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Concepto de pobreza
Tres significados básicos
El concepto de pobreza es antiguo. El término español
proviene etimológicamente del término latino paupertas, que remite originalmente
a la condición de 'pauperos' que significa, literalmente, parir o engendrar poco y se
aplicaba al ganado y, por derivación, a la tierra pobre, es decir, infértil o de poco
rendimiento.6 De esta acepción de pobreza como falta de potencialidad o
capacidad de producir deriva un concepto distinto que apunta a la carencia misma
de una serie de bienes y servicios básicos. Es la pobreza absoluta.
También surgió tempranamente el concepto de pobreza como contraposición al
de riqueza, de donde proviene el concepto de pobreza relativa.7
La idea de pobreza puede encontrarse en antiguos textos, como la Biblia judía,8 y
el Popol Vuh maya-quiché.9
Pobreza como falta de desarrollo humano
El enfoque más moderno sobre la pobreza lleva el sello del premio nobel Amartya
Sen,10 y se inspira en la acepción primigenia de pobreza como falta de capacidad
de producir o de realizar su potencial productivo. En este enfoque el énfasis está
puesto no tanto en el resultado (ser pobre en el sentido de no disponer
de ingresos o bienes suficientes) sino en el ser pobre como imposibilidad de
alcanzar un mínimo de realización vital por verse privado de las capacidades,
posibilidades, y derechos básicos para hacerlo. Esta forma de ver la pobreza se
inspira, como Sen mismo lo destaca, en la filosofía aristotélica que define la
“buena vida” como aquella en que se han realizado o florecido todas las
capacidades encerradas en la naturaleza de los seres humanos (que
según Aristóteles pueden ser muy diversas, como aquella que lleva a algunos a
ser señores y a otros a ser esclavos). Esta concepción es parte de la ontología o
doctrina del ser de Aristóteles donde las cosas tienen una naturaleza que
determina y fija las finalidades o plenitud de su desarrollo. Así, en la política nos
dice que “la naturaleza de una cosa es precisamente su fin, y lo que es cada uno
de los seres cuando ha alcanzado su completo desenvolvimiento se dice que es
su propia naturaleza”. El pleno florecimiento humano requiere, según Aristóteles,
de la polis o ciudad, como conjunto organizado y autosuficiente de seres humanos
que han realizado sus diversas naturalezas y las ponen al servicio unos de otros.
Este concepto de pobreza, actualizado por Amartya Sen y despojado de sus
rasgos incompatibles con una sociedad basada en la igualdad básica de los seres
humanos, podría ser definido como pobreza de desarrollo humano. Este es el
enfoque que ha sido instrumentalizado por el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), estableciendo una serie de criterios de satisfacción de
necesidades básicas —esperanza de vida, logros educacionales e ingreso, que
son la base del así llamado Índice de Desarrollo Humano (IDH)— que formarían la
base de recursos y habilidades que permiten el “desarrollo humano, definido como
el proceso de ampliación de las opciones de las personas y mejora de las
capacidades humanas (la diversidad de cosas que las personas pueden hacer o
ser en la vida) y las libertades”.11 A partir de ello el PNUD ha elaborado un Índice
de Pobreza Humana (IPH) que se describe de la siguiente manera: “En lugar de
utilizar los ingresos para medir la pobreza, el IPH mide las dimensiones más
básicas en que se manifiestan las privaciones: una vida corta, falta de educación
básica y falta de acceso a los recursos públicos y privados.”12
El problema de este intento de instrumentalizar el enfoque de Sen radica en la
reducción de sus elementos determinantes a algunas variables –como expectativa
de vida, escolarización o ingreso disponible– que si bien son relativamente fáciles
de medir dejan fuera del análisis del desarrollo a otros componentes esenciales
del mismo como pueden ser la libertad individual o los derechos democráticos. Se
reduce así la perspectiva de la pobreza de una manera que el mismo Sen ha
considerado inaceptable: “La pobreza económica no es la única que empobrece la
vida humana. Para identificar a los pobres debemos tener en cuenta, por ejemplo,
la privación de los ciudadanos de regímenes autoritarios, desde Sudán a Corea
