstico secuencial o sindrómico de dos
yor el interés por estudiar la relación de los trastornos entidades nosológicas que no puede ser solventado
por uso de sustancias y los trastornos de la personali- por el método del imperativo jerárquico, mientras la
dad, sobre todo los del Cluster B del DSM-IV4,5. comorbilidad quedaría reservado para los casos en los
El consumo de sustancias es evidente que altera el que existiera clínica conjunta o sucesiva (sintomática
funcionamiento «normal» del individuo y para algu- y sindrómica) de origen patoplástico, y en la que exis-
nos autores produce cambios de personalidad, y otros ten determinantes patogénicos de muy variada índole.
cambios psicopatológicos, no atribuibles a una catego- Por otra parte, en los estudios revisados sobre el tema
ría concreta del Eje II del DSM, pudiendo favorecer el de la comorbilidad y copresentación, se encuentran
desarrollo de trastorno antisocial de la personalidad rasgos distintivos de ambos conceptos entremezcla-
(TAP) y TLP. En este sentido hay que destacar la hi- dos. Para algunos6, el interés por la comorbilidad ac-
pótesis de la automedicación, según ésta el consumo tual es el resultado directo de la forma de definir en el
de drogas aliviaría los impulsos agresivos y la disforia DSM a las entidades morbosas, un cierto desconoci-
de los sujetos con TLP, mejorando la ira, agresividad y miento de la «antigua» psicopatología, y los resulta-
sentimientos depresivos13,14. dos de la psicopatología cuantitativa de las muestras
Los dos trastornos de la personalidad más asociados poblacionales llevadas a cabo con entrevistas semies-
al consumo de sustancias y déficit de control de im- tructuradas.
pulsos son el TAP y el TLP. Con respecto al primero En la clínica, la comorbilidad (no excluyendo de
hace más de un siglo Prichard (1851), citado por este concepto la copresentación morbosa, por los lími-
Millon4, ya centró el diagnóstico en las alteraciones tes tan estrechos que hay) entre el trastorno por uso de
del humor y del control de los impulsos. A mediados sustancias y otro diagnóstico psiquiátrico (tanto en Eje
de este siglo, tal y como referencian Millon4 y Arias13, I como en Eje II), ha recibido el nombre de diagnósti-
Cleckley (1941) describió un síndrome, en individuos co dual, y sin ser un término reconocido en la nosolo-
no psicóticos, que son incapaces de aprender de la ex- gía actual, es aceptado a nivel general por los profe-
periencia y carecen de control sobre los impulsos. La sionales. La relación entre el Eje I (trastornos por uso
presencia de un TAP se ha relacionado con una mayor de sustancias y/o del control de los impulsos, entre
severidad en la dependencia de drogas, ya sea opiá- otros) y el Eje II (trastornos de la personalidad), supo-
ceos, cocaína o alcohol, y con más consecuencias ad- nen la existencia de algunas de las siguientes posibili-
versas. Incluso este trastorno puede conllevar un ma- dades (Lyons y Tyrer, 19976):
yor riesgo de uso de la vía endovenosa y de tener 1. Asociación morbosa por azar, en la que el sujeto
anticuerpos del VIH13,16. En lo que respecta al TLP, el sufriría simultáneamente dos síndromes.
trastorno por uso de sustancias comórbido aumenta el 2. Asociación por superposición, en que una altera-
riesgo de conductas auto-destructivas y trastornos del ción genotípica ofrece diferentes trastornos fenotípi-
humor13. Es quizás el TLP uno de los diagnósticos psi- cos. Por ejemplo un trastorno de personalidad evitati-
quiátricos más controvertidos, pues se discute si se vo (Eje II) y un trastorno por ansiedad fóbica (Eje I).
trata de un trastorno subafectivo o un solapamiento 3. Asociación reductiva, en que trastornos con dis-
entre patología afectiva y de la personalidad4,6,7. En es- tintas etiologías y fisiopatologías pueden tener sínto-
tos pacientes, cuando presentan dependencia de opiá- mas compartidos. Por ejemplo el trastorno de perso-
ceos, se recomienda un programa de mantenimiento nalidad esquizotípico y el trastorno de personalidad
con metadona por el efecto de esta sustancia en con- límite.
trolar manifestaciones psicopatológicas frecuentes en 4. Asociación espectral, en que trastornos con el
esta población, como son la sintomatología depresiva mismo origen etiopatogénico difieren solamente en
y las manifestaciones violentas14. una expresión sintomática. Por ejemplo el trastorno de
La categorización exige una clara separación entre personalidad esquizotípico y la esquizofrenia.
entidades, por lo cual la comorbilidad precisa de la 5. Asociación por predisposición, en que la presen-
existencia de diversos trastornos que permiten diag- cia de un trastorno predispone a padecer otro diferen-