del Norte, a los que se niegan la libertad política y los derechos civiles.”13
Esto muestra la dificultad de instrumentalizar satisfactoriamente el amplio enfoque
de Sen y puede llevar a absurdos como llegar a considerar que quienes viven bajo
regímenes fuertemente autoritarios o simplemente totalitarios gozan de mayor
“desarrollo humano” que quienes viven en sociedades que respetan los derechos
y las libertades humanas. Así, según el informe de 2009 del
PNUD, Kuwait permitiría a su población un desarrollo humano más alto que, por
ejemplo, Portugal o la República Checa, y Cuba se ubica a este respecto en mejor
posición que Costa Rica o Rumanía.14
Pobreza absoluta
A esta forma previa de ver la pobreza, centrada en las capacidades para realizar
las propias potencialidades, se opone otra definición igualmente antigua, aquella
que ve la pobreza y la condición de pobre (pauper) como un estado de privación o
falta de recursos para poder adquirir una “canasta de bienes y servicios” necesaria
para vivir una vida mínimamente saludable. Este enfoque fue sistematizado a
comienzos del siglo XX por el británico Seebohm Rowntree en Poverty: A Study of
Town Life(1901), un estudio pionero sobre la pobreza que se transformaría en el
punto de partida y referencia de los futuros estudios sobre el tema. La razón de
ello es doble. Por una parte, este estudio se basa en una amplia investigación
empírica realizada en York, la ciudad natal de Rowntree, que abarcó nada menos
que 11 560 familias, lo que equivalía a unas dos terceras partes de todas las
familias de York. La segunda razón es que para llevar adelante su investigación
Rowntree elaboró una serie de conceptos y métodos de medición que pasarían a
formar instrumentos centrales en prácticamente todos los estudios posteriores
sobre el tema. Entre estos instrumentos se destaca la elaboración de una “línea de
pobreza”, que no solo incluía la alimentación, sino además el acceso a la vivienda,
a prendas de vestir adecuadas y otros objetos absolutamente necesarios para
mantener lo que Rowntree llamó “un funcionamiento puramente físico”. Esto le
permitió definir dos tipos de pobreza, la “pobreza primaria” y la “pobreza
secundaria”. En pobreza primaria vivían aquellas “familias cuyo ingreso total no
era suficiente para obtener el mínimo necesario para mantener un funcionamiento
puramente físico”.15 En pobreza secundaria vivían las familias que podían alcanzar
ese mínimo, pero no disponían de excedentes.
Estamos aquí frente a lo que habitualmente se denomina pobreza absoluta y
todavía es hoy la medida globalmente más usada para determinar la extensión de
la pobreza, tal como lo muestran los cómputos realizados por el Banco
Mundial sobre la base de una “línea internacional de pobreza”. Esta línea fue
tradicionalmente fijada en 2 dólares estadounidenses de 1985 per cápita,
en paridad de poder adquisitivo, para definir la pobreza y en 1 dólar para definir la
pobreza extrema. En agosto de 2008, la línea de pobreza extrema fue reajustada
a 1,25 dólares. Esta cantidad refleja el promedio del ingreso mínimo necesario
para sobrevivir en los diez a veinte países más pobres del mundo.16
Pobreza relativa
Frente a este criterio o forma de medir la pobreza ha existido otro enfoque
igualmente clásico que apunta a la posibilidad de adquirir una canasta de bienes y
servicios que puedan asegurar una vida digna de acuerdo a las convenciones y
estándares de una sociedad determinada. En este caso tenemos la así llamada
pobreza relativa, que varía con el desarrollo social que va determinando, en cada
época y sociedad, aquel mínimo de consumo bajo el cual más que ver amenazada
la supervivencia se cae en un estado de exclusión o imposibilidad de participar en
la vida social. El ejemplo clásico de esta forma de pobreza fue dado por Adam
Smithen La riqueza de las naciones al escribir: “Por mercancías necesarias
entiendo no solo las indispensables para el sustento de la vida, sino todas
aquellas cuya carencia es, según las costumbres de un país, algo indecoroso
entre las personas de buena reputación, incluso entre las de clase inferior. En
rigor, una camisa de linono es necesaria para vivir. Los griegos y los romanos
vivieron de una manera muy confortable a pesar de que no conocieron el lino.
Pero en nuestros días, en la mayor parte de Europa, un honrado jornalero se
avergonzaría si tuviera que presentarse en público sin una camisa de lino. Su falta
denotaría ese deshonroso grado de pobreza en el que se presume que nadie
podría caer sino a causa de una conducta en extremo disipada.”17
El riesgo de esta forma de ver la pobreza y, en general, de toda la idea de la
pobreza relativa ha sido bien apuntado por Amartya Sen, quién hace un llamado a
no perder de vista el “núcleo irreductible de privación absoluta en nuestra idea de
pobreza”. El riesgo es llegar a una relativización total de “la pobreza” siguiendo la
famosa frase de Mollie Orshansky acerca de que “la pobreza, como la belleza,
está en el ojo de quien la percibe”.18 Además, las expectativas sociales se mueven
constantemente en la medida en que una sociedad se desarrolla, elevando
sucesivamente nuestra vara de medir el umbral de lo que Smith llamaba “ese
deshonroso grado de pobreza”. De esta manera se puede relativizar y hasta
banalizar el concepto de pobreza, hasta el punto de decir que, por ejemplo, en
Estados Unidos hay un porcentaje mayor de pobres que, en los países del África
subsahariana. También se puede llegar a la conclusión de que la pobreza
aumenta al aumentar el bienestar general de una sociedad ya que las expectativas
sobre el “mínimo socialmente aceptable” pueden aumentar más rápidamente que
el bienestar real de la población.
Pobreza relativa como desigualdad
Artículos principales: Desigualdad de ingreso y Desigualdad social.
Historia
La noción de causalidad ha suscitado debate desde los inicios de la
filosofía. Aristóteles concluye el libro de los Segundos analíticos con el modo en
que la mente humana llega a conocer las verdades básicas o premisas primarias
o primeros principios, que no son innatos, ya que es posible desconocerlos
durante gran parte de nuestra vida. Tampoco se pueden deducir a partir de ningún
conocimiento anterior, o no serían primeros principios. Afirma que los primeros
principios se derivan por inducción, de la percepción sensorial, que implanta los
verdaderos universales en la mente humana. De esta idea proviene la
máxima escolástica «nada hay en el intelecto que no haya estado antes en los
sentidos» (Nihil est in intellectu, quod prius non fuerit in sensu). Al mantener que
«conocer la naturaleza de una cosa es conocer, ¿por qué es?» y que «poseemos
conocimiento científico de una cosa sólo cuando conocemos su causa».
Aristóteles distinguió cuatro tipos de causas:
Causa material
Causa formal
Causa eficiente
Causa final
La noción de causalidad sufrió una dura crítica por parte de David Hume.
En Kant, de quien su desacuerdo con el pensamiento de Hume se cita como una
motivación para escribir una teoría filosófica, la causalidad es una de las
categorías a priori del entendimiento, y entonces no proviene de la costumbre
(como decía Hume) sino que tiene un carácter necesario y universal. Esto permite
que la ciencia se apoye sobre el principio de causalidad sin dejar de ser necesaria
y universal.
Principio de causalidad
El principio de causalidad es un principio clásico de la filosofía y la ciencia, que
afirma que todo evento tiene una causa.
Las cosas no ocurren de manera aislada, sino que unas están ligadas a otras en
un proceso de interacción. Unas cosas suceden a otras, y con frecuencia en el
mismo orden. A los primeros sucesos en una relación los llamamos causas, y a los
segundos efectos.2
No se debe confundir al principio de causalidad con el Principio de razón
suficiente.
El principio de causalidad es un principio fundamental de la investigación
científica, suponiendo que la mejor forma de entender y explicar es conocer las
causas, porque por un lado podemos prevenir y por otro controlar los efectos, en
definitiva dominar los sucesos naturales.