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y los de la personalidad 9

te. Por ejemplo la personalidad dependiente y episo- uso de drogas pero no influye en otros aspectos pro-
dios de depresión mayor. pios del TAP13. Por otra parte, el grado de severidad
La asociación más frecuente, o diagnóstico dual, del TAP tiene mayor poder predictivo que la conside-
entre dos diagnósticos en el Eje I, sería la del trastorno ración de ser, o no, un TAP13,14. Además se han sugeri-
de control de los impulsos y la del uso de sustancias. do diversos subtipos de adictos con TAP, según la ca-
Dicha asociación ha sido estudiada, en los pacientes pacidad de experimentar distrés, establecer relaciones
alcohólicos, en base a lo nuclear de la misma que es la interpersonales, la relación causal de las conductas an-
propia pérdida de control que tienen frente al alcohol tisociales con la necesidad de conseguir las drogas
algunos pacientes alcohólicos. Fruto de dichos estu- (conductas antisociales primarias o secundarias) y la
dios ha dado lugar a diversas clasificaciones en las presencia concomitante de otros TP7,13,14.
que la pérdida de control se refleja en los tipos gamma Los dependientes de opiáceos con TLP tienen como
de Jellinek, tipo I de Cloninger, tipo B de Babor primera dificultad el ser este trastorno una categoría
o el alcoholómano de Alonso-Fernández, citado por heterogénea, mal delimitada y con elevada comorbi-
Rubio12. lidad, tanto con otros TP como con diagnósticos del
La asociación con los trastornos por uso de sustan- Eje I1,4.
cias en la ludopatía es una constante (cercana al 50%), En el caso de la dependencia al alcohol con un TP
así como en la cleptomanía, el trastorno por atracón y comórbido también se produce mayor dificultad al tra-
las compras compulsivas, particularmente el alcohol tamiento del alcoholismo y obliga al clínico a enfocar
que afecta hasta un 40% de los pacientes. Juntos a és- el abordaje con otra óptica, tanto en lo psicoterapéuti-
tos, la prevalencia de otros TCI asociados al diagnós- co como en lo psicofarmacológico. En este sentido
tico principal es también cercana al 40% de los pa- hay que recordar el posible efecto de la naltrexona en
cientes8. la impulsividad13 de los límites, el cual puede ser
aprovechado, junto al efecto anticraving, como trata-
miento de elección para el TLP con dependencia del
Orie ntación te rapé utica alcohol. En esta misma línea se debe aprovechar el
efecto de los ISRS sobre diversos rasgos psicopatoló-
La orientación terapéutica de estos trastornos se ba- gicos18.
sará en la sustancia y en el trastorno de la personali- Se podría realizar una síntesis del tratamiento del
dad preferentemente, sin descartar como primario el trastorno de la personalidad, tanto biológico como psi-
tratamiento del control de los impulsos, en cualquiera coterapéutico, independiente del consumo de sustan-
de sus manifestaciones, cuando este diagnóstico sea el cias. En este sentido el tratamiento psicofarmacoló-
que predomine. Con respecto a la sustancia se hará gico de estos trastornos del Eje II Cluster B del
hincapié en los opiáceos, en primer lugar, y en el al- DSM-IV, que son los más representativos5,13,14, se ha
cohol en segundo término, con la salvedad que en el centrado en tres puntos: inestabilidad emocional, de-
primer grupo hay un alto porcentaje de policonsumi- sorganización cognitiva e impulsividad y agresividad.
dores (además de los opiáceos, cocaína y, con fre- En lo que respecta a la inestabilidad emocional los
cuencia, benzodiacepinas con o sin alcohol). antidepresivos son útiles en la modulación de la con-
Los dependientes a opiáceos con TAP (como los ducta impulsiva y agresiva, siendo recomendables los
dependientes a otras sustancias con este trastorno de ISRS. Con la finalidad de evitar las oscilaciones aní-
la personalidad) presentan mayor severidad en la de- micas se ha propuesto el uso de eutimizantes o estabi-
pendencia y en los problemas médicos, sociales y le- lizadores del estado de ánimo. La carbamacepina
gales; lo cual lleva a un peor pronóstico13. Aunque en (400-1.400 mg/día), y el valproato sódico (1.200-
un principio incluso se encontró peor evolución de es- 1.500 mg/día) son tratamientos de elección. Se están
tos pacientes en programas de mantenimiento con me- estudiando la gabapentina y la lamotrigina. La desor-
tadona (PMM), posteriormente no se confirmó este ganización cognitiva ha sido tratada con neurolépticos
peor pronóstico13, incluso podría ser un tratamiento clásicos (haloperidol, 2-10 mg/día, y trifluoperacina
más apropiado que otros17, con la salvedad, ya clásica, 5-20 mg/día) y atípicos (risperidona 3-6 mg/día; olan-
de si en estas muestras pudiesen predominar más o zapina 10-20 mg/día). También se ha propuesto el uso
menos conductas antisociales consecuencia del consu- de betabloqueantes (propanolol 40-120 mg/día) para
mo de opiáceos ilegales (heroína), frente a psicópatas minimizar los efectos de la activación emocional y fa-
más puros5,7,14. De cualquier forma la psicoterapia se cilitar el control de la respuesta agresiva. Por último,
considera imprescindible ya que el PMM disminuye el para la impulsividad y agresividad estarán indicados el