La causalidad en la ciencia
Artículos principales: Causalidad (física) y Causalidad (estadística).
Recibe el nombre de desarrollo infantil el proceso que vive cada ser humano
hasta alcanzar la madurez. Incluye una serie de cambios físicos, psicológicos y
culturales que se encuentran repartidos en las diferentes etapas de la vida, desde
el nacimiento hasta el momento en el que el individuo deja la infancia. Dentro de
cada sociedad existen condiciones que se consideran propias de todos los niños
de esa sociedad en etapa de desarrollo.
En el desarrollo infantil tanto los aspectos físicos como psicológicos
son indisociables del proceso, están íntimamente relacionados y pueden
afectarse mutuamente.
Por último es necesario aclarar que para alcanzar cualquier tipo de desarrollo es
necesario que exista un plan de desarrollo, una serie de pasos que deban
cumplirse adecuadamente para que se puedan establecer comparaciones y saber
si se han conseguido los objetivos o no. Por ejemplo, para saber si un niño se ha
desarrollado adecuadamente es necesario tener en cuenta las diferentes teorías y
analizar qué diferencias existen entre lo que se espera de un niño de la edad del
estudiado, y lo que es en realidad.
El desarrollo humano
Necesitamos medir y calcular las situaciones que nos afectan como colectividad.
En este sentido, existe el índice de desarrollo humano. Este indicador se aplica a
cada nación y tiene un enfoque estadístico con tres pilares fundamentales: la
salud, la educación y el nivel de vida. Existen otros índices relacionados con la
humanidad (por ejemplo, el índice de pobreza).
Desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible como planteamiento global viene a decir que tiene que
haber un crecimiento económico y social pero no a cualquier precio, ya que hay
que pensar en los recursos limitados del planeta y en las generaciones futuras.
Planteamientos contra el desarrollo económico
Etimología
El término familia procede del latín famīlia, "grupo de siervos y esclavos patrimonio
del jefe de la gens", a su vez derivado de famŭlus, "siervo, esclavo", que a su vez
deriva del osco famel. El término abrió su campo semántico para incluir también a
la esposa e hijos del pater familias, a quien legalmente pertenecían, hasta que
acabó reemplazando a gens. Tradicionalmente se ha vinculado la palabra famŭlus,
y sus términos asociados, a la raíz fames («hambre»), de forma que la voz se
refiere, al conjunto de personas que se alimentan juntas en la misma casa y a los
que un pater familias tiene la obligación de alimentar.[cita requerida]
Origen
La familia supone por un lado una alianza, el matrimonio, y por el otro una filiación,
los hijos.6
Según expone Claude Lévi-Strauss, la familia tiene su origen en el establecimiento
de una alianza entre dos o más grupos de descendencia a través del enlace
matrimonial entre dos de sus miembros. La familia está constituida por
los parientes, es decir, aquellas personas que por cuestiones
de consanguinidad, afinidad, adopción u otras razones diversas, hayan sido
acogidas como miembros de esa colectividad.
Las familias suelen estar constituidas por unos pocos miembros que suelen
compartir la misma residencia. Dependiendo de la naturaleza de las relaciones de
parentesco entre sus miembros, una familia puede ser catalogada como familia
nuclear o familia extensa. El nacimiento de una familia generalmente ocurre como
resultado de la fractura de una anterior o de la unión de miembros procedentes de
dos o más familias por medio del establecimiento de alianzas matrimoniales o por
otro tipo de acuerdos sancionados por la costumbre o por la ley (como el caso de
las sociedades de convivencia en México).
La integración de los miembros de la familia, como en el caso de los grupos de
parentesco más amplios como los linajes, se realiza a través de mecanismos
de reproducción sexual o de reclutamiento de nuevos miembros. Si se considerara
que la familia debe reproducirse biológicamente, no podrían conceptualizarse
como «familias» aquellos grupos donde Ego 7 o su consorte (o ambos) están
incapacitados de reproducirse biológicamente.
En estos casos, la función reproductiva se traslada a los mecanismos de
reclutamiento socialmente aceptables —como la adopción—. El reclutamiento de
nuevos miembros de una familia garantiza su trascendencia
La familia en Occidente se ha debilitado conforme se fortalecen las instituciones
especializadas en la educación de los niños más pequeños. Esto ha sido
motivado, entre otras cosas, por la necesidad de incorporación de ambos
progenitores en el campo laboral, lo que lleva en algunas ocasiones a delegar esta
función en espacios como las guarderías, el sistema de educación preescolar y,
finalmente, en la escuela. Sin embargo, este fenómeno no se observa en todas las
sociedades; existen aquellas donde la familia sigue siendo el núcleo formativo por
excelencia.
Por otra parte, la mera consanguinidad no garantiza el establecimiento automático
de los lazos solidarios con los que se suele caracterizar a las familias. Si los lazos
familiares fueran equivalentes a los lazos consanguíneos, un niño adoptado nunca
podría establecer una relación cordial con sus padres adoptivos, puesto que sus
"instintos familiares" le llevarían a rechazarlos y a buscar la protección de los
padres biológicos. Los lazos familiares, por tanto, son resultado de un proceso de
interacción entre una persona y su familia (lo que quiera que cada sociedad haya
definido por familia: familia nuclear o extensa; familia monoparental o adoptiva,
etc.). En este proceso se diluye un fenómeno puramente biológico: es también y,
sobre todo, una construcción cultural, en la medida en que cada sociedad define
de acuerdo con sus necesidades y su visión del mundo lo que constituye una
«familia».8
Primeras investigaciones
Desde el punto de vista de la «Filosofía social», el origen de la familia es tan
antiguo como el de la humanidad. Ya aparecía en muchas civilizaciones
avanzadas mediante la estructura de la monogamia en la que el padre y la madre,
en mutua colaboración, tenían la autoridad por la que se regía la familia.9 A
mediados del siglo XIX aparecieron una serie de corrientes con argumentos
histórico-sociológicos que querían desterrar la forma de familia antes indicada.
Una fue la postura del «derecho maternal», que fija el parentesco jurídico por vía
materna y, sin embargo, deriva en modelos familiares que pasan
del patriarcado al matriarcado hasta llegar al amor libre. La segunda está basada
en el «parentesco clasificatorio» que desarrolló L. H. Morgan, al que los prejuicios
evolucionistas que tenía le llevaron a desarrollar la evolución familiar según un
esquema que iba desde la promiscuidad, pasando por la familia
cosanguínea, matriarcado, matriarcado por grupos, patriarcado poligámico hasta
llegar a la familia monogámica.10 Y, por último, la «ley de contracción familiar» de
E. Durkheim, para el que lo más importante es el «clan» y se desarrolla
empezando por una familia débil, luego una familia con el matrimonio como
institución jurídica y, por fin, la familia actual que queda reducida a cónyuge e hijos
menores.11
Poco después fueron rechazadas estas tres exposiciones sobre la familia ya que
estaban llenas de ideas preconcebidas pues era patente que la
familia monogámicaera la más generalizada en los diferentes pueblos y épocas 1213
como se confirmó desde los pueblos de culturas primitivas como los fueguinos,
pigmeos, bosquimanos, etc, que todos han coincidido en la «elección» de la
familia monógama para vivir, con igualdad entre mujeres y hombres, reprobación
del adulterio, cuidado de los hijos y, sobre todo, con completa libertad para vivir en
ese tipo de familia.14 Con estas y otras afirmaciones similares admitidas en años
posteriores, la ciencia social actual afirma que el origen de la familia que ya
aparecía en el libro del Génesis;1-26 y ss; 2-18 y ss y posteriormente se
modificaron los caracteres de este tipo de familia en ciertas ocasiones. 15
La familia como institución de Derecho natural
La comunidad que forman los padres y los hijos, así como los lazos que los unen,
son el fundamento de las inclinaciones e impulsos en el interior de la familia o
comunidad familiar, lo que deja claro e indubitable que las leyes de su constitución
tienen como fundamento las leyes del Derecho natural. A pesar de ello, el hombre
ha cometido errores respecto a este fundamento. Incluso Aristóteles defendió la
«exposición» de los hijos y Platón apoyó la idea de la sustitución de la función
educativa de la familia hacia los hijos dejándola a cargo del Estado.16
Pero ante el poder del Derecho natural, el propio Aristóteles aceptó que «el
sentimiento se puede sublevar contra la exposición de los hijos» en su
obra Política17 en la que se muestra en desacuerdo con Platón en cuanto a sus
ideas acerca de la familia sustituida por la promiscuidad entre hombres y mujeres,
dejando la educación de los hijos a cargo del Estado. El propio Platón ya no
defendió su pensamiento anterior acerca de la familia en su libro Las Leyes.