Trastornos Adictivos 2001;3(1):3-10


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Cervera Martínez, G., et al — La comorbilidad entre los trastornos del control de los impulsos, los relacionados con el uso de sustancias
10 y los de la personalidad

uso de antidepresivos y eutimizantes o de neurolépti- o adicciones comportamentales, sean los mismos que
cos según las pautas indicadas. Esta intervención far- deben aplicarse para tratar los trastornos adictivos clá-
macológica debe ser siempre parte de un completo sicos, pero ajustándolos a sus características. El trata-
tratamiento psicobiológico6,7. miento más efectivo incluye estrategias biológicas,
La otra parte, de gran importancia, es la interven- conductuales, de manejo de contexto social, informa-
ción psicoterapéutica, en la que se han empleado téc- ción sobre la alta predisposición a la cronicidad y a las
nicas psicoterapéuticas muy parecidas tanto para los recaídas, y sobre todo las repercusiones objetivas so-
trastornos por uso de sustancias como para los trastor- bre la salud y otros ámbitos vitales4,6,7,15.
nos de la personalidad, tales como: modificación de En lo que respecta al tratamiento farmacológico, los
conducta con cambios de hábitos desadaptativos, pre- ISRS han sido usados así como otros fármacos de los
vención de respuesta, control de los estímulos y descritos en el abordaje de los TP, con la salvedad de
prevención de las recaídas; técnicas cognitivas con es- existir pocos estudios controlados, siendo la mayoría
pecial actuación en la concienciación del trastorno, de de casos únicos o con un número muy limitado de pa-
auto-eficacia, control y manejo de situaciones de frus- cientes8,15.
tración de los estados de ánimo, etc. Por último, no El tratamiento psicoterapeútico se basará en una
hay que olvidar el uso de técnicas grupales15. modificación de conducta con cambios de hábitos de-
En el tratamiento del trastorno del control de los sadaptativos, prevención de la respuesta, control de
impulsos se hará hincapié en el grupo de los no espe- estímulos y prevención de las recaídas; y en técnicas
cificados. Aunque no existen demasiados estudios cognitivas de autocontrol, de conciencia del trastorno
controlados, es muy probable que los principios que con control y manejo de situaciones de frustración,
sustentan el tratamiento psicológico y farmacológico control de los estados de ánimo y con frecuencia téc-
de los restantes trastornos del control de los impulsos, nicas grupales15.

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