También estaba considerado el hogar por los pensadores antiguos como símbolo
de la comunidad familiar al tiempo que lo designan —al hogar— como el «altar de
la casa». En cuanto a los fines de la familia se pueden considerar los tres más
importantes: Dotar a sus miembros de los bienes necesarios, tanto corporales
como espirituales, para llevar una vida cotidiana ordenada; la incorporación de los
hijos al seno familiar y, por último, ser la célula de la sociedad por lo que el rango
de la familia está por encima del propio Estado. Los fines, las funciones y las
responsabilidades son los conceptos que otorgan la posición de una comunidad
familiar dentro del lógico pluralismo jurídico y social. Por ello, la obligación
primordial del Estado respecto de las familias que formen la comunidad estatal, es
la de que estas puedan cumplir las tareas que, por naturaleza, le son propias. 18
“Los jóvenes no nacen violentos, esa actitud la adquieren por problemas
familiares” Défez, R. En primer término, es importante que las familias en nuestro
mundo cumplan con sus roles en la sociedad como la de formar hijos con valores
y principios; una de las consecuencias de la delincuencia juvenil es la propia
familia. Hoy en día entre los jóvenes existe una carencia de autoridad o una falta
de figura paterna, ya que los propios padres no se han preocupado por enseñar a
obedecer a sus hijos en el hogar como: el respeto, la puntualidad, el amor, la
honestidad y la solidaridad. Como afirma García, P. en lo siguiente, si el niño se
desarrolla en un ambiente familiar poco propicio aumentan las posibilidades de
que adopte un comportamiento anémico y desviado. El hogar es el primer
escenario donde se desarrollan los hijos. Por eso la familia es el primer medio de
control social. Es allí donde el niño aprende a socializar positivamente. Un fracaso
en esa etapa lleva a los problemas sociales que hoy vemos a diario, como el uso
de la violencia para resolver conflictos o la inexistencia de valores como la
responsabilidad, la solidaridad o el respeto de límites. Como lo afirma Defez, R.
quien manifiesta que “La familia es la célula fundamental de la sociedad”, esta
ejerce el control social en el sentido de regular las interacciones humanas para
reducir o evitar el conflicto y la proliferación de conductas socialmente desviadas.
“La buena convivencia ayuda al desarrollo de los valores en los hijos”. La
delincuencia ocurre cuando el proceso normal de aprendizaje social basado en las
recompensas y castigos de los padres, se ve alterado por una disciplina que
posee la hostilidad entre los padres y modelos paternos antisociales. Y es que se
desarrollará en la etapa de la rebeldía y liberación donde el joven quiere hacer lo
que le plazca sin que nadie lo contradiga. García, P. asevera que las cifras de
delincuencia juvenil han aumentado en los últimos años, llegando a ser un
problema que genera una gran preocupación en nuestra sociedad. En conclusión,
los padres deben preocuparse de enseñar e impartir valores en el hogar y en el
entorno familiar a sus hijos desde muy temprana edad, con la finalidad de
contrarrestar las conductas delincuenciales y de violencia a las que puede estar
expuesto en su vinculación con los jóvenes de su edad en la sociedad. Si fuese
posible, enseñar con buenos ejemplos. Así como también los padres deben
conocer, comprender sus procesos físicos, psíquicos, psicobiológicos en su
desarrollo como ser humano.
Tipos de familias
Las familias están clasificadas en los siguientes tipos:
La